Restos de unas 48 personas han sido exhumados en Valencia de Alcántara (Cáceres), durante la excavación de una fosa común existente en la finca Cuadrillas de Arriba.
Se considera que todos los restos se corresponden con víctimas de la represión franquista, que utilizó una explotación de wolframio, conocida como mina Terría, como fosa común para hacer desaparecer los cadáveres.
Además de restos óseos, en la mina se han encontrado numerosos objetos personales. Los datos son provisionales y están pendientes de que los estudios forenses los confirmen.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura considera que entre los restos exhumados podrían estar los de Amado Viera Amores, alcalde republicano de Valencia de Alcántara en 1936, asesinado por falangistas, el 25 de septiembre del año 1936, junto con otros miembros de la corporación municipal y personas de otras localidades como Cedillo y Membrío.
EXHUMACIÓN MÁS INVESTIGACIÓN
El proyecto de la Memoria Histórica no se limita a la excavación de la fosa y la exhumación de los restos, exige, además, la identificación de los restos, la entrega de los mismos a sus familiares para que les den una sepultura digna, el esclarecimiento de las circunstancias en las que las víctimas murieron y llegaron al fondo de la mina, y la restauración de su dignidad como seres humanos.
LARGO Y TORTUOSO CAMINO
“Ha sido un largo y tortuoso camino recorrido por Conchita Viera, hija del alcalde Amado Viera Amores, y su familia, y por el resto de las familias de la comarca que buscaban a sus seres queridos desparecidos, en el que siempre han contado con el apoyo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX), quienes desde hace más de 12 años venían luchando para exhumar dicha fosa y corroborar si existían restos de desaparecidos”, afirma la asociación.
“Finalmente, este proyecto ha podido ultimarse con el inestimable apoyo del actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, de la Diputación de Cáceres y de la Universidad de Extremadura, así como con la colaboración de la ARMHEX. Sin olvidar nunca el esencial y primordial impulso de los familiares, sin cuya instancia este trabajo nunca hubiera podido llegar a buen puerto, pues en suma son las familias el verdadero motor de actuación del movimiento para la recuperación de la memoria histórica”.
Amado Viera Amores, nació en Ceclavín (Cáceres), el 11 de octubre de 1902. Estudió Derecho en la Universidad de Salamanca y ejerció la abogacía en la provincia de Cáceres, viviendo en Valencia de Alcántara, donde fue alcalde, se casó y tuvo dos hijos.
DE FEBRERO A SEPTIEMBRE
Su hija Conchita forma parte de la Asociación de la Memoria Histórica y lleva años luchando por recuperar los restos de su padre, que fue un hombre estudioso y reflexivo. “Desde muy pronto sintió gran preocupación por los problemas sociales de la época, dejando reflejadas sus ideas en numerosos artículos y escritos en la prensa local y regional de época, especialmente sobre la cuestión agraria, la religión o la educación en España”.
Ingresó en el sindicato socialista ‘El Redentor’, del que fue presidente por dos veces, y en las Juventudes Socialistas. En febrero de 1936 fue elegido alcalde, el 25 de septiembre del mismo año fue detenido en su domicilio por varios falangistas y llevado a la Inspección de Policía, a la puerta de la cual le hicieron subir a un coche con rumbo desconocido. El pueblo supo que lo habían matado ese mismo día, junto a otros hombres, en la mina de la finca Cuadrillas de Arriba, de Valencia de Tenía 33 años de edad.
Extraen 48 cuerpos de represaliados republicanos en Valencia de Alcántara
Los restos permanecen en la Facultad de Filosofía y Letras de la UEx, donde se procederá a su estudio y documentación
Con voz muy firme y claridad en sus palabras Conchita Viera, de 84 años, se convirtió ayer en el rostro de los que luchan por recuperar los restos de sus familiares represaliados durante la Guerra Civil y el Franquismo. «Nos robaron una niñez feliz», rememoró.
Ella, hija del que fuera alcalde socialista de Valencia de Alcántara durante la II República, cumple el sueño de poder localizar el cuerpo de su padre, Amado Viera Amores, 81 años después de su ejecución. Ello solo tenía tres años, y pasó mucho tiempo hasta que empezaron a hablarle de él. «Fueron víctimas de un terrorismo criminal fascista, fuero silenciados, no tuvieron cruces, monolitos, calles». Los restos del alcalde, junto a los de otras 47 personas, todos ellos varones y que ostentaban cargos públicos o eran obreros en Valencia de Alcántara y localidades cercanas de la Sierra de San Pedro, han sido localizados en la antigua mina Terría. Este lunes se dio a conocer el proyecto que ha permitido este hallazgo, que se calificó como «el más importante de Extremadura» en el campo de la recuperación de la Memoria Histórica. Los restos permanecen actualmente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UEx, en un laboratorio acondicionado para ello, donde se estudiarán durante al menos un año. Luego se inhumarán. Hay que recomponer todo el ‘puzzle’, pero las fuentes orales y documentales apuntan que es el lugar en donde fueron asesinados Amado Viera y Pedro Perera, presidente de la Casa del Pueblo de Valencia de Alcántara.
Una «conjunción de planetas», como describió la antropóloga y arqueóloga Laura Muñoz, directora del proyecto, han puesto en pie una investigación muy esperada. La Diputación de Cáceres ha aportado 40.000 euros para este trabajo, que se desarrolló en dos fases, la primera del 27 de noviembre al 17 de diciembre de 2017 y la segunda del 19 enero de 2017 al 17 de febrero. Fue el día 20 cuando se encontraron los primeros restos humanos.
Tal y como explicaron ayer las personas implicadas en la localización de estos restos, con claras muestras de que fueron ejecutados en el lugar entre agosto y diciembre de 1936, es una de las fosas con mayor dificultad de todo el país. Con unos 26 metros de profundidad y una embocadura de 2,50 por 4 metros, «el mayor problema ha sido el agua, ya que tiene su origen en el nivel freático, por lo tanto el aporte de agua es permanente y constante», explicó Laura Muñoz. Se tuvo que colocar una bomba de drenaje para evacuar el agua.
Finca privada
El alcalde de Valencia de Alcántara, Alberto Piris, destacó la unanimidad del consistorio para empezar con la exhumación. En octubre de 2016 se firmó un acuerdo con la UEx, con el historiador Julián Chavez, una de las mayores autoridades en la investigación de la Memoria Histórica, que dio los primeros listados de represaliados por el Franquismo en la demarcación cacereña, en su tesis doctoral publicada en 1995. Este lunes también ha participado en este emotivo acto. Uno de los aspectos más importantes para la investigación fue el permiso por parte de los dueños de la finca en la que se halla la mina para acceder.
Las condiciones de la mina han hecho que los restos estén en un buen estado de conservación después de 81 años. Junto a los huesos han aparecido numerosos efectos personales como anillos, botas, monedas, medallas, mecheros y gafas, que aportan muchos datos sobre las personas que los llevaban.
La sensación general de este lunes era la de estar devolviendo derechos a los familiares de las víctimas del Franquismo. Así lo expresaron Rosario Cordero, presidenta de la Diputación de Cáceres, Toñi Perera, nieta de Pedro Perera, y José Manuel Corbacho, fundador de la Asociación de Memoria Histórica de Extremadura.Este último aseguró que «toda la sociedad extremeña les debe un homenaje porque todos forman parte de la historia».
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