El proyecto de la asociación Herstóricas recupera y geolocaliza los sitios donde las mujeres fueron represaliadas y resistieron al franquismo, promoviendo la memoria democrática en todo el país
El programa “Objetivo Igualdad” de RTVE ha destacado la labor de la plataforma digital “Amiga Date Cuenta”, un proyecto de la asociación Herstóricas que busca recuperar y geolocalizar los lugares de memoria democrática en los que las mujeres desempeñaron un papel clave durante la dictadura franquista y la posguerra. A través de un mapa interactivo, esta iniciativa señala los espacios donde las mujeres sufrieron represión, así como aquellos donde lucharon por la democracia y los derechos humanos, devolviendo a la memoria colectiva el papel fundamental de las mujeres en la resistencia al franquismo.
En un reportaje especial del programa, la presentadora Carolina Pecharromán acompañó a Sara López, miembro de la plataforma “Amiga Date Cuenta”, en una visita a los jardines de las mujeres de Ventas, situados en lo que fue la emblemática cárcel de Ventas en Madrid. Este centro penitenciario, inaugurado en 1933 bajo la dirección de Victoria Kent durante la Segunda República, fue el primero diseñado específicamente para mujeres y un ejemplo de las reformas penitenciarias progresistas del periodo. Sin embargo, durante la dictadura franquista, la prisión de Ventas se transformó en uno de los principales centros de represión política contra las mujeres, albergando a miles de presas políticas y comunes.
La cárcel de Ventas: un lugar de represión
Durante el recorrido, López explicó cómo las condiciones en la cárcel se deterioraron rápidamente tras el final de la Guerra Civil Española. La prisión, concebida para albergar a 450 mujeres en celdas individuales, llegó a tener hasta 3.000 reclusas en condiciones de hacinamiento extremo. “Las prisioneras vivían en condiciones infrahumanas, compartiendo celdas diseñadas para una sola persona, sin acceso adecuado a servicios básicos como atención médica o higiene”, señaló López. La violencia, el maltrato y el aislamiento se convirtieron en el día a día de muchas mujeres que fueron encarceladas en Ventas durante la dictadura, muchas de ellas no por haber cometido delitos políticos, sino por su relación con opositores al régimen o por su simple resistencia ideológica.
El historiador Fernando Hernández Holgado ha sido fundamental en la recuperación de la historia de Ventas. En su obra Mujeres encarceladas: La prisión de Ventas, analiza el impacto de esta prisión en las vidas de miles de mujeres y cómo este centro de rehabilitación se transformó bajo el franquismo en uno de los espacios más brutales de represión. Holgado subraya que muchas de las mujeres encarceladas en Ventas fueron víctimas de un castigo indirecto, una venganza ejercida sobre ellas por su relación con hombres que habían luchado contra el régimen. Además, destaca cómo la cárcel también fue un centro de adoctrinamiento religioso, dirigido por la orden de las Hijas de la Caridad, quienes participaron en la represión moral y física de las reclusas.
Testimonios de la resistencia femenina: la labor de Tomasa Cuevas
El proyecto “Amiga Date Cuenta” no solo se basa en investigaciones académicas como la de Hernández Holgado, sino también en los valiosos testimonios de mujeres que vivieron en carne propia la represión franquista. Entre ellas, destaca el trabajo de Tomasa Cuevas, una ex prisionera política que dedicó su vida a preservar la memoria de las mujeres encarceladas durante el franquismo. Cuevas, militante del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), fue encarcelada en varias ocasiones y, tras su liberación, comenzó a recopilar los relatos de otras mujeres que sufrieron la misma suerte.
Su influyente obra Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas documenta las torturas, el hambre, la falta de derechos y las duras condiciones de vida que enfrentaron las prisioneras. Estos testimonios no solo narran los horrores de la cárcel, sino también la triple marginación que sufrieron estas mujeres: por ser “rojas”, ex prisioneras y mujeres en una sociedad que, tras la Guerra Civil, las condenaba al ostracismo. Las palabras de Cuevas y de las mujeres que entrevistó son una ventana crucial a la historia silenciada de las presas políticas durante el franquismo.
Uno de los aspectos más significativos de su obra es la persistencia del miedo, incluso décadas después de que las mujeres fueran liberadas. Algunas de ellas, como Cecilia Abad, expresaron en los años setenta que preferían no hablar de su pasado por temor a represalias para sus familias, un reflejo del trauma profundo que dejó la represión franquista. Cuevas también rescató la memoria de las Trece Rosas, un grupo de jóvenes ejecutadas por el franquismo en 1939, quienes se convirtieron en un símbolo de la resistencia femenina. A través de su trabajo, Cuevas ayudó a garantizar que las historias de estas mujeres no fueran olvidadas durante la transición democrática en España.
Ampliación del proyecto: visibilizando la memoria en zonas rurales
Si bien los primeros esfuerzos de “Amiga Date Cuenta” se han centrado en recuperar la memoria en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, Sara López explica que el proyecto está trabajando para ampliar el mapeo de estos lugares a zonas rurales. “Queremos que este trabajo sea inclusivo y abarque todo el territorio, no solo los centros urbanos”, afirma López. Una de las áreas en las que ya han comenzado a trabajar es el sur de España, en zonas como Sevilla y Córdoba, donde también se vivió una fuerte represión contra las mujeres durante el franquismo.
Entre los lugares destacados en el mapa de memoria de “Amiga Date Cuenta” se encuentra la Maternidad de Nuestra Señora de la Almudena, en Peñagrande. Este centro, gestionado por el Patronato de Protección a la Mujer, fue una de las instituciones más longevas del franquismo, dedicándose a controlar el comportamiento moral y físico de las mujeres. En esta maternidad, muchas jóvenes solteras y embarazadas fueron recluidas, sometidas a trabajos forzados y separadas de sus hijos, que eran robados y entregados a familias afines al régimen. “Es crucial que estos lugares también formen parte de la memoria colectiva, porque muchas mujeres sufrieron no solo el castigo físico, sino también la separación forzada de sus hijos”, añade López.
Reparación y derecho a la memoria
El objetivo de “Amiga Date Cuenta” es claro: “Queremos que haya una reparación para las personas que fueron represaliadas y que la ciudadanía conozca estos lugares de memoria”, subraya López. La plataforma no solo busca educar al público sobre estos espacios, sino también promover la participación ciudadana en la construcción de una memoria democrática inclusiva. Las mujeres que lucharon por los derechos y las libertades en España no deben ser olvidadas, y proyectos como este aseguran que sus historias permanezcan vivas en la memoria colectiva del país.
Este esfuerzo por visibilizar los lugares de memoria democrática y rescatar las historias de las mujeres que resistieron al franquismo es un acto de justicia histórica. Gracias a investigaciones como las de Fernando Hernández Holgado y los testimonios de Tomasa Cuevas, se ha reconstruido una parte esencial de la resistencia femenina que, hasta hace poco, había sido invisibilizada. Iniciativas como “Amiga Date Cuenta” garantizan que estas historias no solo sean recordadas, sino que ocupen un lugar central en el relato de la lucha por la democracia en España.
La recuperación de estos espacios de memoria, tanto en las grandes ciudades como en las zonas rurales, no solo es un homenaje a las mujeres que lucharon y sufrieron durante la dictadura, sino también una herramienta clave para la educación y la construcción de una sociedad que valore y proteja los derechos y libertades por las que ellas lucharon.
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