diumenge, 12 de maig del 2019

El mejor homenaje a Peset Aleixandre

https://www.lavanguardia.com/local/valencia/20190512/462150341853/marco-merenciano-falangista-peset-aleixandre-lliria-memoria-historica.html




El mejor homenaje a Peset Aleixandre
Retirada de la placa en homenaje al médico falangista Francisco Marco Merenciano en Llíria (LVD)
El médico falangista Francisco Marco Merenciano, natural de Llíria, fue uno de los tres que denunció en 1939 con falsas acusaciones al doctorexrector de la Universitat de ValènciaJoan Batista Peset Aleixandre, de Godella. Le condenaron a muerte en un juicio irregular -como era habitual- por haber sido diputado del Frente Popular, pero consiguió el indulto a cambio de 30 años de prisión. Los médicos fascistas no cesaron en su empeño de verlo muerto y presentaron una segunda denuncia. Esta vez, el tribunal militar lo condenó a muerte sin posibilidad de pedir el indulto. Después de estar encerrado en el campo de concentración de Portaceli, fue fusilado en el cementerio de Paterna el 24 de mayo de 1941.
Los valencianos pensarán que, en parte, se ha hecho justicia con el doctor, que hoy da nombre a un conocido hospital del barrio de Patraix en València. Igualmente está presente en una de las grandes avenidas de la capital. Sin embargo, un reconocimiento o un homenaje nunca es pleno ni justo cuando también se le concede a su verdugo, a un fascista sin escrúpulos.
Volvamos a él. El falangista Marco Merenciano era fiel partidario del pensamiento psiquiátrico propugnado por la Alemania nazi y por el pensamiento católico integrista. Además, fue uno de los introductores en España de las técnicas de electro-shock como medio de tratamiento.
Consideraba que el marxismo era una enfermedad y los republicanos españoles eran unos “enfermos mentales”. Por tanto, defendía que la psicología española tenía como misión curarlos con la medicina para “aproximarlos a Dios”.
Fuentes conocedoras de su figura le recuerdan como un médico que pensaba que esos “enfermos mentales” (los republicanos) eran unos “fracasados de la vida porque eran inferiores y cobardes” y habían desarrollado un “resentimiento” y una “sed de venganza” que “engendraba mentes amargadas y antisociales”.
¿A qué viene ahora resucitar la memoria de Marco Merenciano? A que no estaba, precisamente, en el olvido. Aunque parezca sorprendente, la plaza del Calvario de Llíria homenajeaba la figura del médico falangista con una enorme placa conmemorativa hasta el pasado miércoles 8 de mayo. Hasta hace solo unas horas, parecía que era digno de reconocimiento en una plaza pública de su ciudad natal.
Placa en homenaje al médico falangista Francisco Marco Merenciano en Llíria
Placa en homenaje al médico falangista Francisco Marco Merenciano en Llíria (LVD)
La primera corporación democrática del Ayuntamiento de Llíria, comandada por el Partido Comunista, ya actualizó el nomenclátor de la ciudad, pero esta placa ubicada en la fachada de un bloque de viviendas, al parecer pasó desapercibida. Los gobiernos socialistas tampoco quisieron pelear por su retirada hasta el año 2003, cuando entró el PP. Entonces los ‘populares’ quisieron evitar el conflicto alegando que todavía quedaban familiares vivos de Merenciano en Llíria.
Esta legislatura, la constitución del Comisionado de Memoria Histórica formado por expertos elaboró un informe con recomendaciones para cumplir con la Ley de Memoria Histórica en Llíria: desde retirar la Cruz de los Caídos hasta levantar un monolito en el cementerio en recuerdo de los republicanos fusilados. Incluyeron, también, la esquiva placa de Merenciano.
Ahora, 44 años después del fin de la dictadura franquista, se hace justicia; no con Marco Merenciano, sino con Peset Aleixandre. Lo asesinaron acusado de ser “responsable de asesinatos”, pero según un informe del Aula de Historia y Memoria Democrática de la Universitat de València, no solo no mató a nadie, sino que durante la guerra salvó a diferentes personas -que testificaron a su favor en el juicio, en vano-, protegió a personas religiosas y dio auxilio incluso a falangistas. Puso, por tanto, su labor profesional por encima de su ideología. No como quienes lo acusaron y lo ordenaron fusilar.

Aguiluchos que aún sobrevuelan València

Por todo el estado aún queda simbología franquista en las calles que homenajean el periodo más oscuro de la historia reciente de España. En València, por ejemplo, el Ayuntamiento ha hecho todo lo que estaba en su mano para cumplir con la Ley de Memoria Histórica, y de paso, con el deber moral en recuerdo a las víctimas del franquismo: han retirado las calles más conflictivas (una de ellas, por cierto, tenía el nombre de Marco Merenciano).
Sin embargo, aún quedan muchos rastros. El Altar Mayor de la Iglesia del Carmen sigue exhibiendo esa pintura con el dictador, centenares de placas con el yugo y las flechas siguen recibiendo a los habitantes de muchas viviendas construidas durante el franquismo, y las casernas de la Guardia Civil de Patraix y de Benimaclet siguen contando con un escandalosamente grande emblema del águila.
Desde la Concejalía de Cultura dicen ya han exigido su retirada al Ministerio de Interior, durante la época de Rajoy, pero también durante el mandato de Pedro Sánchez. ¿Lo que se ha escuchado? El silencio.
Escudo franquista en la fachada de la caserna de la Guardia Civil de Benimaclet
Escudo franquista en la fachada de la caserna de la Guardia Civil de Benimaclet (Google Maps)