Posted: 15 Jun 2015 01:19 PM
PDT
El 9 de junio se celebró el Día
internacional de los archivos, conmemorando la creación del Consejo
Internacional de Archivos en 1948 bajo el auspicio de la UNESCO.
El objetivo de celebrar este
día según el Ministerio de Educación Cultura y Deporte es “recordar que los
archivos están abiertos a todos y en todo momento” y que éstos son “la
memoria de nuestros pueblos, fuente de investigación histórica y centros de
difusión cultural, además de herramienta fundamental en la transparencia de
las administraciones públicas”.
Se puede leer la nota de prensa
del Ministerio replicada en muchos medios, pero extraño una lectura crítica
de esta jornada, que ayude a sensibilizar e informar sobre la importancia de
los archivos como servicio público que incide directamente en la calidad de
la democracia. La difusión de documentos y acontecimientos claves de nuestra
historia, es necesaria para fomentar en el presente el ejercicio de los
derechos y libertades fundamentales.
Las actividades programadas en
los Archivos Estatales incluyen homenajes a maestras archiveras,
conferencias, proyecciones, visitas guiadas y hasta una demostración de
esgrima histórica en el Archivo General de Indias. Llama la atención que las
actividades son las mismas para la mayoría de los Archivos, sin recurrir a la
particularidad de sus fondos. Si como enuncian en el Ministerio, quieren
visibilizar la relevancia de estos como centros de difusión cultural, no
encuentro la riqueza y la diversidad de la cultura que contiene cada fondo en
la proyección del mismo documental en todos ellos (“El último sefardí”).
En el programa para lograr los
objetivos de este Día Internacional, se ve una deficiencia que sufren los
archivos durante los 364 días restantes: la percepción de la ciudadanía sobre
el servicio público que estos ofrecen no es clara, situando a los archivos
alejados de la ciudadanía y de lo que acontece. Tratar a los usuarios como
espectadores es incidir en la distancia entre usuarios potenciales de los
archivos y las instituciones, una política generalizada en España en la
relación entre la ciudadanía y la administración.
Son necesarias acciones que
conecten con el presente y que muestren a los archivos como herramienta clave
en el derecho fundamental a la información. Por ejemplo, para potenciar que son
“fuente de investigación histórica” que mejor que exponer procesos de
investigación actuales, como el que realizó el periodista Danilo Albin, quien
gracias a documentos desclasificados descubrió que el rey Juan Carlos
financió con acuerdos millonarios la dictadura de Videla. Supongo que esto
sería promover la investigación crítica frente al discurso oficialista de la
Historia, pero conocer la Verdad es un derecho, y así lo recogen tres
informes publicados en los últimos meses por diferentes organismos de
Naciones Unidas, como el del Relator Especial sobre la promoción de la
verdad, la justicia y la reparación, Pablo de Greiff, quien señala, tras
mostrar su preocupación ya que invocando riesgos a la seguridad nacional y la
Ley de Secretos Oficiales documentos históricos y grandes fondos militares y
policiales permanecen clasificados y sin criterios claros que permitan su
desclasificación, que “la legislación y reglamentaciones vigentes no
resuelven las dificultades en materia de acceso, las cuales pueden abordarse
a través de una política estatal y una ley de archivos que revise los
criterios aplicables en materia de privacidad y confidencialidad, de
conformidad con los estándares internacionales, incluyendo el derecho a la
verdad”.
Programar una expoisición sobre
“Santa Teresa de Jesús, acción y oración” en el Archivo Histórico Provincial
de Salamanca para lograr el objetivo de mostrar el papel de los archivos como
“la memoria de nuestros pueblos”, es promover una memoria anclada en el
pasado que no ayuda a comprender la función de los archivos como herramientas
indispensables para la construcción de una memoria colectiva. El pueblo
seguramente se sienta ajeno a esa memoria y por tanto a los documentos que
ese archivo conserva y a ese archivo; como dijo el otro día el filósofo
Emilio Lledó “es esencial recuperar la memoria histórica, somos lo que hemos
sido; si no tuviera memoria no sabría quien soy”.
Teniendo en cuenta que
Salamanca alberga el Centro Documental de la Memoria Histórica, hubiera sido
muy interesante aprovechar su fondo para ser el referente en la labor del
Gobierno en fomentar la función social y democrática de los archivos y
la promoción de la memoria histórica, para que esta no quede relegada al
ámbito privado. La apropiación del relato histórico, del lenguaje y de llenar
el silencio tapando tantas verdades requiere de todo un sistema que abarca la
investigación y las fuentes y herramientas que permiten ésto.
“Recordar que los archivos
están abiertos a todos y en todo momento” es intentar manipular la realidad
del acceso a los archivos marcada por la arbitrariedad y la opacidad; pueden
preguntarle a personas que lucharon contra la dictadura en los últimos años y
que en la actualidad intentan acceder a documentos personales en diferentes
archivos públicos. Como dice la Asociación de Archiveros de Andalucía en su
manifiesto: “es necesaria una revisión de la legislación sobre el acceso para
superar criterios excesivamente restrictivos, confusos, contradictorios o
predemocráticas”.
Son muy valiosas las opiniones
de los profesionales que éstos días han aprovechado para para visibilizar la
falta de recursos materiales y humanos, la incidencia negativa de los
recortes, la falta de personal cualificado, y la desorganización de fondos
documentales, que no cumple con el ejercicio de transparencia de las
administraciones públicas.
Quienes diseñan políticas
públicas en materia archivística, saben lo importantes que son los archivos,
si no, no los triturarían ni los quemarían una semana antes de que la Guardia
Civil haya requerido documentación en el Ayuntamiento de Madrid y Valencia en
una nueva fase de la Operación Púnica. En vez de asegurar el servicio público
de los archivos como garantes de justicia, se ocupan del uso de los archivos
públicos para garantizarse la impunidad.
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Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
dimarts, 16 de juny del 2015
Triturando nuestra memoria
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