dissabte, 4 de juliol del 2020

La fosa común de Pico Reja podría albergar más del doble de víctimas franquistas de lo que se calculaba

https://www.tercerainformacion.es/articulo/memoria-historica/2020/07/04/la-fosa-comun-de-pico-reja-podria-albergar-mas-del-doble-de-victimas-franquistas-de-lo-que-se-calculaba



 · La Sociedad de Ciencias Aranzadi, encargada de los trabajos de exhumación, calcula que en la fosa común de Pico Reja yacen más del doble de víctimas de la represión franquista de las que se esperaban
 · Eva Oliva: “Exigimos que se levante un atestado oficial por cada víctima de la represión fascista, para que esas muertes figuren como asesinatos. No solo queremos conocer la verdad, también exigimos justicia y reparación”
Visita al cementerio municipal de San Fernando, en Sevilla / AS
La fosa común de Pico Reja, ubicada en el cementerio municipal de San Fernando (Sevilla) y en la que se espera encontrar los restos de Blas Infante, podría albergar más del doble de víctimas del franquismo de lo que se calculaba anteriormente. Así lo comunicó ayer la Sociedad de Ciencias Aranzadi, encargada de los trabajos de exhumación, en una reunión en la que estuvieron presentes tanto representantes municipales como familiares y asociaciones memorialistas. Hasta la fecha, y según los cálculos del historiador José Díaz Arriaza, se creía que en Pico Reja estaban enterrados los restos de 1.103 personas asesinadas por el franquismo. La estimación de Aranzadi es que la cifra podría ser muy superior y elevarse por encima de los 2.600.
Eva Oliva, edil de Adelante Sevilla que asistió a la reunión de ayer, ha reclamado al gobierno municipal de Juan Espadas “mayor transparencia” y, aunque agradece la información que ayer se facilitó a familiares y asociaciones, lamenta que “en lo que va de mandato el gobierno municipal no ha convocado ni una sola vez a la Mesa de Memoria Histórica, que debería poder abordar cuestiones tan importantes como la exhumación de Pico Reja”.
La concejala de Adelante Sevilla espera que “los trabajos de exhumación sigan avanzando a buen ritmo para que la sociedad sevillana conozca mucho mejor qué sucedió en nuestra tierra tras el golpe de estado fascista de 1936”. La edil se interesó ayer por “la cadena de custodia de los restos que están siendo exhumados, por el sistema con que se registran los daños que tienen los cuerpos que se hallan y por cómo se va a proceder a la hora de cruzar el ADN con los familiares, para poder identificar adecuadamente los restos de quienes fueron asesinados por el franquismo”.
Oliva ha exigido además al gobierno municipal que “se levante un atestado oficial por cada víctima, para que esas muertes no queden impunes y consten como lo que son, asesinatos”. La edil explica que “desde el movimiento memorialista no solo queremos conocer la verdad, sino que también exigimos justicia y reparación para quienes dieron su vida defendiendo la libertad y la democracia frente a los fascistas”.
La edil de Adelante Sevilla explica que “la fosa común de Pico Reja es una de las más importantes que hay en toda Andalucía, tanto por la cantidad de cuerpos que guarda como por contener los restos de Blas Infante, el padre de la Patria Andaluza”. Para Oliva “la fosa de Pico Reja es un testimonio inaudito de los crímenes de lesa humanidad que cometieron las tropas franquistas para derrocar a un gobierno legítimo y democrático”, y, por ello, reclama que “los trabajos de exhumación cuenten con todos los fondos que se necesitan para que desenterremos ese trozo de nuestra historia que, como la democracia, nos fue robado”. En este sentido, Oliva espera que “que no se tengan que paralizar los trabajos de exhumación por falta de presupuesto y no descarta que sea preciso un aumento del personal”, habida cuenta de los nuevos datos con que se cuenta.
No obstante, a pesar de la importancia de la exhumación de Pico Reja, Eva Oliva cree que “aún hay muchas más cosas pendientes por hacer en el actual mandato” y recuerda que “por desgracia, aún hay más fosas comunes por desenterrar, lo que da una idea clara de los crímenes que se perpetraron en nuestra tierra”. La edil de Adelante Sevilla marca como retos para el actual mandato municipal “concluir con la exhumación completa de los restos de Pico Reja, empezar el trabajo en las fosas comunes que quedan, conseguir la exhumación de Queipo de Llano del lugar de honor que ocupa en la Basílica de la Macarena, aclarar lo sucedido y recuperar la memoria sobre los bebés robados -que son los grandes olvidados del franquismo-, la retirada de la simbología franquista que aún pervive en nuestra ciudad y la realización de campañas divulgativas y de sensibilización para dar a conocer la represión y la magnitud de los crímenes que se cometieron tras el golpe de estado de 1936”.

Los 1.000 nombres femeninos de la represión franquista en Asturias.



https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2020/07/03/rostros-femeninos-opresion-franquista-asturias/00031593768051628150400.htm



La obra Silenciadas pero no olvidadas repasa la manera en la que la dictadura dirigió su maquinaria contra las mujeres y documenta cerca de un millar de casos de condenadas y ajusticiadas




ASTURIAS 

La Guerra Civil y el franquismo sumieron a España en cuatro décadas de oscuridad. Tanto de manera directa como de un modo más sutil y asumido como cotidiano, las mujeres padecieron doblemente esta opresión, muchas veces de manera anónima. También en Asturias. Una completa investigación busca, precisamente, saldar esta deuda o, al menos, intentarlo. No es sencillo expresar con una cifra la magnitud de la opresión de la dictadura sobre las mujeres en la región. Sin embargo dicho análisis cuantifica en 440 los casos de condenadas y en medio millar los de ejecutadas en Asturias. 
La Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR), con la colaboración, asesoramiento y ejecución de la entidad Covenant Servicios Audiovisuales, acaba de concluir la primera parte del proyecto Silenciadas, pero no olvidadas. Mujeres y represión franquista en Asturies. Dicha fase incluye el texto de un libro cuya autora es la historiadora Mónica García Fernández en el que, precisamente, se trata de sacar a la luz los casos de mujeres anónimas cuya libertad, autonomía y, en muchos casos, vida fue cercenada por el aparato represivo del franquismo. Una represión que no solo fue directa, de tipo político, sino que también se desarrolló de manera doméstica, en el día a día, institucionalizada. 

«Hace tiempo veníamos reflexionando del poco trabajo que se había dedicado en estudios memorialistas en Asturias al tema de la represión de las mujeres», explica Rafael Velasco, presidente de FAMYR. La semilla de este proyecto surge «en torno a la discusión y aprobación de la Ley de Memoria Democrática. La ley contempla de forma específica la oportuna reparación y recuperación de la memoria de las mujeres» y en directa colaboración «con la dirección general de Emigración de Begoña Serrano».
«En las siguientes fases implica la publicación del libro, una exposición itinerante para llevar a diferentes lugares, así como algún tipo de material audiovisual para tener un fondo documental», añade. Para su elaboración se ha acudido a «archivos históricos, bibliotecas y fondos documentales de diversas entidades».

Opresión institucionalizada
Considera que uno de los aciertos de la obra es no haberse centrado en exclusiva «en la represión política, que es la que más llama la atención, sobre todo las más vinculadas con el movimiento obrero y la enseñanza, en particular maestras republicanas, mujeres vinculadas a huelgas mineras y, en el tardofranquismo, las vinculadas a la lucha feminista».
Cree que, asimismo, «era muy importante situar esa represión de género hacia las mujeres, por el hecho de serlo, que a veces queda oculta». En este contexto «la Iglesia católica jugó un papel a la hora de situar a la mujer en un papel doméstico y sumiso, en la línea que la sección femenina u otras entidades del franquismo defendían».

Persecución política
Uno de los aspectos más aterradores de la obra tiene que ver con el relato de la vida de las mujeres que se vieron encerradas durante la Guerra Civil y los años posteriores en «campos de concentración como el de Figueres», donde eran habituales el acoso sexual y prácticas como «raparle el pelo a las mujeres, una forma de humillación social, represión y visualización pública con la que se pretendía, humillar y estigmatizar a esa persona que no encajaba en el canon oficial».
«Muchas mujeres pasaron por ese campo y en muchos casos sus familias no lo supieron hasta mucho más tarde», resalta. Se dieron muchos casos de «hijos y nietos que no sabían que su madre o abuela había estado en un campo, porque había colaborado con el socorro internacional, por sus militancias políticas o afinidades con la república». Considera que «en algunos casos esa represión en silencio, sobre todo la que tenía un cariz político han tenido algún reconocimiento, aunque sea tardío, pero muchas otras nunca han podido conseguirlo»
En la obra «hay referenciadas 440 mujeres con condenas y medio millar ejecutadas. Hay por ejemplo varios nombres asociados a la fosa común de Oviedo, a las guerrilleras huídas y asesinadas por la represión franquista», sobre todo en los años «más duros, del 39 al 52».
Uno de los casos más conocidos que se tocan en el libro es el de Rosalía Zapico asesinada en El Cadavíu «cuando iba a dar de comer a su hermano Ramón», guerrillero al que se dio muerte en el barrio gijonés de La Camocha en 1953. No obstante, sus páginas están llenas de «muchas mujeres de las que solo se tiene un nombre y un apellido». Es por eso que otro de los objetivos a futuro de FAMYR es «avanzar hacia homenajes más completos y poner en valor la biografía de estas personas en fosas comunes».

dijous, 2 de juliol del 2020

El Gobierno valenciano inicia las exhumaciones de víctimas de la represión con la apertura de la primera fosa en el cementerio municipal de Castelló.



https://www.eldiario.es/cv/Gobierno-valenciano-exhumaciones-cementerio-Castello_0_1043595829.html



La emergencia sanitaria y las medidas para atenuar el efecto de la pandemia se llevaron por delante los trabajos de memoria histórica previstos para esta primavera. Durante el confinamiento, la Generalitat tenía previsto participar en la apertura de tres fosas con restos de represaliados por el franquismo, una en la ciudad de Castelló y dos en la provincia de Alicante, así como la autorización de otras siete exhumaciones en territorio valenciano.
El desconfinamiento y la desescalada hacia la normalidad han reactivado los procesos, aunque con los protocolos y los tiempos ligeramente alterados. Este martes, la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática iniciaba los trabajos de exhumación de víctimas de la Guerra Civil en una fosa común en el cementerio municipal de Castelló; los primeros que esta administración sufraga en el municipio mediante convocatoria pública y los primeros pilotados directamente por el Ejecutivo autonómico.

Los trabajos durarán cerca de 20 días y, según los estudios previos, se prevé encontrar ocho cuerpos. Dos de las víctimas que se encuentran enterradas fueron alcaldes de las localidades castellonenses de Villahermosa y Llucena: José Llach Ibáñez y Casimiro Isidro Beltrán, respectivamente. Junto a ellos se encuentran los restos de Ricardo Sánchez Vila, José Garí Boix, Manuel Bueso Puig, Marcelino Ora Ribera, Agustín Martí Mateu y Francisco Bachero Bartol, según los responsables de los trabajos de recuperación. Las investigaciones indican que, de los represaliados, cinco fueron fusilados, dos asesinados con la técnica del garrote vil y a un tercero se le "indujo al suicidio".
La consellera de Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, acudía a la primera exhumación sufragada por la administración autonómica, que marca "un antes y un después" en la actitud de la Generalitat. Pérez Garijo ha avanzado que esta primera actuación vendrá seguida de otras muchas con el objetivo "soñado" de que el territorio esté "libre de fosas comunes".
La consellera ha querido también agradecer la tarea realizada por el Grupo de Investigación de la Memoria Histórica de Castelló, "que ha sido determinante para que se puedan realizar estos trabajos de identificación". Al respecto, ha indicado que "sin la tarea de estas entidades en los últimos años, sería imposible estar hoy aquí".
El coste de la adjudicación de estos trabajos es de 15.730 euros y el equipo técnico encargado de la tarea lo forman dos persones historiadoras, dos arqueólogas y dos antropólogas. En el cementerio civil de Castelló hay más de 400 personas represaliadas por el franquismo y en el osario, ubicado en la parte religiosa, hay enterradas 500 personas más, según indica la Generalitat en un comunicado.
Una vez finalicen los trabajos en Castelló está previsto iniciar las primeras exhumaciones costeadas con fondos públicos en la provincia de Alicante, en las localidades de Monòver y Benissa (donde reposan los cuerpos de cinco brigadistas internacionales fallecidos en el hospital de la retaguardia republicana ubicado en la localidad).
Hasta ahora, las exhumaciones financiadas por entidades públicas habían podido salir adelante con fondos de las Diputaciones provinciales en manos de la izquierda, comenzando por la de València y, desde el cambio de Gobierno, la de Castelló, ambas con coalición de PSOE, Compromís y Unides Podem-Esquerra Unida.
La Generalitat prevé -y así lo ha presupuestado- realizar trabajos de recuperación de la memoria en siete fosas comunes del territorio valenciano. Además de las tres ya citadas, se prevén actuaciones en Orihuela, Segorbe y Paterna. El obispado de Orihuela accedió el mes pasado a que la conselleria de Memoria Democrática iniciara los trabajos para recuperar los cuerpos de 17 republicanos.

Exhumaciones en streaming

Semanas atrás comenzaron los trabajos de exhumación de la Fosa 111 del cementerio de Paterna, el segundo espacio con mayor número de represaliados, conocido como el paredón de EspañaEl grupo de arqueólogos y antropólogos ArqueoAntro, especializado en trabajos de memoria histórica, tuvo que retrasar este proyecto por la COVID-19 y reanudarlo a mediados del pasado mes de mayo. Este grupo trabaja con el apoyo económico de la Diputación de València y ha realizado las primeras exhumaciones en el cementerio de Paterna.
Para acercar el proceso a los familiares, muchos de ellos mayores y población de riesgo, el grupo liderado por Miguel Mezquida decidió filmar parte de los trabajos y subirlos a Youtube para acompañar a los familiares de las víctimas. Otros procesos de exhumación habían comenzado con un homenaje que, como tantos actos de duelo, no ha podido realizarse por la pandemia.
En la fosa 111 del cementerio de Paterna se prevén recuperar 150 cuerpos enterrados, provenientes de tres sacas de fusilamientos. Los trabajos de exhumación de la primera fase han concluido con los restos de 49 personas. 
El grupo considera que deberán acelerar su actividad para poder cumplir con el plazo administrativo pactado, aún con la duda de si la pandemia habrá interrumpido o no el acuerdo. Si todo sale según lo planeado, en diciembre habrán concluido los trabajos en las fosas 111 y 120 del mismo lugar y, si no hay rebrotes, los familiares podrán recordar a las víctimas del franquismo.
En el último video de Arqueoantro, correspondiente a la séptima semana de trabajos de excavación el arqueólogo Alejandro Lara ha explicado la situación de los cuerpos que estaban enterrados en el fondo de la primera saca. Una capa de cal delata que los cuerpos de la segunda saca están cerca de asomarse. "Es importante documentar todo bien todo el proceso de excavación y registrarlo todo por escrito, con fotografías o con dibujos", explica Lara, responsable de documentación de Arqueoantro. 
El equipo de la excavación documenta mediante croquis la disposición de los cuerpos en la fosa. A la documentación gráfica se suma el dibujo arqueológico que permite a los investigadores saber a qué cuerpo corresponde cada extremidad. "De esta forma no es más sencillo asignar huesos en caso de que haya alguna duda", señala el arqueólogo.

dimarts, 30 de juny del 2020

Francia rechazó en 1941 la extradición del conseller de Cultura de la Generalitat.


https://www.lavanguardia.com/cultura/20200623/482028610737/ventura-gassol-extradicion-irurita-manuel-castellet-francia.html




El president Lluís Companys, en su despacho, junto a Ventura Gassol, conseller de Cultura. Companys fue extraditado de Francia y fusilado. Ventura Gassol se salvó (Brangulí)

  
En 1941, durante la Francia ocupada por los nazis, la administración franquista solicitó al Gobierno de Vichy la extradición de Ventura Gassol, que había sido conseller de Cultura de la Generalitat. Se le acusaba de haber instigado el asesinado del obispo de Barcelona Manuel Irurita y de apropiación de bienes. La justicia francesa, tal como explican Manuel Castellet y Rosa Anna Felip con documentación inédita en La no extradició de Ventura Gassol (ed. Base), denegó la extradición al considerar que no estaban acreditados los delitos.
Mientras Manuel Castellet, ex presidente del Institut d’Estudis Catalans, recopilaba información para su novela La mitra de l’exili, y en concreto sobre la relación entre el cardenal Francesc Vidal i Barraquer y el político Ventura Gassol, halló la sentencia de la Cour d’Appel de Aix-en-Provence que rechazaba la petición de extradición del gobierno español. Y a partir de aquí empezó una investigación sobre las distintas tentativas para procesar y detener a Ventura Gassol, de quien se pedía la extradición, simultáneamente a la del también ex conseller Josep Tarradellas. Un año antes, en 1940, el gobierno francés ya había entregado a la justicia militar española a Lluís Companys , que sería fusilado en Montjuïc. E igual suerte siguió el dirigente sindicalista Joan Peiró.

Ventura Gassol tuvo que exiliarse en 1936 por miedo a la FAI

Entre julio y octubre de 1936, Ventura Gassol (1893-1980), poeta y diputado de ERC, había desempeñado un importante papel como conseller de Cultura en la protección del patrimonio catalán, hizo aprobar decretos de confiscación de edificios religiosos para evitar su destrucción, trasladó fuera de Barcelona la obra de varios museos públicos y de colecciones privadas, y salvó numerosas vidas. Entre otros, ayudó a salir hacia el exilio al arzobispo de Tarragona Francesc Vidal i Barraquer y al abad de Montserrat Antoni Maria Marcet. Precisamente por todo ello fue objeto de persecución por parte de la FAI y los elementos más radicales que forzaron su exilio el 23 de octubre de 1936. Lo dramático para él era que en 1934 ya había sido detenido, junto a Companys y otros miembros de la Generalitat, por el gobierno de derechas tras los Fets d’Octubre.
Al poco de concluir la guerra civil, el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas abrió una causa contra Ventura Gassol. Un informe de la Guardia Civil señalaba que obraba “siempre de una manera nefasta para la nación”. Desde el Ayuntamiento de Barcelona, otro informe firmado por el alcalde Miguel Mateu lo calificaba como “dirigente rojo-separatista” y “hombre cobarde y propagandista acérrimo contra el Glorioso Movimiento Nacional. Gran traidor a la Patria”. La Falange lo acusaba de “masón”.

Una versión muy personal de la canción ‘L’emigrant’

La Jefatura Superior de Policía fue más lejos y lo acusó de haber incitado por radio el 19 de julio de 1936 a la destrucción de bienes y al asesinato del obispo de Barcelona, Manuel Irurita. Y además recogía la “regocijante anécdota” de que al tener que huir precipitadamente de Catalunya, tras entrar en Francia, cantó la primera estrofa de la canción L’emigrant. Y allí donde decía “d’enyorança es mor” habría dicho “renoi quina sort”.
Curiosamente el informe solicitado al vicario general de la diócesis, que firmaba el canónigo Joan Serra, se limitó a señalar que “por ser ignorado el domicilio” del acusado no había sido posible obtener informes y nada se decía en relación con el obispo Irurita.
Como detalle significativo es que en un registro policial en la casa de la mujer de Ventura Gassol en Barcelona, donde vivía su suegra, lo que se halló fueron 450 libros y un ejemplar de la Enciclopedia Espasa.
Con ese bagaje, el Tribunal consideró probado que Ventura Gassol “se dirigió por radio, incitando a las masas contra las personas de orden entre ellas el obispo Dr. Irurita, que luego fue vilmente asesinado al triunfar momentáneamente la turba roja”, y que una vez en Francia se lucró como agente de compras de material de guerra para el Gobierno. Y por todo ello fue condenado a la inhabilitación absoluta, el extrañamiento, las pérdida de todos sus bienes y de la nacionalidad.
Ventura Gassol, el que fuera conseller de Cultura de la Generalitat, en Saint Raphael, en la Provenza, en 1942, durante su exilio
Ventura Gassol, el que fuera conseller de Cultura de la Generalitat, en Saint Raphael, en la Provenza, en 1942, durante su exilio
Unos meses más tarde se inicia la llamada Causa General y se amplian las investigaciones. El director general de la Policía añade a su informe anterior un significativo párrafo: “Es en suma el elemento en el que se ha tratado de idealizar el separatismo catalán”. Se señala además que reside en Saint-Raphael, en la Provenza. El 21 de enero de 1941 España pide a Francia la extradición de varios refugiados republicanos, entre ellos, y además de Ventura Gassol, las de Josep Tarradellas y Federica Monseny. Este mismo año Francia y España firman un acuerdo secreto de cooperación tras un encuentro de Franco con Pétain. España aceptará el retorno de refugiados que viven en el país vecino y Francia se compromete a la entrega de los presos solicitados. La embajada española cuenta con un agregado, el policía Pedro Urraca,cuyo trabajo es la localización de refugiados, y que en su haber tiene ya el haber detenido al presidente Lluís Companys.
A primeros de agosto de 1941 Ventura Gassol y Tarradellas son detenidos y permanecerán un mes en la cárcel de Aix-en-Provence. La acusación principal es contra Ventura Gassol a quien se acusa de complicidad en el asesinato del obispo Irurita. La vista de la extradición se celebra el 15 de septiembre y previamente se producen presiones tanto a favor como en contra. Las intervenciones favorables del arzobispo Vidal y Barraquer y del abad Marcet de Montserrat, realizadas por escrito, así como la del Gobierno de México, ponen a Francia en una situación difícil. Pero los jueces no dudaron puesto que las dos acusaciones (complicidad en el asesinato y saqueo de dinero) no estaban probadas y emitieron un dictamen desfavorable a la extradición y ordenaron su puesta en libertad. También la de Tarradellas.
Ventura Gassol quedó libre y envió a su mujer y a sus dos hijos a México. Él sin embargo no obtuvo los permisos necesarios y no fue hasta el 20 de noviembre de 1942 cuando pudo pasar a Suiza. Se alejó de la política y no regresó a Catalunya hasta 1977.

Más dudas sobre el asesinato del obispo Irurita

Según la versión de los vencedores de la guerra civil, el obispo de Barcelona Manuel Irurita fue fusilado el 3 o 4 de diciembre de 1936, junto al cementerio de Montcada, y está enterrado en la catedral de Barcelona. Pero sobre su supuesto fusilamiento, hay ciertas dudas, puesto que no hay testigos directos y sí, en cambio, de que en enero de 1939 seguía vivo, porqué fue visto al salir del obispado. Y esas dudas explican que su proceso de beatificación esté paralizado.
Homenaje de la ciudad de Barcelona  al obispo  Manuel Irurita a principios de los años 40 en la catedral de Barcelona
Homenaje de la ciudad de Barcelona al obispo Manuel Irurita a principios de los años 40 en la catedral de Barcelona (.)
Los documentos del proceso a Ventura Gassol no hacen más que aumentar la confusión. La policía lo acusaba, en el informe que acompañaba la petición de extradición a Francia, de haber inducido a su asesinato con una arenga radiofónica, pero el tribunal francés recordó en su sentencia que “el obispo de Barcelona estaba vivo cuando Gassol marchó de Barcelona” (salió el 21 de octubre de 1936). Otros historiadores han hallado documentos donde se demuestra que durante la guerra civil hubo negociaciones para conseguir su liberación.