María Torres, 24 Agosto 2015
Hace 71 años, a las nueve de la noche del 24 de
agosto de 1944 dos secciones de la Novena Compañía, una de ellas encabezada por
el Capitán Dronne y la otra por el Teniente Amado Granell, compuestas por 120
hombres y 22 vehículos, entraron en la capital francesa.
Veintidós minutos después la pequeña columna blindada
de soldados exhaustos al mando de Amado Granell alcanzaba la Plaza del
Ayuntamiento de París. Les acompañaba el alegre volar de las campanas de toda
la ciudad, unidas en un violento repique de júbilo que impedía escuchar con
claridad El ejército del Ebro, con su famoso estribillo Ay, Carmela, que iban cantando. (El Ejército del Ebro/¡Rumba la
rumba la rum bam bam!/Una noche el río pasó,/¡Ay, Carmela, ay, Carmela!/Y a las
tropas invasoras/¡Rumba la rumba la rum bam bam!/Buena paliza les dio,/¡Ay, Carmela,
ay, Carmela!) Un himno también
irreconocible para los franceses. Los primeros libertadores de
París, portaban un banderín con la tricolor en la solapa de sus
uniformes. Un día después la prensa
francesa publicaría en portada la imagen de uno de los soldados americanos
que habían logrado liberar París. Se llamaba Domingo Baños y había nacido en
Extremadura.
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