dissabte, 12 d’octubre del 2024

Se identifican 7 víctimas de franquismo en la Mina Terría por su ADN

 https://norteextremadura.es/se-identifican-7-victimas-de-franquismo-en-la-mina-terria-por-su-adn/actualidad/


 12 octubre 2024
Se identifican 7 víctimas de franquismo en la Mina Terría por su ADN

Se identifican 7 víctimas de franquismo en la Mina Terría por su ADN

Imagen del autor

Autor: Karok 🕞 Norte de Extremadura

La investigación en la Mina Terría logra identificar a siete de las 49 víctimas de la represión franquista gracias a pruebas de ADN, un paso significativo para la memoria histórica de Extremadura.

Guía del Contenido

Avances en la Mina Terría: Identifican Siete Cuerpos Tras Años de Investigación

Siete de los 49 cuerpos exhumados de la Mina Terría han sido identificados gracias a pruebas de ADN

En un importante avance hacia la recuperación de la memoria histórica en España, siete de los 49 cuerpos exhumados de la Mina Terría han sido identificados tras años de investigación. Los cuerpos

pertenecientes a víctimas de la represión franquista, representan un paso significativo hacia la justicia y el reconocimiento de las tragedias sufridas por tantas familias durante la Guerra Civil. Este avance ha sido posible gracias a pruebas de ADN y la colaboración de familiares dispuestos a aportar muestras genéticas.

La historia de la Mina Terría: represión y lucha por la verdad

La Mina Terría, ubicada en Valencia de Alcántara, ha sido un lugar emblemático en la lucha por la recuperación de la memoria histórica. En noviembre de 2017, se iniciaron los trabajos de apertura y

exhumación con la colaboración de instituciones como la Diputación de Cáceres, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Sociedad Aranzadi. Hasta el momento, se han recuperado los restos de 49 personas, muchas de las cuales no contaban con identificación formal hasta esta reciente investigación.

Se identifican 7 víctimas de franquismo en la Mina Terría por su ADN
Conchita Viera

Entre los identificados se encuentra Amado Viera, exalcalde de Valencia de Alcántara, quien fue asesinado y lanzado a la mina junto con otras víctimas en 1936. Su hija, Conchita Viera, de 91 años, expresó con

emoción lo que significó para ella finalmente conocer el paradero de su padre: “No sabía dónde estaba mi padre, y ahora ya puede descansar en una digna sepultura”, declaró entre lágrimas. El reconocimiento de estas víctimas supone un paso fundamental hacia la justicia y la dignificación de sus memorias.

El desafío de identificar los cuerpos restantes

Aunque el logro de haber identificado siete cuerpos representa un gran avance, la investigación aún enfrenta retos importantes. De los 49 cuerpos exhumados, 37 han sido identificados de forma preliminar por pertenencias personales, vestimenta o recuerdos de conocidos

pero requieren confirmación mediante pruebas genéticas. Además, quedan 12 cuerpos cuyos nombres y posible parentesco familiar siguen siendo desconocidos. La identificación depende ahora de encontrar a familiares dispuestos a colaborar con muestras de ADN.

Julián Chaves, catedrático de la Universidad de Extremadura y uno de los responsables del proyecto, subrayó la importancia de continuar la búsqueda de parientes que puedan ayudar a cerrar esta dolorosa etapa de la historia. Laura Muñoz, arqueóloga y directora del proyecto, también ha destacado el papel crucial de la divulgación pública para que más familiares se acerquen y puedan participar en la investigación. “La divulgación es vital; gracias a ella muchas familias han podido encontrar respuestas que llevaban décadas buscando”, afirmó Muñoz.

Compromiso institucional y perspectivas futuras

El acto de presentación de estos avances contó con la participación de Miguel Ángel Morales, presidente de la Diputación de Cáceres, quien reafirmó el compromiso de la institución para con la memoria histórica y la justicia. “Desde el primer momento hemos querido atender a una demanda social y humana: reconocer moralmente a todas las víctimas de la Guerra Civil y a quienes padecieron la represión franquista”, destacó Morales.

El trabajo no termina aquí. La investigación en la Mina Terría es solo el comienzo de un proceso que también se está replicando en otras zonas. Actualmente, se está llevando a cabo una nueva intervención en la Mina La Paloma, en Zarza la Mayor, a 33 metros de profundidad. Las autoridades esperan que, con el apoyo institucional y el esfuerzo de los investigadores, puedan lograrse más identificaciones y brindar un cierre a más familias afectadas.

Un paso hacia la dignificación de las víctimas

La identificación de estos cuerpos representa más que un simple avance científico; es un acto de justicia y memoria para las familias que, durante décadas, vivieron con la incertidumbre y el dolor de no saber qué fue de sus seres queridos. Estos resultados suponen un paso más en el reconocimiento de las atrocidades cometidas y en la búsqueda de justicia para todos los que sufrieron la represión.

La continuación del proyecto depende, en gran medida, del acceso a muestras genéticas de familiares que puedan aportar la información necesaria para confirmar las identificaciones. La colaboración ciudadana, junto con el apoyo institucional, sigue siendo esencial para cerrar este capítulo oscuro de la historia y ofrecer, finalmente, una sepultura digna a todos aquellos que perecieron en circunstancias tan injustas.

Un artículo que invita a la reflexión y la participación ciudadana

Este artículo sobre los avances en la recuperación de la memoria histórica de Extremadura puede generar opiniones encontradas, y es comprensible. La información tiene el poder de generar debate, pero también de acercarnos a la verdad y a la justicia. Queremos invitarte a seguirnos y comentar, ya que tu participación es fundamental para que el proceso de memoria y dignificación continúe avanzando. La historia de la Mina Terría y sus víctimas es una historia de lucha, de verdad y, sobre todo, de humanidad. ¡Comparte tu opinión y únete a este importante esfuerzo colectivo!

Se identifican 7 víctimas de franquismo en la Mina Terría por su ADN