dissabte, 11 de gener del 2025

El año antifranquista arranca en medio de una ola global de revisionismo derechista

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El aniversario coincide con un creciente instrumentalización nacionalista de la historia, fenómeno generalizado que también vive España.


SAMUEL SÁNCHEZ

Cualquier historia es historia contemporánea, decía Benedetto Croce. Ahora que, con motivo del 50º aniversario de la muerte de Franco, todo apunta a que 2025 será un año con la historia en el meollo de la política española, la reflexión del filósofo italiano recuerda que cualquier batalla por la historia es una batalla por el presente. Y esa es una batalla en la que no ha sido el Gobierno el que ha abierto hostilidades. De hecho, su iniciativa no es, vista en perspectiva, más que un movimiento reactivo frente a un fenómeno de mayor escala: una ola revisionista internacional —que alcanza a España— de dulcificación de dictaduras, relativización de horrores históricos y descrédito de acontecimientos que nutren la memoria antifascista.

Hasta mediados de los 90, imperó en España un cierto consenso oficial sobre la necesidad de silencio sobre la historia de su brutal siglo XX. Era el peaje que exigía la reconciliación. Poco a poco, con lo que más tarde sería el movimiento por la memoria histórica aún sin protagonismo, con la historiografía seria sin la competencia de charlatanes ni influencers, el PP pareció hacer movimientos para desgajarse totalmente de su matriz franquista. Ahora parece lejano, pero en 2001 el partido respaldó en el Congreso el resarcimiento moral de los maquis y en 2002 una condena del golpe de Franco.

Es difícil precisar cuándo empezó a virar el barco. En paralelo a la incipiente actividad de entidades como Archivo, Guerra y Exilio y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, un sector de la derecha empezó a mirar con simpatía la obra de un puñado de autores, con nombres como César Vidal y Pío Moa, sin prestigio académico pero que supieron leer el momento. Los buenos resultados editoriales, favorecidos por la cálida acogida mediática, precipitaron el avance político de sus ideas. En 2003, José María Aznar ya citaba entre sus lecturas de verano Los mitos de la Guerra Civil, de Moa. Cuatro años después el PP rechazaba en bloque la ley de memoria.

A menudo se atribuye el auge revisionista español a la irrupción de Vox. Pero las ideas ya circulaban antes. El historiador Francisco Espinosa las sintetizó en 2017: la República fue proclamada ilegalmente, la izquierda no admitió su derrota en 1933, la guerra empezó en 1934, las elecciones del 36 fueron un fraude... Es verdad que Vox ha sublimado la apología del franquismo, pero sectores del PP habían empezado antes a seguir este manual. Si Mariano Rajoy se jactaba en 2015 de dejar a cero el presupuesto de memoria, una nueva generación de dirigentes del PP, ajena a la llamada “cultura de la transición”, interiorizaba las tesis de lo que Reig Tapia, autor de Pío Moa revisado, bautizó despectivamente como “historietografía”.

Aunque Pablo Casado presumía de desinterés por “la guerra del abuelo” y “las fosas de no sé quién”, en 2021 demostró que sí tenía sus propias ideas al respecto. “La Guerra Civil fue el enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia”, dijo en en el Congreso. Eso no es adoptar una equidistancia entre República y dictadura con la justificación de no reabrir heridas, es asignarles directamente una equivalencia.

Sobre esa base teórica, que nadie en el PP ha discutido, no es extraño que el PP y Vox fueran capaces de pactar en 2023 sus “leyes de concordia”, salidas de la factoría de un partido cuyo líder, Santiago Abascal, acusa al PSOE de provocar la Guerra Civil y prefiere los gobiernos de la dictadura al de Pedro Sánchez. La negociación de estas leyes vive un impasse tras la salida de Vox de los gobiernos autonómicos, pero la deriva general hacia el revisionismo que impulsó los acuerdos no se ha interrumpido.

Fechas, episodios, perdones

Este cambio de mirada, que se amplía a una relectura nostálgica del pasado imperial en Latinoamérica, está lejos de ser una rareza española. Derechas en todo el mundo, especialmente las más radicales, se han embarcado en empeños similares. Tiene sentido. “Al borrar el auténtico pasado”, se legitima la idea de que “existió una nación anterior pura” que es urgente recuperar, razona Jason Stanley en Facha. Cómo funciona el fascismo y cómo ha entrado en tu vida. Como no hay dos historias nacionales iguales, no hay dos reescrituras iguales. Pero sí hay patrones: blanqueo, nostalgia, victimismo. Otra vez, tiene sentido. “Cuanto más víctima [...] se sienta el pueblo, más se unirá para [...] buscar un jefe fuerte”, escribió la intelectual italiana Michela Murgia, azote de Giorgia Meloni hasta su muerte en 2023.

Italia es un mirador perfecto. Aunque Meloni evita ahora su juvenil defensa de Mussolini, su partido desdeña la resistencia partisana que culminó con la represalia nazi de la matanza de las Fosas Ardeatinas en 1944 y reivindica como gran fecha de orgullo italiano el 4 de noviembre, por la derrota austrohúngara contra Italia en 1918, quitando así foco al 25 de abril, liberación del nazifascismo en 1945, que no convence a los Fratelli porque además de día de celebración nacional lo es también de puños en alto. Y eso no le gusta nada a Meloni. También la ultraderecha portuguesa pelea por las fechas. Más que el 25 de abril, por la Revolución de los Claveles de 1974, Chega exalta el 25 de noviembre por una operación militar que, dicen, libró al país del socialismo un año después.

Es usual, más que el crudo negacionismo, la negativa a asumir culpas, no digamos a pedir perdón, por los crímenes del pasado. Chega ve una “traición” hacerlo por la masacre de Wiriyamu, de 1972, en el Mozambique colonial. En Francia, donde la desdiabolización de Marine Le Pen abarca las posiciones sobre la historia, han quedado atrás el antisemitismo y la reivindicación del colaboracionismo de Le Pen padre. Ahora bien, su hija sigue marcando terreno con su oposición frontal a que la colonización de Argelia se considere un crimen contra la humanidad, también a que Francia acepte responsabilidad en las redadas contra judíos del régimen de Vichy.

La historia está por todas partes. Cuando aún estaban en el poder —lo perdieron el año pasado—, los ultranacionalistas de Ley y Justicia aprobaron una ley que castigaba a quienes implicaran a los polacos en el Holocausto. En un territorio peligroso para las florituras históricas, Alternativa para Alemania, al alza en las encuestas y tratando de estrechar el margen para las acusaciones de filonazismo, va reduciendo su caudal de declaraciones incendiarias. Pero para la hemeroteca queda la de Alex Gauland en 2018: “Hitler y los nazis suponen tan solo una caca de pájaro en comparación con 1.000 años de exitosa historia alemana”. También dijo Gauland que “ningún pueblo” había sufrido tanto por asignársele un “pasado falso” como el alemán. El subtexto del discurso de AfD es evidente: basta de contrición, vuelve el orgullo nacionalista.

El presidente del partido portugués Chega, André Ventura.
El presidente del partido portugués Chega, André Ventura.MIGUEL A. LOPES (EFE)

Desde la óptica de las fuerzas citadas, ninguna discusión sobre el pasado puede cuestionar el hecho central: la grandeza de la nación. Viktor Orbán, que se presenta como heredero de la lucha de Hungría contra el Imperio Otomano, publicó en 2022 un polémico vídeo luciendo una bufanda de la “Gran Hungría”, fantasía nacionalista que incluye los territorios perdidos tras el colapso del Imperio Austrohúngaro en suelo de Rumanía, Ucrania y otros países. Además, ha sacado de la historia negra a Miklós Horthy, quien para Orbán fue una “estadista excepcional”, orillando su condición de militar antisemita que instauró un régimen proto-fascista y acabó aliándose con Hitler. Vladimir Putin también encuentra en la historia las excusas para reivindicar una aproximación a las fronteras de la “Gran Rusia histórica”. Y en Israel el sionismo más expansionista predica un regreso al “Gran Israel”, delimitado por unas supuestas fronteras bíblicas mucho más allá de las actuales.

Si en Europa no suele traspasarse el límite de la dulcificación de las dictaduras, en Latinoamérica es más usual su reivindicación. Así ocurre en Chile o en Brasil. Al norte, y a pesar de la juventud como país de Estados Unidos, la derecha trumpista tiene también en la historia uno de los frentes de su batalla cultural, que se concreta con el rechazo a la retirada de estatuas a los generales esclavistas de la Guerra de Secesión.

Ese es el contexto general en el que se celebra el aniversario de la muerte de Franco. Cuando PP y Vox renuncian a participar, no solo hay que considerar sus argumentos domésticos, principalmente dos: que es una cortina de humo para tapar la corrupción y que es un nuevo intento de Pedro Sánchez de avergonzar a la derecha. El tiempo dirá si la conmemoración se traduce en un programa de pedagogía democrática útil o acaba convertida en artillería polarizadora. Lo seguro es que el rechazo de la derecha española se integra en el marco de una deriva revisionista internacional capitaneada por nostálgicos del autoritarismo.

San Simón, de campo de concentración a Lugar de Memoria Democrática

 https://www.vigoe.es/comarcas/redondela/san-simon-de-campo-de-concentracion-a-lugar-de-memoria-democratica/

Un reconocimiento celebrado

Desde el Concello de Redondela, la alcaldesa, Digna Rivas, ha expresado su «gran satisfacción» por este reconocimiento a «uno de los lugares de la represión franquista más emblemáticos de Galicia» y agradeció «la gran labor de la Iniciativa Galega pola Memoria». Los colectivos memorialistas habían solicitado al Estado esta protección el pasado mes de julio «ante la desidia de la Xunta de Galicia, que se desentiende de la protección de la isla y cualquier actividad relacionada con la memoria histórica». El gobierno de Rivas también demandó al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática en diciembre esta declaración para la isla de San Simón, tras reunirse con representantes de la Iniciativa Galega pola Memoria.

El acto oficial de declaración tendrá lugar en agosto, según recoge el programa “España en libertad. 50 años” presentado por el presidente Pedro Sánchez. La regidora local se ofreció para que el Concello de Redondela, como institución, pueda colaborar y participar en los actos que se celebren en torno a este reconocimiento.

Lucha por la memoria y la recuperación de la Fundación

Rivas recuerda que desde el Concello se reclamó a la Xunta de Galicia en octubre «la recuperación de la Fundación Illa de San Simón para gestionar los usos de este espacio y velar por la memoria histórica». El Ayuntamiento de Redondela reitera esta petición, de la que aún no ha obtenido respuesta, «y que tiene más sentido que nunca, una vez el Gobierno Central ha declarado la isla como Lugar de Memoria Democrática».

La Iniciativa Galega pola Memoria, que engloba a medio centenar de asociaciones del país, también ha mostrado su satisfacción por la decisión del gobierno estatal. La plataforma presentó en julio la documentación prevista en la ley 20/2022 para el reconocimiento de ambos enclaves, al entender que simbolizan no solo la memoria de la represión sino también de la lucha contra el olvido y contra la impunidad de los crímenes franquistas.

Acto de homenaxe nacional ás vítimas do franquismo celebrado pola IGM en San Simón / Foto: IGM

Lugar de resistencia y solidaridad

Más allá de su uso como campo de concentración, la documentación tramitada por el movimiento memorialista destaca que San Simón fue también un lugar de resistencia, lucha democrática y solidaridad. Se recuerdan gestos de resistencia como la negativa de algunos presos a comulgar, o la solidaridad mostrada por reclusos como el médico pontevedrés Celestino Poza Cobas, y especialmente por las mujeres del entorno que les proporcionaban alimento, ropa limpia o les servían de correo con sus familias.

El movimiento memorialista espera que esta declaración posibilite profundizar en la divulgación de lo ocurrido en la isla durante su etapa como cárcel y garantice su protección, evitando la continua utilización para fines contrarios a la memoria histórica democrática. Han denunciado durante años la programación en San Simón de actividades que consideran lesivas con la memoria de los presos políticos y sus familias. Confían en que la calificación como lugar de memoria democrática por parte de la administración estatal, titular tanto de la isla como del Pazo de Meirás, acabe de una vez con este «mercadeo».

Campos de concentración, lucha y pobreza: la vida de las personas trans en la España de Franco a través de la gallega Trini Falcés

 https://elpais.com/espana/galicia/2025-01-11/campos-de-concentracion-lucha-y-pobreza-la-vida-de-las-personas-trans-en-espana-de-franco-a-traves-de-la-gallega-trini-falces.html


A Coruña homenajea a la histórica activista LGTBI, hija de un policía de la secreta muy cercano al dictador

Por el mero hecho de existir, Trini Falcés fue un desafío al fascismo. Nació intersexual en A Coruña en 1943 y, con esa mezcla de anatomía masculina y femenina, se crió en el seno de una familia franquista. Su padre era un policía de la secreta muy cercano a Franco y ella contaba que en su infancia había conocido al dictador en el pazo de Meirás. Fue inscrita oficialmente con nombre de niño, y al crecer, cuando se le empezaron a notar los pechos, sus progenitores decidieron esconderse en un pueblo de Aragón. No consiguieron frenar a su hija, pero el coste para ella fue alto. Como mujer trans, Falcés cumplió condena en las cárceles de homosexuales de Badajoz y Huelva, sobrevivió prostituyéndose, fue activista por los derechos LGTBI y lidió hasta su muerte en 2022 con la precariedad absoluta. “Queremos construir a Trini y que se conozca la relevancia de su figura y sus peripecias vitales”, explica el artista y gestor cultural Sergio Marey, que ha presentado este viernes en la biblioteca municipal de A Coruña un libro biográfico sobre ella y una muestra en su memoria.

Un armario del que cuelgan prendas, bisutería, fotos y documentos sobre Falcés presidirá la entrada de la biblioteca coruñesa hasta el día 20 de este mes. La instalación Relembrando a Trini (Rememorando a Trini), promovida por el Área de Igualdade de la Deputación de A Coruña, es un homenaje a una de las mujeres trans que en Barcelona encabezaron la primera manifestación del Orgullo de la historia de España en 1977. A la Ciudad Condal llegó para hacer la mili y allí vivió la mayor parte de su vida. Se ganó el pan prostituyéndose y protagonizando performances en los cabarets, donde era conocida como La Mami por la canción Mamy Blue.

Fito Ferreiro, amigo de Falcés, con la imagen de fondo de la manifestación del Orgullo de 1977 en la que participó Falcés.
Fito Ferreiro, amigo de Falcés, con la imagen de fondo de la manifestación del Orgullo de 1977 en la que participó Falcés.ÓSCAR CORRAL

En una redada en uno de estos locales nocturnos, Falcés fue detenida y enviada por primera vez a una de las cárceles de homosexuales que abrió la dictadura, auténticos campos de concentración en los que estas personas eran maltratadas y sometidas a trabajos forzados y en las que, como ella contaba, se alimentaban a base de comida podrida. Era 1972 y acabó pasando cinco años entre las prisiones de Huelva y Badajoz por varias condenas, relata Marey, que consiguió escribir la biografía É mellor loitar que morrer de fame (Es mejor luchar que morir de hambre) después de un dificultoso trabajo de investigación para encontrar testimonios de personas que conocieron a Falcés en aquellos tiempos. En la penitenciaría andaluza el régimen franquista encerraba a los homosexuales “activos” y en la extremeña, a los “pasivos”. La dictadura consideraba más graves los comportamientos sexuales de los segundos por ser más “afeminados”, abunda Marey.

Trini Falcés, en la primera manifestación del Orgullo en España que se celebró en 1977 en Barcelona, en una imagen cedida por los organizadores de la exposición sobre ella de A Coruña.
Trini Falcés, en la primera manifestación del Orgullo en España que se celebró en 1977 en Barcelona, en una imagen cedida por los organizadores de la exposición sobre ella de A Coruña.

Falcés se implicó en el activismo LGTBI antes y después de la arriesgada protesta de 1977 en la que mujeres trans y prostitutas, las últimas de las últimas, tomaron las riendas. ¿Por qué lo hicieron?, les preguntaron entonces a aquellas ciudadanas tan discriminadas. “Total, nosotras ya estamos muertas”, contestaron ellas. Falcés vivió muy precariamente de la prostitución y, al hacerse mayor, tuvo que dejarlo. Ya cumplidos los 60 años, recuerda su amigo Fito Ferreiro, se ganaba unas pesetas en Barcelona manteniendo encendido el fuego en los bidones con los que se calentaban sus compañeras en la calle. También les vendía bocadillos. Por la Ley de Memoria Histórica que aprobó el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero recibió una compensación de 6.000 euros como víctima del franquismo. El alivio económico le duró poco. “Un chulazo” que fue su pareja “le quitó todo el dinero”, afirma Ferreiro.

Un ejemplo del pasado para afrontar el futuro

La Mami contaba a sus amigos que había sido un bebé robado a una mujer víctima de violación y que su familia se mudó a Sevilla cuando su madre biológica empezó a buscarla. Falcés murió con casi 80 años en A Coruña, la ciudad donde nació y residió en su década final. Ferreiro fue uno de sus allegados durante esta etapa, en la que salió adelante con una exigua pensión no contributiva “como casi tres de cada cuatro personas mayores LGTBI”, apunta él. También recibía comida del banco de alimentos. Tuvo que pelear todo hasta el último momento, incluso las ayudas públicas para poder comprarse gafas o una silla de ruedas, ya que acabó sus días con dificultades de movilidad por un problema de cadera. “Era muy luchadora de ella misma, de su libertad y de buscarse la vida”, destaca su amigo. Nunca tuvo casi nada, pero era “muy desprendida”. “De su casa salías siempre con algo”, recuerda Ferreiro. Algunos de esos regalos se exhiben en la biblioteca municipal coruñesa, junto al abrigo con el que combatía el frío cuando ejercía la prostitución en Barcelona o el certificado de su ingreso en prisión.

El homenaje de A Coruña a Trini Falcés es un “acto de memoria” pero también pretende lanzar un mensaje para lo que viene, subraya Marey. Considera que el colectivo LGTBI está ahora “algo desmovilizado después de grandes logros” y cree que recordar las luchas pasadas es una forma de hacer un llamamiento a no abandonarlas: “Trini no solo luchó por su día a día sino a futuro y, con el auge de la ultraderecha que estamos viviendo, es importante contar los ejemplos del pasado”.

Las víctimas de la poliomielitis exigen su reparación, en "Solidarios"

 https://www.canalsur.es/rtva/las-victimas-de-la-poliomielitis-exigen-su-reparacion-en-solidarios/2121528.html



Canal Sur TV | Domingo, 21:30 h.

El programa explicará cómo las personas afectadas por la enfermedad de la polio están consideradas víctimas del franquismo, por la ley de Memoria Democrática, y dedicará también un reportaje a la salud mental en la infancia.

Comunicación RTVA  12 enero 2025

"Solidarios" tratará la enfermedad de la polio en su primer programa del año. Las personas afectadas por la poliomielitis están consideradas víctimas del franquismo en la Ley de Memoria Democrática. La negativa de la dictadura a reconocer la existencia de la enfermedad en las décadas de los años 50 y 60 del siglo pasado hizo que muchos niños y niñas la contrajeran, lo que les causó parálisis en las extremidades, graves problemas respiratorios e incluso la muerte. Hoy esas personas exigen al Estado el reconocimiento y la reparación a los que está obligado por ley.

Para tratar este tema, el programa entrevistará a Javier García, presidente de Cota Cero, una asociación de personas con discapacidad entre las que hay enfermos de poliomielitis. Juan Antonio Rodríguez, profesor de Historia de la Universidad de Salamanca, explicará qué tipo de enfermedad es la polio, ya que se trata de una infección por un virus, que se llama poliovirus, que existen o existían tres tipos de poliovirus salvajes. Ahora mismo ya solo existe el uno, porque los restantes, el dos y el tres, han sido erradicados.

"Solidarios" contará con el testimonio de andaluces afectados por esta enfermedad.

Por último, "Solidarios"  dedicará su espacio a la salud mental en los menores y los adolescentes. Una organización como UNICEF le da a esto una vital importancia, de ahí que cuente con un consejo asesor de chicos y chicas que les orienta en las estrategias para defender los derechos de la infancia. La opinión de este grupo, en nuestro caso en Andalucía, también se proyecta a las más altas instancias. Ellos y ellas, menores de edad, desempeñan una función que consideran imprescindible: incorporar sus voces para el diseño de las actividades, estrategias y acciones de promoción de sus derechos ante los responsables políticos. UNICEF se apoya en este grupo para realizar los estudios que permiten después obtener una radiografía de la situación de los más jóvenes, sus problemas y posibles soluciones.

El programa se despedirá con la emisión del cortometraje ganador de la segunda edición del Premio Canal Sur Radio y Televisión Discapacidad y Medios de Comunicación. Un galardón que la televisión pública de Andalucía otorga junto a Cocemfe Sevilla. Se titula "Barreras invisibles" y está realizado por estudiantes de Comunicación Audiovisual de la Universidad hispalense.

Fecha de emisión: domingo 12 de enero, a partir de las 09:30 horas, en Canal Sur Televisión.

Una decena de organizaciones denuncia el ritmo "fallido" de las exhumaciones de las fosas en Córdoba

 https://www.diariocordoba.com/cordoba-ciudad/2025/01/09/decena-organizaciones-denuncia-ritmo-fallido-113249447.html

Exigen agilidad en la identificación de los cuerpos y más transparencia a las administraciones

Trabajos en las fosas comunes del cementerio de La Salud de Córdoba.

Trabajos en las fosas comunes del cementerio de La Salud de Córdoba. / FRANCISCO GONZÁLEZ

Irina Marzo

Irina Marzo

Una decena de organizaciones memorialistas de la provincia de Córdoba ha criticado con dureza el proceso de exhumación de las fosas de Córdoba y ha pedido a las administraciones impulsoras de dicho procedimiento atención e información real a los familiares-víctimas, un tratamiento eficaz y ágil de la identificación genética, participación de la ciudadanía y del movimiento memorialista en el proceso, transparencia informativa (incluyendo la relación de gastos y resultados de los trabajos) y la adecuación de los recursos materiales y humanos para que se cumplan los plazos previstos.

En su escrito, las asociaciones firmantes (Foro por la memoria de Córdoba y de Palma del Río, Aremehisa, Asociación La desbandá, Germinar, Foro por la memoria democrática de Espejo, Asociación para la restitución de la memoria democrática del Guadiato, Asociación para la memoria histórica de La Rambla y La Carlota, Los Pedroches por la República y la Asociación cultural memorialista El olivar), recuerdan que en octubre de 2025 finaliza el actual convenio de exhumación de las miles de víctimas de la violencia franquista en Córdoba y ante "la cada vez más evidente situación de incumplimiento de objetivos, desinformación  y falta de atención a los familiares".

Ritmo de trabajo lento

En concreto, lamentan el ritmo lento de los trabajos en las fosas, ya que tras 20 meses de intervención (6 meses en San Rafael, 14 en la Salud), la cifra total de personas enterradas por muerte violenta (incluyendo víctimas de los bombardeos republicanos o posibles suicidios) se sitúa en torno a 100 (ninguno en La Salud), lo que da "una ratio de 4,5 represaliados por mes, con una inversión cercana a 1.000.000 de euros hasta la fecha". A este ritmo, y teniendo en cuenta que las últimas investigaciones historiográficas sitúan en torno a 5.000 el número de personas asesinadas, estiman que las exhumaciones concluirían a fines del siglo XXI "ya sin hijos ni nietos a la espera". 

Exhumaciones de fosas en el cementerio de San Rafael, en el pasado 2022.

Exhumaciones de fosas en el cementerio de San Rafael, en el pasado 2022. / A.J. González

Para estas asociaciones, con los trabajos previos de localización, las catas, estudios de viabilidad anteriores y un presupuesto de 1.500.000 euros "no es admisible que los resultados sean fallidos o muy insuficientes" e insisten en que no existen precedentes en la exhumación de las grandes fosas del franquismo en Andalucía ( Málaga, Sevilla, Teba, Nerva…) que hayan dado unos resultados tan pobres con tan amplia financiación. En este sentido, las asociaciones entienden que se ha llegado a esta situación porque "ha fallado toda la labor previa en cuanto a fiabilidad exigible o porque hay una gran disparidad entre los objetivos marcados y los recursos humanos y técnicos disponibles". 

Identificaciones genéticas fallidas

Por todo ello, transcurrido el tiempo y estando ya en el límite biológico muchos descendientes "vuelven a ver defraudadas sus expectativas, se les vuelve de nuevo a engañar", lamentan. Además, recuerdan que el objetivo de las exhumaciones no es otra que la identificación genética, un proceso en el que también se está fracasando. En este sentido, recuerdan que en 2019 llegaron al laboratorio de la Universidad de Granada (que concentra todas las pruebas genéticas de Andalucía) las 209 muestras tomadas en Córdoba con ocasión de la primera intervención en el cementerio de San Rafael realizada por Aranzadi. De estas muestras, 125 resultaron no válidas por incumplir la relación directa paterno-materna.

En junio de 2024 , ya en el marco de la actual intervención, se procedió a otra toma de muestras, a la que acudieron en torno a 50 familiares, de los que algunos ya habían acudido a la toma de 2019. Según los datos que manejan estas asociaciones, hasta ahora solo se han obtenido muestras del 3% de las mujeres y hombres represaliados (5.345 según las últimas estimaciones del historiador Moreno Gómez), porcentaje que desciende al 1% si se descartan las muestras no válidas. Además, a pesar de que el convenio firmado entre la Junta y la Universidad de Granada obliga a ésta a entregar los resultados de las muestras en un plazo máximo de cuatro meses a la Administración Autonómica, denuncian que ningún familiar ha recibido hasta la fecha comunicación oficial por parte de la Junta o del Ayuntamiento de los resultados positivos o negativos de la muestra genética tomada, es decir, "no ha habido ninguna identificación por coincidencia genética entre víctimas y familiares". 

Las asociaciones lamentan "el desinterés y el abandono" de las administraciones que constituyen "una ofensa y menosprecio no solo al derecho de los familiares a ser informados con prontitud, sino a sus propios sentimientos y expectativas personales desde una perspectiva humanitaria".

Una oficina vacía de contenido

Asimismo, en el escrito se critica el funcionamiento de la Oficina de Atención a las Víctimas que sigue sin contar con una persona contratada. "En la actualidad, la oficina es poco más que un nombre vacío de contenido y recursos reales para atender y orientar a familiares".

Por todo lo anterior, las entidades firmantes del escrito consideran que es "preciso e inaplazable que se culmine en el menor tiempo posible la exhumación de las fosas del franquismo en Córdoba, pero no de esta manera" y "no nos sirve el es mejor esto que nada”.