Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme.....
"Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
Adjuntamos el ANTEPROYECTO DE LEY DE MEMORIA HISTÓRICA Y DEMOCRÁTICA DE EXTREMADURA.
Como sabéis para elaborar este Anteproyecto de Ley se creó en mayo de 2016 una Comisión de Trabajo integrada por tres miembros de la Junta de Extremadura (Presidencia/Cultura), tres miembros de tres entidades memorialistas (AMECECA, AMECADEC y ARMHEX) y dos profesores universitarios. Esta Comisión concluyó sus tareas a finales de abril de 2017. El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura estudió el 11 de julio de 2017 el anteproyecto de ley de Memoria Histórica y Democrática de la región como paso previo a su tramitación. Así el 21 de julio de 2017 se publicó en el DOE la RESOLUCIÓN de 17 de julio de 2017, de la Secretaría General, por la que se acuerda la apertura del trámite de audiencia e información pública en relación con el anteproyecto de Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura. (se adjunta también)
Al ser una ley, la Junta de Extremadura debe enviarla previamente al Consejo de Estado para que esta institución lo devuelva a la comunidad posteriormente y que, en su momento, pueda iniciar su tramitación parlamentaria.
Por lo tanto dentro de unos meses este Anteproyecto de Ley llegará a la Asamblea de Extremadura. Desde AMECECA, junto a otras entidades memorialistas, haremos un seguimiento en la tramitación parlamentaria del Anteproyecto de Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura,persiguiendo que la sociedad extremeña sea partícipe en dicha tramitación.
El Cervantes de Toulouse recupera casi 1.400 documentos y libros sobre el exilio y el presidente republicano. El instituto español quiere hermanar los fondos de la diáspora en el mundo
Una mujer rebusca en el sótano repleto de estanterías de un chalé modernista en Toulouse. Se vuelve con una pila de cuadernillos protegidos por fundas de plástico. Son libritos con títulos sorprendentes (La educación sexual de las mujeres, El problema de los sexos) y nombres venerados sobre sus cubiertas (Federica Montseny, Federico García Lorca). Estamos en la Biblioteca Manuel Azaña del Instituto Cervantes de la ciudad francesa. Estos opúsculos, publicados en los años 40, mientras al otro lado de la frontera caía el invierno franquista, son ejemplos de la ingente producción editorial de los exiliados españoles en la considerada capital europea de los desplazados tras la Guerra Civil.
La directora del Cervantes, María Jesús García, acaricia las portadas de los folletos con ilusión que se antoja infantil. “Es impresionante. El fondo específico, que da valor a esta biblioteca, refleja que fue tierra del exilio republicano. Los españoles que se instalaron aquí dejaron su huella y ediciones de libros marcadas por la experiencia de ese período histórico”, dice. El instituto español posee 1.200 documentos sobre el exilio y 120 libros con el último presidente republicano Manuel Azaña como protagonista.
Toulouse vive señalada por aquellos ciudadanos de costumbres austeras, generadores de educación y cultura. En la plaza del Capitolio aún se oyen los ecos de las manifestaciones contra Franco, y a dos pasos de allí una placa rememora las sedes del PSOE y UGT, encima de lo que ahora es la Cinemateca. En la plaza Wilson, los exiliados españoles se reunían a leer CNT, el periódico que dirigía la exministra de Sanidad republicana Federica Montseny. La llamada Ville rouge por sus incontables construcciones de ladrillo, acogió al final de la contienda a 20.000 refugiados republicanos, que transformaron la cara de la ciudad: uno de cada 10 habitantes hablaba español.
Javier Campillo se encarga de la biblioteca desde la apertura del centro tolosano, hace 21 años, y ha ido alimentando los estantes metálicos, adquiriendo títulos y procurando donaciones. “Lo que nos hace, a mi modo de ver, únicos es nuestra localización en Toulouse con toda su significación, donde nos dedicamos no solo a preservar un fondo histórico e interesante, sino que buscamos la recuperación y adquisición de producción del y sobre el exilio republicano en Francia”, continúa el bibliotecario, “con lo que hacemos una doble labor de recuperación y difusión de una parte de la historia que es común a los dos países. Y eso con unas partidas para adquisiciones bibliográficas muy modestas y con solo una persona a cargo de la biblioteca”. Precisamente el pasado martes, en la reunión anual de directores del Instituto Cervantes en Málaga, el responsable global, Juan Manuel Bonet, destacó este fondo específico de Toulouse y señaló que debía "colaborar y estar en contacto con otros centros que tienen fondos sobre el mismo tema. como el Ateneo español de México".
UNA MINISTRA CON LOS ZAPATOS ROTOS
Por las calles de Toulouse, a Federica Montseny se la veía pasear con los zapatos rotos. No se acordaba de sus necesidades, pero sí de las de sus compatriotas. Así la recuerda Aurora Tejerina, hija de un exiliado anarquista, en el documental Federica Montseny, la indomable (Jean Michel Rodrigo, Marmita Films, 2016). La exministra de Sanidad llenaba anfiteatros -“venían de toda Francia”, cuenta la mujer que la conoció- y participaba en las verbenas benéficas en las que se escuchaba tanto música como poesía. Nunca abandonó ni su grafomanía ni la capital occitana hasta su muerte en 1994. La recuerdan enérgica y justa, radical en su defensa de la igualdad y la cultura como instrumento de cambio. Allí escribió libros como El problema de los sexos, matrimonio, unión libre y amor sin conviviencia, que sigue sonando moderno 70 años después. Junto a la ginecóloga Amparo Poch, fundadora del movimiento anarquista y feminista Mujeres Libres, promovía la educación sexual dentro del legendario hospital Varsovia, fundado por exiliados.
“En Toulouse había una población de inmigrantes económicos que se habían asentado antes de la guerra”, dice la catedrática de Historia Contemporánea de la UNED Alicia Alted, estudiosa del exilio republicano, “era una ciudad importante que les ofrecía posibilidades de trabajo sobre todo en la industria aeronáutica y la construcción. Políticamente resultaba muy interesante para los refugiados, estaba más cerca de la frontera y era muy mediterránea”. Los partidos (PSOE, PCE) tenían sede en Paris y Toulouse, recuerda Alted, coordinadora del libro El exilio republicano en Toulouse 1939-1999 (UNED, 2003) y coautora de La cultura del exilio anarcosindicalista español en el sur de Francia (Cinca, 2013), y también la Librería de Estudios Españoles, auténtico motor de la expresión cultural de los exiliados, vio la luz en la capital occitana en 1947. Fue fundada por el impresor Josep Salvador y abriría otra sede en París. “Sus fondos han sido donados por los hijos de Salvador a nuestra institución”, señala con orgullo el bibliotecario.
“Entre 1939 y 1978 existió aquí una gran producción editorial, sobre todo anarquista y libertaria”, explica Campillo con tono didáctico. “Exportaron la convicción de concienciar y educar en el libre pensamiento, algo que entronca con la ilustración francesa”. Ejemplos son estos folletos como los que la directora muestra de las colecciones La novela española, mensual editado por la Librería de Ediciones Españolas o El mundo al día, de la mano de la editorial Universo, vinculada a CeNIt, obras de divulgación científica que tocaron temas como la energía nuclear, educación, salud… Son los libritos que "se publicaban con periodicidad mensual y se financiaban con suscripciones", señala Campillo. “Estas colecciones de folletos eran proferidas a los libros por motivos económicos y pedagógicos”, destaca la profesora Alted en El exilio republicano en Toulouse, donde también señala el mérito de esos trabajadores que duplicaban jornadas y habilidades para poder editar las obritas.
La biblioteca lleva el nombre del último presidente de la República, Manuel Azaña, muerto en 1940 y enterrado a pocos kilómetros de aquí, en la ciudad de Montauban. No es casualidad. La institución ha conseguido, tras un trabajo de investigación bibliográfica, reunir 120 obras relacionadas con el gran intelectual y político, tanto que glosan su figura o la integran en la ficción como escritas por él. “Yo creo que es el fondo más importante que existe después del de la Biblioteca Nacional”, prosigue Campillo. El documento más antiguo es un discurso que Azaña pronunció con 22 años en la Academia de Jurisprudencia sobre la libertad de asociación en España. Entre ellas hay una veintena de primeras ediciones, además de todas las que existen de La velada en Benicarló, cuya primera edición fue hallada en una librería de Mantua
García, filóloga y periodista, se sienta, orgullosa en una de las mesas. La rodean 17.000 libros, 4.000 películas y documentales y 1.300 cedes. "Es al mismo tiempo una biblioteca generalista, donde los alumnos y el público que asiste a las actividades puede encontrar una novela recién publicada o una película recién estrenada. Estamos al día, pero no cabe duda de que el interés bibliográfico por Azaña o Federica Montseny le dan su valor. Ha sido especialmente emocionante para mí, escuchar en el Día del libro, las lecturas de niños y adultos, del Quijote o Don Juan Tenorio. Con acento francés y con cariño y apego por lo español".
También los investigadores aprecian este trozo de cultura española en suelo francés. El profesor de español del Knox College (Galesburg, Illinois) Antonio Prado del Santo estudia como refleja en novelas o autobiografías la guerra civil, la retirada, y el exilio en Francia la segunda generación de exiliados. “En los últimos 20 años encontramos un surgimiento importante de este tipo de narrativa escrita en francés por esta primera generación de descendientes de los republicanos españoles en Francia”, cuenta Prado del Santo a través de correo electrónico, “sabía de esta narrativa, pero hasta mi visita al Instituto Cervantes de Toulouse no empecé a entender su importancia como un fenómeno histórico y literario. La biblioteca es consciente de la importancia de estos escritos, dispone de una veintena de títulos y al ser un fenómeno actual está al corriente de las novedades que siguen surgiendo”.
“Todos los directores y yo”, añade Campillo, “nos dimos cuenta de que dentro de nuestros objetivos de difusión de la cultura española en esta ciudad y en este país estaba el de recuperar el legado histórico, biográfico y cultural de la comunidad de compatriotas que abandonó España tras la Guerra Civil. Había muchas publicaciones políticas, pero también culturales (sobre todo por parte de la numerosa y prolífica comunidad libertaria) de cuya existencia no se tenía conocimiento o documentación en España.
A QUIEN CORRESPONDA devuélvenos también nuestros cadáveres, enséñanos también los asesinos.
Ángel González Una vez más quiero volver al tiempo del que siempre hablaré porque le pertenezco como el azul al mar, como la luz al alba. Y quiero bajar a su memoria como quien baja al sótano que guarda objetos, actos, versos, actitudes, días, que con frecuencia hojeo como páginas, y con ellas pegadas a los dedos salgo a la calle, aparto con denuedo la oscuridad y pregunto, -por si alguien lo supiera- dónde están los cadáveres, desde dónde nos mira la ausencia de sus ojos, en qué lugar esperan la cercanía de una rosa, su fragancia vedada por la ira, el aire que disipe el silencio. Y pregunto también los nombres de los asesinos, aunque los sepa bien, sílaba a sílaba, pero los quiero dichos en voz alta, a gritos, no guardados con celo en sus estuches de dorada penumbra desde el instante mismo en que el invierno dejó caer su frío sobre el suelo que ya nunca fue patria, sino desgarradura. Muy pocos saben de qué hablo. Sin embargo, no falta quien se aleje obviamente molesto. Y están los que, confusos, se llevan a los labios el índice gastado por el miedo y se alejan también aunque más lentamente, no sé, quizá afligidos. Otros, susurran evasivos: hace ya tanto tiempo... Y vuelven la cabeza, como si alguien de pronto los llamara. También los hay que opinan sin sonrojo, como haciendo equilibrios sobre el filo de la conciencia, que sería mejor dejarlo todo dormido en el sosiego, cubierto de benignos crisantemos y así nadie podría dañarse con su roce. Después se van a Roma y, conmovidos, debajo de los pórticos donde Bernini, hace ya más de cuatro siglos guardó la luz del mármol, recogen, con unción, sin miedo a herirse, los nombres trémulos de gracia de otros cadáveres, los guardan en sus dijes con cuidado y sonríen en paz. No consigo entenderlo. Escucho. Miro. Me quedan ya muy lejos las palabras que con el tiempo cambian de sentido, y acomodan sus dúctiles metales a la oscilante valoración de los conceptos. Y más lejos aún, mucho más lejos, perdida entre la niebla, la luz que fue habitada por la idea, o el aroma, no sé, tal vez por nada. No consigo entenderlo. Reúno amargamente mis preguntas y releo las páginas donde mi tiempo amarillea y sufre. Como yo está cansado. Y como yo no entiende. Y como yo, se niega a ser destruido por esa desmemoria más grave que el olvido porque en ella crece y se ramifica, estercolada por la indiferencia, la planta obscena de la conformidad y el beneplácito. Angelina Gatell (Poema leído en la Biblioteca Nacional, Madrid, 27 de septiembre 2008)
Publicado el 17 abr. 2012
VI Homenaje a las víctimas del franquismo en Madrid, organizado por el colectivo de familiares y amigos de fusilados bajo las tapias del cementerio del Este, hoy La Almudena (14 de abril de 2012).
Angelina Gatell recita "A quien corresponda"