divendres, 17 de gener del 2025

Bajo las camisas azules.

 https://conversacionsobrehistoria.info/2025/01/17/bajo-las-camisas-azules/


El final de la guerra civil acalló las armas -al menos la mayoría, pues la guerrilla todavía seguiría activa durante años-, pero no se acompañó de ningún tipo de reconciliación. De hecho, el Nuevo Régimen fundamentaba su legitimidad en la victoria bélica y, por lo tanto, apostó por mantener la división entre vencedores y vencidos. A través de tres novedades bibliográficas recientes, nos aproximamos a ejemplos concretos de esas políticas divisivas que incluían tanto el trato de los vivos como de los muertos.

 

Jaume Claret

 

Ernest Lluch aseguraba que la Universitat de València, al abrigo de la capitalidad republicana y de la experiencia de la Universitat de Barcelona autónoma, llegó a diseñar en 1937 un ambicioso plan de estudios para unos pioneros estudios de economía. La dictadura comportó, por lo tanto, el retraso en la institucionalización de esta disciplina y, además, la aprobación de un currículum menos competitivo que el imaginado durante la guerra. De hecho, según me aseguraba Fabià Estapé, maestro del exministro catalán, en el Ejecutivo franquista solo una cuestión generó debate: ¿de qué color tendrían que ser las togas de los nuevos licenciados? La discusión se resolvió con un razonamiento incontestable: dado que las naranjas eran de los pocos productos generadores de divisas, este tenía que ser el pigmento escogido.

Verdad u ocurrencia, el caso es que todavía hoy el naranja caracteriza a los economistas y evidencia, una vez más, cómo a menudo la historia se hace a golpes de improvisación y contingencia que después el relato historiográfico tiene que disfrazar de clarividencia y coherencia. Precisamente, Paco Cerdà (el Genovés, 1985) compila en su reciente Presentes un magnífico ejemplo de estas coloraciones fortuitas: «Los nazis eligieron el pardo. Y no porque fuera el color preferido del Führer ni por sus vínculos simbólicos con la tierra, esencia del pueblo, noray mental del nacionalsocialismo ario. Los nazis escogieron el color pardo porque el líder de las SA Gerhard Rossbach, con sus ojos saltones y su boca alargada de hucha, con su nacionalismo desbocado y su aversión a todo lo intelectual, apasionado por irradiar militarismo entre la juventud alemana, con fama de sádico y autoritario, compró un lote barato de camisas pardas. Eran remanentes para las antiguas tropas coloniales del imperio alemán desplegadas en África oriental hasta 1918, cuando Alemania perdió su África y las camisas perdieron su sentido.»

En el caso de Falange, las propuestas fueron múltiples y la decisión final, el otoño de 1934, recayó en José Antonio Primo de Rivera, que se decantó por un azul mahón que quería evocar el mono de mecánicos y obreros. Al día siguiente, los todavía escasos miembros de Falange se apresuraban, con sus camisas azules hechas deprisa y corriendo, a ofrecerse al Ministerio de la Gobernación para someter a los sublevados del 6 de octubre. Hizo falta una Guerra Civil para que aquel mismo azul tiñera la España nacionalcatólica… pero su fundador no estaría a tiempo de verlo, ni de ver cómo se instrumentalizaba su legado, su figura y, incluso, su cuerpo.

Así, sus restos recorrieron España desde Alicante, donde había sido ejecutado, hasta la tumba provisional en El Escorial y, posteriormente, a Cuelgamuros. Cerdà reconstruye esta primera etapa de once días —y diez noches— en noviembre de 1939 con este estilo de no-ficción polifónico marca de la casa que, a pesar de no lograr la excelencia de los premiados dos títulos anteriores, tiene momentos cautivadores. La exhumación, el traslado (467 kilómetros) y el nuevo soterramiento eran un homenaje y una demostración de fuerza, pero también el arranque de una serie de políticas y actuaciones que buscaban tanto perpetuar la división entre vencedores y vencidos como hacer de la muerte un programa propagandístico y político, cimiento de la dictadura misma.

Por Dios y por España

Después del pionero estudio de Miguel Ángel del Arco (Granada, 1978) Cruces de memoria y olvido (Crítica, 2022) sobre los monumentos a los caídos del bando franquista y su influencia en el espacio público y el discurso político, la arqueóloga y antropóloga forense Miriam Saqqa Carazo (Madrid, 1986) presenta el primer estudio completo sobre las exhumaciones de las fosas comunes de la Guerra Civil impulsadas por la dictadura y donde se inserta el aquelarre en torno a Primo de Rivera. Las exhumaciones por Dios y por España (Cátedra, 2024) es fruto de una tesis doctoral (2022, dirigida por Francisco José Ferrándiz y Jesús Antonio Martínez) donde destacan dos aportaciones principales.

 Por un lado, está la mirada que, gracias a su formación pluridisciplinar y a su trayectoria internacional y nacional, nos aporta ángulos inesperados para comprender la centralidad de la muerte en la autoconstrucción de la imagen del régimen. La tanatofília del franquismo es fundacional y se extiende hasta sus últimos días. Así, ya en 1936 empieza la recuperación de cuerpos y se prolonga hasta los años 50, con el colofón representado por la inauguración del mausoleo en el valle de Cuelgamuros el primero de abril de 1959 (a veinte años del final de la guerra), donde acabaron —sin pedir permiso— los restos de combatientes de ambos bandos, del itinerante José Antonio y del mismo dictador. El monumento se convirtió así en la máxima expresión de esta obsesión por la muerte, hoy finalmente en proceso de desmontaje con el desahucio del dictador y del líder fascista, el inicio de la identificación de los otros cuerpos y el próximo anuncio de un concurso internacional para resignificar —palabra de moda— aquel espacio.

De la otra, Saqqa relee esta intervención estatal, de una magnitud nunca vista, como un nuevo ejemplo de la continuidad de la cesura entre vencedores y vencidos. Ni siquiera la muerte los igualaba. No solo porque unos quedaron —y todavía quedan— en fosas comunes y los otros fueron recuperados entre honores e inscritos en las paredes de las iglesias, sino porque los mismos trabajos de exhumación mantuvieron el discurso deshumanizador hacia el enemigo ya derrotado. «El objetivo de la propaganda sublevada y dictatorial fue forjar la imagen bárbara del enemigo con la finalidad de implantarla en el discurso social y convertirla en hecho histórico».

El pecado indeleble de los vencidos

La perpetuación de la división entre vencedores y vencidos empapaba todas las políticas franquistas. Esta omnipresencia solo se matizaba cuando tenía que convivir o coordinarse con otros factores centrales para la coalición ganadora de la Guerra Civil. Este sería el caso, por ejemplo, de los reformatorios y el resto de la red asistencial centrada en la infancia y la juventud. En primer lugar, está el origen de sus usuarios que no provenían tanto de familias rojas, significadas políticamente, como de clases bajas especialmente vulnerables a la pobreza extrema de la posguerra o a las condiciones inhumanas de las primeras migraciones internas. En segundo lugar, la Administración practicó una activa dejación de sus competencias en beneficio del sector privado y, especialmente, de las órdenes religiosas.

Estas particularidades explican la siguiente paradoja: «La prédominance de la moralité sur la politique, du contrôle social sur la répression contre las vaincus est l’un des signes de l’immense poids de l’Église catholique dans l’Espagne de l’après-guerre, et tout particulièrement au sein de la prise en charge de la déviance juvénile». En otras palabras, «l’État tolère que les maisons de redressement ne remplissent seulement leur mission fondamentale consistant à rééduquer la jeunesse déviante», pero porque «État et Église partagent une communauté de vues et des objectifs normatifs similaires».

Las acertadas citas anteriores están extraídas de Péchés de jeunesse. Déviance, marginalité et rééducation dans l’Espagne franquiste (Presses Universitaires de Rennes, 2024), adaptación de la tesis que la historiadora Amélie Nuq defendió en 2012. A pesar de que el libro incluye una amplia referencia a casos de toda la geografía española e incorpora también el rastro literario de los internados, la actual profesora en la Universidad de Grenoble-Alpes centra sobre todo su estudio en la Colonia San Vicente Ferrer de València y en el histórico Asilo Duran de Barcelona. Al final, tanto la retórica supuestamente cristiana de unos como el azul revolucionario de los otros, se revelaron como máscaras útiles para un régimen obsesionado con perpetuarse en el poder.

Obras reseñadas:

Paco Cerdà Presentes, Madrid: Alfaguara, 2024 328 pág.
Miriam Saqqa Carazo Las exhumaciones por Dios y por España Madrid: Cátedra, 2024 456 pág.
Amélie Nuq Péchés de jeunesse Rennes: Presses Universitaires de Rennes, 2024 252 pág.

Fuente: Política & Prosa 28 de diciembre de 2024

Portada: Jura del cargo de los Consejeros de la Falange en el Monasterio de Santa María de las Huelgas, en Burgos, el 2 de diciembre de 1937. Franco en el centro de la imagen. Fotografía del archivo de la Biblioteca Nacional de España