dissabte, 23 de novembre del 2024

‘Chistes contra Franco’: el reverso tenebroso del humor clandestino en la dictadura

 https://elpais.com/cultura/2024-11-21/no-nos-podemos-quejar-el-reverso-tenebroso-del-humor-clandestino-en-el-franquismo.html

Un espectáculo en el Teatro del Barrio de Madrid, pone en contexto, entre la risa y la tragedia, las bromas que se hacían sobre el dictador durante el fin del Régimen y la Transición

Francisco Franco llega al infierno y observa ese lugar lleno de dolor y torturas. Y sale el Diablo, que le dice: “¡Pero usted con cada tortura ni siquiera se queja!”. A lo que el dictador responde: “Bueno, es que me parece que sigo estando en España”.

Era uno de esos chistes, graciosos pero tristes, que circulaban, entre susurros y risas nerviosas, durante el franquismo. Hacía referencia a la Brigada Político Social, la siniestra policía secreta encargada de la represión, asesorada por agentes de la Gestapo sobre los mejores métodos de tortura. Algunos torturados se “caían por la ventana” y era común oír gritos en los alrededores de la sede en la Puerta del Sol. Pero esa realidad cruel se convertía en humor en los populares “chistes de Franco”. Algunos, por cierto, eran malísimos.

El espectáculo Chistes contra Franco, del artista Eugenio Merino y el humorista Darío Adanti, que se estrenó este miércoles en el Teatro del Barrio de Madrid (último Premio Nacional de Teatro), muestra cómo el humor popular de la dictadura y la Transición tenía un correlato en la más dura realidad del Régimen: la tortura, pero también las sentencias de muerte, la persecución del colectivo LGTBI, el fanatismo nacionalcatólico o el exilio. Todo eso que los nostálgicos de los pantanos olvidan, o que no olvidan pero que les da igual. También la falta de libertad de expresión:

Un español regresa a España y charla con un familiar. “¿Y por aquí cómo estáis?”, pregunta. “No nos podemos quejar”, le responde. “Entonces, bien ¿no?”, dice. “No, no: que no nos podemos quejar”.

Así que la cosa transcurre entre chispazos de hilaridad que nos llevan a territorios más sombríos: “Usamos los chistes para acentuar el drama, más que para hacer comedia”, explica Merino, quien, por cierto, metió a Franco en una nevera de Coca-Cola en la feria Arco de 2012, en la obra Always Francoque causó escándalo y le sentó frente a los tribunales. Fue él quien tuvo la idea para este espectáculo, tras dar con varios libros de chistes de finales de los setenta.

Aquí se reivindica el carácter político de estos chistes, aunque algunos de ellos se blanquearon hasta hacerles perder su potencial subversivo, hasta acabar pareciendo naif. Pero aquí se les pone el contexto necesario. “Estos chistes son como una polaroid documental”, añade Adanti, que quiere desmitificar eso de que la derecha sea ahora el adalid de la incorreción política: “Incorrección política era hacer chistes de Franco durante la dictadura”.

Ana Alonso, Eugenio Merino y Darío Adanti, artífices del espectáculo 'Chistes contra Franco', retratados en el Teatro del Barrio de Madrid.
Ana Alonso, Eugenio Merino y Darío Adanti, artífices del espectáculo 'Chistes contra Franco', retratados en el Teatro del Barrio de Madrid.JAIME VILLANUEVA

Planean llevar el espectáculo por diferentes lugares de España, también a lugares de memoria. Y editar un libro, y un casete con el audio, al modo de los que vendían en la gasolinera con chistes de Arévalo, por poner un ejemplo. Aunque no saben, entre risas, si hoy sería posible comercializar este producto en las áreas de servicio ¿Quién tiene casete en el coche? Es más, ¿quién tiene casete? El show se estrenó con motivo del 20 de noviembre, efeméride de la muerte del dictador. Que, por cierto, con lo que tardó en producirse, también generó ríos de chistes.

―¿Cómo llaman a la carretera de El Pardo?

―La feria.

―¿Por qué?

―Porque al final está el tiovivo.

Dentro de un año se cumplirán 50 años del deceso del dictador. “Creemos que hay personas, como los dictadores, de cuya muerte sí te puedes alegrar”, dice Adanti, “así que nosotros lo vamos a estar celebrando todo el año con estas funciones”. La próxima será el 20 de diciembre.

Acabar con la ‘dictablanda’

En escena Adanti comparece con la actriz y periodista Ana Alonso (directora de exitosas ficciones sonoras como Guerra 3 o El gran apagón), detrás de sendos atriles. Todo oscuridad, ropa negra, dos cañones de luz. El humorista cuenta los chistes, más de veinte, ante las risas del personal; la cosa se pone seria cuando Alonso se ocupa de narrar los textos documentales que ponen el contexto, fragmentos de obras de Pedro Alcántara Pérez, Fernando Olmedo, Rebeca Quintans, Pedro Oliver Olmo o Paul Preston, entre otros, además de informaciones de hemeroteca. “Se trata también de acabar con la idea de la dictablanda: los textos documentan los horrores del Régimen”, dice Alonso, “son textos de historiadores que se han pasado la vida investigando, no se trata de un panfleto o nuestras opiniones. Sus palabras son el vehículo para que el público entienda la realidad que acompaña”.

“Queremos hablar de Franco no solo para contar lo que pasó, sino también cómo se transforma en lo que hay hoy”, dice Merino, es decir, el auge global de la ultraderecha, desdiabolizada y creciente. Pasando también por el relato de una supuesta Transición modélica, en contraposición al de un proceso violento que muchos consideran que no supuso una verdadera ruptura con el Régimen. Un texto de Luis Miguel Sánchez Tostado enumera la herencia de la dictadura: 150.000 desaparecidos en fosas comunes, la ley electoral, las bases militares estadounidenses, la trama de grandes familias que dominan empresas del Ibex-35, un buen número de políticos que continuaron en activo o la jefatura del Estado hereditaria: la monarquía. “Ahora tenemos a Vox, a la extrema derecha y a los historiadores que blanquean la historia: algunos relatos están copando la historia”, dice Merino. “Están contando El señor de los amigos, pero con Franco”.

La revista satírica Mongolia, uno de cuyos artífices es Darío Adanti, ha conocido la reacción virulenta de la ultraderecha en algunos de sus shows. “Lo que veo es una diferencia entre un bando y otro: cuando hemos tenido críticas desde la izquierda se han quedado en trolear en redes por hacer un chiste de mal gusto: me han llamado de todo. Pero desde la ultraderecha hemos recibido amenazas reales, y hemos hecho cuatro shows con protección policial”, concluye Adanti. Y eso ya no es un chiste.

El show (y la dictadura) terminan cuando cuentan lo de aquel que va a una oficina de Correos:

―Buen día, vengo a Juancarlear esta carta.

―¿Cómo que Juancarlear? ―le responde el empleado―. Querrá decir “franquear”.

―Ya me parecía a mí que las cosas no iban a cambiar tanto como esperábamos…

Casi 47 años después de su asesinato, el Congreso rinde “homenaje a Manuel José García Caparrós, ejemplo de entrega a unos ideales, la democracia y la libertad de Andalucía”

 https://www.tercerainformacion.es/articulo/memoria-historica/21/11/2024/casi-47-anos-despues-de-su-asesinato-el-congreso-rendira-homenaje-a-manuel-jose-garcia-caparros-ejemplo-de-entrega-a-unos-ideales-la-democracia-y-la-libertad-de-andalucia/


  • Toni Valero, coordinador general de IU Andalucía y diputado por Málaga, consigue sacar adelante un texto en la Comisión de Interior, pese al vergonzoso rechazo de la ultraderecha de Vox y la abstención del PP, que insta al Gobierno a “incluir en el ámbito de aplicación de la Ley 20/2022 de Memoria Democrática casos como el de García Caparrós, víctima de la represión por razones políticas en la histórica manifestación de 4D de 1977 por la consecución de las libertades democráticas y del autogobierno para Andalucía y, en consecuencia, se inicien los trámites oportunos para la Declaración de Reconocimiento y Reparación personal, de acuerdo a lo establecido en el art.7 de la citada ley”.
Casi 47 años después de su asesinato, el Congreso rinde “homenaje a Manuel José García Caparrós, ejemplo de entrega a unos ideales, la democracia y la libertad de Andalucía”

Izquierda Unida logró sacar adelante en la tarde de ayer en el Congreso, a través de Toni Valero, coordinador general de IU Andalucía y diputado por Málaga en el grupo parlamentario Plurinacional, una proposición no de ley por la que esta Cámara rinde, textualmente, “homenaje a Manuel José García Caparrós, sindicalista de las Comisiones Obreras, asesinado en Málaga durante la manifestación del 4 de diciembre de 1977 por la autonomía andaluza, como ejemplo de entrega a unos ideales y a la consecución de la democracia y la libertad de su tierra”.

De la misma forma, en el texto final transado por Valero -que ha salido adelante en la Comisión de Interior por 19 votos a favor, 3 en contra y 14 abstenciones, es decir, pese al rechazo de la ultraderecha de Vox y, una vez más, la ‘puesta del perfil’ de la derecha del PP con su abstención- el Congreso insta al Gobierno a “incluir en el ámbito de aplicación de la Ley 20/2022 de Memoria Democrática casos como el de Manuel José García Caparrós, víctima de la represión por razones políticas en la histórica manifestación de 4 de diciembre de 1977 por la consecución de las libertades democráticas y del autogobierno para Andalucía y, en consecuencia, se inicien los trámites oportunos para la Declaración de Reconocimiento y Reparación personal, de acuerdo a lo establecido en el art.7 de la citada ley”.

En una sentida intervención, que coincidía además con el 49 aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco, Valero apuntó que “aunque se llegue tarde, hoy es importante reconocer a Caparrós y con ello la lucha de ayer y de hoy de las capas populares por la democracia”, una lucha en la que “muchas personas sencillas y anónimas para la historia se dejaron su vida, porque precisamente hoy hay una ola reaccionaria que amenaza las libertades que ellos conquistaron”.

Imagen del diputado y coordinador general de IU Andalucía, Toni Valero.

El coordinador general de IU Andalucía, destacó en su intervención que “es de justicia que la sede de la soberanía nacional rinda homenaje a Manuel José García Caparrós, como ejemplo de entrega a unos ideales de igualdad, libertad y justicia social para Andalucía”, al tiempo que recordó y reclamó que “es Hijo Predilecto de Andalucía y es también de justicia que sea reconocido como víctima por razones políticas al amparo de la Ley de Memoria Democrática”.

Toni Valero narró con el máximo detalle posible que le permitía su poco tiempo para explicarse que el asesinato de Caparrós “fue el en trascurso de la manifestación del 4D de 1977. Un joven puso una bandera de Andalucía en la fachada de la Diputación y, a partir de ahí, se produjeron cargas policiales y disparos. Uno de ellos le mató, el ‘gatillo fácil’ del franquismo siempre presente también en las manifestaciones pacíficas, como esa”.

“La muerte de Caparrós conmocionó a la ciudad -recordó-; se declaró el estado de excepción y su entierro fue multitudinario. Esta muerte ha quedado impune y ni siquiera hay un relato oficial sobre lo que ocurrió”.
Añadió que “nunca se han satisfecho las demandas de justicia de su familia, ni se ha desclasificado la documentación oficial. Pero la lucha de personas sencillas como Caparrós fue imprescindible para garantizar los derechos sociales y políticos en la Constitución y para que Andalucía alcanzase el autogobierno”.

En su sentido recuerdo de esta víctima durante la Transición explicó que fue “un joven malagueño de familia humilde, afiliado a las Comisiones Obreras, que salió a la calle un 4 de diciembre de 1977 a esa masiva manifestación bajo el lema ‘Libertad, amnistía y Estatuto de Autonomía’. Porque al pueblo andaluz nunca se le ha regalado nada, ni las libertades, ni los servicios públicos, ni el autogobierno”.

De la misma forma, Valero razonó que en aquella manifestación “Andalucía rompió el guion de la Transición, que quería relegarla a un papel secundario en la configuración territorial de España” y destacó con vehemencia que “gracias al empuje de las calles, jugó un papel de vanguardia en el diseño del nuevo Estado autonómico, porque el plan era federalizar el norte y regionalizar el sur. Pero el pueblo andaluz consiguió que Andalucía se reafirmara como nacionalidad histórica, junto a Galicia, Cataluña y Euskadi”.

El diputado y dirigente andaluz de Izquierda Unida había comenzado su intervención indicando con meridiana claridad a sus interlocutores de otras formaciones que “el relato oficial de la Transición nos dice que fue pacífica, obra del consensos, de pactos y de grandes hombres que tomaron decisiones clarividentes”, pero la realidad es que “es un relato que juega perfectamente el papel de ‘mito fundacional’ de la democracia. Es una visión distorsionada para cimentar en el imaginario colectivo una serie de falsedades que promuevan una actitud acomodaticia y acrítica”.

El ‘mito fundacional’ de la democracia

Denunció que ese mito “se trasmite cada día a jóvenes generaciones, como bien revela una investigación  del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales”, mientras “en los libros de texto de la Enseñanza Secundaria no aparecen las luchas vecinales, ni las huelgas, las reivindicaciones de presos ni las mujeres durante la transición”.

“Sin embargo, fue el empuje popular el que obligó a llegar a consensos a unas élites franquistas reacias a la apertura. Supuso el segundo proceso democratizador del país tras la II República”, apostilló.

Indicó también que la violencia franquista “fue vencida por la esperanza y el compromiso de muchas personas humildes y anónimas que se organizaron en asociaciones de vecinos, sindicatos, partidos políticos de izquierda clandestinos, y que en muchos casos fueron encarcelados, torturados y asesinados por ello”.

Estas personas “eran los ‘enemigos de la patria’ para la Policía y para algunos grupos terroristas de ultraderecha como el Batallón Vasco Español, Alianza Apostólica Anticomunista, Fuerza Nueva o Guerrilleros de Cristo Rey”.

Incidió en que ese relato “sobre la ‘pacífica’ Transición es parte de ese ‘mito fundacional’ de la actual democracia, en la que no se depuraron los aparatos represivos del franquismo”.

Y, por si no se había entendido, puso los ejemplos de que “buena muestra de ello fue la impunidad y condecoraciones con las que vivió el torturador ‘Billy el niño’ (el policía Juan Antonio González Pacheco) hasta su muerte; muestra de ello es que sigue habiendo un Estado profundo heredero del franquismo, que interviene desde la judicatura y otros aparatos del Estado, o también que haya sentencias como la de ‘Los 6 de Zaragoza’”.

Primera víctima de torturas policiales en la Transición que denuncia ante la Fiscalía de Memoria

 https://www.eldiario.es/catalunya/primera-victima-torturas-policiales-transicion-denuncia-fiscalia-memoria_1_11836302.html

Serra, Olivella (Irídia) y Antich (Òmnium), este  miércoles en Barcelona

elDiario.es Catalunya

Barcelona —

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Nueva vía. Tras el rechazo de los jueces a investigar las torturas policiales cometidas durante el franquismo y la Transición pese al nuevo marco implantado por la Ley de Memoria Democrátoca, las víctimas han acudido a la Fiscalía especializada.

Coincidiendo con el 49º aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco, Irídia y Òmnium Cultural han presentado este miércoles la primera denuncia ante la Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria Democrática de Barcelona por las torturas contra las hermanas Serra, activistas históricas de la izquierda independentista catalana. La denuncia la ha interpuesto Blanca Serra, la única de las hermanas que sigue vive.

La vía ante Fiscalía llega después de dos denuncias anteriores de Irídidia, Òmnium Cultural y la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) por las torturas sufridas por los hermanos Ferrándiz y Carles Vallejo durante el franquismo quedaran archivadas. Las víctimas han recurrido en amparo ante el Constitucional al discrepar de la tesis de los jueces, quienes archivaron los casos al argumentar que pese al marco de la nueva Ley de Memoria las torturas habían prescrito igualmente y quedaban bajo el paraguas de la amnistía de 1977.

“Este es un acto de justicia para las víctimas, un gesto necesario para acabar con la impunidad”, ha manifestado Blanca Serra, que ha subrayado los dos elementos de las torturas que sufrió: “Uno es la catalanidad y el otro la condición de mujer”, ha aseverado Serra.

“El poder se situó más allá de los márgenes de la ley, y la condición de la catalanidad y los cuerpos de las mujeres se convirtieron en un blanco perfecto para la demostración de la fuerza y la violencia del Estado”, ha considerado.

Serra, que nació en 1943, ha asegurado que después de tantos años ha logrado trabajar el trauma y poder denunciar lo que sufrió: “Me lo he pensado mucho porque han pasado muchos años. Y yo no había hablado mucho de las detenciones y torturas”, ha explicado. Los principales motivos que la han empujado a tomar la decisión han sido “que la juventud esté al día de lo que ocurre, ha pasado y pasará” y “reivindicar la Justicia”.

Ha relatado algunas de las torturas que sufrió, como cuando le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza que le impedía respirar: “Llegas a pensar, que es posible morir, y además sola, porque insistían mucho en la idea que morirías sola porque nadie se acordaría de ti”. También se ha referido a otras violencias que vivió, como cuando la golpearon en la planta del pie con una porra.

Sònia Olivella, abogada penalista y coordinadora de litigio estratégico de Irídia, ha lamentado la “impunidad” impuesta por la negativa de los tribunales de aplicar el marco jurídico existente y ha explicado que con la denuncia de Blanca Serra se da un paso muy importante en la lucha “contra la impunidad del franquismo y la Transición”.

La denuncia se ha interpuesto ante la fiscal especializada de Derechos Humanos y Memoria Democrática de la Fiscalía Provincial de Barcelona,  Sara Gómez Expósito, que fue nombrada el pasado mes de julio.

Serra solicita a la fiscal diligencias preprocesales que los jueces no han acordado al archivar de entrada las pesquisas, como recavar testigos, tomar declaración, oficiar a los organismos para que aporten todos los archivos y también pedir a la dirección de la Policía Nacional que facilite toda la información para identificar los agentes que participaron en las torturas.

La denuncia versa sobre cuatro detenciones que sufrieron la víctima y su hermana entre 1977 y 1982 (las tres últimas con la Constitución vigente). “Estas detenciones pasaron siempre en su casa, lo que significa que estaban vigiladas, y siempre fueron conducidas en primer lugar a la jefatura de Via Laietana 43”, ha indicado la abogada.

En tres de estos arrestos, la Policía Nacional trasladó a Blanca Serra al edificio de la Dirección General de Policía de Madrid, lo que, desde su punto de vista, muestra que esta represión era “plenamente coordinada”.

Olivella ha destacado que su caso es posterior a la muerte de Franco y que se enmarca en la aplicación de la ley antiterrorista, que amparaba detenciones largas e incomunicadas sin garantías legales. En el último arresto, que fue por “ultraje a la unidad de la nación española para exhibir una pancarta independentista”, tuvo que ingresar un mes en la cárcel de la Trinidad, donde la mantuvieron incomunicada “para que no contagiase al resto de reclusas”.

La Fiscalía lleva al Constitucional la negativa de los jueces a investigar las torturas del franquismo pese a la Ley de Memoria Democrática

 https://www.msn.com/es-es/noticias/espana/la-fiscal%C3%ADa-lleva-al-constitucional-la-negativa-de-los-jueces-a-investigar-las-torturas-del-franquismo-pese-a-la-ley-de-memoria-democr%C3%A1tica/ar-AA1u0NVl

Historia de Manuel Marraco
 • 1 semana(s) • 2 minutos de lectura

Recurre en amparo la inadmisión a trámite en un juzgado de Barcelona de la querella presentada por dos hermanos.

La Fiscalía ha presentado un recurso de amparo contra a la inadmisión a trámite de una querella por las torturas sufridas por dos hermanos en los años 70 durante su detención por la Brigada Político-Social.

El recurso ante el Tribunal Constitucional se dirige contra el archivo acordado por un juez de Barcelona de la querella presentada por la organización por los derechos humanos Irídia, según la cual los mellizos María Isabel y José Pablo Ferrándiz sufrieron torturas en la comisaría de Via Laietana tras ser detenidos en 1971 por su actividad antifranquista.

El archivo se suma a otros acordados en otros juzgados por hechos similares. El pasado mes de septiembre, una juez de Madrid cerró por prescripción la causa abierta por presuntas torturas a Julio Pacheco, que sí llegó a declarar por ello en el juzgado.

El recurso de la Fiscalía del TC sostiene la tesis de la Fiscalía especial de Derechos Humanos y Memoria Democrática, que encabeza Dolores Delgado, de la nueva Ley de Memoria Democrática impone la investigación de las denuncias de este tipo.

Esa norma "establece expresamente el derecho a la justicia de las víctimas del golpe de Estado, la guerra y la dictadura, así como la obligación de investigar las violaciones de los derechos humanos perpetradas en aquel periodo", explica la Fiscalía.

La afirmación contrasta con resoluciones como la más reciente del juzgado de Madrid. "El estado de la jurisprudencia no ha cambiado tras la promulgación de la Ley de Memoria Histórica 20/2022", indicaba la resolución, que citaba un auto del Constitucional de este mismo año que cerraba la vía judicial de otra querella por torturas franquistas.

La Fiscalía, sin embargo, considera que el Constitucional "no se ha pronunciado aún sobre el alcance y significado" de ese derecho a la investigación del art. 29.1 de la ley, por lo que "la cuestión trasciende del caso concreto porque plantea una cuestión jurídica de relevante y general repercusión social".

El Ministerio Fiscal, en actuaciones anteriores, ya había sostenido el criterio de que, en aplicación de la nueva ley, es necesario llevar a cabo "una investigación judicial efectiva cuya finalidad última no tiene por qué ser la persecución penal, sino garantizar a las víctimas sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación, con independencia del resultado final del proceso".

Considera que esa actuación es la única que se alinea con una interpretación de la norma "con enfoque de derechos humanos e integradora de los principios vertebradores del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y de los Tratados y Convenios sobre la materia, de acuerdo con las exigencias del artículo 10.2 de la Constitución".

20-N: La singular historia de tres futbolistas que plantaron cara a Franco

 https://www.larazon.es/deportes/futbol/20n-singular-historia-tres-futbolistas-que-plantaron-cara-franco_20210814673c93fc7aabaa00017c3b6a.html


El fútbol fue un gran instrumento de propaganda para el régimen: se apropió de clubes e incluso de futbolistas, pero también hay quienes lo desafiaron en un terreno de juego.

Futbolistas que desafiaron a Franco
Futbolistas que desafiaron a FrancoArchivo/"X"

Un 20 de noviembre de 1975 de hace 49 años la información quedó reducida a una sola noticia. Francisco Franco, el jefe del Estado español durante 38 años, había fallecido. Su muerte se produjo como consecuencia de un fallo multiorgánico, después de haber sufrido, en un mes, tres infartos, hemorragias internas, varias operaciones y un sinfín de pruebas para alargarle la vida. En la memoria de muchos españoles, aún hoy, hay la imagen de Carlos Arias Navarro pronunciando, entre sollozos, que Franco había muerto.

Con ello se ponía fin a una dictadura militar que se inició antes de finalizar la Guerra Civil y a la que el fútbol tampoco pudo escapar. Es uno de los deportes más populares de la historia y su potencial para llegar a la gente ha sido usado a los largo de los años por diversos sistemas políticos como arma ideológica para inocular ideas en la sociedad. Los primeros en darse cuenta del poder de las pasiones que levanta el “deporte rey” fueron los regímenes totalitarios del siglo XX, en los cuales el marketing político tuvo una importancia vital.

Franco no dudó en convertirlo en uno de sus instrumentos para difundir las bondades del régimen. Para el franquismo, el deporte fue un fin para acercarse a la victoria, salir en la foto y propagar las bondades de su mensaje al mundo. El fútbol siguió las directrices impuestas desde El Pardo: paternalismo, uniformidad nacional y jerarquización.

Los clubes fueron abandonando los viejos campos de fútbol para trasladarse a grandes estadios y la gente encuentra en este deporte una manera de identificarse tras el grave conflicto que acababan de vivir. Esa importancia social es identificada por el régimen y Franco, que fue un gran aficionado al deporte rey gracias a la Quiniela (todas las semanas jugaba varias columnas), no dudó en impulsar su crecimiento.

El régimen vigiló a los periodistas que cubrían el fútbol y también se adueñó de los clubes e incluso de los futbolistas. Sin embargo, también hubo jugadores que se atrevieron a desafiarlo. La historia de estos tres futbolistas representa a aquellos que, pese a todo, se plantaron ante el dictador:

Calpe, el madridista que se negó a ir al Pardo

Triunfó en el Real Madrid y alzó la Copa de Europa pero su “no” a Franco pasó a la historia.

Antonio Calpe, que falleció en abril de 2021, triunfó en el Real Madrid con la defensa que formó junto a De Felipe y el internacional de Alberic, Manolo Sanchís. Empezó profesionalmente en el CD Alcoyano, compitiendo la temporada 1961-62 en Tercera División. En la temporada 1962-63 fichó en el Levante UD que estaba en Segunda División y al acabar el año subió el equipo a Primera División. Como curiosidad, Calpe esa temporada jugó todos los partidos y además de titular. En la temporada 1965-66 fue traspasado al Real Madrid CF, siendo uno de los componentes del llamado equipo ye-ye, y ganó cinco trofeos importantes, incluyendo cuatro campeonatos nacionales y la Copa de Europa en 1966. Y fue precisamente esa Copa la que no quiso mostrar al dictador.

El Real Madrid acababa de ganar la sexta Copa de Europa, en 1966, la bautizada como ye-yé, y la plantilla debía cumplir con el protocolo de la época: visitar a Franco en El Pardo. El capitán de aquel equipo, Ignacio Zoco, apareció en el vestuario e informó al resto de sus compañeros de que había que ir a la recepción con el dictador. Sin embargo, uno de ellos se negó. Antonio Calpe, que solo llevaba una temporada en el Bernabéu procedente del Levante, dijo que él no iba.

Calpe fue hijo de la postguerra. Como la mayoría de los niños de su época creció asido a un balón en las calles de una Valencia todavía herida por los efectos de la Guerra Civil. En su casa, la contienda había dejado heridas muy profundas. A Antonio, de hecho, le pusieron ese nombre en recuerdo de un tío fusilado. “No le podía dar ese disgusto a la familia”, recordaba años después, según publicó El País.

Sergio Manzanera y Aitor Aguirre: brazaletes contra Franco

Un 27 de septiembre de 1975, la dictadura de Francisco Franco llevaba a cabo sus últimos fusilamientos. Las víctimas: Jon Paredes (Txiki) y Ángel Otaegui (miembros de ETA); José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y Xosé Humberto Baena, militantes de FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota). La decisión causó un amplio rechazo internacional, pero no hubo indulto de última hora para los condenados que se fueron a dormir con la certeza de que “tras la noche”, vendría “la noche más larga”, tal y como les homenajeó el cantautor Luis Eduardo Aute en su canción “Al Alba”.

Inesperadamente, un día después de las ejecuciones, dos futbolistas de Racing de Santander decidieron desafiar al franquismo luciendo un brazalete negro: ellos fueron Sergio Manzanera y Aitor Aguirre.

Los jugadores, a pesar del riesgo, no dudaron en saltar con el simbólico brazalete al campo en el partido ante Elche, disputado en los Campos de Sport del Sardinero. Parecía que su gesto había pasado desapercibido pero en el descanso, de regreso al vestuario, la situación se puso tensa. Según relata el Diario Montañés, “cuando los jugadores regresaban a los vestuarios, los cordones negros seguían atados en las mangas blancas de las camisetas de Aitor y Sergio. Creen que nadie ha dado importancia al hecho, pero se equivocan. Varios policías vestidos de paisano apartan a los futbolistas y se dirigen a ellos amenazantes: ‘O se quitan ahora mismo esos brazaletes o ustedes no salen en el segundo tiempo, se vienen con nosotros a comisaría’.

Fueron multados cada uno con la cantidad de 100.000 pesetas de la época, a pesar de que el fiscal solicitaría hasta cinco años y un día de cárcel para ambos jugadores. Sin embargo, el fallecimiento de Franco provocó que se diluyera del todo la causa contra los dos futbolistas que nunca se arrepintieron de lo que hicieron.

Fue mi granito de arena hacia la democracia. Había muchísima presión social, se intuía un cambio pero no se sabía en qué dirección: si se quedarían los herederos de Franco o llegaría la democracia. Además yo estoy en contra de la pena de muerte” declararía años después Manzanera en una entrevista en Las Provincias.

Pero su gesto tuvo consecuencias, Manzanera recuerda que tenía que dormir con escopeta: “Yo era cazador en esa época. Nos amenazó la extrema derecha, Fuerza Nueva, y había grupos de estos que estaban totalmente incontrolados y bajo las órdenes del Régimen. Se reunió un Consejo Nacional y nos amenazaron de muerte a mí, a Aitor Aguirre (el otro jugador racinguista que llevó el brazalete) y al presidente del Racing, que no tenía nada que ver. No me arrepiento. Ni yo ni Aitor Aguirre”.

Niños como escudos.

 https://conversacionsobrehistoria.info/2024/11/19/ninos-como-escudos/

Paloma Aguilar Fernández
UNED

2 de noviembre de 1939. Posguerra. Las autoridades franquistas han puesto un alambre de espino en un terreno que fue de labor para impedir el paso. Unas mujeres de luto pisan el alambre y logran acceder con sus hijos y nietos. La Guardia Civil no tarda en presentarse. Les dice: “Ustedes no pueden estar ahí”. A lo que una de ellas les responde: “¿Cómo que no, si ya estamos aquí?”. El tono de la conversación va subiendo hasta que los allí congregados deciden que lo más conveniente, máxime en aquellos años, es regresar a sus casas. Ese día se deposita la primera semilla del actual Cementerio Civil y Memorial La Barranca.

Villamediana de Iregua fue, durante la Guerra Civil, el pueblo riojano más victimizado por el bando franquista: mataron al 4% de su población. Muchas de estas víctimas yacen, junto con las de varios pueblos más, en La Barranca, un campo de labor perteneciente al municipio de Lardero en el que se excavaron tres fosas comunes, tres largas cicatrices abiertas en la tierra para albergar los restos de unos 400 asesinados (casi todos riojanos), como tantas veces ocurrió entonces, sin mediar juicio alguno. Este espacio, gracias a la tenacidad de los Familiares y Amigos de La Barranca, se convirtió en cementerio civil en 1979 y, más recientemente, en Memorial e incluso en Bien de Interés Cultural.

Familiares en dos de las fosas de La Barranca, en fecha indeterminada (foto: Cortesía de la Asociación La Barranca)

Las viudas de los pueblos de La Rioja, muy particularmente las de Villamediana, comenzaron a acudir al lugar cada 2 de noviembre (con el paso de los años la fecha de la visita se adelantaría al día 1), y lo hicieron a pesar de las prohibiciones, con el propósito de adecentar el lugar, depositar flores y rendir un silencioso homenaje a sus seres queridos. La principal preocupación de los días previos era el caudal del Iregua, pues desde Villamediana debían cruzar este río para llegar a la Barranca, para lo que, quienes disponían de animales de labranza, usaban mulas o caballos. En todo caso, para que pudiera atravesarse a pie, los familiares colocaban piedras en el río y, al llegar al emplazamiento de la fosa (más tarde se sabría que eran tres), la adecentaban poniendo canteros de tierra a ambos lados. También es posible que los familiares, y muy particularmente las mujeres, anduvieran alrededor de la misma para que no se ocultara su emplazamiento, pisando las hierbas que año tras año crecían en un terreno que había sido de cultivo y que no volvió a sembrarse jamás. El historiador Carlos Gil, en el libro La Barranca. De fosas a memorial, se ha referido también a ellas como las “mujeres que caminan”.

La determinación de las “mujeres de negro” —como empezaron a ser conocidas porque se conjuraron para no abandonar el luto en ningún momento, poniendo así de manifiesto los crímenes cometidos— ha sido documentada por sus descendientes y por Jesús Vicente Aguirre. A Pedro Navarro Bretón, que empezó a ir a La Barranca siendo muy niño, su abuela le contó que cuando ella acudió por primera vez, junto con otros familiares, solo habían transcurrido siete meses después de que finalizara la Guerra Civil. El alambre de espino que ya se ha mencionado no dejó de ponerse hasta mediados de los años cincuenta, pero nunca fue un impedimento para que se celebraran las visitas anuales.

Familiares en La Barranca, con Pedro Navarro Bretón de niño en primer plano, en fecha indeterminada (foto: Cortesía de la Asociación La Barranca)

Las mujeres solían acudir con sus hijos pequeños o sus nietos. Pedro, que considera que todas ellas eran sus “abuelas”, nos comenta que los llevaban como “escudos” para protegerse del acoso de las fuerzas del orden, pero también era probable que quisieran iniciarles en un complejo y clandestino rito de duelo que, para mantenerse, debía transmitirse intergeneracionalmente. Los que acudieron siendo niños recuerdan que, aunque era un día de duelo, ellos podían corretear por el campo, teniendo cuidado de no caer por el barranco cercano; también nos cuentan que sus madres y abuelas llevaban siempre un poco de comida que compartían con los demás. Al ser la distancia larga, y como solo podían acudir una vez al año, pasaban allí todo el día.

Este hábito anual permitió que se fueran tejiendo complicidades, no solo entre las “mujeres de negro” de Villamediana, sino también con las de otros pueblos riojanos afectados por la represión franquista. Este fue el germen de una incipiente y por entonces todavía precaria organización que se manifestó, no solo en la peregrinación anual a La Barranca, sino también en reuniones clandestinas celebradas en las casas y bodegas de los familiares de víctimas enterradas allí en distintos pueblos de la provincia.

Inauguración del Cementerio Civil de La Barranca, el 15 de mayo de 1979, con el monolito  diseñado por Alejandro Rubio Dalmati en primer plano

Ello explica que, nada más morir Franco, los allegados dispusieran de una tupida red de contactos, fraguados en conversaciones quedas durante muchos años que, sin duda, facilitaron la temprana puesta en marcha de las iniciativas y trámites que permitieron, en los albores de la transición, conseguir la cesión del terreno, la autorización para convertirlo en cementerio civil, el permiso para ejecutar obras, la erección de un monolito conmemorativo diseñado por Alejandro Rubio Dalmati (probablemente el más vistoso dedicado a las víctimas del franquismo de aquella época) y la inauguración del cementerio civil el 1 de mayo de 1979, mediante una concentración masiva a la que también acudieron algunas autoridades y en la que se pronunciaron varios discursos. Tanto Pedro como Antonio Sarabia (que tiene a cuatro familiares enterrados en La Barranca), recuerdan con claridad que los familiares habían expresado su deseo de que las reuniones de duelo familiar (que se siguen celebrando cada 1 de noviembre) no coincidieran con actos de contenido político o sindical, los cuales podrían sin duda tener lugar, como sigue ocurriendo, pero en fechas alternativas, como el propio 1 de mayo o el 14 de abril.

La Rioja y Navarra, en los años de la Transición, fueron pioneras, junto con otras regiones (como Extremadura), en la excavación de enterramientos clandestinos y en el traslado de los restos a los cementerios mediante vistosas manifestaciones de duelo, tanto en los pueblos, con los féretros al hombro, como en las iglesias, con el apoyo de un buen número de alcaldes y párrocos. A pesar de ello, los restos de las tres fosas comunes sitas en La Barranca no fueron exhumados; sus familiares nunca lo quisieron y siguen sin quererlo. Otra singularidad de este impresionante cementerio y memorial es la ausencia completa de simbología religiosa. Algunos descendientes de los allí enterrados me han confirmado que la complicidad de la Iglesia Católica española con el franquismo hizo que sus familiares dejaran de ir a misa. También me asegura Antonio que nunca se rezó, al menos en voz alta, en las visitas anuales a La Barranca y que, a fecha de hoy, ningún sacerdote ha celebrado allí misa ni responso alguno. Pedro —que se llama así en honor a su abuelo asesinado— nos cuenta que su bisabuela siempre había donado a la iglesia del pueblo el aceite para las velas. Pero que, desde que asesinaron a su hijo, dejó de hacerlo. La tradición popular española nos lleva a asociar el luto con las creencias religiosas, pero muchas de las “mujeres de negro” se alejaron de la Iglesia e incluso dejaron de llevar consigo símbolos religiosos. Antonio no tiene duda alguna al respecto y añade, igual que Pedro, que los representantes locales de la Iglesia trataron con más dureza a quienes, como ellos, descendían de los fusilados, lo que contribuyó a su distanciamiento.

Escultura dedicada de Óscar Cenzano a las “mujeres de negro” en La Barranca, el pasado día 1 / Foto Paloma Aguilar Fernández

 

El Memorial de La Barranca es un lugar digno, austero y generoso. Llama sobremanera la atención su vocación inclusiva, pues hoy en día todo el que quiera puede depositar en el perímetro interior de sus muros las cenizas de sus seres queridos. No son pocas las personas ajenas a la Guerra Civil que ya reposan en el mismo recinto. Como han escrito dos expertos en el memorial, Jesús Vicente Aguirre y Antonio Moral, “La Barranca es de todos”. También se permite la ubicación de placas de recuerdo y homenaje a otras víctimas del franquismo; este año la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (AFFNA36), una de las más longevas, inauguró la suya.

Valga este breve texto como homenaje a aquellas mujeres (cuya valentía y tenacidad han sido plasmadas en una imponente escultura sita en el memorial), a todos los que, tras convertirlo en un cementerio civil, lo cuidan y mantienen con mimo, y a quienes, a través de sus escritos, ejercen una labor pedagógica fundamental sobre La Barranca y, por lo tanto, sobre la represión franquista y la lucha de los familiares para dignificar la memoria de sus deudos.

Áurea Jaso Bergachorena (97 años), socia de AFFNA36, inaugurando la placa en honor a los riojanos y navarros asesinados por el franquismo, el pasado día 1 / Foto Javier Nicolay Jaso.

Espero también contribuir, modestamente, a contrarrestar la tentación de considerar un fastidio el hecho de iniciar cualquier conversación que tenga por objeto recordar a quienes no pudieron ser recordados públicamente durante décadas, mientras que sus familiares, además, se veían privados de las mismas oportunidades vitales que los demás.