dijous, 9 de març del 2023

La ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE EXTREMADURA solicita a la Secretaria de Estado de Memoria Democrática la declaración de LUGAR DE MEMORIA DEMOCRATICA de las Colonias Penitenciarias de Montijo

 NOTA DE PRENSA


 

ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE EXTREMADURA

 La ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE EXTREMADURA (ARMHEX), ha presentado en fechas recientes, en legal forma a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática (del MInisterio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática) una SOLICITUD al amparo del art. 50.1 de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, para que se declare dentro de la figura de LUGAR DE LA MEMORIA DEMOCRÁTICA a los restos y del paraje natural y terrenos donde se ubicaron las COLONIAS PENITENCIARIAS DE MONTIJO (Badajoz), que parcialmente aún se conservan.  
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La ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE EXTREMADURA (ARMHEX), ha presentado en fechas recientes, en legal forma a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática una SOLICITUD al amparo del art. 50.1 de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, para que se declare dentro de la figura de LUGAR DE LA MEMORIA DEMOCRÁTICA a los restos y del paraje natural y terrenos donde se ubicaron las COLONIAS PENITENCIARIAS DE MONTIJO (Badajoz), que parcialmente aún se conservan.

Hemos solicitado se dicte la oportuna resolución por parte de esa Secretaría de Estado de Memoria Democrática, a propuesta de la persona titular de la Dirección General competente en materia de memoria democrática, por la que se acuerde incoar mediante acuerdo motivado, el oportuno procedimiento. Todo ello, al amparo de los artículos 49 a 52 de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, pues dicho espacio carece de la más mínima protección jurídico patrimonial, evitándose que lo que debe ser un lugar de memoria, se convierta en un lugar de olvido o desaparezca.

 
Así mismo hemos instado que se proceda a la anotación preventiva del bien en el Inventario Estatal de Lugares de Memoria Democrática, dado que la incoación llevará aparejada la anotación preventiva del bien en el citado Inventario. En tanto se tramita, solicitamos se proceda a inscribir este Lugar de memoria, al que se cita en el cuerpo de este escrito.

Como es sabido, los restos de la colonia penitenciaria de Montijo son un testimonio relevante de la historia del siglo XX de España, ya que constituyen el único testigo inmueble de un campo de prisioneros de la posguerra con alguna edificación aún en pie y uno de los pocos recintos de este tipo conservados en todo el Estado español. Por su singularidad y su importancia histórica se justifica que este espacio se proteja con la figura de “Lugar de la Memoria Democrática”. Todo ello, pues es un lugar o paraje natural susceptible de delimitación espacial unitaria que se vincula a acontecimientos o recuerdos del pasado, que tiene un interés destacado desde el punto de vista histórico, antropológico y social.

Se trata tanto de un espacio, como de los restos de unos inmuebles y paraje que revelan un claro y evidente interés para el Estado español, por haberse desarrollado en él hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados con la represión y violencia sobre la población durante el periodo objeto de la citada Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática. Además, debe tener una función conmemorativa y didáctica.

Las Colonias Penitenciarias de Montijo (Badajoz), son un referente de la memoria histórica y lugar obligado de recuerdo para muchas personas y colectivos, su significación histórica en el ámbito de la represión franquista seguida a la guerra civil, lo configuran como símbolo en nuestro país que le hacen merecedor de su máximo reconocimiento y protección que se promueve y así se solicita mediante el presente escrito.

Como es sabido, el régimen franquista, mediante Ley de 8 de septiembre de 1939, creó el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas (BOE 17-09-1939), con diferentes Agrupaciones. El Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, eufemismo con el que se intentaba ocultar el nombre de los campos de concentración, fue en realidad el encargado de centralizar el uso y abuso que el franquismo hizo de sus prisioneros políticos como trabajadores forzados.

Estas Agrupaciones se encargaron de llevar a cabo el trabajo con presos republicanos, en la construcción de canales y presas en diferentes ríos, esencialmente: Guadiana, Tajo, Guadalquivir, Alberche y Jarama. Desde 1939 a 1942 se articularon seis Agrupaciones, una de ellas, la 2ª Agrupación, lo fue en el Canal de Montijo, donde se ubicaron las Colonias Penitenciarias. En total, llegaron a trabajar unos 1.450 presos republicanos en la Segunda Agrupación de Colonias Militarizadas en Montijo, de los que hay constancia documental, con nombres y apellidos, en los Archivos públicos. Casi un 20% fueron presos extremeños. Así mismo un 29,5% fueron presos andaluces, y un 12,4% de presos catalanes, entre otras procedencias.
Participaron en la construcción de una parte del Canal de Montijo y de una parte de la presa del mismo nombre.

La Colonia Penitenciaria Militarizada de Montijo contaba a su vez, con varios centros de trabajo repartidos a lo largo de todo el canal. Por un lado, se encontraba el campamento principal con sede en Montijo y por otros varios pabellones como el de Lácara (frente a Torremayor) o el de la Garrovilla. El campamento principal se construyó a las afueras de Montijo, en un lugar conocido como la Majadilla, una finca que en 1939 fue adquirida por el Servicio Central de las Colonias, los terrenos tenían una extensión de unos 35.000 metros cuadrados.

El trabajo que realizaron los presos , sobre todo en los primeros años, fue de gran dureza por la falta de instrumentos técnicos y por la propia situación de los campamentos. La gran mayoría de los presos republicanos que pasaron por las Colonias Penitenciarias Militarizadas de Montijo, concretamente el 67 % del total, habían sido condenados en consejo de guerra a la pena capital y conmutada ésta por la inmediatamente inferior de 30 años. Las condiciones de trabajo y de vida en la Colonia para los presos, en suma, eran muy duras, vivían hacinados y subalimentados. Pese a esa existencia tan difícil, la propaganda franquista hacía hincapié en todo lo contrario, como lo demuestran los panfletos publicados en las mismas Colonias y algún reportaje del noticiario propagandístico del régimen. 

Se trata de que al amparo de la nueva Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, se proteja dicho lugar y se inscriba como LUGAR DE MEMORIA DEMOCRÁTICA. Esperamos que el Gobierno de España, atienda con prontitud esta solicitud y sea una realidad la declaración formal del espacio memorial, como LUGAR DE MEMORIA DEMOCRÁTICA.

Como se declara en la propia Exposición de Motivos de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática: “La memoria de las víctimas del golpe de Estado, la Guerra de España y la dictadura franquista, su reconocimiento, reparación y dignificación, representan, por tanto, un inexcusable deber moral en la vida política y es signo de la calidad de la democracia. La historia no puede construirse desde el olvido y el silenciamiento de los vencidos. El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir errores del pasado. (...). El olvido no es opción para una democracia”.

A ello nos remitimos e invocamos. Estamos esperanzados en que las Colonias Penitenciarias de Montijo, sea el primer LUGAR DE MEMORIA DEMOCRÁTICA  de la Comunidad autónoma de Extremadura, declarado oficialmente en aplicación de la recientemente aprobada Ley de Memoria Democrática de 2022.  Como nos recordaba el historiador francés PIERRE VIDAL NAQUET, "El primer deber de la democracia, es la memoria".

Hemos de recordar que la ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE EXTREMADURA (ARMHEX), lleva casi 20 años instando para la protección de dicho lugar, e incluso presentó en legal forma ante la JUNTA DE EXTREMADURA en 2010, una solicitud en legal forma (pendiente aún de resolución expresa) para que fuera declarado BIEN DE INTERÉS CULTURAL, CON LA CATEGORÍA DE SITIO HISTÓRICO al amparo del art. 6.1º, d) de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, solicitud que se ha reiterado en varias ocasiones, incluso tras la aprobación de la autonómica Ley 1/2019, de 21 de enero, de memoria histórica y democrática de Extremadura, que contempla igualmente la figura de Lugar de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura. Son innumerables los escritos y peticiones remitidos por la ARMHEX a lo largo de estos años a la Junta de Extremadura, para que sin más dilaciones, se acordara incoar expediente de declaración bien de interés cultural, con la categoría de sitio histórico de los restos y del paraje natural o terreno donde se ubican las colonias penitenciarias de Montijo, que parcialmente aún se conservan. Hasta la fecha la Junta de Extremadura, no ha acordado nada al respecto, cuando incluso con fecha 6.02.2016, se llegó a aprobar una "propuesta de impulso" parlamentaria por la que la Asamblea de Extremadura instaba a la Junta de Extremadura para Declarar Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Histórico a dichos restos y paraje.


 


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ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE EXTREMADURA (ARMHEX).
 
 
Apartado de Correos nº 17
BADAJOZ. 06080.





Colonias de Montijo, nada a simple vista

Este campo de concentración, a nueve kilómetros de Guadiana del Caudillo, es un símbolo de la dejadez.


A las afueras de Guadiana del Caudillo, pueblo incluido en el listado de localidades que incumplen el artículo 15.1 de la Ley de Memoria Histórica, se encuentra el Canal de Montijo, rodeado de vides, árboles frutales y restos de la recogida de tomates. Estamos en la provincia de Badajoz. A nueve kilómetros, un letrero señala el sector e-5. A simple vista no hay nada de interés en esta zona: algunas edificaciones, un almacén con el techo medio derruido, un depósito de agua, algunos caballos y muchas ovejas que comen sueltas. El lugar pasa totalmente desapercibido para cualquier viandante. Sin embargo, nos encontramos ante las Colonias Penitenciarias Militarizadas de Montijo.

Este nombre es un eufemismo para referirse a un campo de concentración de la dictadura franquista para presos políticos republicanos utilizados para construir parte del Canal y la Presa de Montijo. Bartolomé del Viejo, de 82 años, fue amigo de muchas de las personas que por allí pasaron, a las que define como “gente humilde que llegaban a quitarse un pedazo de pan de la boca para dárselo a alguien que lo necesitaba más. Gente inteligente que jamás renunció a sus ideales”. Debido a su amistad con ellos y su pertenencia a las Células Comunistas de la comarca, fue condenado el 14 de junio de 1973 por asociación ilícita. Estuvo ocho meses y 20 días encarcelado en la prisión de Badajoz. “Lo que a mí me pasó fue una miseria para lo que tuvieron que vivir los presos de colonias”, zanja.

Estas colonias se erigieron siguiendo la Ley del 8 de septiembre de 1939, mediante la cual se instaba a la “utilización de los penados en la ejecución de obras públicas o particulares”. Estuvieron vigentes desde 1940 hasta 1945, y por ellas pasaron, aproximadamente, 1.470 reclusos. Esta masificación provocó grandes problemas a la hora de conseguir recursos para su manutención, además de multitud de enfermedades. Bartolomé asegura que los presos sufrieron muchas calamidades: “A veces les daban unas sardinas muy saladas que les provocaban mucha sed por la noche. Al despertarse para beber, no tenían agua por lo que les era imposible volver a dormirse”.

La mayoría de los presos están identificados con nombres y apellidos. También conocemos sus profesiones. Según los documentos, el 45,7% del total de prisioneros eran campesinos. El Torero fue uno de los pocos reclusos que consiguió escapar. Durante las visitas de familiares se enamoró de Alejandra Molina, la cual tenía dos hijas: Juana y Elvira. Tras fugarse, tanto él como Alejandra Molina y sus hijas consiguieron montarse en un tren y huir hasta Lisboa. Una vez en la capital portuguesa, madre e hijas decidieron emigrar a México. Allí, Elvira Quintana alcanzó un enorme éxito como actriz en el cine mexicano, siendo también una reconocida cantante de boleros y rancheras y un símbolo para Montijo.

Para que las mujeres de los presos recibiesen una mínima compensación debían casarse por la Iglesia. Con 14 años, Antonia Fernández, nacida en 1927, fue madrina de una de esas bodas: “Me lo propuso un brigada que vivía al lado. Después de la misa, mi madre hizo dulces y un poquito de chocolate para ellos”, aclara con una voz apagada.

Derruidas

En la actualidad, el terreno es de propiedad privada y se destina a la explotación agropecuaria. La dejadez ha provocado que tan solo se mantenga en pie parte de la Casa del Comandante, el depósito y un barracón en estado precario de conservación. No obstante, se trata de las únicas colonias que poseen aún algunos elementos materiales en pie. Una vez fueron clausuradas en 1945, se siguieron usando como almacén de la maquinaria de aquellas empresas que se encargaron de finalizar todas las infraestructuras. A mediados de los años 50, se dieron por finalizadas las obras y se procedió a la venta del terreno con todas las edificaciones.

Dentro de ellas se conservaba gran cantidad de pertenencias de las personas que allí habían estado recluidas. “Había varios sacos que contenían los colgantes identificativos de cada preso”, asegura el historiador y exalcalde de Montijo Juan Carlos Molano. Sin embargo, el paso de la propiedad de unos dueños a otros ha provocado que todo esto haya sido destruido.

Debido a estos hechos, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX) ha solicitado que el lugar sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Según José Manuel Corbacho, presidente de la ARMHEX, conseguir que las colonias sean declaradas BIC “le otorgaría la máxima protección jurídica y patrimonial, algo de lo que ahora carece totalmente”. Manuel Gómez, alcalde de Montijo (PSOE), cree que esto sería “muy importante” para la localidad puesto que se trata “de una parte de su historia”. “Lo que más me apena es que nos hayamos dado cuenta tarde de la necesidad de conservarlas”, finaliza. Molano muestra un folleto del Campo de Concentración de Dachau que lleva consigo: “En Alemania no olvidan su historia; aquí prima la incultura”.

A solo nueve kilómetros del pueblo donde el dictador tiene una placa de mármol, protegida por un cristal blindado y vigilada por una cámara de seguridad, las víctimas aún permanecen en el olvido. La equidistancia de las instituciones vuelve a premiar al verdugo.


Colonias Penitenciarias de Montijo

Montijo (Badajoz)

Estado de conservación:

Se mantiene en pie parte de la Casa del Comandante, el depósito y un barracón en estado precario de conservación.

 

 

 


A catequesis por un bocado de pan

Los domingos y festivos eran los únicos días de descanso para los internos, aunque tenían la obligación de acudir a la misa que impartía  Ignacio Llanos, sacerdote de Montijo de reconocidas tendencias falangistas. Bartolomé del Viejo cuenta que los reclusos, por ir a catequesis, conseguían algo más de comida o algún día libre: “Eran profundamente ateos, pero el hambre les obligaba a asistir a esas clases”. Después de la misa se les permitía ver a los familiares a través de la alambrada.

“Otras veces los llevaban en fila al pueblo y les dejaban un tiempo en la plaza o en el atrio de la iglesia, siempre vigilados por fuerzas de seguridad”, asegura Molano. “Se escuchaban las pisadas por la calle pero nadie se atrevía a salir a la calle”, comenta Antonia Fernández. En las visitas y salidas se formaron muchas parejas entre presidiarios y montijanas que se acercaban al lugar. Este fue el caso de Apolinar Camazón y Aurora Sánchez. Según su hija, Maria Francisca Camazón, sus padres tan solo se vieron una vez a través de la valla: “Todo el contacto que tuvieron fue a través de cartas y poesías que mi padre le escribía a mi madre”.

Cuando Apolinar fue liberado decidieron casarse. “Mi padre salió de las colonias prácticamente desnudo y mi abuela materna tuvo que comprarle el traje de boda”. Al poco tiempo fue desterrado a Mérida. Madre e hija recién nacida le visitaban en clandestinidad. “Un día perdimos el tren y mi madre decidió ir andando a Mérida conmigo en brazos”. La distancia entre Montijo y Mérida es de 22 kilómetros: “Llegó sin suela en los zapatos”.