dimecres, 27 de novembre del 2013

Severo Ochoa, in memoriam.

Severo Ochoa en la Residencia de Estudiantes hacia 1930


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María Torres / 1 noviembre 2013

Su amor por la ciencia se tradujo en el enorme legado que dejó. Desempeñó un papel decisivo en el desarrollo de la Bioquímica y Biología Molecular en España, esa España que había abandonado en 1936, al poco de iniciarse la Guerra, porque no podía soportar ver como se desmoronaba el trabajo de construcción de la ciencia realizado durante la segunda República. No podía soportar el latigazo en el corazón que recibía cada día cuando se dirigía a su laboratorio, sorteando los cadáveres de personas asesinadas en las calles cercanas  al Instituto Jiménez Díaz instalado en la Facultad de Medicina de la Ciudad Universitaria, donde se encontraba trabajando como responsable de Fisiología.