Cárcel de Carabanchel antes de su demolición
El Comisionado por la Memoria Histórica de Madrid, presidido por Francisca Sauquillo, ha comenzado a buscar un emplazamiento donde ubicar un Museo de Memoria Histórica.
Entre esos lugares se encuentra la Cárcel de Carabanchel, a lo que Sauquillo ha dicho: “Esa cárcel ya no existe, pero nos gustaría proponer algún tipo de memorial para que se recuerde que en la zona hubo una prisión donde hubo muchos represaliados”. Merece la pena que nos detengamos ante estas declaraciones…
La Cárcel de Carabanchel se convirtió en un símbolo de la represión durante el franquismo. Por ella pasaron la mayoría de los opositores al régimen por el mero hecho de no tener la ideología impuesta, y muchos de ellos fueron ejecutados allí mismo.
La cárcel comenzó su construcción en 1940 a manos de 1.000 presos políticos procedentes de la BDSTP (Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores Penados) e inaugurada en 1.944 por el ministro falangista, Eduardo Aunós.
Por esta cárcel pasaron personalidades como Chato Galante, Enrique Múgica, Marcelino Camacho o Willy Meyer.
Por esta cárcel pasaron personalidades como Chato Galante, Enrique Múgica, Marcelino Camacho o Willy Meyer.
Entre las ejecuciones podemos destacar la de José María Jarabo, Francisco Granados, Joaquín Delgado, y además en esa cárcel estuvieron tres de los últimos fusilados por el franquismo en 1975.
Interior de la cárcel de Carabanchel tras su abandono
La cárcel cierra sus puertas definitivamente en 1998 con José María Aznar como presidente y Jaime Mayor Oreja como Ministro del Interior. En aquel momento la cárcel estaba ocupada por 2.000 hombres y 500 mujeres.
Desde ese momento queda abandonada y su estado comienza a deteriorarse. Desde ese momento el barrio comienza a movilizarse pidiendo una reutilización del espacio, conservando su estructura, como medio para recordar lo sucedido. Entre las propuestas estaba la de crear un espacio para la recuperación de la Memoria Histórica, pero la pasividad del Estado y del Gobierno de Madrid, hizo que la cárcel se convirtiese en un espacio casi derruido por el tiempo, donde el bandalismo encontró su lugar .
Desde ese momento queda abandonada y su estado comienza a deteriorarse. Desde ese momento el barrio comienza a movilizarse pidiendo una reutilización del espacio, conservando su estructura, como medio para recordar lo sucedido. Entre las propuestas estaba la de crear un espacio para la recuperación de la Memoria Histórica, pero la pasividad del Estado y del Gobierno de Madrid, hizo que la cárcel se convirtiese en un espacio casi derruido por el tiempo, donde el bandalismo encontró su lugar .
De esta forma, en 2008, haciendo oídos sordos a las peticiones que ya llegaban de todo Madrid, el edificio se acabó derribando donde nisiquiera dejaron la cúpula como recuerdo.
Derribo de la cárcel de Carabanchel
El derribo se produce por dos motivos. Por un lado, la supuesta mala imagen que daba la cárcel al distrito, aunque la realidad es que si tal lugar se hubiera cuidado y dejado como un museo viviente de la memoria, a día de hoy sería un espacio de obligada visita para quienes llegan a Madrid. Además la imagen del un barrio sería la de un lugar que ha sabido dignificar a los represaliados, ganando gran interés turístico e histórico.
Por otro lado, está el motivo que tanto daño ha hecho no sólo al patrimonio español, sino a toda la sociedad: la búsqueda del lucro. El terreno fue cedido para la construcción de un hospital (que sigue siendo inexistente), zonas verdes, y 650 viviendas de las que sólo el 30% serían de propiedad pública.
Por otro lado, está el motivo que tanto daño ha hecho no sólo al patrimonio español, sino a toda la sociedad: la búsqueda del lucro. El terreno fue cedido para la construcción de un hospital (que sigue siendo inexistente), zonas verdes, y 650 viviendas de las que sólo el 30% serían de propiedad pública.
Habría que recordar a la Comisión de Memoria Histórica, que aunque el espacio exterior ya no exista, debajo existen numerosas galerias que no han sido destruidas con un gran valor histórico. Un lugar sin explotar, y en el que se podrían realizar numerosas actividades turísticas tanto para los madrileños como para turistas.
Es cierto, que el lugar se ha destruido, pero el solar sigue siendo aprovechable y sería un lugar idóneo donde crear un espacio para la recuperación de la memoria madrileña. No sólo por lo ocurrido en este lugar, sino para devolver el valor e importancia que se merece este barrio de Madrid.
Programa 17 – ¿Cuánto saben los jóvenes de Memoria Histórica?
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Autor: Fernando Aguilar@fer91ar
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