diumenge, 26 d’abril del 2009

Yak 42. Trillo. "No se hará justicia mientras Trillo y Aznar no se sienten en el banquillo de los acusados".

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"No se hará justicia mientras Trillo y Aznar no se sienten en el banquillo de los acusados"

Francisco Cardona es de los familiares del Yak-42 que han asistido todos los días al juicio celebrado en la Audiencia Nacional. En su opinión, han sido nueve sesiones muy duras desde el punto de vista humano, pero sobre todo ha notado destacadas ausencias en el banquillo de los acusados: José María Aznar, Federico Trillo y Javier Jiménez Ugarte.

José Parrilla, Valencia

Nueve sesiones ha necesitado el juez Bermúdez para juzgar a tres militares por los errores cometidos en la identificación de 30 de los 62 militares españoles fallecidos en el accidente del Yak-42 en Turquía. Han sido sesiones duras, dolorosas y tensas a las que no han faltado Francisco Cardona y su mujer, Amparo Gil, padres del sargento de Alboraia muerto en aquel siniestro aéreo. Ellos querían estar presentes en este juicio aunque la sentencia que salga del mismo, independientemente de su resultado, no les haga justicia. Según Cardona, aún tienen que pagar quienes dieron la orden de acelerar el funeral, y las familias están dispuestas a seguir batallando en los juzgados.

-¿Cómo ha visto el juicio?
-Yo he tenido algunas diferencias con el juez. En algunos casos ha sido muy estricto con algunas preguntas de la acusación y muy condescendiente con preguntas de la defensa. El día 15, cuando declararon los forenses turcos, me expulsó de la sala. La situación era muy tensa y había que tener mucho aguante para, aun sabiendo que el abogado de la defensa no estaba hablando de tu hijo, no alzar la voz en nombre de las familias.

-También ha tenido algún detalle, como admitir, precisamente, el testimonio de los forenses turcos
-Yo creo que él se vio de alguna forma acorralado, porque los tres que citó él no pudieron declarar por videoconferencia y a los dos que trajimos nosotros los tenía aquí. Si los rechazaba se le iba a echar la gente encima y además habría un problema de indefensión.

-¿El juicio ha sido doloroso desde el punto de vista humano?
-Sí, mucho. Muy doloroso en muchos momentos. Hemos escuchado muchas palabras que han herido a muchas familias y que solamente una persona con la sangre muy fría es capaz de pronunciar en la sala.

-¿Ha habido muchas lágrimas?
-Las ha habido.

-¿Y cabreos?
-Muchos, y enfrentamientos con el abogado defensor y con el juez a pesar de que estos han sido diluidos por los letrados de la defensa. Yo fui expulsado de la sala y luego el juez vino a buscarme para hablar conmigo.

-¿Qué ha echado en falta en este juicio?
-A mí me recordaba a la película del Cid Campeador rodada en Peñíscola. Allí había muchos extras que iban todos los días con un escudo y una lanza y Charlton Heston aparecía una o dos veces a la semana para rodar una imagen. Aquí ha pasado lo mismo. Hay unos extras que son el general Vicente Navarro, el comandante José Ramírez y el capitán Miguel Sáez, que salían parapetados, y los protagonistas de la película no han aparecido.

-¿Quiénes son los protagonistas de la película?
-Me refiero a Javier Jiménez Ugarte, número tres del Ministerio de Defensa en aquellos momentos; al ministro de Defensa, Federico Trillo; y a José María Aznar, entonces presidente del Gobierno.

-¿Tiene la sensación de que aunque se condene a los tres militares no se habrá hecho justicia?
-Sí. De hecho, nosotros hemos pedido, independientemente de la sentencia, que se siga investigando. Todas las cosas tienen un por qué y hay que preguntarse por qué Navarro hizo eso. Si los otros dos acusados dicen que actuaron por ordenes de Navarro, ¿por órdenes de quién actuó Navarro? Él por su cuenta no puede hacer eso. Él por su cuenta no puede decir ahora que se dedicó a dulcificar el dolor de las familias. Eso no puede decirlo, ni debe. Aquí hay un por qué y hay un quién. Alguien es el responsable de la celeridad. No habrá Justicia mientras Trillo y Aznar no estén ante un tribunal.

-¿Qué proceso se va a seguir para investigar a esos responsables últimos?
-Nosotros hemos pedido al juez que siga investigando el caso. Si él no puede, que diga quién debe hacerlo y nosotros abriremos una causa contra esas personas. Hay quien dice que ya no se pueden pedir responsabilidades porque ya no están en el Gobierno, no lo entiendo.

-¿No bastaría con que Trillo, porque Aznar ya no está en la política activa, saliera también?- Es que no sé si es el máximo responsable.
-Sólo estaba José María Aznar por encima de él-Pues José María Aznar también. Si está fuera de la política y ha perdido el aforo igual podemos adelantar. Y eso que dice Rajoy de que Trillo no fue al juicio porque no había sido citado es porque en la instrucción ya se evitó su comparecencia y en la vista oral el juez ha negado que vaya como testigo, no porque nosotros hayamos dicho que no venga. Al contrario, ojalá hubiera venido.

-¿Cree que Trillo está "muerto" políticamente?
-Debería estarlo. Muerto e incinerado, como mi hijo.

-¿Cómo le sentaría que en las próximas elecciones generales fuera otra vez de número uno por Alicante?
-Me sienta fatal que este cobrando del erario público y que encima esté de portavoz de Justicia del Partido Popular, ¿cómo crees que me va a sentar en un futuro? Me reventará.

-¿Cómo valora su actitud frente a esta situación?
-De cobardía. Es un cobarde. Es un cobarde desde el momento en que no aparece por los medios de comunicación y si tiene que hacer una declaración como portavoz de Justicia del Partido Popular lo hace a través de un comunicado para no acercarse a los micrófonos. Es un cobarde.

-¿Han echado en falta que el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero hubiera hecho un pronunciamiento claro sobre esto?
-En este país, la Justicia tiene a gala ser independiente. Políticamente no se puede achacar nada a nadie porque si entramos en ese juego nunca mejor se nos podría decir que estamos manipulados.
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Mentiras desenterradas del Yak 42

El juicio sin políticos por las identificaciones falsas apunta al equipo de Trillo

NATALIA JUNQUERA - Madrid - 26/04/2009

En el mejor de los casos, dedicaron a identificar 30 cadáveres carbonizados tres horas y 25 minutos, el tiempo que transcurrió desde que firmaron un documento diciendo que sabían que estaban sin reconocer hasta que los repatriaron desde Turquía. Menos de siete minutos por cada cuerpo. Se equivocaron en todos. Confundieron a un negro con un blanco. Mezclaron restos de tres cuerpos en un solo féretro. Y seis años después, las familias de las víctimas del Yak-42 aún no saben por qué.

La catástrofe del Yak-42
A FONDO

"Defensa me escribió diciéndome que mi hijo muerto estaría 'avergonzado de mí"
Dedicaron a los reconocimientos menos de siete minutos por cadáver


El juicio por las identificaciones falsas de la mayor tragedia de las Fuerzas Armadas en tiempo de paz (62 muertos) no les ha servido, repiten, para aclarar esa parte fundamental y poder cerrar su duelo: por qué aquellos militares hicieron las identificaciones tan deprisa; es decir, a qué político obedecían y con qué propósito.

El fiscal de la Audiencia Nacional ha pedido cinco y cuatro años y medio de cárcel para los tres acusados, el general de Sanidad Vicente Navarro y los capitanes médicos Ramírez y Sáez por "inventarse" las identificaciones y falsear varios documentos oficiales. Pero insistió en que "la decisión estaba tomada desde el primer momento". Y fueron los políticos los que decidieron cancelar el envío de un equipo especializado de la Guardia Civil para tomar muestras de ADN; los que fijaron la fecha del funeral sólo 60 horas después de la tragedia, cuando "no existía la más remota posibilidad de que los cuerpos estuvieran identificados", según el fiscal. Y los que mintieron una y otra vez a las familias para ocultarles que habían enterrado al hermano, al hijo, al padre de otro.

No se han sentado estos días en el banquillo, pero muchas de las afirmaciones del entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, y su número tres, Javier Jiménez-Ugarte, han quedado constatadas como mentiras en el juicio. Éstas son algunas de ellas.

- Sí sabían que no estaban identificados. Los forenses turcos, que hicieron correctamente todas las identificaciones, alarmados por las prisas de los militares españoles ("querían salir de allí cuanto antes. Dijeron que tenían prisa porque el jueves se celebraba un funeral", declaró uno de ellos en el juicio) les hicieron firmar, antes de irse, un acta en la que reconocían que se llevaban cuerpos sin identificar y se comprometían a hacerlo en España. Se llevaron copia, según indicaron los forenses turcos, pero el ministerio la ocultó. Cuando este diario publicó, en marzo de 2004, el documento, Defensa alegó que no lo tenía.

- Sí entendieron a los turcos. En el juicio, el general Navarro declaró que firmó el acta sin saber lo que firmaba, porque "estaba todo en turco". Pero el Consulado había enviado a un intérprete de español que tradujo el documento y firmó, como Navarro, el acta.

- El estado de los cuerpos no era bueno. Los españoles no consideraron necesario tomar muestras de ADN, que hubieran demorado la identificación unos cuatro días, según los expertos. Tampoco enviaron a ningún forense, y el biólogo y el odontólogo que se desplazaron desde España ni siquiera llegaron a intervenir. "El estado de los restos era aceptable para su filiación", afirmó Defensa. No era así. Del lugar del accidente se recogieron miembros amputados. El estado de los cuerpos provocó que se clasificaran como dos cadáveres lo que resultaron ser partes de uno solo.

- Sí existían pruebas de ADN. Los forenses turcos explican en el acta que firman los militares españoles que los cuerpos "estaban destrozados" y que por ese motivo tomaron muestras genéticas de todos para "realizar un estudio comparativo entre los análisis de ADN de los cadáveres y los de los familiares si se envían (desde España) en caso de que se soliciten".
Varias familias habían preguntado por las muestras de ADN recogidas en Turquía. Defensa, especialmente el general Navarro y el número tres de Trillo, negó siempre su existencia. "Jiménez- Ugarte llegó a enviarme una carta diciéndome que mi hijo muerto se avergonzaría de mi comportamiento", recuerda Francisco, padre del sargento Francisco Cardona. Fueron esas muestras recogidas por los forenses turcos las que permitieron a los familiares averiguar el error, exhumar los restos que habían enterrado y en no todos los casos (algunos habían sido incinerados), devolvérselos a sus seres queridos.

- No identificaron los cuerpos por los uniformes y objetos personales. Defensa aseguró a las familias, y así lo repitió Navarro en el juicio, que habían identificado los cuerpos gracias a los uniformes militares (llevan cosido el nombre en el bolsillo), las placas identificativas y objetos personales como alianzas de boda. Pero no todos llevaban uniforme. "Mi hijo iba vestido de civil", recuerda Cardona, y cuando cinco meses después del accidente un grupo de familiares viajó a Turquía, un imán de la zona les entregó las chapas metálicas de dos víctimas que había recogido del lugar del siniestro. "Yo mismo encontré en el suelo varios objetos, como la esfera de un reloj", recuerda Cardona.

- La justicia turca no impidió devolver los objetos de las víctimas. Algunas familias pidieron abrir ataúdes para ver a los suyos. Defensa se negó. Después, reclamaron los objetos con los que supuestamente les habían identificado. Y el Ministerio contestó que el juez turco había decidido que quedasen dentro de los féretros. "Pensé que se trataría de algún rito musulmán", recuerda Carlos, padre del fallecido cabo Feliciano Vegas, "pero cuando le preguntamos a la abogada turca nos dijo que no existía tal posibilidad. Cuando desenterramos los cuerpos, el de mi hijo no llevaba su alianza de boda".

Los nueve miembros del Ejército del Ala 31 que viajaban en el Yak iban de civil. Algunos de los objetos personales de las víctimas seguían meses después en el lugar del accidente. Y en el acta de la fiscalía turca se dejaba constancia de que, en al menos 14 cuerpos, no había "nada para identificar".

Lo último que se escuchó en la sala antes de que el juez pronunciara el "visto para sentencia" fue una excusa, lo más parecido a una disculpa que han recibido las familias de las víctimas del Yak-42: "Procuramos dulcificar las circunstancias de una muerte absolutamente indescriptible para que esas familias que ya han perdido al ser querido no sigan torturándose", alegó Navarro en su último turno de palabra. La tortura se ha prolongado ya seis años. Y continúa.

"Estamos determinados a seguir emprendiendo acciones legales hasta que los políticos que dieron las órdenes respondan por ello y se aclare todo lo que no se ha aclarado en el juicio", explicó Miguel Ángel, hermano del fallecido sargento José Manuel Sencianes y presidente de la Asociación de Familias de las Víctimas del Yak-42. "Porque nos va la vida en ello. La gente necesita dormir para poder vivir y yo no podré dormir bien hasta que se le haga justicia a mi hermano".

¿Quién se llevó los anillos?
Aún queda mucho por saber, repiten las familias de las víctimas del Yak. El fiscal de la Audiencia Nacional insistió durante el juicio en la sorprendente inexistencia de un expediente sobre las identificaciones en el Ministerio de Defensa. El general Navarro reconoció que había destruido las fichas de identificación, las mismas que el ministerio aseguró haber repasado minuciosamente cuando estalló el escándalo. Los políticos que en aquel momento tomaban las decisiones y daban las órdenes no han aportado, pues, ni documentos ni testimonios que puedan arrojar luz sobre algunos de los misterios del caso. Por ejemplo: ¿dónde están los anillos de las víctimas con los que supuestamente fueron identificadas?

Defensa aseguró a los familiares que la justicia turca había decidido que permanecieran en los féretros, pero cuando exhumaron los cuerpos, los anillos no estaban.

También queda por aclarar si el ex jefe del Estado Mayor de la Defensa Félix Sanz o el ex jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra Luis Alejandre cometieron falso testimonio durante el juicio. El primero declaró que Alejandre le había comentado que supo que los cuerpos no estaban identificados en una reunión celebrada en el Ministerio de Defensa 24 horas antes del funeral de Estado y que había propuesto que no se entregaran a los familiares. Alejandre negó ante el juez Bermúdez que conociera los errores en la identificación al día siguiente del siniestro.

Otro de los aspectos oscuros es el viaje del entonces número tres de Trillo, Javier Jiménez-Ugarte, a Turquía en marzo de 2004 para tratar de convencer a los forenses turcos de que asumieran la responsabilidad de las identificaciones erróneas
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http://www.publico.es/espana/221478/victimas/trillo

Las víctimas de Trillo

Las familias de los militares denuncian al ex ministro de Defensa como último responsable.

MIGUEL ÁNGEL MARFULL - Madrid - 26/04/2009 08:00

Si tuviera delante a Trillo, sólo le preguntaría si tiene hijos". Jacinta Vicente perdió al suyo hace en el accidente del Yak 42. Su marido, Evelio González, remata su frase para completar seis años de rabia contenida: "Querría saber si le queda algo de vergüenza, si tiene honor".

Los familiares creen un sarcasmo que Trillo sea portavoz de Justicia del PP

El 26 de mayo de 2003, Evelio y Jacinta escucharon a las seis de la mañana por la radio que un avión con 62 militares españoles a bordo se había estrellado esa madrugada en Turquía. Su hijo, el teniente Mario González Vicente, de 27 años, viajaba en la aeronave. No necesitaron demasiados detalles para salir de dudas.

Acababan de hablar con él antes de que emprendiera el vuelo fatalmente truncado en la ladera de una montaña próxima al aeropuerto turco de Trabzon. Ahora guardan sus últimas palabras como un tesoro: "Estaba orgullosísimo de lo que hacía; me dijo que lo volvería a repetir, que no olvidaría nunca su trabajo en Afganistán. Eso es ser un militar. Así es el honor de un teniente.

¿Dónde está el de Trillo?"
Una vez visto para sentencia el juicio por la cadena de errores en la identificación de las víctimas del accidente, ambos denuncian que hay más responsables por encima de los tres uniformados que se han sentado en el banquillo. "Federico Trillo es el culpable; los militares mandan en los cuarteles pero los políticos ordenan a los militares", sentencian.

"Sientes incredulidad"
Los familiares de las víctimas han recorrido juntos "seis años de sufrimiento y dolor continuo" que resume el padre del teniente González Vicente en una secuencia con tres sensaciones: "Sientes incredulidad, piensas que el Estado te ha abandonado y que los militares te han traicionado".

"Sufrimos amenazas desde el primer momento", dice el padre de una víctima

Asiente al escucharle Consuelo Sánchez, hermana del sargento primero Miguel Sánchez Alcázar, casado, y con un hijo que tenía dos años cuando su padre perdió la vida en Turquía. "Rajoy habla constantemente de principios y valores. ¿Cuáles han seguido ellos desde el accidente? ¿Con qué principios y valores defiende Trillo la Justicia en el Congreso?".

"No nos habría importado esperar. ¿Por qué no hicieron las cosas bien?" Consuelo enhebra sus preguntas con los ojos empañados. "Trillo y Jiménez Ugarte número tres del ex ministro de Defensa de Aznar alimentaron nuestro dolor y nuestra pena y trataron a nuestros 62 héroes peor que perros".

Acoso a las víctimas
Faltó algo más que simple tacto. Algunos ejemplos desbordan la frontera de lo calificable. "Javier Jiménez Ugarte me dijo que, si mi hijo viviera, se avergonzaría de nosotros por lo que estamos haciendo", recuerda Amparo Gil. Lo que les recriminaba el principal subordinado de Trillo era que exigieran que la cadena de negligencias que siguió al accidente no quedara impune.
Esta batalla de seis años ha quedado impresa en el nicho donde descansa su hijo en el cementerio de Alboraya, en Valencia. Eres nuestra vida y nuestras ganas de luchar, reza el epitafio que Amparo y Francisco Cardona, padres del sargento Francisco Javier Cardona Gil, colocaron en su lápida. Javier tenía 27 años y llevaba diez en el ejército del Aire.

Junto al ex ministro, las familias culpan a su número tres y a José María Aznar

Francisco conoció la noticia del accidente en la base aérea de Zaragoza. "Estaba esperando ese avión, el vuelo en el que regresaba mi hijo, y lo vi en la televisión". Los problemas llegaron de inmediato. "Sufrimos amenazas desde el primer día. En la base, un coronel nos dijo que tuviéramos cuidado con lo que decíamos a la prensa, porque nos podíamos arrepentir". Ese coronel es ahora general. "Los han ascendido a todos", lamenta Amparo.

"Faltan Trillo y Aznar"
Ambos han asistido casi todos los días a un juicio en el que denuncian, antes que nada, tres ausencias: "Allí han faltado Trillo, Aznar y Ugarte, que fueron los que daban las órdenes".

La labor de las familias ha acabado con los 'vuelos basura'

"Por su culpa", Francisco y Amparo han llevado flores cada domingo a una tumba equivocada durante 20 meses. Tuvieron que esperar ese tiempo para enterrar, finalmente, al verdadero sargento Cardona. Con el frío lenguaje forense en el que las víctimas son un número adherido a un saco mortuorio y los cadáveres un hecho jurídico, al matrimonio Cardona Gil le entregaron la bolsa número 14. Los restos de su hijo se encontraban, sin embargo, en la 17. Esclarecieron la verdad, gracias a su empeño, un año, ocho meses y un día después del accidente "por el detestable trabajo" de Trillo y su equipo.

Aunque no se siente en el banquillo, Francisco condena al ex ministro: "Hemos tenido que aguantar su soberbia, su chulería y su prepotencia todo este tiempo. Es un cobarde; no se atreve a dar la cara. Trillo, que está todo el día pidiendo Justicia, es el que tiene que dar explicaciones".
Francisco se las exigió en persona antes de clavar la fotografía de su hijo fallecido en la mirada del ex ministro: "Fue en El Corte Inglés de Valencia. Estaba firmando libros. Compré uno los 24 euros peor gastados de mi vida, metí en él una foto de mi hijo y le pedí que se lo dedicara a las víctimas del Yak 24". Pero Trillo no quiso escribir tal dedicatoria y encendió aún más la indignación del padre del sargento fallecido. "Le exigí que lo hiciera, igual que hizo firmar el acta de repatriación de los cadáveres sin identificar".

Los guardaespaldas de Trillo acompañaron a Francisco a la salida del centro comercial, mientras rompía el libro y lanzaba sus restos de papel a la cara del ex ministro de Aznar que "jugó" con otros restos más sensibles, los de su hijo.

"No habrá justicia sin condena a Trillo", dice la madre de un fallecido

Pendientes del fallo de la Audiencia Nacional, ni Francisco ni Amparo se sienten aliviados: "Esperamos una sentencia justa, pero tengo pocas esperanzas por la cantidad de obstáculos que hemos sufrido", explica Amparo. Con la mirada hundida, reconoce que estos seis años de pulso a la paciencia, "llenos de altibajos", han cambiado su vida por completo: "Hoy no soy la misma; era pacífica y prudente y hoy soy guerrillera y mala. No tengo ilusión por nada".

El cansancio ha astillado también el carácter de Granada Ripollés, hija y nieta de militares y hermana del comandante José Manuel Ripollés, que dejó 23 años de servicio en el Ejército a bordo del Yakolev siniestrado y en España una viuda y dos hijos. Asegura que estos cinco años largos de espera le han "embrutecido".

Granada lleva prendido en su chaqueta un lazo verde con el que simboliza su exigencia de justicia para las víctimas del accidente de Turquía. "No me lo he quitado ni un solo día". Ese lazo, y la batalla de los familiares convertida en asociación dos meses después del accidente, han dado frutos. Bajo el epitafio del sargento Cardona, sus padres escribieron también otra frase: Nació para vivir y murió para que otros vivieran.

Ha sido la última batalla ganada por los 62 militares del Yak y podría ser el lema de la asociación que agrupa a sus familiares. "Nuestra lucha ha conseguido que se cambien los aviones en los viajan los militares y que se cree un protocolo de identificación para este tipo de casos que antes no existía".

El hermano de Granada, el comandante Ripollés denunció días antes de morir las pésimas condiciones del avión en el que esperaba regresar a España: "Con sólo ver las ruedas y la ropa tirada por la cabina de la tripulación te empieza a dar taquicardia". Esos vuelos basura no se han repetido gracias al trabajo de la asociación de víctimas del Yak 42.

"Asumimos riesgos como familiares de militares, pero una cosa es un accidente, y otra una cadena de mentiras", explica Granada para buscar responsables: "Trillo nunca nos ha pedido perdón a los familiares de las víctimas".

¿Muertos en paz?
"Tenía que estar en el banquillo de los acusados, con Ugarte y Aznar, le interrumpe Juana López porque nos trataron peor que a cucarachas", se queja la madre del brigada Emilio González López, destinado en Valencia antes del accidente que segó abruptamente sus 23 años de servicio en las Fuerzas Armadas.

También la radio le sirvió a Juana aquella mañana de mayo para saber que no volvería a ver a su hijo. Lo que no imaginaba era hasta qué punto aquel accidente cambiaría su vida. Cuando comenzó a tejer sus primeras sospechas, tampoco lo podía creer. "Era imposible que hubieran hecho eso", recuerda pensando en los mandos de Defensa.

En este tiempo, Juana no ha olvidado una frase. Aznar llenó de sal su herida más dolorosa "cuando pidió que dejáramos a los muertos del Yak en paz". Ahora espera justicia. Cuando se le pregunta qué condena aliviaría su pena no lo duda: "Ninguna hasta que no sea Trillo el condenado".

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Las familias se trajeron por sorpresa al juicio a dos testigos decisivos

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