María
Torres / 12 Junio 2014
Cuenta Ramón Ramos en
su libro "¡Que vienen los rusos!", que hubo una época en la que los visados españoles llevaban un gran sello
que ponía: "Este pasaporte es válido para todos los países del mundo
excepto Rusia y los países satélites".
Ese
tiempo, como os podéis imaginar, el era el franquismo. El dictador aún no se
había curado - la verdad es que no se curó nunca- de la psicosis de "La
horda roja". Seguía viendo la conspiración judeo-masónica por todas
partes, incluído los campos de futbol. Esto hizo que en el año 1960 España
renunciara a jugar la primera edición de la Eurocopa, a pesar del buen momento
que vivía el futbol español.
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