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Miércoles, 18 de noviembre del 2015 - 15:51
Tras 40 años sin dictadura, en España solo existe un pequeño banco genético para identificar a los desaparecidos de la guerra civil y el franquismo. Pero es un proyecto privado, lanzado en 2011 por familiares sin ningún apoyo del Estado.
Dos sobrinos de desaparecidos, Roger Heredia y Joan Malagarriga, fundaron en 2011 este proyecto para recoger las muestras de ADN más significativas de cada familia y compararlas en el futuro con los restos no identificados de las fosas comunes.
"Los familiares de los desaparecidos son muy mayores. Están desapareciendo no solo sin saber donde están sus familiares sino también sin dejar su testimonio genético", denuncia Heredia, que trabaja como policía científico.
"Cuando nosotros, los hijos de los desaparecidos, nos vayamos, será como si no hubiera pasado nada", lamenta Eduard Martí Valls, que busca desde hace décadas el cuerpo de su padre republicano, asesinado en 1938.
Fruto de estas investigaciones escribió en varios tomos manuscritos la historia de este abogado republicano que guarda como un tesoro en su casa, junto a su pipa de madera y las decenas de cartas escritas desde el frente.
A punto de cumplir 90 años, tiene pocas esperanzas de encontrarlo antes de morir. Por ello, registró su ADN en este banco de Barcelona por si algún día el cadáver de su padre es exhumado.
Crear un banco genético "es algo de sentido común que se ha hecho en muchos países, Bosnia, Argentina, Guatemala...", dice Malagarriga.
Pero en España no existe una institución oficial similar, a pesar de que se estiman en más de 100.000 los desaparecidos por la guerra civil y la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).
Sin subvención pública, Heredia y Malagarriga impulsaron este banco de ADN en colaboración con el laboratorio de genética forense de laUniversidad de Barcelona. Son las propias familias quienes deben pagarse los 150 euros que cuesta cada muestra.
Las instituciones "nos han cerrado todas las puertas, no se nos escuchó nunca", lamenta Heredia.
Hasta el momento disponen de 87 muestras, muy por debajo de las 22.000 del banco de ADN creado tras la matanza de Srebrenica en Bosnia o las 9.000 del banco nacional de datos genéticos de Argentina.
"En España estamos como cuando murió Franco, no se ha hecho nada" para devolver los restos de los desaparecidos a sus familias, asegura Heredia, a pesar de una ley de memoria histórica aprobada en 2007 por el gobierno socialista.
Desde 2000, se recuperaron restos de 6.300 desaparecidos, pero esencialmente por el trabajo de asociaciones de víctimas.
"La ley no ha resuelto ninguno de los problemas que se planteaban", denuncia Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica. "Habla de facilitar la recuperación de los desaparecidos. Pero los derechos humanos no se facilitan, se garantizan".
dbh/mck/lmm.
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