dijous, 25 de juny del 2015

Un taller de la Asociación Pozos de Caudé ayuda a hacer frente a los traumas heredados de la guerra civil


http://www.diariodeteruel.es/noticia/64996/un-taller-de-la-asociacion-pozos-de-caude-ayuda-a-hacer-frente-a-los-traumas-heredados-de-la-guerra-civil


Goyo Armañanzas asegura que afecta a más personas de las que se cree


Asistentes ayer al taller organizado por la Asociación Pozos de Caudé al término de la sesión de la mañana

La guerra civil ha dejado heridas y huellas en muchas familias que se han transmitido como un trauma de generación en generación, de los hijos de las víctimas a los nietos.
F.J.M. Teruel
21/06/2015

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La guerra civil ha dejado heridas y huellas en muchas familias que se han transmitido como un trauma de generación en generación, de los hijos de las víctimas a los nietos. Para hacer frente a esas heridas, Teruel acogió ayer un taller impartido por el psicoterapeuta Goyo Armañanzas organizado por la Asociación Pozos de Caudé.
La sesión desarrollada ayer en Teruel capital fue pionera. Armañanzas explicó que en España hay todavía muchas familias afectadas por el trauma de la guerra, sin que esas personas lo acepten porque a veces han llegado a sellarlo de forma inconsciente sin asumir cómo les afecta.
El taller celebrado en la residencia Santa Emerencia, en elque participaron unas veinticinco personas, tenía como objetivo trabajar con las emociones colectivas y personales, a modo de terapia y puesta en común. Por ese motivo se respetó la más estricta intimidad de los afectados.
Dinámicas de este tipo se han practicado en otros países como Alemania e Israel con desigual eficacia. Armañanzas, que es psiquiatra de profesión, ha participado en numerosos congresos en distintos países para afrontar este tipo de traumas emocionales que están completamente abandonadas en España y que afectan a más personas de lo que se cree.
El coordinador del taller también realiza actividades con psicólogos para orientarles de cara a abordar estos traumas en sus pacientes, ya que se trata de "heridas que quitan la felicidad" incluso a las nuevas generaciones.
No es una cuestión de perdonar ni dejar de hacerlo, o de odiar o no odiar por lo ocurrido, sino de aprender a ser más felices conviviendo con ello y haciendo frente a un trauma que acaba pasando de generación en generación si no se enfrenta.
En este sentido, Armañanzas aseguró que no somos conscientes de la "cantidad de felicidad chupada por heridas que no nos quitamos", y lo importante que es para afrontar estos traumas "descargar las emociones" en grupo con una única finalidad, ser capaces de vivir más felices.
Ni fórmulas milagrosas ni recetas que lo solucionan todo. No era ese el objetivo del taller organizado por la Asociación Pozos de Caudé, sino parar el silencio y compartir vivencias para que los afectados vean que no son los únicos en padecer estos traumas. Y es que muchas veces "nos quedamos en la soledad" de que las cosas solo nos pasan a nosotros, y al compartirlas mejoramos para aprender con ello y crecer a la vez como personas.
Al taller programado por la Asociación Pozos de Caudé asistieron familiares de víctimas para compartir experiencias pero desde la más absoluta garantía de confidencialidad, es decir, de que nada de lo que allí se hablase trascendiera fuera del aula de la residencia Santa Emerenciana donde se desarrolló la experiencia.
Espacio de seguridad
Armañanzas comentó que eso es fundamental, "crear un espacio de seguridad" donde se respete lo que diga cada persona, a la vez que se cuida a la gente para que puedan transmitir sus sentimientos con plenas garantías.
Al final no se trata de dar consejos, aclara el psicoterapeuta, sino de hacer ver a la gente que tienen algún recurso más para poder compartir sus experiencias. De modo metafórico, Armañanzas indicó que es como ir a repostar a una estación de servicio para salir con nuevas energías.
A juicio de este experto, que el viernes presentó en Teruel el libro Fantasmas de nuestra guerra, se trata de un trauma que solo suele leerse desde una clave política y se le quita todo lo que corresponde al plano emocional. De hecho, este especialista cree que las instituciones públicas deberían facilitar espacios para compartir este tipo de traumas emocionales, pero considera que solo será posible cuando las mismas dejen de hacer también una lectura de esto en clave política.
Llevar la experiencia a otras comarcas
Lo que se habló ayer en el taller organizado por la Asociación Pozos de Caudé para afrontar los silencios que crean traumas, heredados generacionalmente por lo sucedido en la guerra civil, no trascendió fuera del grupo en el que se desarrolló la actividad, pero al término de la sesión de la mañana se les veía a todos satisfechos de la actividad, que se reanudó por la tarde.
El objetivo de estas experiencias es trabajar con las emociones pendientes que se han ido transmitiendo en las familias por parte de víctimas y también de los descendientes de los victimarios, y sentimientos que en algunas personas pueden moverse entre víctimas y victimarios, según explicó el psicoterapeuta Goyo Armañanzas.
El presidente de la Asociación Pozos de Caudé, Francisco Sánchez, aseguró que estaban "muy satisfechos" por la experiencia de participar en una terapia de grupo para compartir las vivencias y romper el silencio.
A este respecto, Sánchez dijo que tienen intención de poder repetirlo y que van a trabajar en esa línea para planificar nuevas sesiones pero por las distintas comarcas turolenses. "Vamos a planificarlo con un año vista y en otros entornos, en el Jiloca, en la Cuenca Minera, el Bajo Aragón o el Maestrazgo", dijo el presidente de la asociación, quien destacó la importancia que tienen estos talleres para ayudar a la gente mayor "que está ansiosa por poder contar sus cosas".