Este domingo se celebró la inhumación de María Domínguez y su compañero de fosa. Una jornada de contradicciones en la que las palabras de amor y lucha de AFAAEM compartieron espacio con la osadía de Lambán que llegó a defender la Ley de Amnistía de 1977 que encubrió los delitos de lesa humanidad, genocidio y desaparición forzosa de la Guerra Civil y de la Dictadura.
Solo han hecho falta 85 años y 43 años de democracia para que la historia coloque en su sitio a la primera alcaldesa democrática asesinada por el fascismo. Su sitio es, gracias a los esfuerzos de las asociaciones memorialistas y al equipo de arqueología, el cementerio de Fuendejalón.
Este enero la sacaron junto a los restos de un varón de una fosa común del mismo cementerio y este domingo ha sido enterrada de nuevo, esta vez con honores y con varios títulos honorarios, junto con su compañero de fosa.
El informe realizado por el equipo arqueológico ha demostrado que la alcaldesa no fue fusilada junto a otros tres hombres como aseguraban algunas fuentes historiográficas. En realidad fue ejecutada con dos disparos en solitario o en todo caso en compañía de un único hombre hasta el momento no identificado.
Los cuerpos permanecieron un tiempo indeterminado a la intemperie antes de ser enterrados y posteriormente fueron lanzados a una fosa común. Algunas fuentes orales aseguraban que fue enterrada envuelta en una sábana, que indicaría cierto grado de respeto, pero las pruebas indican que el cuerpo fue arrojado a la fosa perdiendo una sandalia y la peineta que tiraron junto a su pierna izquierda.
Entre los varios anuncios que han hecho las diferentes instituciones desde que salieran los restos, incluso sin tener la constancia de que correspondieran a la alcaldesa, se encuentran el reciente nombramiento como Hija Adoptiva de Fuendejalón por parte del Ayuntamiento de la localidad.
Este mismo domingo, el presidente de Aragón, Javier Lambán, anunciaba que el Gobierno de Aragón declarará la tumba de María Domínguez Lugar de Memoria. Así se une al Barranco de la Bartolina y la cárcel de Benabarre que ya cuentan con este figura de protección.
También se han impulsado iniciativas como la concesión de la medalla Santa Isabel de Portugal en 1999 a título póstumo; la reedición del libro “Opiniones de Mujeres”, donde se recogen sus artículos, -y que Lambán ha anunciado que volverá a reeditarse junto con la DPZ-, o la constitución de la Fundación de pensamiento y reflexión “María Domínguez" en 2004.
¿A quién le importa María?
Pese a todos estos honores, este domingo no es un día para celebrar, la razones son muchas pero no muy variadas. La primera de ellas es que este homenaje, como casi todos, llega tarde. Subrayamos, 85 años desde que los fascistas la fusilaran y 43 desde que arrancara la actual democracia. La realidad dista mucho de lo que se ha anunciado a bombo y platillo sobre el papel “fundamental” de la Dirección General de Patrimonio Cultural, si María Domínguez y muchas como ella han sido rescatadas del olvido ha sido por los esfuerzos y frustraciones de las asociaciones memorialistas, equipos de arqueología y genetistas que las han investigado, sacado e identificado, muchas veces, incluso cuando las instituciones han dado la espalda a la memoria histórica.
Lambán defiende la Ley de Amnistía delante de sus víctimas
La segunda de las razones por las que este domingo no puede considerarse un verdadero homenaje es por las palabras que lo han acampañado, concretamente las del presidente de Aragón, Javier Lambán. Ahí, delante de los restos de María Domínguez y del varón no identificado, ha valorado como un esfuerzo meritorio para la reconciliación la Ley de Amnistía de 1977.
La ley que precisamente liberó de toda culpa a quienes asesinaron y torturaron a miles de personas como las homenajeadas este domingo. Una ley que amnistiaba los delitos de lesa humanidad, genocidio y desaparición forzada de las autoridades, funcionariado y agentes del orden durante la Guerra Civil y durante los cuarenta años que duró la Dictadura de Francisco Franco.
Una norma incompatible con el Derecho internacional dado que impide juzgar delitos considerados imprescriptibles y que en 2012 el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió formalmente al Estado español su derogación.
Esta es una de las cuentas pendientes que tanta frustración ha generado en las asociaciones memorialistas y básicamente la razón de su existencia. Si no existe una política estatal de verdad, justicia y reparación, la ciudadanía organizada tendrá que hacerlo.
Pilar Gimeno, presidenta de AFAAEM, aunque con la voz tomada de la emoción no le tembló el pulso para denunciarlo durante su discurso en el acto de inhumación: “No estaremos pagando el olvido institucional y político, el manto del silencio con el que los sucesivos gobiernos de España trataron de cubrir esta cuestión de finales de los 70 hasta el año 2007. Y los numerosos portazos y desencuentros que las asociaciones y familiares nos hemos encontrado a lo largo de décadas por parte de las instituciones de nuestro país. Hemos llegado muy tarde pero habríamos llegado antes si hubiéramos encontrado apoyo entonces”. Aquí unos fragmentos de su discurso:
“La bandera tricolor hasta su últimas consecuencias”
Una de las grandes ausentes de este domingo fue la bandera republicana, tres flores colocadas encima de los restos de las dos personas homenajeadas fueron el único adorno tricolor “oficial” que se pudo ver en el acto.
Resulta paradójico que María Domínguez y su compañero de fusilamiento murieran por defenderla y ahora décadas después ni siquiera sean despedidos arropados con ella. Pilar Gimeno, presidenta de AFAAEM, lo explicaba emocionada durante su discurso: “María, sindicalista ugetista, feminista, republicana, siempre defendió el socialismo desde la república y especialmente desde su sindicato, la UGT. Desde aquel ‘no tengo que ser esclava de nadie’, desde el que María Domínguez reivindicaba su libertad hasta ese ‘consagro mi vida a la república y no desmayaré aun cuando sufra desengaños”.
Las víctimas sin nombre
La tercera razón no tiene nombre, ni siquiera una mera descripción en la placa del ataúd, es el varón no identificado, el hombre que fue asesinado y enterrado con María Domínguez.
Según la DGA el objetivo de este homenaje no era solo reivindicar la figura de María Domínguez sino también recordar a otras víctimas anónimas que, como el varón encontrado en la misma localización que Domínguez, están pendientes de una reparación como víctimas de un conflicto fratricida.
Y así lo hizo Pilar Gimeno que le dedicó unas palabras en el acto: “Un ser humano que tendría una familia, unos compañeros de partido, unos compañeros de sindicato, una trayectoria que en definitiva desconocemos pero que también queremos que hoy sea homenajeado porque amigos y amigas, no hay muertos de primera y de segunda”.
Sin embargo, mientras María Domínguez consiguió una subvención y una identificación rápida y eficaz, otras familias todavía esperan desde hace años la ansiada subvención para la recuperación de los restos de sus familiares y el posterior análisis e identificación.
El discurso de Gimeno terminó como debía, agradeciendo lo aportado y exigiendo que el compromiso de las instituciones no acabe este domingo, “una protocolocización de lo que está haciendo el Gobierno de Aragón y el de la propia Ley en sí misma y la entrada de esta cuestión. Por ejemplo, en los currículos escolares sería un avance que esperamos de este gobierno y que creemos que corresponde hacer lo más rápido posible”.
Por no hablar de la puesta en marcha de algunos de los compromisos que el Gobierno de Aragón adquirió con la Ley de Memoria Democrática como el Banco de ADN que agilizaría las identificaciones de quienes también lucharon contra el fascismo pero no tuvieron el honor de ser la primera alcaldesa democrática.
De hecho, este domingo el cementerio de Fuendejalón no ha podido contar con la presencia de las personas que con mimo y cuidado excavaron y desenterraron la fosa común de la alcaldesa y del varón desconocido. Este equipo arqueológico se encuentra inmerso en otra exhumación en Farasdues, tan solo ha podido acudir una persona del equipo para firmar la entrega de los restos a la familia.
Y es que en lo que se refiere a la memoria histórica, el tiempo corre en contra de las víctimas, las asesinadas, las que sobrevivieron y las que heredaron la herida. No hay tiempo que perder, todavía quedan muchas Marías Domínguez que sacar.
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