dissabte, 8 de desembre del 2012

Reforma Agraria y Guerra Civil en Casas Viejas. 1


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Casas Viejas nace como pueblo en la primera mitad del siglo XIX en el contexto de la desamortización o “Reforma Agraria al revés”, cuando el Nuevo Régimen económico y político consolida la propiedad privada agraria a costa de la desaparición de las viejas formas de propiedad comunal (Mayorazgos, bienes del clero, bienes propios y comunes...). La historia de este pueblo ha estado ligada desde entonces al problema agrario. Es evidente la relación existente entre este y los mediáticos Sucesos de Casas Viejas. Pero el punto de inflexión de este problema hay que situarlo en la Guerra Civil. Pretendo mostrar ayudándome de las memorias no publicadas de José Suárez Orellana como los socialistas locales, encabezados por él, intentaron solucionar el problema y como la Guerra Civil cortó el intento de raíz. 
En Casas Viejas la deficiente estructura de la propiedad y la explotación extensiva y antigua de las tierras hacía que el problema agrario se expresará en su máxima extensión, teniendo su ejemplo paradigmático en los Sucesos. Pero no sólo eran los Sucesos, era el día a día, el hambre, las chozas, las injusticias, toda la historia de España que se conjuraba para hacer terrible la vida en aquel rinconcito del sur del sur. Los Sucesos de Casas Viejas cortaron de cuajo el intento anarquista de solución del problema agrario. Tras ello, es el turno de la alternativa socialista, representada en aquel momento y aquella época por una serie de militantes del PSOE y UGT liderados por  José Suárez y Francisco Fernández. Y los dos cuñados, amigos y compañeros lideraron a una parte de la sociedad casasviejeñas que pensaba que se podía solucionar este problema. A uno el intento le arruinó la vida, a otra le costó la muerte. 
Tras los Sucesos los dos están convencidos que pueden utilizar la favorable legislación hacia el obrero de la Segunda República para solucionar el problema agrario que marcaba la vida de la zona. Así son muchas las denuncias que presentan contra los patronos, los terratenientes, por no sembrar la tierra debidamente o por no contratar a los obreros que la legislación estipulaba, pero sobre todo van a utilizar la Ley de Reforma Agraria de septiembre de 1932 para intentar cambiar una situación que por la injusticia y miseria que generaba deseaban transformar. Ese intento fue muy serio, como dice Mintz en Los anarquistas de Casas Viejas: “Se abrieron unas veinte cooperativas agrarias en la provincia de Cádiz, el corazón de la región latifundista. Tres de las cooperativas se hallaban en el municipio  de Medina Sidonia: San José de Malcocinado (Las Yeguadas) en 1934, con cuarenta familias;  Torrecillas y Pedregosillo con veinte familias y Charco Dulce en 1935, con ochenta familias, cuarenta de Casas viejas y cuarenta de Medina Sidonia. En total, había 140 familias en el municipio”.
Un mes después de los Sucesos, en febrero del 33 presentan en el Ayuntamiento de Medina  un escrito de solicitud de arrendamiento colectivo. “Dada lectura a una instancia escrita por José Mateos y Francisco Fernández en la que solicitan en nombre propio y de los obreros campesinos tomar tierras en arrendamiento colectivo, acogiéndose al Decreto del Ministerio de Agricultura de 1-11-32, la corporación acuerda inhibirse.”, pero al mes siguiente, el Ayuntamiento si se adhiere a la propuesta, es del 27 de marzo de 1933. “Instancia de Esteban Rubiales Peña y Francisco Fernández Guerra de la Vega pidiendo arrendar colectivamente tierras en Casas Viejas, según el decreto de Reforma Agraria”.