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El Gobierno vasco presenta hoy en el Instituto de la Memoria el informe, encaminado entre otros objetivos a fomentar el recuerdo de las víctimas
- LORENA GIL
El Gobierno vasco presentará hoy el proyecto ‘Senderos de la memoria’, un exhaustivo informe en el que se fijan hechos y acontecimientos de relevancia histórica, como batallas y bombardeos por municipios, que tuvieron lugar en Euskadi durante la Guerra Civil, entre 1936 y 1937. El estudio, que responde a un mandato parlamentario, ha sido elaborado por el grupo de investigación Biography & Parliament de la UPV, bajo la dirección de los catedráticos de Historia Contemporánea Joseba Agirreazkuenaga y Mikel Urquijo. Su presentación, que tendrá lugar en la sede del Instituto de la Memoria de Bilbao (Gogora), correrá a cargo de la directora de este organismo, Aintzane Ezenarro, y su homóloga en el área de Víctimas y Derechos Humanos de la Secretaría de Paz y Convivencia, Mónica Hernando.
La Cámara vasca aprobó en junio de 2014 emplazar al Ejecutivo de Iñigo Urkullu a elaborar un trabajo independiente en el plazo de seis meses -finalmente ha sido mayor- en el que se enmarcaran los lugares relevantes de la contienda en la comunidad autónoma. Todos los partidos, salvo EH Bildu, respaldaron la iniciativa, acordada por el PSE y el PNV como enmienda a una proposición no de ley original de los socialistas. La coalición abertzale optó por la abstención. El estudio, que desde septiembre se encuentra en la red de bibliotecas del Gobierno vasco, se presentará oficialmente hoy, como parte de los objetivos con los que nació Gogora. Entre los proyectos que contempla desarrollar este instituto destaca impulsar distintas iniciativas -como un homenaje anual- que permitan mantener vivo el recuerdo de las víctimas del franquismo. ‘Senderos de la memoria’ se concibió con el fin de fomentar acuerdos con los ayuntamientos vascos que permitan la «identificación, protección y señalización» de los espacios vinculados a la Guerra Civil.
El informe identifica en un amplio listado las asociaciones que desempeñan en Euskadi diferentes acciones para preservar la memoria histórica. El número de colectivos asciende a 75, repartidos por distintas localidades de la geografía vasca. El estudio recoge una completa ficha de cada uno de ellos, en la que figura su ubicación, página web y una breve descripción del trabajo que llevan a cabo. En segundo lugar, los expertos recopilan una exhaustiva información en la que figuran desde las sedes del primer Gobierno vasco de Aguirre, todas ellas ubicadas en Bilbao, hasta los lugares en los que se produjeron los principales enfrentamientos bélicos, las localidades bombardeadas, así como una relación de los hospitales militares, las prisiones franquistas y republicanas y los lugares en los que se obligaba a realizar trabajos forzosos. Más de 120 espacios de confrontación, la mayoría de los cuales se encuentran en Bizkaia y en los que se produjeron numerosas víctimas. El estudio recoge una ficha de cada una de las batallas, además de episodios que ocurrieron fuera de Euskadi, pero que contaron con la presencia de combatientes vascos, como Asturias, Cantabria, Castilla y León o Cataluña.
Los bombardeos
Un capítulo especial merecen los bombardeos, que se dirigieron contra la población civil. Conocidos son los casos de Gernika y Durango, si bien el número ascendió a 600, según el estudio. Los bombardeos, según señalan los autores, resultaron «la evidencia del nuevo tipo de guerra que se universalizaría a partir de la Segunda Guerra Mundial». ‘Senderos de la memoria’ aborda asimismo otro escenarios de los que se suele hablar menos. Así, señala el medio centenar de edificios e instalaciones que se habilitaron como prisiones o centros de reclusión, tanto por el bando franquista como por el republicano. Entre ellos, por ejemplo, la plaza de toros de Vitoria, el convento de El Carmelo de Bilbao o la prisión del Teatro Kursaal de San Sebastián. El informe incluye los hospitales militares que se crearon y utilizaron por el Gobierno vasco durante la Guerra Civil, como también un listado de los más de cien lugares en los que se obligó a realizar trabajos forzosos.
El proyecto concluye con una serie de recomendaciones por parte de los autores con la vista puesta en la construcción de la memoria. Así, apuestan por poner en marcha exposiciones itinerantes en los municipios vascos y nuevos estudios que entren en cuestiones como las rutas del exilio o los niños robados.
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