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DOMINGO, 20 DE ENERO DE 2013
Rose-Marie Serrano, de la Asociación Amigos de los Republicanos Españoles de Region Parisina, nos manda un interesante resumen sobre la conferencia dada por Luis Garrido en Aubervilliers (París) sobre el libro La Larga Marcha (la Longue Marche, editorial Privat, en francés) de Albino Garrido, sobre el terrible campo de concentración extremeño de Castuera.
"A pesar de la nieve y del frío que aquejan y casi paralizan estos días a Francia y a la región parisina, cubiertos como para ir a Siberia nos fuimos esta tarde a la alcaldía de Aubervilliers, donde nos recibieron con gran simpatía el Sr. Alcalde y su personal.
Nos saludó el Sr. Alcalde recordando que Aubervilliers también acogió en 2009 importantes manifestaciones sobre la Retirada y que se acaba de poner a un parque el nombre del Doctor Saíz, quien cuidaba a los españoles de la Pequeña España (la Petite Espagne), barrio de Aubervilliers-Saint-Denis con mucha población española, sobre el que hace poco la librería de la ciudad, les Mots-Passants, presentó el libro de Pilar-Georgette Arellano-Ulloa, "Le champ de luzerne".
Luis Garrido vino a presentar "la larga marcha" ("la Longue marche", ed. Privat) de su padre Albino, y de seis compañeros huidos del terrible campo de concentración de Castuera (Extremadura), cuatro de los cuales lograron llegar a Francia.
Estaba el responsable de la Asociación -Hogar Extremeño de Aubervilliers, muy interesado. Colocamos nuestras banderas, la de la II República, (la que llevó con orgullo y dignidad nuestro abanderado Eloi Martínez en París el 25 de agosto pasado), y la de su asociación, ASEREF (Asociación por el Recuerdo del Exilio Republicano Español en Francia).
Saludamos al responsable de la libería Les Mots-Passants, quien se trajo muchos libros apasionantes con "la Longue Marche", entre ellos el de Evelyn Mesquida, traducido al francés, "La Nueve, el 24 de agosto de 1944" (La Nueve, 24 août 1944, ces Espagnols qui ont libéré Paris, éd. Cherche Midi).
Después de describir brevemente los combates en la Sierra y en los pueblos cercanos a Tornadizos de Avila, y de subrayar la gran esperanza del pueblo de detener a los franquistas, Luis Garrido llegó a la derrota republicana tan dolorosa y a la larga marcha desde el campo de concentración hacia Urdos en Francia, hacia la libertad tan ansiada. Sólo cuatro de los seis hombres que se evadieron el 4 de enero de 1940 llegaron.
Luis Garrido esbozó magistralmente el contexto histórico que dio lugar a la creación del campo de Castuera, y de otros : Mola afirmó el 31 de julio de 1937 que « quería vencer a los enemigos para imponerles su voluntad y para exterminarlos ».
El campo de Castuera fue construido a dos kilómetros y medio de Castuera, por batallones de trabajadores forzados en marzo de 1939. La represión fue organizada por la clasificación de los presos, una represión terrible.
Por suerte, al estar en el barracón 80 de aislamiento y al cambiar el comandante, quien no admitió esas prácticas salvajes, de lo que pasó a llamarse « Prisión central de Castuera », pudieron escapar Albino Garrido y cinco compañeros, y decidieron marchar para Francia, el 4 de enero del 40 y el director, Cuervo, como se llamaba, ordenó que se los buscara, como consta en el expediente que encontró Albino Garrido.
Luis Garrido nos relató la larguísima marcha, cómo uno de los fugitivos fue alcanzado, otro hecho preso en Badajoz, lo difícil que fue la travesía del Ebro, cómo por fin llegaron por Canfrán a Urdos cuatro.
Fue apasionante escucharle relatar cómo uno de ellos que tuvo que alistarse en la legión, José María Tarifa Trinidad, desembarcó en Normandía y con el half-track « España Cañí » llegó hasta el Ayuntamiento de París, con la II División Blindada, con la Nueve, para después intentar reanudar el combate en el Valle de Arán.
Nos contó también cómo Albino, su padre y otro de los cuatro estuvieron en Gurs y Argelès.
Después seguimos sus explicaciones de las trágicas muertes debidas al bárbaro suplicio de la « cuerda india » en aquel campo de Extremadura, algo parecido a lo de los Pozos de Caudé de Teruel.
Nos mostró el retorno a Castuera en 2006, con fotos de los 87 años de Albino Garrido, quien llevó la bandera republicana del centro de Castuera hasta el pedestal de piedra con la cruz del campo, donde los presos estaban obligados a cantar el detestado himno falangista.
Vimos el video de Francisco Espinosa, « la pesadilla de Castuera », quien definió « la máquina de exterminio que funcionaba a cargo de miembros de Falange ». Se mencionan familias de represaliados.
Luis Garrido pasó al tema importante de los logros de la Ley de Memoria Histórica, que dio subvenciones y trató después de las fosas comunes, con un mapa de colores (las amarillas, numerosísimas, son las de restos llevados al discutido Valle de los Caídos) que cubre toda España ; mencionó a los 500 000 republicanos que pasaron por campos de concentración. También mencionó las fosas de las Islas Baleares, con 3000 asesinatos, con sólo 1600 repertoriados, mostrando así que mucho queda por hacer en la cuestión de la recuperación de la Verdad, no digamos de la Justicia y de la Reparación.
Por fin Luis Garrido terminó su apasionante y conmovedor relato poniéndonos la emocionante canción de « la voz de los republicanos españoles », de Lucía Sócam : « Albino Garrido escapó del campo de concentración ».
Tras esta ciéntifica y metódica conferencia sobre aquella criminal « pesadilla » del franquismo, el debate fue animado y variado, pero Victorina, venida como Salvador y Violette de París, (Enriqueta no lo pudo por la nieve peligrosa), lamentó que no haya casi jóvenes en estas reuniones de la memoria histórica republicana, y Violette precisó que en muchas partes de España, en Zaragoza, sí que acuden bastantes jóvenes, lo que nos alegró.
Yo me inquieté de la Transición y de la tendencia obscurantista de tantas personas, incluso aquí en Francia, adonde han tenido que venirse acuciadas por la miseria de por ejemplo la Extremadura de los años sesenta, que no obstante alaban al rey de España y le consideran como el salvador de la democracia, a sabiendas de que el rey juró las « leyes » franquistas, a pesar de que sigan válidas las « sentencias » que criminalizan a los auténticos héroes de la democracia, nuestros queridos y admirados republicanos españoles.
Nuestro amigo republicano de « El Gordo », cercano a Extremadura, José, replicó que se está ocultando el papel de la República española, que no se ha educado a la juventud, y con nota optimista, añadió que hay que obrar por la Tercera República.
El compañero de la librería Les Mots-Passants se extrañó del por qué las democracias no habían apoyado a la República española, como lo acababa de expresar Daniel Serrano, de 93 años, venido a pesar del frío tan recio como el que vivió jovencito en Teruel con el ejército republicano.
Violette recordó que Franco tuvo « la inteligencia de no participar en la guerra mundial », y Luis que a Franco, el astuto, le apodaban « franquillo el cuquillo ».
Por fin José, quien no tiene pelos en la lengua, precisó que Franco se benefició de la mansedumbre de las democracias y de la de De Gaulle.
Luz, una de los pocos jovencitos presentes nos dijo, después de que Luis evocara los trámites de la jueza Servini, que ella nació en 1984 en Buenos Aires, y que allí jamás oyó hablar ni de Franco ni de guerra de España.
Todos nos alegramos de haber enfrentado el frío siberiano, de haber oído a Luis Garrido y a Lucía Sócam y le deseamos mucha salud a Albino Garrido.
¡ Salud y República, compañero Albino, gracias por su libro !
Rose-Marie Serrano, París, 19 de enero de 2013 (Los Amigos de los Republicanos Españoles de región parisina)."
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