La fosa común donde se pensaba que yacía una decena de personas fusiladas en el franquismo está llena de enterramientos de bebés. Un juzgado investiga el hallazgo de un féretro con dos trozos de ladrillo en vez del cadáver de una criatura por si pudiera ser un 'bebé robado'. Sin embargo, han aparecido restos óseos justo debajo del ataúd.
MADRID
Las alarmas se dispararon el pasado mes de marzo, cuando el equipo arqueológico que trabajaba en la fosa 'X' del cementerio de Alicante halló un féretro infantil sin restos humanos en su interior. En vez de un cráneo y los restos óseos correspondientes a un bebé, los técnicos encontraron dos trozos de ladrillo. Según alertaron los arqueólogos, esta circunstancia se podría corresponder con un posible de caso de bebé robado, que investiga el Juzgado de Instrucción numero uno de Alicante.
Según explica Alex Calpe, jefe del equipo de la empresa ArqueoAntro, las evidencias podrían encajar en los casos de 'niños robados', en los que se certificaba falsamente la muerte del recién nacido, que era entregado a otra familia mientras la suya propia enterraba sin saberlo un féretro vacío, con algo en su interior para simular el peso del bebé; "en este caso podría tratarse de los trozos de ladrillo, que pesaban unos 800 gramos", cuenta a Público Calpe.
Sin embargo, tres meses después del hallazgo, la hipótesis de que se trate de un caso de simulación de enterramiento pierde fuerza, según ha sabido Público de fuentes relacionadas con el caso, ya que se han encontrado restos humanos de recién nacido en una especie de funda de plástico transparente encontrada justo debajo del ataúd con el ladrillo. Este dato obliga a los investigadores a tener en cuenta otra hipótesis: a la vista del estado del féretro, sin tapa ni fondo, el bebé inhumado y metido en la bolsa de plástico de la funeraria podría haberse deslizado hacia abajo de la fosa por el colapso de la misma, invadiendo el ataúd los dos trozos de ladrillo, presente en la cavidad. Estos ladrillos se usaban en las fosas marginales, como la fosa 'X' del cementerio de Alicante, para señalizar la presencia de los féretros dispuestos en la fosa común.
"Nosotros en nuestro informe no certificamos que sea un caso de bebé robado, no podemos hacerlo. Es un caso muy complicado y hay que ser muy prudentes", alega el arqueólogo Alex Calpe. La consejería de Calidad Democrática de la Generalitat valenciana denunció el caso por "presunta inhumación simulada". También la Plataforma de Víctimas por Desapariciones Forzadas Infantiles 'Te estamos buscando' solicitó a la Fiscalía General del Estado (FGE) que incorporara este caso a su investigación actual de otros 56 relacionados con presuntas sustracciones de neonatos. La FGE pasó el caso del féretro infantil a la Fiscalía de Alicante.
Sin rastro de las personas fusiladas
El ataúd infantil vacío fue encontrado por casualidad. Los arqueólogos buscaban en el fosa 'X' los restos de diez u once personas fusiladas en 1940. Era la primera intervención de este tipo que se acometía en el cementerio de Alicante, a petición de varias familias de la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo en Alicante. "Pero empezamos a encontrar muchos enterramientos infantiles, fetos y restos de miembros amputados que, según el registro del cementerio, corresponden a los años 1963 y 1964 y proceden del Hospital de Alicante", explica Alex Calpe.
El arqueólogo jefe del equipo sostiene que "en algún momento vaciaron la fosa para meter nuevos cuerpos y no sabemos lo que hicieron con los restos de los fusilados; seguramente los llevaron al osario general del cementerio". Las familias de los represaliados están muy afectadas ante la imposibilidad, de momento, de hallar los restos de seres queridos, según indica Calpe.
El féretro investigado está "muy deshecho", dice este arqueólogo. De hecho, sólo conserva los laterales, el fondo no existe ni tampoco la tapa de arriba. En su informe, el equipo multidisciplinar responsable de la exhumación hizo constar el hallazgo de la bolsa o funda de plástico, "típica de las funerarias de los años 60", cuentan a este medio fuentes del caso, que matizan que normalmente lo que se encuentra debajo de un ataúd corresponde al mismo enterramiento. La caja en cuestión es de mala calidad. "Eran ataúdes baratos, los que se podrían permitir las familias humildes o los servicios de Beneficencia", dice Alex Calpe.
Los restos del neonato hallados en la bolsa no podrán ser identificados porque no existen muestras de ADN con las que compararlos, así que si finalmente la investigación concluye con el archivo al no hallarse indicio de delito jamás se conocerá quién fue el bebé anónimo que durante unos meses estuvo en el foco de la atención mediática.
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