dimarts, 5 de novembre del 2013

Donde habite el olvido.



  

María Torres / 5 de noviembre de 2013


5 de noviembre de 1963

La habitación que ocupa en la segunda planta de la casa de Concha Méndez y Manuel Altolaguirre en la calle Tres Cruces de Cayoacán, carente de decoración, austera como el exilio de los perdedores, es similar a la celda de un monasterio. La cama aún está tibia. En la mesilla de noche “Novelas y cuentos” de Emilia Pardo Bazán.

Sobre el suelo, cubierto con un pijama y sobre éste un batín, yace inerte uno de los más grandes poetas españoles. Entre las manos una pipa y una cerilla que no llegaron a encenderse al amanecer.

Luis Cernuda muerto en el exilio. Un transterrado más que no pudo regresar a España, su vieja Patria, “un país donde todo nace muerto, vive muerto y muere muerto”. La Guerra y su implicación con la II República se han quedado en el sutil pliegue donde nunca habitó el olvido.

Han pasado cincuenta años. La desolación y su recuerdo, no solo perduran, crecen. El desterrado y solitario aliado de la soledad, esa atalaya desde la que observaba y entendía al mundo, ya lo dejó escrito: “Cuando en días venideros, libre el hombre del mundo primitivo a que hemos vuelto de tiniebla y horror, lleve el destino tu mano hacia el volumen donde yazcan olvidados mis versos, y lo abras, yo sé que sentirás mi voz llegarte".




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Publicado por María Torres para
Búscame en el ciclo de la vida el 11/05/2013 08:30:00 p.m.