diumenge, 28 d’octubre del 2012

Enterramientos singulares (II) Cruz de los Caídos.

http://www.elalmeria.es/article/almeria/1385045/enterramientos/singulares/ii/cruz/los/caidos.html


ANTONIO SEVILLANO / / HISTORIADOR | ACTUALIZADO 28.10.2012 - 01:00
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LA práctica periodística aconseja adaptarse al calendario laico/religioso. Si en Navidad es obligado escribir de villancicos, en Semana Santa de saetas y en Feria de toros, este fin de semana y el siguiente los reportajes girarán alrededor de la onomástica del Día de Difuntos. Los anglosajones celebran (y exportan) su tradicional noche de Halloween y nosotros optamos por algo más cercano y prosaico: el almeriense cementerio de San José. Cuestión de cultura, gustos y latitud. 

CRUZ DE LOS CAÍDOS 

Una de las primeras medidas propagandísticas del nuevo régimen surgido tras el alzamiento militar de 1936 fue la de magnificar la memoria de los muertos en aquella contienda. De sus propios muertos, se entiende. Para honrar en el calendario a los "caídos por Dios y por España" asignaron el 20 de noviembre en todo el territorio nacional. Siempre ceremonias al aire libre, rodeadas de gran aparato, presencia de autoridades civiles, militares y eclesiásticas; ofrenda de coronas, desfile falangista, arengas y los vítores de ordenanza: ¡Viva Franco!, ¡Arriba España! Ya el primer año de posguerra habilitaron una cruz de ofrendas en el andén de Costa (explanada del Puerto), alternando este ceremonial con el escenario montado ante la puerta principal de la catedral (en su fachada aún quedan señales de la parafernalia), tras el tedéum concelebrado en el interior del templo. Mediados los cuarenta de la pasada centuria, Diputación reedificó el monasterio de La Encarnación, sobre los muros derruidos. A cambio las monjas cedieron terreno para cobijar una cruz de mármol negro de las canteras de Berja, costeada por la Jefatura del Movimiento. Se alzaba (allí continúa) adosada a la pared conventual y rematando un graderío elevado; está protegida por doble arcada lateral y el frontal con portón y verja abierto a la calle Marín. El recinto-jardín que sirve de claustro a Las Claras sigue oculto a la vista. Obedeciendo a la llamada ley de Memoria Histórica, el obispado procedió hace meses a retirar el yugo y las flechas que exhibía en su exterior. 

En estos tres espacios ritualizaron durante décadas el Día de los Caídos. Pero aún quedaba por materializar el espectacular escaparate funerario del Nuevo Orden franquista. El proyecto no podía tener un emplazamiento más simbólico y visual que el cementerio de San José, ya todo él católico, a excepción del protestante o Inglés: en la plaza de Santa Gema, la más céntrica del "noble" segundo recinto, tras acceder el dintel academicista de cantería -flanqueado por doble columnas jónicas- diseñado en 1903 por Trinidad Cuartara. La altura y proporciones del monumento domina la "ciudad de los muertos" y señala el final del paseo central arbolado que, partiendo de la puerta principal (igualmente de Cuartara), divide en dos el primer alineamiento de sepulturas en serie de nichos o tierra. 

La maqueta a escala estuvo expuesta (junio, 1941) en la Jefatura Provincial del Movimiento de la plaza Marqués de Heredia. A imagen de la erigida en el lugar donde el general golpista Emilio Mola sufrió el accidente aéreo que acabó con su vida, la cruz almeriense de aproximadamente nueve metros comenzó a construirse en julio de 1941. Toda ella es de piedra filabresa y mármol blanco donado por empresarios de Olula del Río y Macael, siendo el remate del presupuesto general sufragado por Diputación, Ayuntamiento (además de dinero cedió los terrenos), gobernador Civil, Rodrigo Vivar Téllez, y aportaciones de los propios familiares. "Como resulta insuficiente la primera idea de consagrarla solo a los Mártires de Tabernas, ha sido esta ampliada en el sentido de acoger los restos de todos los Caídos de la provincia; concepción más en armonía con la hermandad genuina que compenetra las directrices del Movimiento. El coste aproximado de las obras se elevará a unos quince mil duros, no obstante las valiosas donaciones de los fabricantes de Macael y Olula". El diario Yugo no indicó la autoría del proyecto pero posteriormente supimos que se debió a Langle rubio, arquitecto Municipal. El mausoleo ocupa un área de 12 x 12 metros. 

Definitivamente fueron 197 los restos humanos depositados (86, todos hombres) procedentes de los pozos Cantavieja y La Lagarta (Tabernas y Tahal), Turón y Murtas (Granada), campamento de Viator, La Garrofa, Araoz y barranco de El Chisme, en Vícar. Ahí fueron calcinados y/o fusilados por milicianos del Frente Popular en distintas fechas del trienio 1936/39, especialmente en los primeros meses de la contienda. Sus nombres figuran inscriptos en cuatro losas marmóreas que cubren la superficie de la cripta; bóveda a la que se desciende tras alzar una trampilla exterior con argollas y candado. Esto en cuanto los seglares ya que los religiosos lo fueron en templos; caso del jesuita Manuel Luque en el del Sagrado Corazón y los obispo de Almería y Guadíx, Ventaja Milán y Medina Olmos -además de cinco hermanos de La Salle- en la capilla de San Indalecio de la catedral. El subterráneo con nichos alineados a distinta altura tiene capacidad para más de doscientos féretros. La cruz de mármol negro está superpuesta en relieve al obelisco tronco piramidal. La prevista verja circundando el perímetro -adornada con los símbolos fascistas al uso- sí llegó a instalarse, pero no hay señales de la corona de laurel grabado en bronce junto al lema ¡Presente! y pebeteros de "luz perpetua" que figuraban en el diseño inicial. 

Bajo la alcaldía de Miguel Viciana Navarro, el 1º de noviembre de 1944, festividad de Todos los Santos, procedieron a "bendecir solemnemente el mausoleo erigido sobre la cripta donde reposan los Caídos por Dios y por España. Los actos fueron presididos por el Excmo. Sr. Gobernador Civil y Jefe del Movimiento, acompañado por jerarquías y autoridades". Desde el final de la guerra, la diócesis, vacante, estaba gobernada por el vicario General Rafael ortega Barrios. El nuevo obispo, Enrique Gómez García, tomó posesión de ella el precisamente el día de los Difuntos. Andrés Pérez Molina, sacerdote asesor de Auxilio Social, Andrés Pérez Molina, ofició la ceremonia católica 

BANDO 

Por estas fechas (noviembre 1944) el citado alcalde dictó un bando con las normas a cumplir por los visitantes a la necrópolis. Tal es la curiosa redacción de la nota dirigida a los vecinos: 

Hago saber: Que durante los días 1 y 2 de noviembre próximo, conmemoración de Todos los Santos y Día de los Difuntos, se permitirá la libre entrada al recinto del Cementerio de San José durante las horas del sol. 

Y con el fin de que los visitantes al sagrado recinto puedan dedicar piadoso recuerdo a sus deudos y llorar por ellos, con el orden y respeto debidos, se dictan las siguientes normas de buen gobierno: 

Primero.- No se permitirá la entrada al Cementerio, ni la permanencia en el mismo, a personas embriagadas o que lleven bebidas, alimentos o utensilios impropios o inadecuados al objeto de la visita.

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