Por: Tereixa Constenla | 18 de julio de 2013
Un 18 de julio, hace 77 años, arrancaron los acontecimientos que dieron la vuelta al siglo XX español. El golpe militar contra el Gobierno republicano, que fracasó en su intento de lograr tumbar el régimen democrático con rapidez pero que cosechó apoyos suficientes para alimentar de munición -material, humana e ideológica- una guerra, sigue deparando novedades historiográficas.
En Los mitos del 18 de julio, nueve historiadores (Ángel Viñas, Fernando Puell, el fallecido Julio Aróstegui, Eduardo González Calleja, Hilari Raguer, Xosé M. Núñez Seixas, Fernando Hernández Sánchez, José Luis Ledesma y Francisco Sánchez Pérez), han puesto en común sus investigaciones para arrojar nueva luz sobre esa jornada y las tramas civil y militar que la rodearon. El coordinador de la obra y profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Carlos III, Francisco Sánchez Pérez, enumera 13 aspectos que desmontan ciertas interpretaciones sobre el golpe. Entre ellas, que "no solo fue obra de militares sino también de civiles, en particular de monárquicos de Calvo Sotelo" y que "contó con la connivencia de una potencia extranjera, la Italia fascista, con la que los monárquicos contrataron 17 días antes del golpe el suministro de una espectacular cantidad de material bélico de pirmer nivel".
En la obra, el historiador Ángel Viñas aporta contratos hasta ahora desconocidos, escritos en italiano y fechados el 1 de julio de 1936. En dichos documentos se citan listas de armamentos, incluidos más de 40 aviones, bombas, ametralladores, "que desmienten que lo que se proyectaba fuese meramente un pronunciamiento o golpe blando". "Las oportunidades de triunfar que se barajaban sin ir a una guerra civil eran nimias", sostiene Sánchez Pérez, "por lo que todo ese arsenal era imprescindible para una campaña rápida y mortal que se preveía segura".
Viñas asegura que, con su apoyo en 1936, Mussolini "tendías sus redes hacia el Oeste de Europa y no dudaba en ofrecer su ayuda, bien retribuida por cierto, para promover un drástico cambio político en España".
Los contratos romanos, que se reproducen en el libro, se formalizaron entre la empresa Società Idrovolanti Alta Italia, "un gigante de la industria aeronáutica italiana", y Pedro Sainz Rodríguez, "compañero de andanzas" de José Calvo Sotelo, el 1 de julio de 1936. Entre la larga lista de material vendido figuran aviones, bombas, máscaras antigás, cartuchos, ametralladoras y paracaídas. A juicio de Jorge M. Reverte, que escribió una crítica sobre el volumen en Babelia, es una aportación esencial para desenredar aspectos aún turbios del 18 de julio. Una jornada que sigue bajo ciertas sombras 77 años después.
Los mitos del 18 de julio ha sido publicado por la editorial Crítica.
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