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A pesar del gran número de represaliados en la Isla, a día de hoy no se ha alumbrado ningún resto
Cuevas, simas, pozos, tapias de cementerios, el fondo del mar... A pesar del gran número de personas desaparecidas, víctimas de la represión franquista en Tenerife, a día de hoy no se ha conseguido alumbrar en la Isla ningún resto humano de aquella época, a diferencia de La Palma, con la exhumación de cuerpos en Fuencaliente, o también de Gran Canaria, con la apertura de los pozos de Arucas o también Tenoya.
El pasado 25 de septiembre de 2020 se constituyó la constitución de la Comisión Técnica de la Memoria Histórica, órgano consultivo, técnico y asesor en la materia que cuenta con la participación de las administraciones públicas, las universidades y las asociaciones para la defensa y recuperación de la memoria histórica, y la misma se presentó un borrador del protocolo de exhumaciones, identificación y conservación de restos de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la represión franquista. que sólo se ha reuido en dos ocasiones.
Los sectores conservadores de la clase política, empresarial y de la iglesia católica tinerfeña elaboraron antes del golpe una serie de listas con nombres de miembros activos de las organizaciones republicanas y obreristas, que debían ser neutralizados en los momentos iniciales del golpe militar, para evitar una posible resistencia popular.. Es por ello, que en ese recuento de víctimas. el perfil que destaca es el de jóvenes de 30 años miembros de organizaciones obreras o partidos republicanos.
Se han relacionado personas desaparecidas, ejecutadas extrajudicialmente o muertas como consecuencia de torturas en prisión, y aquellas asesinadas en consejos de guerra, en su mayoría hombres jóvenes, en torno a los 30 años y miembros de organizaciones obreras o partidos republicanos. Entre ellos se ha determinado una especial preeminencia de miembros del sindicato anarcosindicalista de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), aunque también hubo víctimas del Partido Socialista, el Partido Comunista y la Izquierda Republicana. Y no solo trabajadores y campesinos, sino también integrantes de la pequeña y mediana burguesía.
La mayoría de los asesinados eran de Tenerife, pero también existe un número importante de personas naturales de otras islas de la provincia occidental y de la península, lo que sitúa a esta isla como «punto de centralización» de la represión franquista en las islas occidentales.
Según los testimonios recuperados y otros nuevos recabados, la represión no terminó en el asesinato de estas personas, sino que además se extendió a sus familias, que padecieron acoso e indefensión y que motivó una parte sustancial de la emigración producida en la posguerra.
Realizado entre noviembre de 2020 y abril de 2021 por las arqueólogas de la Universidad de La Laguna (ULL) Nuria Álvarez Rodríguez y María Laura Bencomo Fernández, la investigación se indica que si bien el número de personas desaparecidas y los asesinatos tuvo que ser “bastante superior”, solo se recogen en el estudio los datos contrastados durante el estudio, que se ha centrado en una labor de investigación histórica y documental, así como en la realización de entrevistas a familiares de las personas desaparecidas y otros informantes.
Esta indagación ha permitido actualizar los efectos de la represión franquista en Tenerife y abre nuevas líneas de investigación para localizar posibles fosas, ya que se han estudiado igualmente las potenciales localizaciones en las que pudieran hallarse parte de las personas desaparecidas, según ha explicado la viceconsejera de Justicia, Carla Vallejo.
Las investigadoras han estudiado diferentes puntos señalados por la historiografía y la tradición oral como lugares en donde se localizaban víctimas en fosas, tales como el cementerio de San Juan, en La Laguna, una fosa localizada en torno a Los Rodeos o una sepultura descubierta en el interior de una antigua cárcel en La Laguna. También en el pozo de Fuente Cañizares, en La Laguna; una cueva en el Tablero; otra en Bocacangrejo, el Pozo de los Alemanes en Arona, unas localizaciones en Valle Jiménez y San Andrés, así como las fosas en el interior del Cementerio de Santa Lastenia, que se relacionan con las personas fusiladas en la batería del Barranco de El Hierro.
Para la ejecución del proyecto, denominado Estudio preliminar para la localización de fosas en la isla de Tenerife, el consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Julio Pérez, concedió el 14 de noviembre de 2020 una ayuda directa de 15.900 euros a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de la Isla de Tenerife.
Se cumple así con los compromisos derivados de la Ley 5/2018, de 14 de diciembre, de memoria histórica de Canarias y de reconocimiento y reparación moral de las víctimas canarias de la Guerra Civil y la dictadura franquista.
Y se refuerzan de algún modo los valores democráticos, de libertad y de justicia social para toda la sociedad española, según el consejero.
El Ejecutivo regional ha señalado asimismo que seguirá emprendiendo otros proyectos enmarcados en los compromisos que se alcanzaron en la Conferencia Sectorial de Memoria Democrática constituida en marzo.
En esa conferencia se aprobó por unanimidad el reparto y distribución de 3 millones de euros para buscar y en última instancia identificar a personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la represión franquista, de los que 71.707,65 de euros corresponden a Canarias.
Se contempla asimismo una partida de 5.889,51 euros para un estudio sobre posible localización de las víctimas canarias de la Guerra Civil que figuran como desaparecidas en el ámbito de la Comunidad Autónoma, así como otro proyecto, por importe de 33.826,14 euros, para la revisión y actualización del Mapa Georeferenciado de Fosas de Canarias y del Portal de Memoria Histórica de Canarias.
Dicho borrador se orienta en la misma línea que han seguido otras comunidades autónomas al incorporar un esquema técnico similar al fijado en el protocolo estatal de 2011, pero también las previsiones específicas que se contienen en ley canaria, con el objetivo de garantizar tanto el cumplimiento de la normativa autonómica como el establecimiento de un procedimiento compatible y validado por el Estado que facilite ulteriores planes coordinados de actuación.
Las investigadoras de este reciente estudio, Nuria Álvarez y Laura Bencomo, han podido elaborar una lista de 182 víctimas mortales relacionadas directamente con la represión en Tenerife, que se ha subdividido en tres criterios: los desaparecidos, que ascienden a 60; las víctimas de diversa índole, como fallecidos por torturas, asesinados por Falange o la Guardia Civil en diversas circunstancias o aquellos muertos a consecuencia de las enfermedades contraídas en prisión, que ascienden a 35; y, por último, los 68 fusilados en esta isla, probablemente el sector mejor conocido hasta el momento, dado que se conservan las causas militares que los condenaron a la pena de muerte por fusilamiento en la Batería del Barranco de El Hierro, en Santa Cruz”. No obstante, el documento añade que podrían sumarse 40 casos, de los que existen indicios de que podrían tratarse de desaparecidos, pues se encuentran, según las fuentes, en “ignorado paradero”. Para confirmarlo, consideran que sería necesaria la colaboración de familiares o informantes.
El estudio remarca que la Segunda República supuso un momento de conflictividad social sin precedentes en Tenerife.
La mar, una gran fosa común
La mar está considerada por testigos y familiares de los represaliados del franquismo en Canarias como una «gran fosa común”. Distintos testimonios apuntan al mecanismo de las sacas, es decir, sacar a la fuerza a las personas de sus viviendas y pasar a ser consideradas desaparecidas. Estas personas eran conducidas a la prisión de Fyffes o a los barcos prisión y después eran asesinadas y, en ocasiones, arrojadas al mar. «Mucha gente de la que no aparece es porque se la llevaron en los barcos entonces, para el mar», señala una persona entrevistada en un reciente estudio encargado por el Gobierno de Canarias y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife. «Los barcos estaban atracados en la bahía, los sacaban, los metían en bolsas y los tiraban al mar». Uno de los casos más impactantes se dio en Tenerife con la desaparición del alcalde de Buenavista del Norte, Antonio Camejo Francisco. «Lo sacaron de Fyffes, lo llevaron a los barcos y lo apotalaron». Este había declarado la reforma agraria en enero de 1933 y solicitar la destitución del comandante militar de Canarias, Francisco Franco, después de que este movilizara fuerzas del Ejército durante la celebración del 1º de mayo de 1936. Ese acuerdo del Ayuntamiento fue apoyado por otros de la isla de Tenerife, lo que supuso, entre otras cosas, la desaparición de destacados líderes del período como el diputado a Cortes Luis Rodríguez de la Sierra Figueroa o el concejal y líder comunista tabaquero, Domingo García Hernández, firmantes de aquella petición.
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