divendres, 30 de gener del 2015

El guardia civil Manuel Hernández, que salvó a sus vecinos de Albendín de una muerte segura


http://www.andalucesdiario.es/ciudadanxs/manuel-hernandez-el-heroe-represaliado-de-albendin/


El historiador Arcángel Bedmar rescata la figura del cabo de la Guardia Civil Manuel Hernández en el libro 'Patriota era, y patriota soy', que ha podido ver la luz gracias también a la aportación y trabajo de José Manuel Hernández, bisnieto del cabo represalidado.

FRANCISCO ARTACHO / Sevilla / 30 Ene 2015
Manuel Hernández, cabo de la Guardia Civil en Albendín.Manuel Hernández, cabo de la Guardia Civil en Albendín.
Ni una calle con su nombre. Ni una placa que lo recuerde. En Albendín, pedanía de la localidad cordobesa de Baena, tan solo la memoria de los vecinos más viejos recuerda a aquel cabo de la Guardia Civil, Manuel Hernández, comandante de puesto del cuartel. Llegó al pueblo, de unos 2.000 habitantes, en enero de 1935. Nadie imaginaba por entonces que aquel cabo, de buen porte, educado y culto, sería su salvador. Un héroe. El héroe, anónimo y desconocido, de Albendín. Un héroe represaliado.
Septiembre de 2013. Empieza un nuevo curso en el IES Juan de Aréjula de Lucena, también en la provincia de Córdoba, al sur, en la Subbética. Arcángel Bedmar, profesor de Historia, inicia un curso más sus clases. Entre sus alumnos de segundo de bachillerato se encuentra José Manuel Hernández González, bisnieto del cabo de la Guardia Civil de Albendín. Casualidades de la vida, Arcángel, además de profesor, es historiador, de esos empeñados en rescatar la memoria histórica. Lo ha hecho ya de localidades como Rute, Lucena, Montilla, Fernán Nuñez y Baena. De este último pueblo ya había publicado años atrás, en 2008, ‘Baena roja y negra. Guerra Civil y represión’.

UN AVISO PROVIDENCIAL
José Manuel le contó a Arcángel que a su bisabuelo lo expulsaron del Guarda Civil y lo metieron preso –pasó por prisiones de Córdoba, El Puerto de Santa María, El Dueso (Santoña) y Toledo- por haber avisado a algunos vecinos, los dirigentes del Centro Obrero y miembros del Frente Popular, para que huyeran de sus casas antes de que los apresaran, tras el golpe de los rebeldes el 18 de julio de 1936. Poco más conocía, entonces, José Manuel de su bisabuelo. Aún no sabía que era bisnieto de un auténtico héroe.
'Patriota era, y patriota soy', editado y publicado por Arcángel Bedmar.
‘Patriota era, y patriota soy’, editado y publicado por Arcángel Bedmar.
Ni si quiera había sentido, hasta entonces, excesiva curiosidad por leer aquellas páginas que su bisabuelo había dejado escritas, herencia de emociones para sus hijos. Nunca, nadie que no fuera de la familia, había leído aquellos escritos, que combinaban las anotaciones a mano, escritas desde las cárceles, con 20 folios mecanografiados en 1942, ya en libertad, y a las que había titulado Páginas Confidenciales. “Por desgracia, muchas veces no sabemos valorar lo que tenemos entre las manos y lo más difícil de encontrar, pues lo ocultamos en el último cajón de un rincón perdido”, recordaría el pasado 28 de noviembre José Manuel ante los vecinos de Albendín.
Arcángel tuvo que esperar cuatro meses a que su alumno encontrara aquellos escritos y algunas fotos. Los meses de espera habían valido la pena. El historiador se dio rápidamente cuenta que tenía ante sí un relato valiosísimo, inédito y, además, muy bien escrito. Ninguno de sus colegas historiadores, como Francisco Espinosa y Francisco Moreno, habían hallado jamás un documento similar: los recuerdos escritos de un guardia civil que se mantuviera fiel a la legalidad republicana.

“EL HAMBRE ME CONSUMÍA…”
“Apenas dormía, y cuando me rendía el sueño era para soñar que me hallaba entre los míos, no estrechándolos entre mis brazos, sino delante de un plato de comida, que ni durante el sueño podía satisfacer el hambre que me consumía y que me hacía despertar moviendo las mandíbulas como si estuvieran masticando”, fueron algunos de los recuerdos de la cárcel que quedaron plasmados en las páginas. Según el historiador, “el valor histórico de su narración resulta extraordinario, pues aporta fechas, personajes y datos, sobre todo de Albendín, y Baena, recogidos por un testigo presencial que conservaba una memoria muy precisa y cercana a los hechos”.
Bedmar no tardó en acudir al Archivo del Tribunal Militar Territorial II de Sevilla. Todas las piezas del puzle comenzaron a encajar. Allí se conservaba, causa 259/36, legajo 243, expediente 4.051, el sumario del consejo de guerra, el simulacro de juicio al que habían sometido a Manuel Hernández en 1937 tras la denuncia del teniente Pascual Sánchez. Fue condenado a cadena perpetua, lo que supuso su expulsión de las filas de la Guardia Civil y su encarcelamiento durante casis seis años, “hasta el 30 de mayo de 1942, cuando una revisión de la condena le permitió salir en libertad condicional”, según explica el historiador en ‘Patriota era, y patriota soy’, la obra que une las ‘Páginas Confidenciales’ de Manuel Herández con la investigación realizada por Bedmar.

“GRACIAS A TU BISABUELO YO ESTOY EN EL MUNDO”
El 28 de noviembre de 2014 Arcángel presentó el libro el Albendín. Allí también estuvo su ya ex alumno, que ahora estudia Ingeniería y que participó, orgulloso, en la presentación. “Cuando he leído las memorias de mi bisabuelo me he sentido feliz y satisfecho. He admirado su humanidad, su fidelidad a la legalidad republicana y su defensa de la democracia y la libertad. Aunque soy joven, sé que esos valores no nos los ha regalado nadie, que hemos tenido que ser los ciudadanos los que hemos debido ganarlos luchando por ellos. Contar entre tus antepasados con alguien que salvó muchas vidas aunque se jugara la suya, y que ha pasado de ser un desconocido a tener un libro en solo unos meses no es algo de lo que puedan presumir muchas familias. Por eso, yo y mi familia nos sentimos muy afortunados esta noche y solo tenemos palabras de agradecimiento para todos aquellos que han posibilitado la edición de este libro y el acto de presentación de hoy”. Estas fueron algunas de sus palabras en aquella presentación.
Tras su intervención, una señora se acercó a José Manuel y le dijo: “Gracias a tu bisabuelo yo estoy en el mundo. Él salvó a mi abuelo”.
Ahora ya no solo la memoria de los más viejos recuerdan a Manuel Hernández González. También lo hace el libro ‘Patriota era y patriota soy’. Pero ninguna calle, ninguna placa, recuerdan todavía al héroe de Albendín.