
Esta luna fría y blanca
que refleja
en lo alto del cielo boreal
nuestra mirada pálida e inquieta.
Esa luna de allá nos pasa rozando aquí,
roja y sangrante.
Las crestas de las sierras de España
iluminan los rostros sangrantes de los muertos.
Hacia ese astro lívido
alzo el puño de mi cólera
y hago un voto
-¡oh, camaradas caídos por nuestra libertad!-
de no olvidar nunca
vuestro sacrificio anónimo.
Octubre de 1936, antes de su viaje a España.
LA HUELLA SOLIDARIA, EL LEGADO DEL DOCTOR BETHUNE Y LA AYUDA DE LOS VOLUNTARIOS CANADIENSES A LA SEGUNDA REPÚBLICA
El sábado 11 de marzo hemos estado emocionándonos con esta exposición en el Centro Cultural Conde Duque. Está formada principalmente por fotografías de la labor de Bethune como médico, en España creando el Servicio Canadiense de Transfusiones de Sangre y la unidad móvil de transfusiones de sangre.


Lo que quiero contaros es lo que yo mismo si en esta marcha forzada, la más grande, la más horrible evacuación de una ciudad que hayan visto nuestros tiempos”
Y después en el conflicto de China, apoyando a Mao Tse- Tung contra la invasión de los japoneses.


Eran voluntarios. Han recorrido miles de kilómetros, disfrazados y con nombres falsos, esforzándose en escapar al terrorismo policial (…) para batirse en un combate desigual con los mercenarios profesionales de una máquina militar dominada por oficiales de oficio, alemanes e italianos. Se batieron con fusiles de antes de la Gran Guerra contra las modernas ametralladoras alemanas e italianas. Sin casco, sin uniforme”
Los textos que he destacado en cursiva son del catálogo de la exposición y del libro “Las heridas” escrito por Norman Bethune.
La exposición estará abierta hasta el 2 de abril.
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