El pasado día 22 de febrero se presentó en Barcelona
el libro “Mujeres en pie de guerra, memorias de nosotras”, de Susana Koska
(Donostia, 1.966), actriz, realizadora de documentales (“Mujeres en Pie de
Guerra” y “Vindicación”) y escritora (Tópico de cáncer, 2.014).
El acto se
desarrolló en una bella sala de la Fundació
Sierra y Fabra, engalanada con mimosas y claveles rojos, sala que acogió a
un centenar de personas. La presentación corrió a cargo del escritor Javier Pérez Andújar, que hizo una
magnífica y detallada crónica del libro y posteriormente fue preguntando a
Susana por cada una de las mujeres del libro. La escritora, con grandes dotes
de ternura y de genialidad, fue desgranando anécdotas de cada una de ellas y
seguidamente daba paso a una mujer que leía unas líneas del libro del citado
personaje: Fue una original y ágil forma
de presentarlo. Las lectoras (amigas de Susana) lucían colores rojos en su
indumentaria (boinas, collares, sueters, pendientes, foulards, claveles).
EL LIBRO: Juan Losa del
diario digital PUBLICO (18.2.) tituló
un artículo sobre el libro “Mujeres que ni Franco ni el fascismo
consiguieron hacer callar”.
Esas mujeres son: Neus Catalá, Sara
Berenguer, Rosa Laviña, Rosa Díaz, Carmen Alcalde, Antonina Rodrigo, Celia G de
Guilarte, Ana Mary Ruiz, Luz Miranda, Maixaux Recalde, una voz anónima y yo
misma, hablando de mi abuela (Leonor Martín Pajares) y de mi madre (María
Garrido Martín). “Historia,
compromiso, militancia, amor, maternidad, tenacidad, feminismo y muy
especialmente supervivencia. En Mujeres en pie de guerra las biografías se
tornan monumentos a la dignidad y a la lucha”
“Se trata de las voces de doce mujeres
imprescindibles de nuestro pasado más reciente. Mujeres que encararon el
compromiso con la historia y con la revolución, con su época y su generación.
Desde la guerra civil hasta el nacimiento del primer movimiento feminista
español Susana Koska repasa la historia de las españolas del siglo XX”.
Una inmensa
tarea , que ofrece trozos de discursos y conversaciones, documentos, cartas,
recortes de prensa y memorias de la guerra y de la posguerra. Dijo la autora “No
podemos permitir que la memoria se apague. Este libro ayuda a mantenerla viva”.
Dice Imma Muñoz, en
su artículo de El Periódico de Catalunya
del 3 de marzo pasado, titulado “Susana
Koska, la guerrera amorosa” que este libro es “...un homenaje a 12 heroínas a las que el franquismo no pudo arrebatar
el compromiso con la libertad, la justicia, el feminismo y el amor.” Y que
“(Susana) tuvo ganas de saber más... y acabó documentando la vida de unas
guerrilleras a las que , en realidad, mueve el amor a la libertad. A la
justicia. A la vida. Como a ella”
El estilo del libro:
es similar al que emplea la escritora bielorusa Svetlana Aleksiévich (Premio
Nóbel de Literatura 2.015), en títulos como “La guerra no tiene rostro de
mujer”, “Los muchachos de zinc” o “Voces de Chernóbil”.
La primera
edición del libro de Susana Koska se agotó a los pocos días de haber salido a
la calle y presentarse con gran éxito en Donostia y Madrid.
COMPAÑERA, COMPAÑERO, ¡ HAZTE CON EL, NO TE LO
PIERDAS!
Montse Fernández-Garrido. Abogada.
Hija y nieta de represaliados por el franquismo
LIBRO COMBATIVO
'Mujeres en pie de guerra', memorias de resistencia
antifranquista
Susana Koska homenajea a 12 heroínas que lucharon por la
libertad, la justicia y el feminismo
Javier Pérez Andújar y Susana Koska, durante la presentación
de 'Mujeres en pie de guerra'. Junto al atril, Yolanda Cespedosa, la editora
del libro.JOAN CORTADELLAS
VIERNES,2 DE MARZO DEL 201812:45CET
Rojo, mucho rojo en la presentación, en el auditorio
de la Fundació
Sierra i Fabra, de 'Mujeres en pie de guerra. Memorias de nosotras', el
libro de la cineasta y escritora Susana Koska. Rojo en chales, en
boinas, en collares, en claveles al pie del escenario y en el puño de algunas
asistentes. Rojo en los labios. Y, sobre todo, rojo, mucho rojo, en los
corazones. De este color quiso Koska que estuviera teñido el bautismo de su
texto, porque por rojas sufrieron sus protagonistas, que también aparecen en
los documentales 'Vindicación' y 'Mujeres en pie de guerra', dirigidos por la
donostiarra, y que en 250 combativas páginas cambian la imagen por la
«solemnidad que solo tiene la letra escrita».
Fue Javier Pérez Andújar quien quiso
reivindicar en estos términos el salto que ha dado el proyecto de Koska del
celuloide al papel. A él, por escritor y por amigo, le pidió la autora que
condujera el acto, tras una introducción de la editora Yolanda
Cespedosa. «Leeré, porque me siento más seguro leyendo con Susana al lado»,
anunció Pérez Andújar, y pasó a glosar, con ese tono suyo (ese que obliga al
auditorio a no parpadear si no quiere que se le escapen, como en un visto y no
visto, como estrellas fugaces, los destellos de belleza que salpican, casi sin
querer, su discurso), la figura de Koska y la ingente tarea que ha acometido al
rescatar y dar unidad a documentos oficiales, cartas personales, recortes
de prensa, fragmentos de discursos, conversaciones que corrían
el riesgo de evaporarse y memorias de la guerra y la posguerra que no podemos
permitir que se apaguen, y que no lo harán gracias a este libro.
TEMAS RELACIONADOS
«Libertaria estilosa», llamó Pérez Andújar a la donostiarra
(he ahí una perseida y una verdad: ¡qué estilazo tiene la Koska!), y añadió que
«vuelve a la guerra, porque escribir es una guerra permanente, y
eso lo sabe Susana». Lo sabe desde niña porque la necesidad de escribir, como
ella misma explicó, es algo que la ha acompañado siempre, y muy especialmente
lo sabe desde que se embarcó en su libro anterior, 'Tópico de cáncer', en el que relató una guerra personal muy
distinta de la que libraron las 12 protagonistas, pero guerra al fin y al cabo.
MANTENER EL VÍNCULO
Por el escenario de la fundación desfilaron, de la mano de
Koska y Andújar, y de las invitadas al acto que subieron al atril para leer
fragmentos del libro (ellas fueron las que pusieron, con la indumentaria y con
la voz, los detalles más rojos a la tarde), mujeres como Sara Berenguer,
que trabajó por la reagrupación de las familias internadas en los «campos de
arena» franceses («en Francia le dieron la Legión de Honor; aquí, ni los buenos
días», apuntó el escritor); Neus Català, que enseñó a Koska que «la
rabia ayuda a sobrevivir»; Cecilia G. de Guilarte, exiliada en
Francia y en México, con una producción periodística y literaria «que no se
conocen y que son lecturas obligatorias», dijo Koska, y Antonina
Rodrigo, biógrafa de Lorca, de Margarita Xirgu, de Federica Montseny. «Mi
maestra, y una mujer importantísima para conocer la historia de las mujeres de
este país, a la que habría que poner un monumento en cada ciudad», reivindicó
la cineasta. También Rosa Díaz, tía de la autora, y culpable
de que la curiosidad se convirtiera en gran proyecto.
«Empecé a preguntar porque mi madre murió y me quedé muy
sola –se sinceró Koska–, y era una manera de mantener nuestro vínculo, de no
romper el hilo. Entonces mi tía entró en el juego, contestando a mis preguntas
con unas cartas maravillosas». Y tuvo ganas de saber más, y de conocer y
de conocerse (también ella es protagonista, queriendo o sin quererlo, del libro),
y acabó documentando la vida de unas guerrilleras a las que, en realidad, mueve
el amor a la libertad. A la justicia. A la vida. Como a ella.
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