El franquismo asesinó y arrojó a la fosa 114 a periodistas, políticos, jueces, pintores y humoristas satíricos en seis sacas en el verano de 1940
«Vamos a Paterna, que van a fusilar a tu padre». Con esta frase, Federico y Manuel echaron a correr desde Godella a pleno pulmón, pero cuando llegaron al paredón del cementerio, Juan Manuel Contreras García, de profesión pintor y concejal del último ayuntamiento republicano, ya estaba dentro de la fosa. Su hermano y su hijo no pudieron hacer nada. A Juan Manuel lo asesinó el franquismo el 28 de junio de 1940, en una saca con políticos, periodistas, magistrados, profesores de escuela y hasta dibujantes de revistas satíricas. Todos ellos sin lápida ni honores en la llamada «fosa de la cultura».
La 114, con 197 fusilados en apenas dos meses del verano de 1940, es una de las fosas comunes de represaliados por el franquismo más grandes del cementerio de Paterna, y por tanto de toda España. Este jueves el Ayuntamiento de la localidad, a través del Boletín Oficial Provincial, anunció el inicio del expediente de excavación y exhumación para dar una sepultura digna a los cuerpos que todavía yacen allí. Además de esta, también se comenzarán los trabajos en la fosa número 2, con unos 20 fusilados el 16 de mayo de 1941. Anunciada la apertura del expediente, queda todavía que los procedimientos legales se resuelvan. «Esperamos estar exhumando en abril o mayo de este año, como muy tarde», explica Miguel Mezquida, arqueólogo encargado de los trabajos.
La fosa 114 es especial. No por el tamaño, sino por la gente que fue arrojada allí. «Magistrados de la audiencia, dibujantes de la revista satírica ‘La Traca’, un maestro, un pintor, periodistas, políticos. Esa fosa quiso ser una especie de escarmiento a la sociedad y al mundo de la cultura, la judicatura y la política valencianas. Es emblemática por el contenido que tiene, por quien está dentro de ella», apunta Matías Alonso, Coordinador del Grupo Recuperación de la Memoria Histórica en València.
Los listados del historiador Vicent Gabarda apuntan a que allí hay unas 197 personas asesinadas por la dictadura franquista, pero Mezquida matiza que el número puede variar un poco cuando se terminen los trabajos. «Los documentos oficiales del cementerio se perdieron, y sabemos que algunas personas conseguían recuperar el cuerpo de sus familiares y llevárselo. Muchos lo hicieron a Burjassot, Godella o València».
La fosa se llenó en seis sacas. Era la época más dura de la represión, según apunta Mezquida, en la que se hacían fusilamientos con muchísima frecuencia. Pero la del 14 de junio de 1940, la penúltima, fue distinta a las otras. Más de 37 personas fueron asesinadas por el franquismo solo para celebrar que los nazis habían tomado la ciudad de París ese mismo día, según apunta Gabarda en uno de sus libros. Aunque el autor matiza y dice que es imposible saberlo con certeza, pero los cronistas de la época así lo indican.
El abuelo Manuel
Juan Manuel Contreras, o como lo llama su nieta "el abuelo Manuel", no era político de vocación. Era un hombre culto para la época, leía y escribía sin faltas, participaba en los grupos de teatro y zarzuela de Godella y hasta tocaba la trompeta. También militaba en la Izquierda Republicana de Manuel Azaña y le tocó ejercer cuando el concejal de comercio de Godella se fue al frente. Cuenta su nieta que solo estuvo 23 días en el ayuntamiento. "Cuando acabó la guerra fueron a buscarle a casa, y él, como no había hecho nada malo se fue con ellos. Lo metieron un año en la cárcel de San Miquel de los Reyes y ya no salió hasta el paredón".
Lo acusaron de saqueador, y en el juicio sumarísimo mostraron recibos firmados por él de todo lo que había saqueado. "Es muy tonto pensar que un saqueador firma recibos, pero como mi abuelo era concejal tenía que firmar muchas transacciones, y lo condenaron a muerte por eso", dice Carmen. El acusador, según cuenta, fue un miembro de su familia materna, que después negaría todo a pesar de que su nombre figuraba en el escrito. "Yo llevo conmigo los apellidos de la víctima y el victimario", asegura Carmen.
Juan Manuel Contreras fue fusilado junto a nombres ilustres de la cultura y política valencianas del momento, en la última de las seis sacas. Con él fueron asesinados Vicente Miguel Carceller, editor de la revista satírica valenciana 'la Traca' (durante décadas la más leída de toda España), también Carlos Gómez Carrera, alias 'Bluff', dibujante de esta misma revista. También mataron a Luis Cisneros Delgado, secretario de sala de la Audiencia Provincial, y a Isidro Escandell Úbeda, periodista de Levante-EMV durante la Guerra Civil además de diputado socialista en las Cortes republicanas. Por este motivo, señala Carmen, este lugar ha adoptado el nombre de "la fosa de la cultura".
Carmen Contreras recuerda ir desde bien pequeña a visitar la fosa con su abuela. "Íbamos muchos domingos y siempre preguntaba '¿El abuelo Manuel cuando murió?', siempre me contestaban que en la guerra, y yo creía que fue en el campo de batalla, hasta que supe la verdad".
A la nieta de Juan Manuel, se le rompe la voz con el anuncio de la apertura de la fosa. «Nosotros no tenemos sed de venganza, no queremos venganza de ningún tipo, ni entrar en polémicas. Solo queremos poder rescatar a esas personas que están enterradas como perros, identificarlas y que sean enterradas de nuevo con sus familiares», sentencia.
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