http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/23/cultura/1358927621.html
- Reúnen los artículos que el autor escribió en Francia para explicar el franquismo
¿Cómo analizaría Manuel Chaves Nogales este tiempo de incertidumbres, crisis y fango de corrupciones? Se ha convertido en un clásico acudir al bisturí de lucidez del escritor y periodista que, aunque murió pronto y en el exilio, fue capaz de diseccionar los errores y virtudes de un país que en tantas altas ocasiones de su Historia parece condenado al fracaso. Chaves Nogales comprendió bien pronto y sin maniqueísmos la tragedia compleja de la Guerra Civil tal y como reveló en su famoso prólogo a los relatos de 'A sangre y fuego' en los que abordaba el horror del conflicto. Luego desveló y advirtió de la amenaza de los totalitarismos (el ascenso del nazismo alemán, del fascismo italiano y del estalinismo soviético) con sus entrevistas a los personajes que pocos años después protagonizarían la Segunda Guerra Mundial o esa inquietante versión de Europa devorándose a sí misma. Y así siguieron su rotunda radiografía del patético papel de la Francia democrática con la 'drôle de guerre' o guerra boba y durante la invasión nazi en el ensayo 'La agonía de Francia' o la soledad de los exiliados de la Rusia zarista tras la Revolución Bolchevique. Ni más ni menos que el periodismo convertido no en un manual de urgencias sino en una lección para leer el presente y enfrentarse con sensatez y valentía a todos los inciertos futuros.
Y ahora una nueva entrega de los reportajes de Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres, 1944) vuelve a confirmar que su caso es el de un rescate de auténtica justicia histórica, la recuperación de un periodista ejemplar que ayuda a comprender cómo es posible defender la democracia hasta sus últimas consecuencias. Hace poco más de una década apenas lo conocía más que un grupo de eruditos que rastreaba sus obras con regular fortuna en las librerías de viejo y lectores taurinos por su excepcional biografía dedicada a Juan Belmonte. Sin embargo, ahora ya lo citan hasta los políticos. Lo que se puede considerar un éxito de popularidad.
La editorial Almuzara acaba de publicar 'La España de Franco', la serie de reportajes de análisis que publicó entre 1938 y 39 en el semanario francés 'L'Europe Nouvelle' cuando vivía exiliado en París. La serie está escrita en un momento delicado y confuso. En España, la guerra aún no ha terminado, pero Chaves Nogales plantea cómo es el edificio ideológico del bando franquista, es decir, cuáles serán los pilares de la España del nuevo régimen. Además tiene en cuenta que escribe para una Europa que se asoma peligrosamente a una nueva guerra, ya que la serie concluye a finales de septiembre de 1939 con Polonia prácticamente rendida al ejército nazi.
En 'La España de Franco', Chaves Nogales vuelve a deslumbrar con sus dotes para la clarividencia, para medir el pulso de su tiempo y analizarlo que está por venir, un futuro que se implantaría nada y nada menos que durante 40 años en España. El periodista sevillano hizo una prospección del que ya iba a ser el bando vencedor y analizó la gestación de la España de Franco cuando está aún en formación.
Este Chaves Nogales que desvela tan temprano lo que acabará convirtiéndose en el franquismo repasa para el público europeo la galería de personajes que rodea a Franco, el 'dramatis personae' que se gesta en Burgos y que Franco hace bailar según le conviene: Yagüe, Martínez Anido, Queipo de Llano, el conde de Jordana...
Chaves Nogales era el ejemplo del periodista salvajemente independiente, el tipo que se arriesga con su opinión, que escribe sin caer en las urgencias y servidumbres diarias. Chaves Nogales deslumbra con su capacidad para convertir el periodismo en Historia. Sus textos no mueren con la espuma de los días. Contempla con perspectiva y equidistancia, sin sucumbir al extremismo ideológico de su época. Por eso, radiografía ese franquismo en génesis analizando sus fragilidades. Destaca el periodista las tendencias heterogéneas en que se apoyaba el caudillo. Por un lado, el falangismo plenamente revolucionario y el tradicionalismo reaccionario y católico en el que se basó la contrarrevolución nacional. Todos esos falangistas, católicos, monárquicos (carlistas y alfonsinos), la derecha económica, los militares rebeldes, la Iglesia o los republicanos conservadores conforman este extraño grupo. ¿Cómo podrá mantenerse esta unión?, se pregunta Chaves Nogales. La clave: el intento de Franco de resucitar el imperialismo español sin saber muy bien en qué consiste y echando mano de un anacrónico y absurdo (pero eficiente) inventario de símbolos.
Otro de los argumentos claves del libro de Chaves Nogales será la denuncia de la injerencia extranjera, en especial la alemana, aportando un interesante enfoque histórico. "Todas las fórmulas que se emplean son extranjeras y, por lo general, están mal traducidas. No hay una sola institución, un solo cargo, una sola función o una simple ordenanza que no sea la traducción literal de su equivalente en alemán o en italiano".
Chaves Nogales conocía bien el ascenso imparable del nacionalsocialismo en Alemania como descubrió con sus entrevistas de comienzos de los años 30. Por eso recuerda la pregunta que formuló a Goebbels sobre la posible influencia del nacionalsocialismo alemán en España y la respuesta textual del ministro de Propaganda: "El nacionalsocialismo no era un producto de exportación". Y añade el toque Chaves, la marca de la casa, la frase certera que ayuda a entenderlo todo: "Hitler no cometerá el error de imponer el nazismo a los españoles. A Alemania le basta con controlar discretamente este poder real. La liturgia y todo lo demás sólo les interesa a los italianos".
Los reportajes de este nuevo libro de Manuel Chaves Nogales se habían publicado hace más de una década en la 'Obra periodística' que editó la Diputación de Sevilla, pero ahora cuentan con una nueva traducción de Yolanda Morató. Almuzara ya ha rescatado buena parte de estos reportajes reunidos temáticamente: 'Ifni, la última aventura colonial española', 'Bajo el signo de la esvástica', o 'Andalucía roja y La Blanca Paloma'. Lo mismo que hizo la editorial Renacimiento con los reportajes sobre la guerra cuando el periodista se encontraba en el Madrid asediado de finales de 1936.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada