Mujeres anónimas de Cesantes, Reboreda, Cedeira o Ventosela que son recordadas en Redondela por su heroísmo durante la Guerra Civil y los años de represión franquista, al ayudar con precarios medios a los prisioneros en la isla de San Simón, a quienes hicieron llegar comida, ropa o mensajes de sus familiares... y la calidez de su generoso corazón.
En los municipios cercanos a la Isla de San Simón, concretamente en Redondela, se tejió una red de solidaridad y ayuda en torno al centro penitenciario de la isla. Uno de los más terribles del franquismo.
En un primer momento los presos provenían de zonas próximas como Vigo, Pontevedra, Orense y Villagarcía de Arosa. Después de la caída del frente norte republicano los presos provenían de Asturias, León, Cantabria y País Vasco, terminada la guerra civil fueron trasladados presos desde todas las cárceles de España. En total más de 6000 presos republicanos pasaron por la isla.
Los presos, sometidos a condiciones inhumanas, estaban distribuidos en diferentes pabellones en deficientes condiciones sanitarias y de habitabilidad y escasez alimentación.Se calcula en cientos los presos políticos muertos.
El 21 de octubre de 1938, el buque prisión Upo Mendi fondeaba en la cala de San Simón, entre las islas y el lugar de Portela (Redondela). A bordo del barco vivían casi un millar de prisioneros vascos, cántabros y asturianos miserablemente amontonados, sometidos a condiciones infrahumanas, devorados por el hambre, las pulgas, el frío y la lejanía... En tiempo absoluto, rodeados de ese mar lleno de belleza y resplandor. Esa tortura no era igual para todos. Había prisioneros en la isla y en el barco cuyas familias podían proporcionar comida y otros cuidados. Y había quienes no tenían nada, ni el cariño de los suyos, ni el amor de una madre o de una pareja, ni siquiera las lágrimas para llorar la soledad y el desamparo. Solo esa oscuridad, esa muerte en vida, ese silencio, ese mar, esa amargura que lo invadía todo.
Hasta que llegaron. Mujeres generosas, valientes y solidarias. Decenas de mujeres de Redondela, A Portela, Cesantes y otros lugares de la ría, que compusieron escenas que merecen un lugar de honor en el memorial de la dignidad, en las páginas de oro de la Galicia resistente, de la Galicia luchadora. Mujeres que amasaban tortas de pan y pasteles sin pedir nada a cambio. Mujeres que hacían ollas de puchero que los presos calentaban con velas en tarros de morrones. Mujeres que iban andando a A Portela a recoger las bolsas de ropa sucia y las devolvían en la fecha acordada. Mujeres que deshacían las sábanas para hacer ropa interior y camisetas para llevar a los presos de Upo Mendi. Mujeres que cosían mensajes en los pliegues de sus ropas, palabras de cariño y aliento que eran pequeños destellos de vida en medio de aquel horror.
Las protagonistas de esta hermosa historia cuentan que fue Faustino da Portela, un humilde marinero, quien había tejido esa red de solidaridad. Una red cosida, hilo a hilo, mano a mano, por mujeres de Cesantes, la Portela y Redondela, como las hijas de Faustino, como las hermanas Josefa y Carmen Rodríguez Esteiro, y Carmen Fernández Domínguez, y Teresa Justo Otero, y Cándida Esteiro , y Filomena Míguez Blanco, y Carmen Crespo Rodríguez, y Serafina Bouzón, y Ceferina Docampo, y Candelaria Araújo, y Narcisa “La Monja”, y Rosa do Louro, y Lola y María da Vila, y Candelaria, y Gina, y Maruja A Chiquiña, y la mamá de Felicitas, y Lourdes... y Florinda, que amasaba empanadas de xoubas para los presos, y Salud, que se casó con un bilbaíno...
Todas ellas, y muchas más cuyos nombres se han perdido en la oscuridad del tiempo, compusieron una historia llena de belleza, grandeza y heroísmo. La crónica de cómo, en medio de la devastación y el terror, hubo hombres y mujeres que se levantaron, que se arriesgaron y que tuvieron el coraje de llevar ropa, comida y amor a quienes más lo necesitaban.
Los nombres de las mujeres citadas han sido extraídos del libro "Redondela, crónica dun tempo pasado "(Edicions do Castro, 2002), de Gonzalo Amoedo, y del artículo " Unha pequena homenaxe ás lavandeiras de Redondela durante a guerra civil". ", de Carlos Antuña Souto.
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