diumenge, 12 de maig del 2024

“Eres una puta y si quieres a tu hijo, firma aquí”: la realidad de los reformatorios para mujeres del franquismo

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El Patronato de Protección a la Mujer nació en 1941 con el objetivo de luchar contra la prostitución de menores. Sin embargo, en la práctica se trataba de un sistema penitenciario para mujeres


Entrevista a Consuelo García del Cid, escritora, y activista para dar a conocer los reformatorios franquistas

Entrevista a Consuelo García del Cid, escritora, y activista para dar a conocer los reformatorios franquistas

15:15

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Madrid

El Patronato de Protección a la Mujer fue un organismo español creado durante la dictadura franquista que estuvo funcionando desde 1941 y hasta 1985. Su “objetivo” era el de luchar contra la prostitución de menores de edad, pero en la práctica sus centros eran auténticos reformatorios para mujeres. Consuelo García del Cid, escritora e investigadora, lleva desde el año 2012 luchando para sacar a la luz la realidad que se vivía en dicha institución, de la que ella fue también víctima.

García del Cid ha explicado en Hoy por Hoy Madrid Norte que el lema del patronato era “velar por la mujer caída o en riesgo de caer que desea recuperar su dignidad”, aunque en la época franquista “una mujer caída era cualquiera”. Las ‘Guardianas de la Moral’ eran las encargadas de localizar a menores -por entonces la mayoría de edad estaba en los 21 años- en lugares públicos y llamar a la policía en caso de que tuviesen una conducta considerada “inadecuada” por el régimen.

Verdaderos sistemas penitenciarios

Una vez detenidas, eran trasladadas a un ‘Centro de Observación y Clasificación’, donde se les realizaban exámenes ginecológicos para determinar si aún conservaban su virginidad. En función de ello, se las clasificaba como “completas” o incompletas” y se las internaba en reformatorios más o menos severos. García del Cid relata que se trataba de un verdadero sistema penitenciario.

Es imposible cuantificar el número exacto de mujeres que tuvieron que vivir una situación así, ya que en muchos casos son las propias víctimas las que tienen reparo a hablar de ello y reconocer los hechos. Sin embargo, la investigadora afirma con rotundidad que se puede hablar de decenas de miles de mujeres que pasaron por los reformatorios franquistas.

Consuelo García del Cid admite que se trata de “una experiencia que te marca para toda la vida”. En su caso, las malas notas escolares y su presencia en manifestaciones contra el régimen franquista fueron motivos suficientes para internarla en uno de esos centros.

Las mujeres que estaban a cargo del patronato no tenían libertad, estaban obligadas a trabajar “durante todo el día en talleres de trabajo, fregando o directamente rezando”, sin recibir apenas formación académica y siendo adoctrinadas tanto a nivel religioso como político.

Bebés robados

Algunas de las internas de estas “pseudo-cárceles” llegaban a los centros embarazadas. En estos casos, el Patronato de Protección a la Mujer ejercía una fuerte presión hacia las madres para que renunciasen a la tutela de su hijo. García del Cid ha relatado en SER Madrid Norte cómo eran tales presiones: “eres una puta, una golfa, una desgraciada y si de verdad quieres a tu hijo, firma aquí”.

La situación podía ir incluso más allá, muchas de las mujeres que se encontraban bajo la “protección” del patronato eran huérfanas o habían sido abandonadas por sus familias. Unas circunstancias que eran aprovechadas, afirma García del Cid, para robar bebés, apartarlos de su madre y darlos en adopción: “te decían que tu hijo había enfermado, que lo subían al botiquín, y del botiquín no volvía ningún niño”.

A pesar de que a estas madres se les dijera que su hijo había muerto, la realidad era distinta, aunque en muchos casos todavía no ha sido revelada. En el Registro Civil los niños aparecían directamente con el nombre de la familia adoptante, por lo que seguir el rastro biológico de los bebés que fueron robados es realmente complicado a día de hoy.

Esas mujeres, que no contaban con una familia que las respaldara y cuyo tutelaje recaía sobre el propio patronato, podían estar internadas hasta los 25 años edad. No fue el caso de Consuelo García del Cid, que sin embargo cuando salió prometió al resto de sus compañeras que algún día sería escritora y contaría al resto del mundo lo que la dictadura franquista les había hecho, unas dolorosas vivencias que aparecen narradas en su libro “Las hijas desterradas de Eva”.

Encuentro con la autora en San Sebastián de los Reyes

Este viernes 10 de mayo la Morada de San Sebastián de los Reyes acogerá un encuentro con la autora en el que se expondrá la realidad invisibilizada que vivieron las mujeres durante la dictadura, comparándola con la situación que en la actualidad se vive en los centros de menores. Se trata de un acto organizado por Podemos San Sebastián de los Reyes, que comenzará a partir de las 19:00h de la tarde.