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LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA (I)
- La Universidad de Alicante completa la base de datos de las víctimas de la dictadura de 32 poblaciones de la Marina Alta
- Dénia, Pego, Benissa y Ondara contabilizan el mayor número de reprimidos por los vencedores de la Guerra Civil, que se ensañaron también en zonas rurales como les Valls de la Marina
- Testimonio: Los tres nietos de Juan Bautista Fornés, uno de los vecinos fusilados en Xàbia, al fin han conocido qué fue de su abuelo. Su madre murió sin saberlo
- «Todavía falta mucho por investigar» matiza el historiador Robert Llopis
Rosita no tuvo suerte. Jamás supo qué fue de su padre: «Ella, mi madre, falleció sin saber cómo había muerto mi abuelo», señala un nieto de Juan Bautista Fornés, uno de los 103 vecinos de Xàbia que fueron represaliados y en este caso fusilados por el franquismo. Como Rosita, hubo mucho más gente que también murió sin saber qué había sido del padre, del hermano, del amigo que nunca volvieron. Otros sí regresaron tras años de cárcel, pero tampoco contaron nada sobre su destino porque de eso en casa no se hablaba. Y eso fueron aquellos días terribles de 1939 que siguieron a la conclusión de la Guerra Civil y también los años, los lustros que vendrían después.
Pero ahora por fin se palia tanta desmemoria. La Universidad de Alicante ha concluido la base de datos de los represaliados por el franquismo adscrita al Archivo de la Democracia referente a 32 poblaciones de la Marina Alta que pueden consultarse ya por internet. De forma directa, a un solo clic. Nombre por nombre. Divididos según su población de origen. Y con una ficha de cada uno con una semblanza biográfica y su destino final por decisión de las autoridades franquistas. Fusilados, encarcelados o inhabilitados. Acusados en juicios sumarísimos de tremendos crímenes sin pruebas o simplemente por sus ideas, rojas, marxistas.
«No huyó porque estaba convencido de no haber hecho nada malo»
Así que si bien es verdad que Rosita no llegó a tiempo, sus tres nietos ahora ya saben qué fue del abuelo que nunca conocieron gracias a esa base de datos que, eso sí, se nutre de la única información posible, la de los vencedores, con un tono duro, incontestable, que acusa de supuestas tropelías a los condenados sin aludir a la versión de estos últimos.
«A nosotros siempre nos han dicho que él no hizo nada malo. Pero metieron a todos los miembros del Comité de Sanidad, al que pertenecía mi abuelo, en el mismo saco. Lo cogieron aquí, en Xàbia. No huyó, como hicieron otros. Se dice que como no tenía remordimientos de haber hecho nada malo no se fue», continúa relatando el nieto de Juan Bautista Fornés.
Tras ser apresado, su familia le perdió la pista. Más tarde, según los documentos de la Causa General, estuvo encarcelado en Dénia y poco después, el 29 de noviembre de 1939, ingresó en el Reformatorio de Alicante. Un Consejo de Guerra celebrado en la capital alicantina le condenó a la pena de muerte por adhesión a la rebelión y fue fusilado cuatro meses después, el 7 de marzo de 1940.
Tal reivindicación de la memoria por parte de la Universidad para rescatar el destino no solo de Juan Bautista Fornés sino de tantos otros ha sido el fruto de una investigación realizada por el profesor Francisco Moreno y un amplio número de colaboradores e investigadores locales. Hay un total de 15.000 fichas para toda la provincia de Alicante de las que 1.905 corresponden a la Marina Alta.
En esta comarca, Dénia, como municipio más habitado, fue el que tiene contabilizadas más víctimas, un total de 319, seguida de Pego, entonces con más pobladores que bastantes núcleos del litoral, con 266. Pasaron también de las cien víctimas según los datos actuales (puede que falten bastantes casos) Benissa (199), Ondara (136), Pedreguer (110) y Xàbia (103) y se aproximaron a ese macabro número El Verger (96), Gata (84) y Teulada (82). En Calp hubo 51.
Llama la atención además cómo la represión se cebó en algunas poblaciones de menor tamaño del interior. Es el caso de les Valls (el recuento incluye 86 víctimas sólo en la Vall de Gallinera y 47 en la Vall d’Alcalà), Parcent (73) o Castell de Castells (61).
Obligada a marcharse de Xàbia para «trabajar con un amo»
Tras la guerra, no solo quedaba la tristeza y la pena de haber perdido a un hijo, un marido o un padre. Los familiares de los republicanos represaliados, en tantas ocasiones mujeres, tuvieron que vivir durante todo el régimen franquista con ese sello, el del desprecio y la repudia. En muchas ocasiones, incluso, fueron expulsados de sus pueblos. La mujer de Juan Bautista Fornés se tuvo que marchar a València a trabajar «con un amo». Así, al menos, lo recordaba Rosita, a quien con tan solo 4 años la separaron largo tiempo de su madre y quedó huérfana de padre.
Ya de mayor, tuvo la sospecha de que su padre estaba enterrado en una fosa común de Alicante. Es lo único que le quedó de él. Un simple y vago recuerdo ─pues era muy pequeña cuando todo ocurrió─ y algún indicio del dónde. Pero no del cómo ni del por qué. Siempre pidió a sus hijos que la acompañaran a la capital de provincia a visitar la fosa y comprobar con sus propios ojos si el nombre de su padre estaba inscrito en la placa. Pero nunca llegó a ir. Murió a los 68 años sin haberse quitado esa espinita.
Noches en vela de investigación
En la Marina Alta, esta tarea ingente de recuperación ya había sido adelantada en el último número de la revista Aguaits editada por el Institut d’Estudis Comarcals (IECMA), en la que colaboró el propio Moreno. Pero la base de datos de la Universidad ofrece las ventajas lógicas de Internet: la consulta permite buscar por apellido de la persona que se busca, por palabras claves (por ejemplo la profesión de la víctima) o por secuencia de palabras (por ejemplo, cárcel de Dénia).
Ahora bien, las cifras antes expuestas deben relativizarse. Todo está aún abierto. Pueden aparecer nuevos casos. Uno de los investigadores que más ha trabajado sobre el conflicto en la Marina Alta, Robert Llopis, coautor además de Fer la guerra. Diccionari i testimonis dels combatents de Benissa en la Guerra Civil (1936-1939), así lo sostiene: «Queda mucho por investigar porque el universo represivo tuvo un alcance inmenso y sólo tenemos acceso a lo más visible, esta es una pieza más del puzzle a reconstruir».
Llopis colaboró en la investigación que tuvo lugar en Benissa y evaluó así por las redes sociales la publicación de la base de datos: «Es uno de estos días que dan significado al trabajo de hormiga consultando archivos, entrevistando a protagonistas y familiares, pasando noches en vela para desentrañar cómo documentar tantas biografías olvidadas de jóvenes de Benissa y ponerle nombres y apellidos». Todos los nombres posibles.
Para saber más:Acceso a la base de datos de la Universidad de Alicante marcando este enlace.
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