dimecres, 28 d’agost del 2024

El franquismo asesinaba docentes

 https://www.levante-emv.com/opinion/2024/08/27/franquismo-asesinaba-docentes-107423222.html


 “Fueron acusados de antipatriotas, anticatólicos, inmorales, antiespañoles, irreligiosos, masones, enemigos de España, enemigos de la idea nacional, de liberales y al mismo tiempo republicanos y, ¡rojos!, de parásitos pseidointelectuales y hasta de profesionales del crimen; todo eso aparecía continuamente en panfletos, en escritos, en los parlamentos, las Cortes”. ¿Deshumanización como utensilio para la represión profesional, cultural, administrativa, en expedientes depurativos? Pietro Nenni periodista socialista italiano participe en la internacional Brigada Garibaldi -“en defensa de legalidad republicana”- informaría que: “a menudo se comprobaba que los responsables de los delitos más odiosos eran afiliados a la Falange fascista, camuflados de republicanos”. ¿Táctica imperecedera? Maestros -y maestras- ¡estuvieron siempre! “bajo el punto de mira de los sectores más reaccionarios de España, de la iglesia y del catolicismo político”

Las primeras provincias en caer bajo el ejército de ocupación sufrirían la denominada “violencia caliente”. Asesinatos y persecución del profesorado fueron la pauta “junto con los principales líderes de la República a nivel local, comarcal”. Existen datos fidedignos sobre las matanzas, informa Wilson Ferrús Peris, autor de varios libros memorísticos formales, catedrático de Instituto y profesor asociado de Historia de la Educación de la Universidad de València, coordinador del libro coral: “El magisterio fusilado. La última lección del maestro republicano” novedosa edición, revisada y ampliada de “Afusillats Mestres i republicans…”.

“León: cuarenta maestros fueron asesinados. Burgos: fueron asesinados veintidós, tenemos el caso de Antonio Benaiges (divulgador de la “autogestión, cooperación y solidaridad entre el alumnado”). En Navarra: de trescientos represaliados treinta y tres fueron asesinados. En Córdoba: al menos veinticinco maestros, entre el mil novecientos treinta y seis y el mil novecientos treinta siete, fueron asesinados, después y todavía se asesinaron a seis docentes más. En Huesca: todo apunta a veintiuno. En Ávila: por lo menos, fueron asesinados veinte, más dos inspectores y cuatro profesores de secundaria y Universidad. También fue durísima la represión en Asturias”. ¿Perenne indolencia política ante asesinatos franquista? ¿Seguir a rajatabla lo dicho por el filósofo y economista escocés Adam Smith: “Laisser faire, laissez passer…” (“Dejen hacer, dejen pasar…”)? “El Magisterio Primario formaba parte de esos primeros objetivos que, en los pueblos, los falangistas tradicionalistas, con la connivencia siempre o casi siempre del ejército y de los líderes militares se ensañó con ellos”. La última escena del film dirigido por José Luis Cuerda “La lengua de las mariposas”, plasma como el bando fascista en un pueblo gallego, “entre los principales republicanos, se llevan al maestro”.

“También aquí, en el País Valencià, fueron asesinados un total de veinte maestros, entre el tres de abril de mil novecientos treinta y nueve y el cinco de agosto de mil novecientos cuarenta y dos, (¡mil novecientos cuarenta y dos!), once de ellos en Paterna, uno en Alcira, tres en Castellón, cuatro en Alicante -uno de ellos un maestro procedente de Zaragoza-, y uno en Orihuela; muchos continúan todavía enterrados en fosas comunes e incluso alguno está en paradero desconocido”. Ferrús puntualiza que “estos asesinatos fueron ya concebidos, después de la victoria”. Entramado e institucionalización posibilitaron que en “ese régimen de terror” estos crímenes trocasen en “asesinatos legales para entendernos”. ¿Para cuándo el poder legislativo español será realmente independiente?

¿Por qué el complot fascista internacional se focalizó en España? ¿Por qué no se examinó reiteradamente “la política de neutralidad” de Francia, Inglaterra y el resto de “gobiernos democráticos”? El citado Nenni relata como el sindicalista León Jouhaux, Premio Nobel de la Paz, secretario general de la CGT (Confederación General del Trabajo) francesa dijo públicamente: “Lo que reivindicamos no es la intervención, lo cual sería una torpeza, sino sólo el derecho del Gobierno republicano y del Frente Popular español a comprar libremente lo que necesite”. ¿Genocida acorralamiento para vencer?

“Consejos de Guerra, Leyes de Depuración de Empleados Públicos, Juntas de Incautación de Bienes, Tribunales Especiales, Tribunales de Responsabilidades Políticas y el Tribunal de Orden Público” enumerados por el catedrático en la Universitat de València, Josep L. Barona, se aplicaron para el “exterminio físico, moral y económico de los republicanos”, puntualiza Ferrús, cuyo infalible peón sería “Felipe Acedo Colunga (quien, siendo gobernador civil de Barcelona, enviaba notas de prensa, “con obligación de publicarlas, para silenciar cualquier crítica a su gestión”), general y fiscal del ejército de ocupación, arquitecto teórico de la represión, artífice de su legitimación y justificación, de la necesaria tarea de limpieza que los vencedores debían seguir después de la victoria”. “Estaba entre la más pura tradición de la Inquisición española y los principios del derecho penal nazi”. “Intentó revestir de legalidad estos asesinatos y de legitimidad los tribunales militares y los Consejos de Guerra, lo que conocemos los historiadores como la justicia al revés” trasmitiendo que “los insurrectos habían sido los leales y los defensores del régimen republicano eran rebeldes facinerosos”. ¿Editoriales de textos docentes súbditas del franquismo adoctrinando? “El franquismo intentó borrar, extirpar, perseguir cualquier vestigio del proyecto de programa republicano, era necesario actuar no solamente contra las personas sino también contra las ideas, se despreció y desconfió de los intelectuales”.

De los “sesenta mil maestros en toda España, quince mil fueron sancionados, lo que significa un veintiséis por ciento del total” sin contar la “autodepuración, ni tampoco aquellos que optaron por rehacer su vida fuera de España”. ¡Batida contra la docencia! “Unos seis mil maestros fueron expulsados de manera definitiva del cuerpo y más de tres mil lo fueron temporalmente”. ¿Persecución sanguinaria? “muchos maestros también la padecieron, fueron asesinados”, sufrieron tortura. ¿Cuánto tiempo más ha de transcurrir para que el silencio y la complicidad desaparezcan?

La Segunda República apoyaría gubernamentalmente las Misiones Pedagógicas “cuya máxima urgencia sería acercar la educación a poblaciones”, aldehuelas, villorrios, allí donde la penuria era el arma de los “señores”. Estos maestros y maestras sabían que la educación “sería el fundamento esencial para la consolidación del nuevo régimen de libertad que no requería súbditos sino ciudadanos”, tal como relata el sexagenario escritor madrileño Rafael Torres. En la Segunda República estos docentes recorrerían tortuosos caminos llevando a lomos de mulas material escolar básico para instruir a la chiquillería. Mapas enrollables, pizarras y libros, todo viajaba por los caminos más abruptos. Como dice el antedicho escritor Torres, por aquellos “pueblos varados en el Medievo (cuando no en el Neolítico) (…) un fin del mundo de miseria, aislamiento y postración porque así había convenido desde siempre a las sanguijuelas del lugar, los caciques y los prestamistas que alimentaban, para su beneficio, el estado infrahumano de su población”. Docentes que en su convicción por la tarea no se arredraron al declarar que “a quien había que enseñar era a las autoridades políticas, enseñarles que en tanto aquel emporio del hambre y dolor existiera, ni la música, ni la literatura, ni las maravillas de la ciencia, ni el cinematógrafo, ni las obras de El Prado servirían para maldita la cosa”. Reflexión que también sustenta la pirámide de Maslow “o “jerarquía de las necesidades humanas” en cuya base está el cumplimentar las fisiológicas, El dramaturgo ciudadrealeño Antonio Gala anotaría: “La respiración en el hombre es instintiva, y la necesidad de alimentarse; pero también el deseo de la libertad, de la cultura y del progreso”. ¿Violencias socioeconómicas y primitivismos cegatos como herencia intocable?

“Veinte maestros fueron asesinados en el País Valencià entre ellos Antonio Pérez Picot, Víctor Huertas Martínez, Salvador Moyá García, José María Morante Benlloch, Ricardo Martínez Fabregat, Felipe Garrigabeitia Moreno, Manuel Villa Ubiña, Vicente Altabet Calatayud, Germán Sanz Esteve, Miguel Langa Mascarós, Francisco Galindo Martí, Vicente Moliner Nadal, José Pastor Bayarri, Vicente Talens Plá, Luis Rovira Miralles, Arturo Martín Median, Francisco Gregori Chuliá, Juan Bautista Campus Galiana, Mariano Ripoll Insa y José A. Uribes Moreno. Veinte nombres que estamos obligados a recordar”. Víctimas a las que sumar “otros tres que también fueron sometidos a este terror fascista y que no fueron fusilados”. Uno de ellos es Agustín Castellón Soler, nacido en Cullera, maestro en Onda, “murió en mil novecientos cuarenta en la prisión de Castellón por la situación que allí se vivía, por la situación miserable a la que estaban sometidos”. Otro es Perfecto Verdú Deltell, “nacido en el Pinós y maestro del Pinós, que murió en abril de mil novecientos treinta y nueve, después de haber sido rescatado por su padre de la Saca se lo llevaron de su casa los falangistas, lo fusilaron en el mismo cementerio y su padre y un amigo todavía consiguieron rescatarlo con vida, no teniendo bastante con ello los fascistas fueron a su casa y se lo llevaron de nuevo encerrándolo sin atender a sus heridas, murió agonizando durante unos días”. Finalmente, Manuel Dasí Martí que nació en l´Ènova, maestro en Baltanás (Palencia), murió en septiembre de mil novecientos treinta y seis como consecuencia de una Saca realizada por falangistas en el pueblo, se han encontrado ya sus restos y afortunadamente los tienen sus familiares”. ¿Qué culpable malicia abrigan ciertas gobernanzas, de antes y de ahora, impidiendo ¡como sea! la recuperación de los restos y la restitución de la dignidad? ¿Tiranía post mortem?

“Maestros laicos, maestros defensores de la laicidad” fueron considerados por “los inquisidores, los represores que, por el hecho de ser maestros, podrían haber influido en las conciencias, los responsabilizaron de todos los males, hasta ser los culpables de la grave situación que vivía España y de la inevitable, según ellos, Guerra Civil”. “El terror para que no se repita hay que mostrarlo y ni así llega a desaparecer”, dice Ferrús. ¡Ineludible “la pedagogía de la memoria!”. ¿Quién o qué financia el resurgir de “centurias negras” añorantes de la violencia exterminadora y falseadoras de la verdad? Émile Vandervelde presidente del Partido Obrero Belga, exministro de Justicia, articulista, contrario al “bandidaje capitalista” frasearía: “¿Hasta cuándo la ridícula imparcialidad pretenderá colocar en el mismo plano al Gobierno legítimo de una España amiga y a los sediciosos del 19 de julio de 1936?”.