La actuación responde a necesidad de mejorar el acceso a la reciente ampliación del cementerio y al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica
El monumento funerario, en muy mal estado de conservación, alberga los restos de siete fallecidos a manos del bando republicano tras el Golpe de Estado de 1936, entre ellos los del conocido misionero jesuita Leonardo Gassó
El panteón franquista en el cementerio de Moixent, vallado debido a su mal estado estructural. / PERALES IBORRA
El Ayuntamiento de Moixent ha dado los primeros pasos para desmantelar un panteón franquista ubicado en el cementerio municipal que alberga los restos de siete vecinos de la localidad muertos a manos del bando republicano tras el golpe de Estado de 1936.
El monumento funerario, erigido con la llegada de la dictadura y coronado con el símbolo de la Falange Española, se encuentra en un pésimo estado de conservación como consecuencia de la ausencia total de mantenimiento durante décadas.
En el centro del panteón, una gran lápida encabezada por el nombre de José Antonio Primo de Rivera recuerda a las víctimas —entre las cuales hay dos religiosos, uno de ellos el conocido misionero jesuita de ideología carlista Leonardo Gassó— como «caídos por Dios y por España», junto al lema: «¡Presentes!».
El consistorio tiene previsto proceder a la exhumación de sus restos el 20 de septiembre a las 13 horas, con la idea de que puedan ser posteriormente trasladados a unos nichos individuales que se facilitarán a sus familiares para que puedan mantener sus sepulturas en condiciones dignas. La resolución se firmó el 18 de julio, pero todavía tiene que notificarse y publicarse por cauces oficiales.
La lápida en la que se inscriben los nombres de los difuntos enterrados en el panteón. / PERALES IBORRA
Desde 2022, el panteón está incluido en el Catálogo de vestigios de la Guerra Civil y la Dictadura en el ámbito de la Comunitat Valenciana que se consideran «contrarios a la memoria democrática». Aunque la obliga a retirar los símbolos del franquismo, esta no es la única razón que ha conducido al ayuntamiento a tomar la determinación de demoler el elemento, sino que, según subraya el alcalde de Moixent,Guillermo Jorques, han primado otros criterios técnicos de peso.
El primero tiene que ver con la necesidad de conseguir una adecuada conexión entre la reciente ampliación ejecutada en el cementerio municipal y la parte antigua, dado que, en la actualidad, el acceso a la zona nueva se efectúa de forma independiente del acceso principal, mediante una puerta abierta en el cierre lateral de la prolongación.
Otra cuestión relevante es el mal estado del panteón, con graves desperfectos estructurales que obligaron hace tiempo a vallarlo por seguridad, puesto que se han producido desprendimientos de cascotes, dada su antigüedad y falta de conservación. Por todos estos aspectos, el alcalde sostiene que la actuación «no se puede demorar más».
«Máximo respeto»
Jorques (PSPV) aleja la decisión de cualquier ánimo de perturbar la convivencia y recalca que la exhumación se va a llevar a cabo «con el máximo respeto posible». Los familiares de los difuntos ya tienen asignados nuevos nichos para dar sepultura a los restos en la parte más reciente del camposanto, una vez respondan a la notificación municipal.
En el libro de registros del cementerio no existe ninguna anotación sobre la asignación del panteón como lugar de enterramiento de los fallecidos que en el mismo reposan, ni tampoco hay ningún documento acreditativo al respecto.
El símbolo de la Falange corona el mausoleo, junto con una gran cruz. / PERALES IBORRA
El misionero carlista que evangelizó América
Entre los siete difuntos cuyos restos descansan en el panteón franquista del cementerio de Moixent destaca la figura un conocido misionero jesuita de idelogía carlista que se dedicó a evangelizar comunidades indígenas de Latinoamérica entre finales del siglo XIX y principios del XX.
Nacido en el seno de una acaudalada familia de latifundistas de Moixent, Leonardo Gassó estudió Teología enEcuador y, más tarde, vivió en México,Colombia y Panamá, países en los que aprendió las lenguas indígenas. Publicó catecismos bilingües para convertir a las minorías al catolicismo, junto con otras obras.
En 1917, Gassó abandonó la compañía jesuita para encargarse de la parroquia de su localidad. En agosto de 1936, tras el Golpe de Estado, fue trasladado a la prisión de Enguera y fusilado en Anna a los 73 años de edad por su activismo carlista.
Otra de las víctimas del panteón es el reverendo sacerdote Pedro VicentePuig, nacido en Ròtova y párroco en Moixent desde 1905 hasta su muerte en 1936, a los 65 años. Comparte sepultura con el comerciante Rafael Mas (25 años) y el agricultor FernandoGasó (23 años), así como con Vicente Mas (50 años), Antonio Saus y José Calatayud.
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