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Cuando la República Española y los judíos fueron unidos en Matthausen
La conquista y el sometimiento de Europa por parte del nazi-fascismo de Adolf Hitler y sus colaboradores, no fue simplemente eso sino también, fue la demostración de una crueldad y criminalidad desconocida para la humanidad del siglo XX. La siniestra máquina de matar puesta en funcionamiento por el nazismo mostró el lado más oscuro de la humanidad al servicio de la destructividad y la muerte de millones de seres humanos de disitintas nacionalidades. Inmediatamente iniciado el proceso político-económico del nazismo, su principal cometido puntual fue la eliminación del pueblo judío de Alemania, y de cualquier otro pueblo o nación que no estuviera acorde con los principios del partido nazi-fascista llamado sofisticadamente, Nacionalsocialista y toda su aberrante concepción antropológica de la exclusiva “raza aria”. Para ello se construyeron entre otras horrendas maquinarias, los llamados campos de concentración para trabajos forzados, un eufemismo por campos de exterminio y muerte.Hubieron de esos campos en casi todas las naciones sometidas por la Alemania nazi, sin muchas diferencias en cuanto a su crueldad y cometido, entre ellos estaba el campo de concentración de Mauthausen fundado en 1938 utilizando mano de obra de presos traídos de Dachau. Se encontraba próximo a la localidad de Linz, en Austria.
Por ese infierno pasaron más de 200.000 personas de distintas nacionalidades de las cuales más de la mitad murieron víctimas de las cámaras de gas,inyecciones letales,fusilamientos y cientos de suicidios. Entre otras finalidades, Mauthausen, fue elegido por Hitler y Himmler y de acuerdo con Fco. Franco y su cuñado Serrano Suñer, para la reclusión y exterminio de los españoles republicanos, comunistas,etc. que fueran llevados a Mauthausen. De los casi 9.000 españoles que fueron prisioneros en ese campo de exterminio,unos 6.000 murieron de hambre, agotamiento, frío y distintas enfrmedades entre otras formas de muerte. Aquellos que eran sacados del campo jamás regresaban,terminaron en las cámaras de gas. Los que morían en el campo, desaparecían transformados en humo y cenizas en los hornos crematorios.
Francisco Boix sintió una profunda pasion por la fotografía desde muy temprana edad tanto como por su militancia comunista.En 1936 siendo un chico de 16 años estalla la guerra, pero él ya publicaba sus fotografías en una revista de laas juventudes comunistas llamada “Juliol”.
En 1939 debió exiliarse en Francia al igual que otros tantos españoles que fueron expulsados por Franco. Deambuló durante algún tiempo por los campos de refugiados hasta que en el mes de septiembre viajó a la reegión de Vosges en el norte de Francia. Pero en el mes de mayo los alemanes habían invadido el territorio francés ( 1940 ) y fue apresado y el 27 de de enero de 1941 lo enviaron a Mauthausen, donde pasó los siguientes 4 años.
Desde el comienzo de 1940 y muy especialmente en el mes de agosto los barracones de Mauthausen habían comenzado a llenarlos con los españoles republicanos expulsados por Franco y los desperdigados por el resto de Europa, ahora bajo dominio del III Reich. Dentro de ese infirno,Boix se encontró debido a su profesión de fotógrafo, en una relativa posición “privilegiada” al igual que algunos de sus camaradas. En 1940 funcionaba en el campo un servicio fotográfico dedicado a realizar retratos policiales de identificación de los prisioneros ( Erkennungsdienst) así como documentar la vida diaria en el campo de concentración.
Boix fue destinado a ese lugar como ayudante junto a otros prisioneros de distintas nacionalidades. Por esa razón se encontraron de alguna manera en una situación de cierto privilegio y algo mejor que la de los otros prisioneros.Esa relativa “libertad” de que disponían les permitió realizar ciertas actividades clandestinas. Boix había sido incluido como ayudante de Antonio García otro fotógrafo español al que no le daba descanso en su trabajo de registrar y revelar materiales que debían ser enviados a Berlin.
Junto a un grupo de prisioneros camaradas del partido comunista se combinaron para esconder los negativos fuera del campo. Un puñado de hombres que trabajaban diariamente en una empresa nazificada fuera del campo a los que llamaban “pochacas” debido a que el nombre de la empresa se pronunciaba así, consiguieron que Anna Pointer, una mujer de nacionalidad austriaca que concurría también a la fabrica aceptara esconder los negativos en una pared de piedra que rodeaba el edificio.
Al acercarse el final de la guerra los nazis intentaron eliminar cualquier elemento que fuera o pudiera ser una prueba de aquella siniestra carnicería, por lo que quisieron deshacerse del material fotográfico
acumulado durante los años que funcionó el campo de concentración. El 3 de mayo una patrulla de explortación estadounidense hizo un acercamiento. Los SS apresuraron el trabajo de destrucción de toda documentación posible que sirviera de prueba de sus atrocidades. Dejaron el campo en manos de un supuesto grupo de policías y bomberos austríacos, pero los prisioneros españoles ya tenían bajo su control todas las instalaciones ybarracones de Mauthausen.
El 5 de mayo, el campo es tomado definitivamente por los aliados. Francisco Boix ejerció entonces plena y libremente su oficio. Todas las tomas de los primeros momentos de la liberación de Mauthausen fueron efectuadas por él. La memorable foto que muestra la gran pancarta de bienvenida desplegada por los republicanos del partido comunista español es una de sus inmortales fotografías. Boix se mantuvo en el campo hasta los primeros días de junio, luego viajó hacia Francia, en París pasaría el resto de su vida.
De los casi 9.000 prisioneros españoles de Mauthausen, solamente sobrevivieron unos 2.700, entre ellos Francisco Boix. Luego de su liberación las fotografías recorrieron el mundo siendo un sorprendente testimonio del horror y las atrocidades del infierno nazi de Mauthausen. Pero el trabajo de Boix no terminó, creó un equipo con sus ex camaradas para ordenar la documentación rescatada y así poder identificar el mayor número posible de muertos que luego pondrían en manos de la Cruz Roja y organismos internacionales den Ginebra, que luego servirían como prueba concreta del genocidio nazi en el campo de concentración.
En 1946 Boix declaró como testigo en los juicios contra los criminales de las SS en Nuremberg y Dachau. Jamás se imaginaron los jerarcas alemanes de las SS que existiría tan voluminosa e impresionante documentación gráfica como prueba en su contra, guardado celosmente por el fotógrafo español durante años y ayudado por sus valientes camaradas republicanos. Fue la mayor prueba gráfica de las genocidas actividades desarrolladas por los seguidores de Adolf Hitler y bajo su mandato. En esas tomas quedaron al descubierto los rostros de criminales como, Himmler,Ziereis, Kaltenbrunner y otros.
Los jerarcas quedaron tan sorprendidos que Kaltenbrunner gritó enfurecido durante el juicio: ” Son falsas !!!” . Argumentó que existían técnicas para trucar fotografías, argumento que como es natural fue deshechado.
Francisco Boix había nacido en Barcelona en el año 1920. Los daños causados por la reclusión en Mauthausen le dejaron secuelas irreversibles. La descripciones que hacen de él sus camaradas, hablan de la fortaleza ideológica del español: “…Era un muchacho con una enorme vitalidad…una alegría
infecciosa…una simpatía…y vehemencia incontenible…un coraje probado y un optimismo sin fisuras…”
En 1951, cinco años después de testificar en los juicios de Nuremberg y Dachau, falleció en Francia cuando contaba nada más que 30 años. Fue enterrado en el cementerio de Thiais, al sur de París.
Luego de su muerte su nombre fue olvidado. Pero de acuerdo a ciertos datos,un número reducido de camaradas de Mauthausen le recordaron, manteniendo limpia su lápida (2001).
Sean hoy estas modestas líneas un merecido homenaje al heroe republicano Francisco Boix, fotógrafo y camarada del partido comunista español.
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