divendres, 7 de març del 2025

Patriarcado y nacionalcatolicismo, el 'Patronato de Protección a la Mujer' (1941-1985)

 https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/8m-patriarcado-nacionalcatolicismo-patronato-proteccion-mujer-1941-1985/20250307175636236183.html

El Patronato de Protección a la Mujer, fue un entramado franquista que funcionó legalmente entre 1941 y 1985 y de forma tácita hasta bien entrados los noventa.




 Imágenes de la exposición “El Patronato de Protección a la Mujer” en Galería tía Pili de A Coruña

 
Oblatas no aceptan joven gitana
Oblatas no aceptan joven gitana

El Patronato de Protección a la Mujer, fue un entramado franquista que funcionó legalmente entre 1941 y 1985 y de forma tácita hasta bien entrados los noventa. Tenía como objetivo: “la dignificación moral de la mujer, especialmente de las jóvenes, para impedir su explotación, apartarlas del vicio y educarlas con arreglo a las enseñanzas de la Religión Católica”. Para ello, contó con la característica estructura piramidal que partía de una junta nacional de la que dependían otras, provinciales y locales, desde donde se gestionaban los encierros de aquellas niñas y jóvenes que no cumplían el perfil falangista de la “mujer ideal”.

Su principal “medida protectora” era el encierro por la fuerza que se llevaba a cabo tras los informes finales de las “celadoras de la moralidad”. Había dos tipos de reformatorios que siempre estaban dirigidos por congregaciones religiosas femeninas, los de “preservación” y los de “rehabilitación y reforma”. Las jóvenes iban a unos o a otros, dependiendo normalmente de la primera prueba médica que se les hacía al llegar, y que constataba si estaban “completas o incompletas”. En estos centros se las insultaba, maltrataba, vejaba y castigaba vilmente si su comportamiento no era el esperado. La represión ejercida en algunos internados, incluía salas de castigo o “chiscones”, con paredes acolchadas y dónde apenas se podían poner de pie.

Otra de las aberraciones morales para el nacionalcatolicismo, era que una joven no mostrara la orientación sexual esperada. En estos casos, el destino seguro era el psiquiátrico

Si alguien de tu entorno familiar o social abusaba sexualmente de ti, cuestión muy habitual, la encerrada también eras tú. A Loli Benito, como nos cuenta Consuelo García del Cid en su libro, Dolores. Memoria de una desterrada hija de Eva Cum Laudem, la internaron en el centro maternal del Patronato, conocido como “Peñagrande”. Estaba embarazada de su padre que abusaba sexualmente de ella desde que tenía uso de razón. A pesar de que lo había puesto en conocimiento de quienes gestionaban el centro “Cruzadas Evangélicas”, esta congregación permitió que, en las vacaciones de semana santa, su padre la volviera a sacar y la violara nuevamente en un hostal con su bebé recién nacido al lado. Loli, volvió al reformatorio embarazada de nuevo. En este centro, como en tantas otras maternidades franquistas, era habitual que los bebés nacieran muertos o se malograran a los pocos días. Ya hay sentencias probatorias del habitual robo de estas criaturas y su posterior entrega a familias afines al régimen.

Imágenes de la exposición “El Patronato de Protección a la Mujer” en Galería tía Pili de A Coruña
Imágenes de la exposición “El Patronato de Protección a la Mujer” en Galería tía Pili de A Coruña
Bebé fallece cuando a ella la trasladan a Peñagrande
Bebé fallece cuando a ella la trasladan a Peñagrande

Otra de las aberraciones morales para el nacionalcatolicismo, era que una joven no mostrara la orientación sexual esperada. En estos casos, el destino seguro era el psiquiátrico, en “Ciempozuelos” había una sección destinada únicamente a mujeres procedentes del Patronato que estaban hipermedicadas, a las que se realizaban sesiones de electroshock y de las que se perdió la pista en muchos casos.

La instalación que presentamos en “Galería tía Pili” representando el despacho de la madre superiora de un reformatorio, se crea a partir de la investigación realizada sobre lo sucedido en A Coruña. Dicho estudio se ha centrado en los fondos del Archivo Histórico Provincial de Pontevedra y en las memorias esporádicas publicadas por el mismo Patronato. Sabemos de la destrucción masiva de archivos en la transición, y del objeto de nuestra investigación tenemos constancia de que desaparecieron 1180 cajas según nos informa el archivo del Ministerio de Justicia.

En el año 1983, la comisión de la Xunta de Galicia prevista para realizar el traspaso de esta entidad al ámbito autonómico, con M. Rajoy como secretario, constata que se hace cargo de este cometido. En 1985 se disuelve legalmente el entramado, pero no cambiaron ni los reformatorios ni lo que allí sucedía, eso sí, les pegaban con toallas mojadas para que no quedaran marcas.


Fotos: Galería tía Pili y Archivo Histórico Provincial de Pontevedra.


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