dimarts, 8 de setembre del 2020

Cárcel, fusilamientos y cambios de identidad: el caso de los 50 argentinos represaliados por Franco .

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ACTUALIZADO. 6/09/2020. 

 Remiten a la Justicia de Argentina, que instruye una causa contra los crímenes del franquismo, una recopilación de la represión sufrida por cincuenta argentinos en España durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Ana es la única mujer de la lista. Su nombre real era Diana pero se tuvo que camuflar ante el régimen que acabaría con la paz de la familia argentina Mingorance hasta el final de sus días. Ana residía en España desde los 15 años. Llegó a formar parte de un batallón de brigadas internacionales. Junto a su hermana Libertad y sus padres estuvieron a punto de librarse de la barbarie cuando consiguieron billetes en el vapor Stanbrook. No llegaron al puerto de Alicante y la familia se tuvo que dispersar. Ana y Libertad se trasladaron a Granada. Durante años vivieron en la clandestinidad e incluso consiguieron burlarse de la censura celebrando en plena posguerra el aniversario de la República con banderitas de papel tricolor, que le costó a Ana Mingorance dos años cuatro meses y un día de reclusión. Un defecto en la máquina alemana de escribir con la que se elaboró el material las delató enseguida. Ninguno de los miembros de esta familia argentina olvidó la mano de un régimen que aplastaba a cualquier ciudadano, sea cual fuese su nacionalidad. Existe escasa información de estos residentes argentinos. Salvo datos de archivos. Cifras. Algún testimonio oral. Sería la primera vez que hablamos en España de "extranjeros represaliados por el régimen franquista de forma abierta" y que no guarden ninguna relación con las víctimas de las brigadas internacionales. Esto es otra cosa. Una relación de nombres inédita. Medio centenar de víctimas nacidas en Argentina que sufrieron cárcel, consejos de guerra, represión o incluso la muerte por no estar a favor del régimen que se gestaba en la España de 1936. "No se trata de abrir una nueva causa, sino de que se incorporen nuevos casos" a la querella argentina, aclara a Público el historiador José Luis Gutiérrez que ha aportado bastantes datos a esta recopilación junto al investigador Julio Guijarro. "Son ciudadanos argentinos, de nacimiento o pasaporte, que fueron represaliados". Han facilitado a la jueza Servini la información para que le llegue, a través del Consulado de Argentina y que los casos sean revisados por el Ministerio de Asuntos Exteriores. “Esperamos que esta documentación llegue a alguno de las familias de estos represaliados” El listado ha sido un trabajo minucioso, coordinado desde el del portal Todos los nombres y busca que formen parte de la denominada querella argentina. Esta causa pretende sentar en el banquillo a los verdugos que quedan vivos de la dictadura. "Como en España no se ha juzgado, las víctimas cruzaron el charco. Esperamos que esta documentación llegue a alguno de las familias de estos represaliados para que conozcan como estos hombres y mujeres acabaron sus días", afirma a Público Cecilio Gordillo, coordinador del portal Todos los nombres y del grupo memorialista de CGT Andalucía. En febrero y mayo de 2014 se entregó por primera vez a la embajada de Argentina en Madrid y a la jueza Servini una relación que en aquellos momentos hacía mención a 33 argentinos represaliados (fusilados, procesados en Consejos de guerra, depurados, desaparecidos, en trabajos forzados, TOP, …) pero, hasta la fecha no se conoce el inicio de ninguna actuación. El número se ha incrementado. Desde Todos los nombres, que ya registra más de 104.559 desaparecidos y represaliados del régimen, han retomado la búsqueda de casos para llegar vía consular a la magistrada Servini. Músicos, políticos, tipógrafos carpinteros y una sola mujer en la lista El listado aporta biografía, anécdotas y detalles de aquellas que procedían de ciudades como Buenos Aires, Rosario de Sante Fe, Mar de Plata, etc… Emilio Armengod era un joven nacido en Buenos Aires. Sus padres, actores de profesión se encontraban en Argentina cuando nació Emilio, que vivió el resto de su vida en la ciudad de Cádiz hasta que la guerra se lo llevó por delante por ser concejal de Unión Republicana en San Fernando y masón. Fue asesinado en Puerto Real el 16 de agosto de 1936. La tragedia se palpa con detalle en la relación de cada uno de estos nombres, con historias de hermanos como la de Antonio y Alfonso Moreno García, nacidos en la capital argentina y residentes en Sevilla. Fueron detenidos a comienzos de agosto del 36 y liberados dos días más tarde por la intervención del cónsul argentino Martín Nazar. "A veces las relaciones diplomáticas podían funcionar pero a Franco no le temblaba el pulso a la hora de firmar una sentencia", señala Gutiérrez a Público. En cualquier caso, recurrir a las relaciones consulares no era ninguna garantía. En este caso ni la intervención diplomática libró a los hermanos Moreno de su fatal destino. El investigador José María García Márquez pudo conocer por archivos que "fueron detenidos el 11 de septiembre de 1936 y otra intervención del cónsul hizo que los liberaran el 14 del mismo mes". Por tercera vez, el 11 de enero de 1937 fueron detenidos sin que las gestiones del cónsul sirvieran. José Antonio fue juzgado el 5 de abril de 1937 y condenado a la pena de muerte. Alfonso fue juzgado en consejo de guerra el 12 de abril de 1937 y condenado a 30 años de prisión. Lo llevaron al penal de El Dueso en Santoña (Cantabria) y se fugó el 9 de septiembre de 1939. Nunca más se supo de su paradero. Algunos de estos argentinos pasaron también por la miseria de los campos de concentración franquista, como le ocurrió a Eduardo Sánchez González con 41 años de edad. Como preso-esclavo del franquismo para una empresa privada. Concretamente "redimía pena por el trabajo en la mina de mercurio de Almadén (Ciudad Real) y que tuvo un accidente laboral grave por lo que perdió un ojo" relata Gordillo. De igual manera pasos sus días en el buque prisión Carboeiro, Juan Reinaldo Benítez, nacido en Mendoza y vecino de Morón de la Frontera (Cádiz), asesinado en octubre de 1936. Víctor Serafín Mohedano es el más joven de todos ellos. Con tal solo 18 años era carpintero de profesión y natural de Buenos Aires y vecino de la barriada de Cerro Muriano de Córdoba. Ingresó en prisión el 20 de julio de 1936 por orden del gobernador militar Ciriaco Cascajo. En una saca de 27 personas, fue ejecutado por orden del Jefe de Orden Público, Bruno Ibáñez No consta su inscripción en Registro Civil. Pero hay más detalles, como la afición de José Lozano Escudero, acordeonista, nacido en Buenos Aires y vecino de El Puerto de Santa María en Cádiz. Era peón albañil. En su vínculo con el ateneo Libertario tocaba el acordeón en marchas revolucionarias y manifestaciones. Fue encausado y finalmente absuelto. La relación se actualiza a diario, con cualquier dato útil que sirva para encontrar un nuevo caso. Cecilio Gordillo, recuerda como la pasada semana el historiador y colaborador de Todos los nombres José Díaz Arriaza y la Asociación "Memoria Viva", remitió un nuevo nombre de un argentino víctima del franquismo. Venancio García Rodríguez, 25 años, trabajador del campo, vecino en La Puebla del Río, asesinado en Sevilla el 17 agosto del 36. La gran mayoría de los casos ocurrieron durante los primeros momentos del golpe. Las autoridades argentinas no tuvieron conocimiento de ellos. Gordillo apunta a Público que estos datos ayudan a "actualizar todo lo relacionado con la querella argentina a niveles públicos", aunque no es muy optimista en que "la fiscalía argentina abra un apartado específico dentro del ámbito de la querella. Habrá que esperar”. Ana Mignorance Pérez, la única mujer de la lista A pesar de la necesidad de Ana y su familia por zarpar en el Stanbrook rumbo al exilio, el terror de aquellos días de final de la guerra no permitió que llegaran a tiempo al puerto de Alicante en las últimas horas de guerra. José Luis Gutiérrez rescata el testimonio de Guillermo Vignote, hijo de Diana Mingorance, que recuerda como su tía Libertad y su madre lograron escapar en medio de la barbarie y no marchar a Madrid por "miedo a las represalias". Las dos hermanas alquilaron habitaciones en Granada que realquilaban para poder vivir. Y allí comenzó su lucha y su resistencia. Cambiaron de nombre. "Era tal el miedo, que se vieron obligadas, por necesidad, para eludir todo lo que pudiera señalarlas", apunta Guillermo. Libertad se convirtió en Lucía y Diana en Ana para luchar en la resistencia. Su cambio de identidad duró los cuarenta años del régimen franquista. https://www.publico.es/politica/carcel-fusilamientos-y-cambios-identidad... __________________________________________________________________________________________________________________________ + información Los 48 nombres de compatriotas víctimas del franquismo enviados a la jueza Servini para sumarse a la querella argentina. Ejecución, cárcel, trabajo esclavo… la base de datos ‘Todos los nombres’ entrega un listado con ciudadanos argentinos represaliados por Franco Juan Miguel Baquero / 30 de agosto de 2020 21:27h /@JuanmiBaquero La familia Mingorance Pérez trata de subir al buque Stanbrook. Quieren abandonar España, con los estertores de la guerra y la derrota de la democracia pisándoles los talones. Todos acaban detenidos en Alicante. Y penan entre rejas su apoyo a la República. Es el trazo de uno de los relatos incluidos en el listado que ha recibido la jueza María Servini con 48 ciudadanos argentinos víctimas del franquismo entre 1936 y 1978. La iniciativa parte de la base de datos ‘Todos los nombres’ y busca que estos nombres formen parte de la denominada querella argentina, el único proceso en el mundo que desde hace una década trata de juzgar los crímenes franquistas. Las víctimas que ahora conoce Servini habían nacido en Buenos Aires, Mar del Plata o Mendoza. Y acabaron ejecutados. O sufrieron penas de cárcel y trabajo esclavo. Un puñado sigue en paradero desconocido. La documentación ha sido entregada en el Consulado de Argentina en la ciudad de Cádiz para su envío al Juzgado Criminal y Correccional Nº1 de Buenos Aires. El secretario de Estado de Memoria Democrática del Gobierno de España, Fernando Martínez, también tiene acceso a la relación de víctimas. Así como "diferentes entidades y colectivos de argentinos residentes en España". La intención es clara: "que se planteen su intervención en este asunto", según las entidades que conforman la base de datos, la asociación Nuestra Memoria y el grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA) de CGT. La página web ‘Todos los nombres’ suma 104.475 nombres de represaliados en Andalucía, Extremadura y norte de África. Los colectivos memorialistas ya presentaron en la embajada de Argentina en Madrid, en 2014, una primera relación de 33 nombres, actualizada en este momento hasta los 48 argentinos represaliados en suelo andaluz. Todos son hombres, excepto un caso, una mujer: Diana Mingorance, una joven que llegó a formar parte de las Brigadas Internacionales y acabó encarcelada. "Que sepamos no se actuó por parte de las autoridades argentinas en ningún sentido", subrayan. Ahora esperan que la información sea "de interés para la causa que instruye" la magistrada Servini. Cárcel por coser banderas republicanas La máquina de escribir tenía un defecto en una tecla. Y no fue difícil dar con Diana Mingorance. Corría la mitad de los años 40. Pero Diana y su hermana Libertad recibieron un 14 de abril la consigna de celebrar el aniversario de la República. Elaboraron cartas, banderitas de papel y una bandera tricolor cosida a máquina. Las dos fueron detenidas. Diana fue sentenciada a dos años, cuatro meses y un día de reclusión por asociación ilícita. Antes de este episodio vivido en la clandestinidad, Diana llegó a formar parte de un batallón de las Brigadas Internacionales. Y desde los 15 años militaba en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Su familia no logró integrar el medio millón de exiliados que provocó la guerra. A partir de ahí, les esperaban detenciones, condenas y prisión. Diana Mingorance nació en Buenos Aires y vivía en Madrid al estallido de la Guerra Civil española. Tejió una historia atada al compromiso con la democracia. Y es uno de los nombres que la jueza María Servini puede leer ahora en su ciudad natal. Ella es la única mujer de ese listado de 48 argentinos represaliados por el franquismo entre 1936 y 1978. Como Emilio Armengod Molina. Hijo de actores, nació en tierras argentinas durante un viaje de sus padres. Vivía en San Fernando (Cádiz), donde era concejal por Unión Republicana. El mismo 18 de julio del 36 fue detenido por los golpistas. Casi un mes después lo mataron a tiros en Puerto Real. Armengod tenía cinco hijos, era masón y trabajaba de intérprete en la Sociedad Constructora Naval y como vendedor de seguros de vida. Esclavos y desaparecidos argentinos Muchos acabaron "fusilados" por los golpistas. Caso del joven de 18 años Víctor Serafín Mohedano. O Gabriel Fuentes, Cristóbal Villalba, Juan Funes… Y más asesinados, como José Miguel Hernández en Huelva, Manuel Pérez… Francisco Pérez en "situación de desaparecido", igual que Alberto Sales, que tenía 24 años. O Juan Reinado, que antes de la muerte pasó por el barco prisión cabo Carvoeiro. El trabajo esclavo afectó a un grupo de esta víctimas. En la construcción del conocido como Canal de los Presos o en la colonia penitenciaria militarizada en Canal del Bajo Guadalquivir, donde penaron Manuel Mata, Bonifacio García… Eduardo Sánchez perdió un ojo en "accidente laboral" en la mina de mercurio de Almadén (Ciudad Real). El tipógrafo Francisco Asensio, juzgado en Consejo de Guerra, acabó en la Colonia Penitenciaria de El Dueso (Cantabria). Y más. La depuración profesional al maestro Joaquín Brotons. La causa abierta por "terrorismo" contra el rosarino Antonio Jiménez. Félix Barranquero, de Tucumán, condenado por el Tribunal de Orden Público: 7 años de reclusión y multa de 10.000 pesetas por asociación ilícita y propaganda ilegal. O Cristóbal Calvo, sentenciado por "auxilio a la rebelión" y Antonio Romagnani, por "encubrimiento de huidos". A José Lozano le persiguieron porque tocaba marchas revolucionarias con su acordeón durante manifestaciones. Quedó absuelto. Como Antonio Zambonino, al que salvó la intervención del cónsul de Argentina en Cádiz. Trabajaba como empleado del negociado de estadística en el Ayuntamiento y fue juzgado por "rebelión militar". Represión "en sus diversas modalidades" La mayoría de las víctimas argentinas habían nacido en Buenos Aires. Otras ciudades suman tres represaliados, como Mar del Plata, Rosario o Mendoza. Dos de estas personas eran de Tucumán, y otras dos de San Luis del Palmar, una localidad de la provincia de Corrientes. Una más, de Córdoba. Y en tres casos no se conoce la localidad de procedencia. La información ha sido recopilada por los historiadores José Luis Gutiérrez Molina y Julio Guijarro, apoyados por el informático José Espinosa como parte del equipo de la base de datos ‘Todos los nombres’. Las "fuentes primarias" son "un amplio colectivo de historiadores, investigadores y archiveros". La "relación actualizada" muestra argentinos "que sufrieron represión en sus diversas modalidades". Una veintena sufrió penas de cárcel y otras seis, trabajo esclavo, en batallones de trabajadores o colonias penitenciarias. Los castigos recibidos fueron diversos, desde multas, depuración profesional y expedientes a reclusión en el barco de la muerte, el cabo Carvoeiro. Al menos doce de estas personas fueron ejecutadas. Muchos siguen en paradero desconocido. "Durante estos años no hemos tenido noticias, de ningún tipo, por parte de las autoridades argentinas", señalan Paqui Maqueda, de Nuestra Memoria, y Cecilio Gordillo, de RMHSA. "Difundir sus historias de vida" servirá "para que nunca caigan en el olvido de este amnésico país y sus gobernantes", destacan las entidades memorialistas. https://www.eldiario.es/sociedad/48-nombres-compatriotas-victimas-franqu... ________________________________________________________________________________________________________________________ + info: A las pocas horas de publicarse el artículo anterior, Pepe Díaz Arriaza, nos envia este mensaje: No tenéis a Venancio García Rodríguez, 25 años, campo, avecindado en La Puebla del Río, asesinado en Sevilla el 17 agosto del 36. Lo tengo en mi base de datos, asociación memoria viva, La Puebla del Rio (Sevilla) https://www.facebook.com/pepe.diazarriaza _________________________________________________________________________________________________________________________ + info: todoslosnombres.org revela la historia de dos bonaerenses represaliados residentes en Córdoba y los remite a la Querella Argentina La investigación, basada en los trabajos desarrollados por el archivero Julio Guijarro González, ha sido facilitada a la jueza María Servini JUAN VELASCO / 30/08/2020 02:42 Se llamaban Víctor Serafín Mohedano y Alfonso Nieves Núñez. Los dos nacieron en Buenos Aires y los dos acabaron pasando una parte de su vida, anterior al levantamiento militar, en la provincia de Córdoba. A los dos los represalió el bando sublevado. Al primero se lo llevaron de Cerro Muriano y lo fusilaron. El segundo tuvo más suerte y pudo huir de España hacia Francia, perseguido por el franquismo. Su historia ha salido a la luz gracias a la investigación que han llevado a cabo las asociaciones memorialistas Recuperando nuestra Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA_CGT) y la Asociación Nuestra Memoria y que han hecho llegar a la jueza María Servini, que instruye la llamada querella argentina, que busca reparar los crímenes cometidos por los integrantes de la dictadura franquista contra los ciudadanos argentinos que vivían en España. Según estas dos asociaciones memorialistas, eran, al menos, 48 los argentinos que estaban instalados en el país cuando estalló el alzamiento militar que llevó a la dictadura franquista. Cecilio Gordillo Giraldo, uno de los impulsores de esta investigación, ha señalado, en una misiva a la magistrada, que se ha ido ampliando la base de datos con los nombres de los represaliados hasta dar con 48. El trabajo de recopilación ha rebuscado en las fuentes de un amplio colectivo de historiadores, investigadores y archiveros, con trabajos publicados en toda España, aunque particularmente en Andalucía, una comunidad que, según indica Gordillo, no ha prestado “ningún apoyo por parte de las administraciones públicas” en este trabajo de reparación. En cualquier caso, la investigación, basada en los trabajos desarrollados por el archivero Julio Guijarro González y publicados en Todoslosnombres.org ha sacado a la luz dos nombres. Dos bonaerenses que pasaron sus días en Córdoba antes del 36. Un carpinterio de Cerro Muriano y un contable anarquista en Castro del Río, Bujalance y Nueva Carteya Víctor Serafín Mohedano tenía 18 años en 1936. Era carpintero y vecino de la barriada de Cerro Muriano de Córdoba. El 20 de julio de aquel año, ingresó en prisión por orden del gobernador militar Ciriaco Cascajo y fue puesto a disposición del juez militar. Según la investigación, Mohedano fue entregado a la Guardia Civil por orden del Jefe de Orden Público, Bruno Ibáñez, el 4 de octubre de 1936 para ser ejecutado en una saca que incluyó 27 personas. A pesar de que no consta su inscripción en Registro Civil, su nombre está incluido en la base de datos de víctimas del Archivo Municipal de Córdoba y aparece en los Muros de la Memoria del cementerio de la Salud. Asesinado por Bando de Guerra. Por su parte, Alfonso Nieves Núñez era hijo de padre andaluz y madre gallega, emigrados que retornaron a España para instalarse en Andalucía. Alfonso trabajó de contable y, desde finales de los años veinte, se convirtió en un anarcosindicalista muy activo en mítines y propaganda. Durante la Segunda República, al considerarlo extranjero, se le intentó deportar a Francia, aunque Alfonso consiguió instalarse en Barcelona, desde donde escribí bajo el pseudónimo de ‘Jiménez’, unas supuestas crónicas enviadas desde Francia. Después trabajó en el diario Solidaridad Obrera y el semanario Tierra y Libertad. Al final, terminó siendo detenido y se volvió a iniciar su expediente de expulsión, si bien volvió a burlar las órdenes y acabó establecido, entre 1936 y 1939, en distintos municipios de la provincia. Concretamente, estuvo en Castro del Río, Bujalance y Nueva Carteya, donde participó en comités revolucionarios y en la organización de las milicias confederales andaluzas. Después se marchó a Barcelona y acabó exiliado en Francia. Hay diferentes versiones sobre su muerte que fue confirmada, en septiembre de 1946, en una necrológica que publicó su amigo Severino Campos en un periódico anarquista neoyorkino. https://cordopolis.es/2020/08/30/la-querella-argentina-revela-la-histori... ___________________________________________________________________________________________________________________________ + información. Apuntes sobre la memoria: los crímenes silenciados del franquismo Por Irene Correa Apuntes sobre la memoria: los crímenes silenciados del franquismo - Por Irene Correa Es la mañana de un lunes de agosto y la aplicación del teléfono marca 36°C, es el día más «fresco» luego de semanas que superaron los cuarenta. Los termómetros situados en las calles de Sevilla rondan los 50°C en días como aquellos. A pocos metros de la Puerta de la Carne, punto de referencia en el entramado de calles estrechas del casco antiguo de la ciudad, espera Cecilio Gordillo. La memoria de los acontecimientos ocurridos en otro verano, en que las temperaturas fueron la menor de las preocupaciones, se hace presente en el local de la Confederación General del Trabajo de Andalucía. Corre el año 1936. José Palma Pedrero tiene 27 años y, como su padre, trabaja de tornero en las minas. El 18 de julio sale de su casa en Riotinto rumbo a Sevilla, quiere detener a las tropas franquistas, bajo las órdenes de Queipo de Llano. Durante décadas, lo único que supo su familia fue que murió. Un documental sobre García Lorca y un error de tipeo hicieron que 74 años más tarde, un domingo de agosto, una sobrina que nunca conoció comenzara a encontrar respuestas: José Palma Pedrero (Riotinto), carbonizado en el interior del camión SE-16991. Cecilio es parte de la coordinación general de Todos (…) los nombres un proyecto que surgió como iniciativa de la CGT Andalucía y la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia y que actualmente cuenta con una base de datos de represaliados en Andalucía, Extremadura y el norte de África con 104452 personas, 879 microbiografías y 1564 documentos sobre los años de la dictadura franquista. Es él quien nombra a Pilar Comendeiro, sobrina de José, que desde Buenos Aires contará la historia de su tío Joselito. Los cruces entre Argentina y España son muchos más de los que parecen a primera vista. La columna minera Nélida Pérez Carrero Palma, Nelly, prima de Pilar, fue la otra columna sobre la que se reconstruyó la historia familiar. Sus madres eran las hermanas mayor y menor de José. Luego de diez años de noviazgo epistolar y de casarse con un poder, Hortensia se mudó a Argentina para encontrarse con su esposo. Su hija Nelly tenía 18 meses en el momento en que mataron a su hermano y la versión que le llegó al otro lado del océano nunca terminó de parecerle real: apendicitis. Con Hortensia a salvo pero en Argentina, su hija mayor enferma de tuberculosis y su esposa encerrada durante un año desde la muerte de José, porque uniformado que veía uniformado que insultaba, el abuelo de Pilar le exigió a Concepción, la madre de ella, que se hiciera falangista para sobrevivir. Luego de algunas discusiones, el hambre que amenazaba y con la ayuda de una antigua maestra, entró a la Falange. —Mamá era rebelde, le tenía bronca a Franco y a todos los falangistas. Pueblo chico infierno grande, cada uno sabía cómo pensaba el otro y entonces se salvó de que la mataran pero no fue nada fácil.  Semanas en el calabozo, obligada a tomar aceite de ricino y a pasar hambre, rapada a la fuerza, fueron algunos de los castigos que, como a tantas, le impusieron. Jurando que no volvería a España mientras Franco estuviera en el gobierno, el 31 de enero de 1947 Concepción embarcó rumbo a Argentina. Fue ahí cuando Hortensia y Nelly se enteraron que Joselito no murió de apendicitis, sino que lo mataron. Ellos pidieron el cuerpo y no se lo dieron. Desde que pudo pedirlas, Nelly necesitaba respuestas sobre lo que había pasado con su tío. Cada vez que viajaba a España intentaba encontrar algo, un dato, una foto. Fue una amiga la que le dijo que esperaba que no hubiera sido parte de la columna minera, porque a esos chicos los hicieron polvo. Si bien trabajaba en las minas, como su oficio había sido el de tornero y por lo tanto no bajaba, ese comentario quedó olvidado durante años. Cuando empezaron las primeras exhumaciones en el 2000, Nelly, que vivía en Estados Unidos, le propuso a Pilar que viajaran a España a donar material genético, pero considerando la distancia entre Riotinto y Sevilla ella no creyó que tuviera sentido. El 8 de agosto de 2010, Pilar está mirando una película sobre Federico García Lorca. Buscando en Internet al torero de la historia, le aparece la plaza de toros de Valverde del Camino, pueblo del que era su abuela. La curiosidad la lleva a buscar familiares con ese apellido, Pedrero Gallardo, pero por error tipea el apellido de su madre, Palma Pedrero. Para cuando se da cuenta los resultados de su búsqueda aparecen en pantalla, en la página 118 del libro La justicia de Queipo nombran a su tío Joselito y a la columna minera. Le escribe a Nelly diciendo que lo encontró: está en Sevilla. Son cerca de 4000 y es poco probable que lo encuentren, pero en paralelo escribe en un foro pidiendo ponerse en contacto con el autor. Al día siguiente él le responde y la contacta con Cecilio. Así supo que murió en Camas el 19 de julio de 1936. Pilar y Nelly quieren identificar los restos. El 18 de septiembre de 2010 escriben al alcalde de Camas, a la alcaldesa de Riotinto y al Comisario de Memoria Histórica de Andalucía para solicitar que se inicien las tareas de exhumación. Hubo algunos contratiempos por no considerarlas descendientes directas y por el lugar donde estaba la fosa común, ya que se creía que todos los cuerpos habían sido movidos. Tras años de trabajos de localización y búsqueda en 2015 se confirmó la exhumación en el cementerio de Camas. La columna minera fue un grupo de combatientes de la provincia de Huelva que ante la llegada de las tropas franquistas transportó dinamita a Sevilla para combatirlas. El comandante les tendió una emboscada en La Pañoleta e hizo estallar la dinamita. Por ser el primer caso durante el Golpe fueron un juez y un forense. La autopsia dejó constancia y si bien décadas después no se pudo extraer ADN por el estado de los huesos, pudieron identificar a José Palma Pedrero por los daños en el cuerpo. —Pienso que para a los 27 años subirse a un camión cargado de dinamita hay que estar muy loco o hay que tener muchos cojones. Pienso que siguió lo que tenía que seguir, convencido de lo que tenía que hacer. Fue una forma tan rara e inesperada que yo encontrara la historia que interpreté como que alguien me dio los dedos para escribir mal el nombre. Cinco años a pesar de todo fue muy rápido, no pensé que iba a tener un final tan feliz para nosotros. Justicia Universal Faltan pocas semanas para el próximo 3 de septiembre, cuando se espera que la jueza argentina María Servini le tome declaración por vía telemática a Rodolfo Martín Villa, funcionario durante el franquismo y ministro del primer gobierno posterior a la muerte de Francisco Franco y durante los años de la Transición. No es la primera vez que un país se ampara en el principio de Justicia Universal que habilita a las instituciones judiciales de un Estado a investigar crímenes cometidos fuera de sus fronteras, sin necesidad de que afecten sus intereses, siempre que sean objeto de tratados internacionales. 30 mil personas desaparecidas, cientos de bebés robados, secuestros, torturas, asesinatos. Los crímenes de la dictadura cívico militar en Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983 se juzgan en ese país desde 2006. Previamente debido a las leyes de impunidad no era posible. El 2 de noviembre de 1999, el juez español Baltasar Garzón procesó a Adolfo Scilingo por su participación en los vuelos de la muerte. En abril de 2005 fue condenado a 640 años de prisión, condena elevada por el Tribunal Supremo Español a 1084 años. Hace diez años, un 14 de abril, un grupo de familiares de asesinados durante el franquismo y diversas asociaciones españolas y argentinas presentaron en el Juzgado Federal N°1 de Buenos Aires la querella 4591/2010. Con esto, la querella argentina, busca que se investiguen los crímenes de lesa humanidad cometidos en España entre el 17 de julio de 1936, comienzo del golpe militar y el 15 de junio de 1977, fecha en que se realizaron las primeras elecciones democráticas. Si bien la querella ha logrado que por primera vez decenas de víctimas puedan testimoniar ante un juez y una exhumación que permitió reconocer a personas que estaban en fosas comunes, a la hora de tomar declaración indagatoria la justicia española usó todos los mecanismos burocráticos a su alcance para postergarlo. Hace diez meses, lo que debía ser un acto de reparación terminó recibiendo críticas por parecer un homenaje. Todas las pantallas mostraron la reubicación de los restos de Francisco Franco que finalmente salieron del Valle de los Caídos, una de las mayores fosas comunes de España, si no la mayor, construida sobre todo con mano de obra prisionera. Los gritos de Viva Franco no son algo del pasado. ¿Quién escribirá su historia? Cecilio atiende el teléfono y pide un momento para ir a un lugar más tranquilo porque está en medio de una exhumación. El primer trabajo de investigación en Todos (…) los nombres fue sobre trabajos forzados y a partir de eso distintas personas empezaron a pedirles información sobre familiares cuyo destino desconocían. —Fundamentalmente el término es «desapareció» porque no se tiene información de nada relativo a ellos. A los fusilados normalmente no se los inscribía en el registro civil así que no había información de que hubieran muerto. Muchas personas murieron pensando que sus familiares, como decían muchos, se habían ido a otro país a rehacer sus vidas. Ese discurso es muy generalizado.  El 23 de marzo de 2014 le envió a la jueza Servini un listado con los nombres de veintitrés personas nacidas en Argentina que fueron víctimas de la represión franquista en Andalucía. Actualmente el listado tiene poco más de treinta nombres que corresponden a diversas investigaciones. —Seguimos reclamando que este trabajo no puede ser hecho voluntariamente por la sociedad civil. El Estado debería constituir un organismo o dotar de partidas presupuestarias a estos proyectos para tomar forma más constante. Aunque se conocen sus nombres y ciudades de nacimiento y muerte, hasta el momento nadie se ha contactado para contar sus historias.   FUENTE: http://www.todoslosnombres.org/content/noticias/actualizado-6092020-carcel-fusilamientos-cambios-identidad-el-caso-los-50?fbclid=IwAR3QQBsQ2Ec_wiFTfDrql9AFza6WOFfc3Avg0F_itYiN9rImzUn4XeGoM08

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