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13-08-2016 / 11:20 h EFE
Diversos colectivos de Badajoz, así como el PSOE y el sindicato UGT, rendirán pasado mañana un homenaje y recuerdo a las víctimas de la "matanza de Badajoz" de 1936, en el 80 aniversario de la toma de la ciudad "por las fuerzas sublevadas que asesinaron a 2.000 personas que defendían la libertad y legalidad".
La conmemoración se llevará a cabo en el cementerio Viejo o de San Juan de la capital pacense, según un comunicado del Grupo Municipal Socialista.
A las diez de la mañana habrá una entrega floral frente a la fosa común del citado camposanto, y una hora después representantes del PSOE y de UGT, así como de otros colectivos, tomarán la palabra para subrayar el significado de este acto, en "un intento de no olvidar, pues hay personas que se desconoce dónde yacen".
"Este homenaje no es un acto de partido, es un encuentro con la historia para que no se vuelva a repetir lo ocurrido en 1936, -se ha indicado- y también una ofrenda floral que sirve para desenmascarar a quienes quieren ocultar o falsear lo que sucedió, pues el olvido no es posible", han afirmado fuentes socialistas.
El objetivo es realizar una jornada para tener un recuerdo "a quienes fueron encarcelados y asesinados por ser socialistas o, simplemente, por ser republicanos y defender la legalidad en la ciudad".
Fuentes del colectivo Badajoz Antifascista han explicado que, a día de hoy, "no se ha responsabilizado ni juzgado a nadie. Todavía existen personas que están pendientes de ser registradas y reconocidas como víctimas del paso de la Columna de la Muerte".
"Los pocos vestigios que quedaban de aquellos hechos han sido eliminados. La Plaza de Toros, principal símbolo de la represión sufrida en nuestra ciudad por el fascismo, fue derribada y en su lugar, se construyó un palacio de congresos en el que ni siquiera figura una triste placa en memoria de los asesinados", han añadido.
Además, las obras de las paredes del cementerio eliminaron las marcas de bala que recordaban a los fusilamientos llevados a cabo por los sublevados.
El acto en el cementerio se realiza "para todos ellos y para tantas viudas e hijos que durante 40 años no pudieron poner una flor en la tumba de su familiar, pues la Guerra Civil Española no acabó en 1939 sino en 1975, porque los que perdieron la guerra siguieron siendo masacrados y perseguidos", han expuesto.
Badajoz Antifascista ha organizado para mañana una manifestación que recorrerá los puntos de la ciudad más significativos de aquel 14 de agosto de 1936, y que partirá a las 20:00 horas desde Puerta Trinidad.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/badajoz/que-paso-plaza-toros_50151.html
¿Qué pasó en la plaza de toros?
ALONSO DE LA TORRE BADAJOZ
21/04/2003
21/04/2003
Mario Neves nunca olvidó aquellos días de agosto de 1936. "Quiero dejar Badajoz cueste lo que cueste, lo más rápido posible y prometiéndome a mí mismo que no volveré nunca. Por mucho que me mantenga en la vida periodística, jamás se me presentará acontecimiento tan impresionante como el que me ha traído a estas tierras ardientes de España y que ha logrado destemplar completamente mis nervios".
Mario Neves era en 1936 un joven periodista de 24 años con estudios de Derecho que había llegado a Badajoz el 15 de agosto como corresponsal del Diário de Lisboa. El párrafo anterior pertenece a la última de las cuatro crónicas que envió a su periódico al contemplar lo sucedido en la ciudad extremeña tras ser tomada el 14 de agosto de 1936 por las tropas del teniente coronel Yagüe.
Lo que después fue conocido como la matanza de Badajoz destempló los nervios de Neves y envió directamente al manicomio a un colega y tocayo suyo, Mario Pires, periodista del Diário de Noticiasque mandó una crónica desde Badajoz el 16 de agosto y sufrió un ataque de locura a causa de la intensidad de su experiencia pacense.
¿Qué sucedió en Badajoz aquel agosto del 36 que volvió locos a los periodistas y que 67 años después aún sigue despertando controversias? ¿Cuántos republicanos fueron fusilados en la plaza de toros pacense: 4.000 como declaró Yagüe, aseguró en 1936 el periodista Jay Allen y apuntó recientemente el historiador Justo Vila?
PERIODISTAS Y ABOGADOS
¿Fueron 1.200 como escribió entonces el periodista Jacques Berthet y calcula hoy el historiador Reig Tapia; fueron los 1.500 que recogió el Colegio de Abogados de Madrid en un informe realizado por Eduardo Ortega y Gasset? Y por último: ¿Hubo realmente fusilamientos en la plaza de toros de Badajoz?
La polémica, que parecía calmada, se ha recrudecido en las últimas semanas. La inminente defensa de una tesis sobre la represión en Badajoz realizada por el historiador pacense José Luis Gutiérrez Casalá, donde se rechaza la teoría de las matanzas en la plaza de toros y se sitúa el lugar de los fusilamientos masivos en la plaza de San Juan, ha levantado un gran revuelo en Badajoz.
A esta tesis, resumida por Casalá en una entrevista a EL PERIODICO EXTREMADURA, se une la publicación del libro La columna de la muerte del historiador de Villafranca de los Barros Francisco Espinosa, donde se sostiene la existencia de matanzas en la plaza de toros.
Para acabar de encender la polémica, el exgrapo Pío Moa ha convertido en best seller su obra Los mitos de la guerra civil , que ya va por la 14 edición. Dedica un capítulo a Las matanzas de Badajozdonde defiende la "casi segura falsedad de las historias de cientos o miles de prisioneros masacrados en la plaza de toros o en otros puntos".
El tema de la plaza de toros ha vuelto a ser tema de tertulia en los cafés pacenses, es objeto de debate en las televisiones locales y no se han hecho esperar las reacciones políticas: IU organizó el pasado 14 de abril un acto de desagravio y homenaje a los republicanos muertos en la plaza de toros (7.000 según su concejal González Bermejo).
Tampoco falta en la diatriba la guinda de los recelos académicos entre investigadores. Así, en ámbitos historiográficos extremeños no se ve con buenos ojos lo que entienden como postura despreciativa de Francisco Espinosa. A su vez, el investigador de Villafranca critica en su libro "el escaso tratamiento de la cuestión y la falta de interés de la Universidad de Extremadura casi desde su creación (...) por la matanza de Badajoz".
Pío Moa llama "estudioso izquierdista" al catedrático de Historia de la Uex y director de la tesis de Gutiérrez Casalá, Fernando Sánchez Marroyo. Mientras que Espinosa critica a Marroyo por justificar de alguna manera los sucesos de Badajoz situándolos en el "contexto de urgencia por reanudar la marcha sobre Madrid que presionó sobre Yagüe y sobre sus gentes".
Polémicas aparte, lo cierto es que sigue habiendo puntos oscuros en torno a la cuestión. "El problema es que no hay ninguna documentación sobre lo ocurrido en la plaza porque allí empezaron las represalias en la noche del mismo día 14 de agosto, nada más entrar las tropas, y no intervenía la justicia". Quien habla es Francisco Pilo, autor de dos libros sobre el tema: Ellos lo vivieron y La represión en Badajoz .
Francisco Pilo es policía nacional en Badajoz. Suple su falta de formación universitaria e investigadora con la pasión y la disciplina. Cuando se sacan a colación sus trabajos, en los ámbitos académicos se suelen descalificar con un simple gesto. Sólo Francisco Espinosa reconoce los valiosos testimonios que recoge en sus libros.
UN LEGIONARIO GALLEGO
Pilo calcula que en la plaza de toros hubo unos 500 fusilamientos. Coincide con las cifras que da en su crónica fechada el 16 de agosto Mario Pires, el periodista portugués que enloqueció.
Pilo alaba el gran trabajo de Casalá. "Pero él se basa en los consejos de guerra y en ellos, lógicamente, no aparece nada sobre las represalias arbitrarias en la plaza de toros". Casalá cree que se podrán demostrar 7.000 fusilamientos. "Yo no niego las cifras de muertos, pero sí discrepo del lugar donde se realizaron las matanzas".
Sobre la veracidad de las matanzas, cuestionada por Pío Moa y algún otro historiador, existen no sólo los datos de registros civiles y otras listas documentadas por Casalá o Espinosa, sino también los fotogramas de la película grabada en Badajoz el 16 de agosto por René Brut, fotógrafo francés de Pathé Newsreels, algunas de cuyas impresionantes tomas están recogidas gráficamente en el libro de Espinosa.
Por no hablar de las declaraciones de Yagüe a John T. Whitaker para el New York Tribune cuando dice: "Claro que los fusilamos. ¿Qué esperaba? ¿Suponía que iba a llevar 4.000 rojos conmigo mientras mi columna avanzaba contra reloj? ¿Suponía que iba a dejarlos sueltos a mis espaldas y dejar que levantaran otra Badajoz roja".
Más controvertido resulta el tema de la plaza de toros. Gutiérrez Casalá es tajante: "No he encontrado ningún testigo ocular de los hechos en la plaza, pero sí del lugar donde yo creo que se produjeron los fusilamientos: la plaza de San Juan". Recoge además en su tesis la declaración de uno de los 14 legionarios que sobrevivieron al asalto a la brecha de Trinidad.
UN LEGIONARIO GALLEGO
Se trata de un gallego que se casó con una enfermera pacense y se quedó a vivir en la ciudad. Casalá se lo encontró en un club de ancianos y el exlegionario le relató cómo él y la legión fueron alojados en la plaza de toros el 14 de agosto. "La guardia civil se llevó a unos 20 presos y en la plaza no mataron a nadie", concluía el jubilado gallego.
Sobre el acuartelamiento de la legión en la plaza de toros, Pilo recoge los espacios exactos donde se alojó cada compañía legionaria. "Efectivamente, en la plaza se quedaron los supervivientes de la sexta bandera que habían entrado por Trinidad en labores de vigilancia".
"El resto de la legión, prosigue, se desplegó por las murallas en labores defensivas por si esa noche llegaban las columnas Sosa y Campini que eran esperadas. Cualquier cabo furriel sabe que no se puede meter a 2.000 legionarios en una plaza de toros porque un ataque aéreo acabaría con la tropa".
Casalá no aporta en su tesis testimonios de testigos oculares de la plaza de toros, aunque sí de los fusilamientos en San Juan. Sin embargo, frente a la falta de testigos oculares de Casalá, Pilo aporta en su libro dos testimonios directos de lo ocurrido en la plaza de toros.
En Ellos lo vivieron, Francisco Pilo facilita el relato de la experiencia de Francisco Moreno Ramírez, superviviente de la matanza en la plaza de toros. Son siete páginas de narración espeluznante. Tenía entonces 15 años. Ahora cuenta con 82. "La última vez que supe de él fue hace cuatro meses. Su hija me contó que estaba internado. Vive en San Roque".
Otro testimonio que aparece transcrito por Pilo es el del ayudante del conductor de la camioneta que trasladaba los cadáveres desde la plaza de toros hasta el cementerio. Trabajaba como contratado en el ayuntamiento. Cuenta cómo la guardia civil fue a buscarlo a su casa a las tres de la madrugada del 15 de agosto "porque había trabajo. (...) Uno de los civiles dijo que cogiera el camión del corral, que nos teníamos que ir a la plaza de toros".
A las tres y media llegaron a la plaza. "Dentro del ruedo, a mano izquierda, había varios muertos en fila y nos dijeron que los cargáramos en el camión y nos los lleváramos al cementerio". Volvieron a la plaza y dentro "había más muertos, pero no todos juntos, sino un montón aquí y otro más allá. Después supe que los sacaban por tandas y los iban fusilando. Aquel día dimos por lo menos seis viajes".
Pilo no facilita el nombre de este testigo ocular, pero hemos podido confirmar su sobrenombre: El Charlas. Ya ha fallecido. Pilo cuenta con otros dos testigos de lo ocurrido en la plaza. Uno es un guardia civil que vive en Almendralejo y que prefiere no hablar. Mandó un pelotón de fusilamiento en la plaza de 20 guardias.
El cuarto testigo se apellida Galán Luengo, vive todavía en el barrio badajocense de San Roque y es hijo de uno de los guardias civiles que fusilaban en la plaza. Recuerda que su padre se enteraba del servicio en el pelotón de ejecuciones cuando lo veía en el tablón del cuartel cada mañana.
Pilo calcula que en la plaza de toros hubo unos 500 fusilamientos. Coincide con las cifras que da en su crónica fechada el 16 de agosto Mario Pires, el periodista portugués que enloqueció.
Jacques Berthet, uno de los periodistas que entró el 15 de agosto en Badajoz, envió ese día una crónica a su periódico, Temps, donde hablaba de las continuas matanzas en la plaza de toros. El 16 envía otro artículo con este encabezamiento: "No son 500, sino más de 4.000 muertos. Badajoz está tranquila". Esa tranquilidad, escribiría años después el periodista Peter Wyden, era la premonición de Auschwitz.
http://www.forumperlamemoria.org/?La-verdadera-historia-de-la
La verdadera historia de la matanza de Badajoz
En la catedral, se atrincheró una resistencia roja, hubo un enfrentamiento armado pero poco después fueron asesinados por los hombres de Yagüe, comenzaron los fusilamientos en San Juan, en medio de la plaza se desarmaba y se procedía a la masacre, corría la sangre por las aceras de la actual calle Zurbarán, junto al actual bar Mercantil, de ahí su nombre, la “calle de la sangre”.
Dissabte 9 De Gener De 2010
Maider Dehesa Libertaria
El 14 de agosto de 1936, casi un mes desde el comienzo de la sublevación fascista, la ciudad de Badajoz cayó bajo el mando del mayor asesino que se conoce en la historia de este municipio, el general Yagüe, comenzaría así el principio del horror y humillación más grande sufrida por sus vecinos.
La Guardia Civil ansiaba venganza, días atrás se habían atrincherado en el cuartel situado junto a la iglesia de Santo Domingo, tras varios días se rindieron y lejos de ser fusilados fueron encarcelados como presos políticos en la cárcel de Badajoz al igual que otros sublevados que tampoco fueron fusilados, aunque se definían a sí mismos como fascistas.
La cárcel se encontraba en la calle Atocha, lo que se conoce como la Escuela de Artes y Oficios y la Escuela Oficial de Idiomas. El director de la cárcel se llamaba Miguel Ángel Pérez Blasco, fascista confeso contrario al alcalde socialista Sinforiano Madroñero, éste ejercía sus funciones sin ninguna limitación aun estando ocupada la ciudad por la izquierda, ordenó volver al trabajo al profesor de la prisión Vicente López de Haro Rodado aun encontrándose de vacaciones, para hacerlo preso justo a la entrada de los nacionales y posteriormente mediante la “causa general” promovida por Franco para denunciar a todos los sospechosos de rojos y contrarios al fascismo, ser fusilado sin juicio previo el 17 de agosto de 1936.
El 13 de agosto los nacionales alcanzaron la ciudad, situaron sus ofensivas en tres zonas estratégicas, la brecha abierta en la muralla localizada junto al actual parque de los Legionarios donde estaban situados los que su mismo nombre indica, la Legión, la brecha abierta en lo que se conoce como la carretera de la Circunvalación junto al puente de la Autonomía donde se encontraban los moros y la brecha abierta en la conocida como avenida de Huelva, junto al Instituto Zurbarán donde se encontraban los falangistas y demás sublevados. La Alcazaba de Badajoz parecía un fuerte muy difícil de alcanzar para Yagüe.
Los obuses eran lanzados y volaban por encima de las cabeza de las personas que vivían junto a la estación de trenes, todo el que intentaba escapar hacia Portugal, al entrar los nacionales en la ciudad, era detenido y enviado de vuelta por los militares de Salazar.
El teatro López de Ayala fue bombardeado y totalmente hundido por las bombas debido a que decían que allí se encontraban hacinados muchos rojos.
Tras derribar las resistencias los moros entraron en la ciudad sedientos de sangre matando a todo el que salía a la calle, violaban mujeres y arramplaban con toda la comida que encontraban, cuentan que guardaban en sus bombachos las cabezas cortadas de los milicianos que tenían dientes de oro como premio.
En la catedral, se atrincheró una resistencia roja, hubo un enfrentamiento armado pero poco después fueron asesinados por los hombres de Yagüe, comenzaron los fusilamientos en San Juan, en medio de la plaza se desarmaba y se procedía a la masacre, corría la sangre por las aceras de la actual calle Zurbarán, junto al actual bar Mercantil, de ahí su nombre, la “calle de la sangre”.
Junto al hotel Zurbarán, próximo a Puerta Palma había una nave donde guardaban caballos, éstos fueron sacados para hacinar allí a cientos de presos rojos para posteriormente ser enviados a la calle Pedro de Alvarado próximo al seminario y a la estación de trenes, a la casa de uno de los tenientes militares fascistas nacido en Badajoz, aquí se hacían juicios rápidos, siempre desfavorables para los milicianos ya que eran condenados a muerte por un tribunal militar. Los hermanos Plá, pertenecían a una conocida familia adinerada de Badajoz, se definían como republicanos y por esto fueron encarcelados también, el obispo Jose María Alcaraz y Alenda, fascista con las manos llenas de sangre hizo un esfuerzo interesado por sacarles de allí hablando con Yagüe, pero aun así éste no le hizo caso y los mandó matar.
En la plaza de toros situada donde ahora se encuentra el Palacio de Congresos, fueron llegando los camiones con los detenidos que la gente iba denunciando, no se sabe si por miedo o por envidia, por riñas anteriores que poco tenían que ver con ideales políticos. Se hacinaban hasta no caber e iban siendo fusilados, la mayoría sin juicio previo debido a no tener ningún motivo. Las mujeres, madres, hermanas… dormían alrededor de la plaza esperando noticias de sus hombres. De igual manera ocurrían los asesinatos en el cementerio, en su muro y en su interior, los cuerpos eran quemados y posteriormente enterrados en la fosa común que allí se encuentra. Muchos familiares se acercaban a ver si podían ver sus cuerpos y así saber si habían muerto o no.
Mientras tanto el gobierno de la República mandó bombardear Badajoz, pero el jefe de la aviación Mendiola, que era pacense, ordenó dar la vuelta para no matar a la población descargando las bombas junto al barrio de San Roque.
Queipo de Llanos republicano sublevado en Sevilla que consiguió ocupar esa ciudad mientras llegaban los moros mandando a unos militares subirse a un camión y proceder a dar vueltas alrededor para dar sensación que eran muchos, dió un mitin en la Plaza de San Francisco alardeando su victoria mientras tanto.
Los familiares de los asesinados eran reprimidos y despedidos de sus trabajos, a sus hijos se les decía que sus padres eran malos y por eso habían muerto, eran obligados a cantar el “cara al sol” cada mañana de pie con el brazo alzado y a dar gracias a los salvadores de la patria.
Los matrimonios civiles eran anulados y los nacidos de estos y no bautizados reprimidos, así como los niños huérfanos.
Badajoz quedó lleno de viudas, lleno de sangre, sin población civil joven y obligada a olvidar y a callar la humillación.
El general Yagüe confesó sonriendo, por segunda vez al ser preguntado sobre si era verdad esta matanza en Badajoz, que no podía dejar que en sus filas avanzaran 4000 presos rojos, jamás hubieran ganado la guerra entonces.
Que los crímenes de guerra aquí cometidos no queden impunemente olvidados.
Cinco claves para entender por qué Badajoz era una plaza prioritaria para los sublevados
Para muchos historiadores la matanza de Badajoz fue uno de los capítulos más negros de la Guerra Civil, que comenzó con la entrada de las tropas franquistas del general Yagüe. Paseos, asesinatos y desapariciones. Sin la menor formalidad. Ejecuciones con el barniz de los consejos sumarísimos de guerra.
'La Columna de la Muerte', de Francisco Espinosa, documenta hasta 1.500 personas víctimas de la represión en el mes de agosto de 1936 en el oeste de la provincia de Badajoz, con nombres y apellidos. Puede hablarse sin complejos de que la cifra se duplicó, pues muchos nunca fueron registrados.
Estas son las claves para entender, a modo de esquema, por qué la ocupación de Badajoz era prioritaria para los sublevados contra la II República:
-La provincia de Badajoz, siendo el camino más largo para el ejército del sur --procedente de Sevilla, para llegar hacía Madrid--, ofrecía la ventaja del apoyo de ladictadura de Salazar en Portugal, tanto en el suministro de apoyo logístico como una retirada segura en caso de fracaso.
-Había tenido la provincia de Badajoz un especial protagonismo en la puesta en marcha de la Reforma Agraria republicana, que trataba de ofrecer tierras a los campesinos y las ocupaciones de tierras de los grandes terratenientes en marzo de 1936. Según diversas fuentes, entre 60.000 y 80.000 campesinos se lanzaron a la ocupación de unas 3.000 fincas en Extremadura, siguiendo el llamamiento de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT-UGT).
Motivo por el que el avance de los sublevados suponía la posibilidad de acabar con las reformas republicanas.
-La dura represión se explica por la ferocidad de las tropas sublevadas del ejército español procedentes del protectorado en África, tropas bien pertrechas y experimentadas en la ocupación de poblaciones civiles a sangre y fuego. El caso de Badajoz no fue la excepción, por todas las localidades que pasó la “Columna de la Muerte” dejó su impronta: Llerena, Fuente de Cantos, Zafra, Almendralejo, Mérida…
Era un ejército que marchaba a marchas forzadas, que entraba en la población, eliminaba, a los elementos políticos contrarios más destacados, y seguía avanzado hasta la próxima población. Instaurando en cada una de ellas a cargos fieles de la antigua oligarquía, que se encargaban, con los falangistas locales y las fuerzas de la guardia civil, de mantener el control de la población y de las tareas de "limpieza". Es decir, de la represión de los disidentes aún vivos.
-Esta represión buscaba no sólo extender el terror y asegurar el control de la población, sino que tenía como objetivo eliminar a toda oposición política, cultural o cualquier persona que no mostrara su adhesión al nuevo régimen,especialmente dura fue contra muchos de los dirigentes obreros que habían participado en las ocupaciones de tierra.
Buena parte de los campesinos que participaron en aquellas pacíficas ocupaciones de fincas de marzo del 1936 o con posterioridad, fueron asesinados o encarcelados por la represión franquista como castigo a su rebeldía.
-Badajoz era la única plaza militar, tras la ocupación de Mérida el 11 de agosto de 1936, que contaba con fuerzas militares y policiales leales a la República, por lo que era vital para el ejército golpista acabar con ese posible foco de resistencia en su avance hacia Madrid, y asegurar el paso fronterizo con Portugal y las comunicaciones con el ejército sublevado del norte, bajo el control del general Mola, que ya controlaba la provincia de Cáceres.
*Este resumen, que desea ser un documento didáctico, ha sido posible gracias a la colaboración de Ángel Olmedo, historiador y miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura.
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