Contra la Impunidad del Franquismo
Cuando el 11 de agosto de 1936 comenzaron los bombardeos fascistas sobre la ciudad de Irún, un número bastante elevado de habitantes cruzó el Puente Internacional Avenida para ponerse a salvo en Hendaya. “Como consecuencia del golpe de Estado, la población de Irún pasó de 18.000 a 6.000 habitantes”.
Cuando el 3 de septiembre Irún fue tomada por los golpistas, parte de las personas que habían huido comenzó a regresar. En principio no hubo problemas para entrar y para salir, si bien se creó la Comisión de Admisión del Puente para controlar el posible retorno de republicanos.
Pero entonces, en septiembre de 1937, ante la avalancha de refugiados, el ministerio de Interior francés dictó normas para ordenar las repatriaciones de los refugiados, que iban quedando a cargo del gobierno francés, aunque no fue hasta 1938 cuando empezaron las repatriaciones forzosas. Ello obligó al gobierno nacional golpista a crear la Comandancia Militar del Bidasoa, para ordenar la entrada de personas y regular el espionaje, con el que llegó a colaborar la Alemania nazi y la Italia fascista.
Las estructuras de poder de Salamanca, los militares golpistas que ya habían organizado su jerarquía, establecieron tres grupos de refugiados.
Por un lado los afectos al régimen, que eran dirigidos a Fuenterrabía, hoy Hondarribia. Y por otro, los que estaban en edad militar o eran sospechosos de pertenecer al Frente Popular, que eran conducidos al edificio Pequeña Velocidad donde permanecían el tiempo necesario hasta completar su identificación. Si se comprobaba su vinculación con la República, se encarcelaban en los otros campos de concentración de Irún y desde allí pasaban a los batallones de trabajo De San Pedro de Cardeña o Miranda de Ebro, por ejemplo. Los que estaban en edad militar eran incorporados al ejército golpista.
El edificio Pequeña Velocidad, infraestructura adscrita al ferrocarril y único campo de concentración que queda en Irún, ha estado en peligro de ser derribada debido al proyecto Pasarela Urbana de Irún que persigue la remodelación y mejora de los espacios en torno a las vías. La Asociación Republicana Irunesa “Nicolás Guerendiain” ha logrado, gracias a su lucha incesante, que el edificio sea respetado para reconocimiento de quienes padecieron la represión franquista en aquellos lugares. Los que volvían cargados de sospechas primero atravesaban el puente, después eran seleccionados en Pequeña Velocidad y desde allí iban a parar al Campo de concentración correspondiente en Irún.
Esta pequeña asociación irunesa ha elaborado también una Ruta de la memoria en Irún
http://www.asociacionrepublicanairunesa.org/.../ruta..., para celebrar con ella en cada recorrido la memoria republicana, que cada día nos siguen robando.
http://www.asociacionrepublicanairunesa.org/.../ruta..., para celebrar con ella en cada recorrido la memoria republicana, que cada día nos siguen robando.
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