El Cabildo financia proyectos que van de la búsqueda de restos humanos en Los Silos y la historia del Batallón 91 de Vilaflor a la represión sobre las mujeres en La Laguna
Santa Cruz de Tenerife | 16·04·23 | 23:46 | Actualizado a las 08:21
Cuevas, simas, pozos, tapias de cementerios, el fondo del mar... A pesar del gran número de personas desaparecidas por la represión franquista en Tenerife, aun no se ha conseguido encontrar en la Isla ningún resto humano de aquella masacre, a diferencia de La Palma, con la exhumación de cuerpos en Fuencaliente, y Gran Canaria, con la apertura de los pozos de Arucas o Tenoya. Y eso que se ha buscado en diferentes lugares, como el Parque Nacional del Teide y el cementerio lagunero de San Juan.
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Para retomar estos trabajos de búsqueda de restos humanos o reflotar algunos de los episodios más significativos de la barbarie de la dictadura de Franco, el Cabildo de Tenerife ha concedido un paquete de subvenciones por valor de 112.000 euros a los ayuntamientos para poner en marcha proyectos de recuperación de la memoria histórica. Doce se verán beneficiados con las ayudas, cuyo importe máximo es de 10.000 euros por cada propuesta municipal.
Estas investigaciones pueden dar con los primeros restos humanos de represaliados que se encuentran en Tenerife. Es el caso del proyecto de Los Silos, que tratará de verificar si los huesos de cinco personas hallados en la costa pertenecen a asesinados por los franquistas. Pero hay mucho más en estos proyectos: Buenavista confeccionará una base de datos, Vilaflor indagará en los presos utilizados para hacer carreteras en el Teide como trabajos forzosos, La Laguna centrará su búsqueda en los abusos que sufrieron las mujeres, San Juan de la Rambla buceará en la historia de republicanos que, como José Dorta Díaz, acabaron en los campos de concentración nazis o La Orotava, que tratará de dignificar la lucha de cuatro orotavenses que plantaron cara a la represión.
Esta financiación pública tinerfeña se desarrolla en paralelo a la estrategia canaria de memoria histórica. Garantizar el reconocimiento y la dignificación de las víctimas canarias de la Guerra Civil y el régimen franquista, promover la investigación de los hechos y asegurar el apoyo institucional a la defensa de la memoria histórico-democrática son los tres objetivos centrales de la estrategia que el Consejo de Gobierno aprobó el 16 de marzo.
Un estudio financiado por el Gobierno de Canarias y desarrollado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife permitió en 2021 elaborar una lista contrastada de 182 víctimas relacionadas directamente con la represión generada durante la dictadura de Franco en Tenerife entre personas desaparecidas, las asesinadas en ejecuciones extrajudiciales o como consecuencia de las acciones represivas o torturas sufridas en prisión y aquellas ejecutadas en consejos de guerra.
Los historiadores, sin embargo, aseguran que hay muchos más represaliados. Las previsiones rondan las 3.000 personas asesinadas o encarceladas en el Archipiélago después del estallido del golpe de estado, precisamente en Canarias en julio de 1936. Estos son los proyectos financiados por el Cabildo de Tenerife que tratarán de acabar con los vacíos del olvido.
Buenavista del Norte: una base de datos de las víctimas
Los principales objetivos del proyecto del Ayuntamiento de Buenavista del Norte, que ha recibido 10.000 euros del Cabildo de Tenerife, son realizar una base de datos de las víctimas de la represión franquista en el municipio y recopilar documentos y testimonios vinculados a esta etapa. El material se pondrá a disposición de la ciudadanía. El trabajo lo llevará a cabo el equipo de Mapas de Memoria (wwww.mapasdememoria.com) de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, un grupo de investigadores que lleva más de 12 años trabajando en proyectos vinculados al horror que vivió el país entre 1936 y 1975.
Pese a ser un municipio poco poblado –en la actualidad no llega a 5.000 habitantes–, Buenavista del Norte siempre fue combativo y, por tanto, muy castigado por parte de los franquistas y sus numerosos acólitos. Lo narra la memoria: «La situación que se dio en Buenavista del Norte provocó un movimiento social y político bastante próximo a los cambios que la República ofrecía e hizo que muchas personas desempeñaran un fuerte activismo, se organizaran en torno a colectivos sindicales y partidos políticos progresistas y se tomasen acuerdos que, tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, se tradujeron en una fuerte represión».
Según aparece en la prensa de la época, el 23 de julio fueron capturados «rebeldes» que se habían refugiado en cuevas de los montes de Teno. «Se trataba del primer teniente de alcalde, el secretario del Ayuntamiento, algunos concejales, un guardia municipal y varios vecinos simpatizantes de la República. El alcalde, Antonio Camejo, fue detenido en una casa de la localidad y aún hoy se desconoce su paradero», detalla la memoria.
Las primeras décadas del siglo XX se desarrollan en Buenavista en un contexto de paro y crisis de subsistencia que provoca que jornaleros y campesinos sufran unas condiciones «extremadamente precarias». Esta situación se trató de revertir durante los años de la Segunda República, «lo que generó tensiones entre el poder establecido, prácticamente en manos de las mismas familias desde la Conquista, y la masa de trabajadores, en su mayoría del sector agrario», precisa el proyecto buenavistero. El informe de contextualización destaca episodios como el de enero de 1933 en la huelga general de Tenerife y que «en Buenavista tuvo carácter revolucionario». Durante esos días se trató de implantar la reforma agraria. Tuvo que intervenir el Ejército, ya que la Guardia Civil fue cercada por obreros y campesinos. Más de un centenar de personas fueron detenidas y se clausuraron los locales de los sindicatos. También se dieron situaciones de violencia entre políticos, como el homicidio de un concejal del Partido Agrario fruto del intento de asesinato del alcalde.
El plan de recuperación de la memoria histórica de Buenavista también recuerda la huelga general de mayo de 1936, en la que, a raíz de la intervención del Ejército en la manifestación de Puerto de la Cruz, el Ayuntamiento acuerda en el pleno solicitar al gobierno de la República que se destituya a Franco como capitán general de Canarias, acuerdo al que se adhirieron multitud de ayuntamientos de Tenerife.
La investigación se justifica en el hecho de que «Buenavista es uno de los municipios de Tenerife donde hubo una represión política intensa». Nace con el objetivo de cubrir «una laguna» en torno a la represión franquista en esta zona y también con el de «paralizar el olvido que cubre esta etapa de la historia del municipio». El proyecto está basado en dos líneas de actuación: recopilación de documentación sumarísima y penitenciaria sobre víctimas del franquismo y recogida de las voces de los familiares de esas personas, así como la recogida de materiales que pudieran tener guardados: fotos, objetos, documentos, cartas...
Los Silos: sondeos arqueológicos en Caleta de Funche
El proyecto del Ayuntamiento de Los Silos es el más prometedor –y el más detallado– de todos los respaldados por el Cabildo, en este caso con 8.800 euros. Y lo es por una simple razón: tiene muchas posibilidades de desembocar en el hallazgo de los primeros restos de represaliados del franquismo en Tenerife tras varios intentos frustrados. Se trata, además, del único que se basa en un sondeo arqueológico.
Entre 1972 y 2010 se encontraron los restos de cinco personas en un erial de la costa silense, entre Piedra de las Viejas y Caleta de Funche. Se cree que proceden de los años de la Guerra Civil pero no hay una constatación científica, seguramente porque los primeros huesos se encontraron en los últimos años de la dictadura, que hizo todo lo posible por enterrar todas estas historias, igual que había enterrado a esas mismas víctimas.
Esta intervención arqueológica y la investigación documental pretenden atar la relación de estos restos con la represión durante la Guerra Civil (1936-1939) y la dictadura (1939-1975). El primer cuerpo apareció en 1972 en un barranquillo cercano a Piedra de las Viejas. La erosión había dejado al descubierto los huesos y restos de vestimentas de una persona. En ese entonces, la policía del régimen los analizó y trasladó hasta un juzgado de Icod sin que hasta la fecha se sepa el contenido de esos informes.
En 1979, la intervención de máquinas excavadoras sacó a la superficie los restos de tres personas más en Caleta de Funche. Allí se quieren ejecutar ahora unos trabajos arqueológicos que permitan aclarar si el cuerpo que permanece en el lugar y los dos entregados a los juzgados de Icod son, como señaló el secretario judicial, «de la Guerra Civil española». Testigos de aquella exhumación sostienen que en al menos uno de los cráneos se puede ver un orificio de bala.
El último hallazgo, de una quinta persona, se produjo en 2010 en la misma zona. Aquellos restos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife. Los promotores de esta investigación esperan poder divulgar el contenido de todos esos informes y añadir nueva información. Néstor García, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y Juan Evaristo Armas, técnico arqueológico, serán los encargados de realizar este proyecto de recuperación de la memoria histórica.
Los Silos se encuentra en una parte de Tenerife, la Isla Baja (municipios de Buenavista del Norte, Garachico, el propio Los Silos y El Tanque), que fue especialmente beligerante con los terratenientes que terminarían apoyando a la sublevación militar. La memoria del proyecto recuerda que «a la hora de hablar de la importancia del movimiento obrero en la Isla Baja durante los años 30, algunos de sus procesos históricos se convirtieron en grandes hitos de la historia de lucha reivindicativa en el Archipiélago». «Hablamos», prosigue el apartado de contexto, «por ejemplo, de la revuelta campesina de Buenavista del Norte ocurrida el 11 de marzo de 1933, en el que las turbas se hicieron con el control de esta localidad durante varias horas bajo el pretexto de conseguir mejores condiciones laborales». La sublevación acabó con la llegada del regimiento militar de La Orotava.
La mayoría de los detenidos en los pequeños pueblos del Norte fueron trasladados de los primeros lugares improvisados de detención –ermitas, colegios o teatros– a otros centros de mayor capacidad y vigilancia. De lugares como el teatro Teobaldo Power de La Orotava eran conducidos a Santa Cruz de Tenerife, a centros penitenciarios como Fyffes, la fortaleza de Paso Alto, los barcos prisión o la cárcel provincial de la calle San Miguel.
El proyecto cita ejemplos de ciudadanos de Los Silos que acabaron en cárceles municipales por motivos políticos. Ahí están Colón Martín Rodríguez y Juan Díaz García, dos jóvenes que, pasados los primeros momentos del golpe militar del 18 de julio de 1936 y afianzado el frente de guerra en la Península, fueron llamados a filas por parte del bando sublevado. «Ambos, para evitar ser alistados y conducidos a un destino como poco inseguro, se escondieron durante un tiempo en lugares de la costa comprendida entre los municipios de Los Silos y Buenavista del Norte. Al poco tiempo, Colón se entregó a las autoridades, siendo detenido y conducido a Fyffes, donde también estuvieron recluidos dos de sus hermanos, llamados José y Aarón. El caso de Juan Díaz quedó sin esclarecer, ya que no se entregó y se desconoce cuál fue su final. Hoy es conocido como Juan El huido».
Otro prisionero de Los Silos que estuvo en Fyffes fue Felipe Lorenzo Baso. Antes de ser trasladado a la cárcel de la capital estuvo un tiempo recluido en el convento de San Francisco de Garachico. «Algunas fuentes mencionan que también fue deportado a alguna de las antiguas colonias españolas en el norte de África». Luis Ovidio Aguilar fue ingresado en la cárcel provincial de Santa Cruz de Tenerife, según el registro de entrada de este centro en alguna fecha entre el verano de 1936 y el año siguiente. Otro detenido fue José Palenzuela Dorta, que si bien era natural de Los Silos, residió en La Orotava, lugar en el que participaría en una manifestación obrera en 1936, arengando a las masas desde un camión, gritando «viva el comunismo, abajo el ejército», razón por la que fue detenido y sometido al proceso judicial 222/1936.
Vilaflor: tras las huellas del Batallón 91
Vilaflor de Chasna ha aprovechado la subvención del Cabildo de Tenerife de 6.965 euros para profundizar en uno de sus episodios históricos más significativos de la dictadura. Es la historia del Batallón Disciplinario de Trabajadores Penados 91, el grupo de presos republicanos que fueron enviados desde otras regiones de España a Tenerife para ser empleados en los trabajos forzosos de la construcción de las carreteras del Parque Nacional de las Cañadas del Teide, entre los años 1941 y 1943. El proyecto de Vilaflor pretende rescatar y dignificar el recuerdo de estos prisioneros y significar los restos que aún perviven del campamento que el batallón ocupó en el paraje de La Laja con la intención de abrirlo a las visitas.
Pero ¿cuál fue la historia de estos represaliados obligados a hacer duros trabajos como represalia por sus convicciones democráticas? Así lo narra la iniciativa presentada por Vilaflor, que ejecutará la editorial LeCanarien: El Batallón Disciplinario de Trabajadores Penados número 91 fue un destacamento formado por 1.500 prisioneros de origen peninsular y de procedencia variada: Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid, Melilla, Murcia, Navarra, País Vasco, Tánger o Valencia. Su llegada a Canarias se produjo en 1941. La mitad de ellos fueron destinados a Tenerife y la otra, repartidos entre Gran Canaria y Fuerteventura.
En el artículo titulado Esclavos de Franco en Canarias se pueden leer los motivos por los que fueron condenados a trabajos forzosos en Tenerife. Una parte importante de los integrantes del Batallón 91 eran prisioneros condenados por no haberse presentado a filas en el momento del llamamiento para apoyar al bando sublevado contra la Segunda República. Tras ser enviados a la Isla, su cometido se centró en la construcción de infraestructuras, principalmente carreteras. Por ejemplo, fueron destinados a la carretera que va de la zona de El Portillo, en Las Cañadas del Teide, a Boca Tauce, y de este último lugar a Vilaflor de Chasna. También se les encomendó la construcción de pistas que conectarían las carreteras del Parque Nacional con Vilaflor.
A lo largo de una estancia de dos años en las cumbres de Tenerife, en pésimas condiciones de alimentación, con duros castigos y sufriendo un clima muy adverso, el Batallón 91 se estableció a medida que fueron avanzando las obras en cinco campamentos, de los que aún quedan restos visibles en dos de ellos: Boca Tauce y La Laja, este último el mejor conservado. Tras alcanzar con la construcción de la carretera la localidad de Vilaflor (actual TF-21), el Batallón 91 se instaló en este núcleo durante cinco meses, pudiendo interactuar con sus vecinos. En el imaginario colectivo de la comunidad quedó para siempre la historia del Batallón 91. Muchos vecinos los recibieron en sus casas y les dieron de comer. En Arafo ocurrió igual, ya que el Batallón pasó varios meses en esta localidad efectuando las obras de la vía que une la parte sureste de la Isla con las cumbres del que en 1954 se convertiría en Parque Nacional.
En 1943, el Batallón 91 fue trasladado de nuevo a la Península, concretamente a Cuelgamuros, para participar en la construcción del que sería durante muchos años el mausoleo de Francisco Franco: el Valle de Los Caídos. En 1945 fueron licenciados. La mayoría volvió a casa, pero algunos regresarían a vivir a Tenerife, donde habían intimado con mujeres de los pueblos, casándose con ellas.
Rastreo de fondos documentales en Candelaria
Los principales retos del plan presentado por Candelaria, que recibirá 9.630 euros, son el rastreo de los fondos documentales que aporten información sobre la memoria histórica del municipio, la creación de una base de datos online, un vídeo documental y la organización de un homenaje institucional a la última Corporación democrática, destituida tras el alzamiento militar.
Candelaria quiere profundizar en el conocimiento de una época en la que el carácter agrario de la comarca del Valle de Güímar y la humildad de sus gentes no fue óbice para que durante la II República se desarrollaran diversas iniciativas de índole cultural, ni para que surgieran organizaciones obreras, tal y como han demostrado diversos artículos de investigación del cronista del municipio, Octavio Rodríguez. El estudio histórico del proyecto candelariero destaca «la creación de los comités locales de diferentes agrupaciones políticas y la efímera existencia de la Federación Obrera de Igueste de Candelaria, cuya finalidad era aglutinar a todos los obreros y jornaleros del pueblo con el fin de reivindicar los derechos de los trabajadores frente a los patronos y solicitar a las autoridades la realización de obras públicas para mitigar el paro».
La Federación Obrera de Igueste de Candelaria fue constituida tan solo un mes antes del golpe de estado, por lo que prácticamente no tuvo tiempo de desarrollarse. «Por dicho motivo, su sede fue clausurada y sus bienes, incautados por las milicias de acción ciudadana. Además, sus dirigentes sufrieron represión, pues algunos también pertenecían a la Agrupación Socialista local». Poco más se sabe sobre la represión que sufrieron sus componentes, así como sus familiares directos, por lo que Candelaria considera «necesario indagar en ello para la reconstrucción de la memoria histórica municipal».
Del mismo modo, se sabe que cuando tuvo lugar el alzamiento se dispuso la disolución del Ayuntamiento, sustituido por una comisión gestora. Se disolvieron las agrupaciones políticas y las sociedades culturales consideradas progresistas, entre ellas la sociedad Recreo, de Barranco Hondo. En el momento que tuvo lugar el alzamiento militar, la Corporación municipal de Candelaria estaba compuesta por las siguientes personas: Vicente Fernández Oramas, secretario; Juan Quintero Guerra, alcalde; y los concejales Juan Bello Padilla, Fermín Díaz Ramos, Eladio Ferrera Núñez, Francisco Garabote García, Juan Coello Núñez, Juan de la Cruz Tejera, Francisco Rodríguez Cruz y Trino Rodríguez Díaz. Todos ellos fueron destituidos de sus cargos, tras ser elegidos de forma democrática, en la reunión celebrada en el Ayuntamiento de Candelaria el 3 de septiembre de 1936, que fue presidida por el teniente de asalto Esteban Company Rivera. El legítimo alcalde fue sustituido por una comisión gestora, compuesta por las siguientes personas: Álvaro González Tejera, alcalde-presidente; Pablo Jiménez León, primer teniente de alcalde; y Arturo Pérez Castellano, depositario de los fondos municipales.
El Ayuntamiento candelariero posee en su archivo municipal importante documentación para poder reconstruir ahora las secuelas de la dictadura: el fondo de Falange Española de las JONS de Candelaria, la serie de expedientes sancionadores de seguridad ciudadana, la serie de gestión de los recursos humanos donde hay documentación sobre la depuración franquista del personal del Ayuntamiento, la serie sobre el servicio militar con documentación sobre los presos en las prisiones militares después del golpe de estado –incluida la cárcel de Fyffes– y las actas de los plenos del Consistorio.
San Juan de la Rambla
La recuperación de la memoria histórica de la Villa de San Juan de la Rambla se basa en profundizar en las historias de personajes como José Dorta Díaz, represaliado por los franquista. Su increíble experiencia, junto con las de otros rambleros, debe ser recogida con «la mayor brevedad posible para saldar una deuda histórica» con las víctimas. Ese será el principal objetivo del proyecto de San Juan de la Rambla, que ha recibido 10.000 euros de la Corporación insular: recopilar las historias de aquellas personas que fueron represaliadas por el mando militar rebelde y la dictadura posterior, así como los lugares donde acontecieron los hechos, «para recuerdo permanente de los sucesos que atentaron contra la democracia, la libertad y la integridad de las personas».
Solo la historia de José Dorta Díaz merece un proyecto. Nacido el 30 de julio de 1900 en San Juan de la Rambla, fue concejal socialista por el Frente Popular en este municipio. Canjeado en 1938 desde la prisión de Fyffes, en Santa Cruz, a la zona republicana, se refugia en Francia tras la Guerra Civil. Fue deportado al campo de concentración nazi de Mauthausen, donde falleció el 19 de septiembre de 1941.
Puerto de la Cruz: una mirada a un pasado no tan lejano
La represión franquista en Puerto de la Cruz: una mirada al pasado reciente es el proyecto de la ciudad turística subvencionado por el Cabildo de Tenerife con 9.000 euros. Trata de seguir la línea del trabajo Indagación Histórica y localización Arqueológica de los desparecidos en Tenerife: El Caso de Las Cañadas del Teide, realizado en 2011 por el grupo de investigación sobre los desaparecidos en Tenerife durante la Guerra Civil y el franquismo, con la colaboración de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife y la financiación del Ministerio de Presidencia, en el que se localizaron a 182 víctimas de la represión.
Entre ellos hay personas naturales o que residían en Puerto de la Cruz como Antonio Montelongo Morales, del Sindicato de Transportes Terrestres de la CNT; Luis Rodríguez de la Sierra, diputado del Frente Popular; o Guetón Rodríguez de la Sierra Melo, militante de las juventudes socialistas. Además, hay portuenses asesinados por el franquismo como Julián García, medianero; Antonio Hernández Avero, militar; y José Agustín García Domínguez, Ramón Gómez Fuentes y José Manzanero, integrantes del Partido Socialista.
Con esta investigación se realizarán tres acciones principales: una exposición que plasme el contexto histórico y social de Puerto de la Cruz durante los años de la guerra y la dictadura, con historias de vida de las víctimas portuenses; una serie de charlas que expongan los principales contenidos de la exposición, potenciando el debate y la concienciación entre los alumnos; y un documental que plasme los resultados del proyecto y el impacto de las dos primeras acciones.
La Laguna indaga la represión sobre las mujeres
El Ayuntamiento La Laguna llevará a cabo un proyecto de investigación sobre memoria histórica con perspectiva feminista. Bajo el título Memorias de la represión franquista en San Cristóbal de La Laguna, tiene por objeto documentar diversos aspectos acontecidos en la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista en el municipio especialmente relacionados con la represión a las mujeres y los lugares vinculados a esta época. El desarrollo del proyecto ha recibido 10.000 euros por parte del Cabildo de Tenerife.
El historiador responsable de esta investigación es el doctor en Historia Contemporánea Luana Studer Villazán que, conforme a su trayectoria en el estudio del periodo franquista en Canarias, analizará fuentes archivísticas, bibliográficas, fotográficas y orales para llevar a cabo este trabajo sobre la historia de La Laguna. De esta iniciativa saldrán dos publicaciones: una sobre el estudio monográfico relativo a la violencia ejercida sobre las mujeres por parte del bando sublevado durante la Guerra Civil y la posterior dictadura militar y otra que hará referencia a los lugares geográficos y patrimoniales del municipio vinculados a la Segunda República, la Guerra Civil y el franquismo.
La concejala que ha liderado la presentación del proyecto a la convocatoria del Cabildo, Elvira Jorge, responsable de Patrimonio Histórico, sostiene que «dado el escaso número de publicaciones dedicadas a este período, este trabajo de investigación tiene clara vocación divulgativa: será un recurso didáctico para trabajar con los centros educativos. Permitirá informar a visitantes interesados en un turismo de naturaleza histórica e informará a la ciudadanía lagunera en general, en muchos casos desconocedora del pasado contemporáneo del municipio lagunero».
Los fusilados de La Orotava y la fuga de Villa Cisneros
La iniciativa del Ayuntamiento de La Orotava (recibirá 10.000 euros del Cabildo más 5.000 que pondrá el Consistorio) girará en torno a un documental (30-40 minutos) que permitirá dar a conocer lo acontecido en la Guerra Civil y comienzos de la dictadura franquista en la Villa norteña como reconocimiento a las personas que fueron víctimas de aquellos atropellos.
El documental, en el que ya se trabaja, tendrá como protagonistas a los hermanos Lucio y Manuel Illada Quintero, así como a Pedro Hernández Lorenzo y Balbino San Millán López, todos ellos nombrados en el año 2010 Villeros de Honor a título póstumo por el Ayuntamiento orotavense. Fueron reconocidos entonces por su implicación en las movilizaciones de vanguardia que tuvieron lugar en la época republicana (1931-1936), su encarcelamiento a partir de la Guerra Civil (1936-1939) y su posterior fuga en la antigua colonia española de Villa Cisneros (Sáhara Occidental, marzo de 1937). Tras la finalización del conflicto, en 1940, los cuatro fueron capturados y fusilados por el régimen militar de Franco.
El trabajo se estructurará sobre unas fuentes históricas sólidas, como entrevistas a los familiares de los represaliados y a historiadores expertos en esta oscura época de la historia española. También repasará documentos históricos que ayuden a comprender los procesos descritos y la hemeroteca de la prensa de la época, incluyendo fotografías. La memoria del proyecto orotavense repasa la trayectoria de los cuatro protagonistas. Son estos:
Lucio Illada Quintero nació en La Orotava en 1904. Empleado municipal, tenía 36 años cuando fue fusilado en 1940. Fue un destacado dirigente socialista de Tenerife durante toda la etapa republicana. Fundador y director del semanario Decimos, fue a su vez miembro fundador de la Agrupación Socialista y de la Federación Obrera de La Orotava. A nivel político, fue concejal y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de La Orotava (1931-1934). Participó en el comité de huelga general agrícola de su comarca en 1934. Por esta actuación fue sometido a un Consejo de Guerra y desterrado a Gran Tarajal (Fuerteventura) hasta abril de 1935. En ese mismo año se incorporaría a las filas del Partido Comunista. Tras el triunfo electoral del Frente Popular, fue elegido gestor del Cabildo de Tenerife, presidente de la Mancomunidad Provincial de Cabildos y compromisario para la elección de presidente de la República. Fue detenido al día siguiente del golpe de Estado.
Manuel Illada Quintero, hermano del anterior, nació en La Orotava en 1907. Maestro, tenía 33 años cuando fue fusilado. Miembro fundador de la Agrupación Socialista de La Orotava, actuaría también como delegado regional de Trabajo durante los primeros años de la República. A su vez, fue también dirigente socialista en la localidad norteña de Los Silos, lugar donde se encontraba destinado como maestro. Junto a su hermano Lucio, fue detenido por su participación en la huelga general agrícola de La Orotava en 1934. A partir del golpe de Estado de julio de 1936, fue arrestado el día 19 de este mismo mes, siendo destituido como maestro y anulado su título académico.
Pedro Hernández Lorenzo nació en La Orotava en 1911. Carpintero de profesión, fue fusilado con 29 años. Fue militante y miembro fundador de la Agrupación Socialista y de las Juventudes Socialistas Unificadas de La Orotava. A su vez, fue fundador y primer secretario del sindicato de Trabajadores de la Construcción, afecto a la Federación de Trabajadores de La Orotava. En 1934 fue detenido en el marco de la huelga general agraria que afectó a toda la comarca. Perteneció al grupo anticlerical denominado Izquierda Republicana Antifascista (IRA), manteniendo a su vez una participación importante en las manifestaciones electorales de apoyo al Frente Popular, que lograría la victoria el 16 de febrero de 1936. A partir del 18 de julio sería detenido en los primeros días del golpe militar.
Balbino San Millán López nació en Huesca en 1896. Por tanto, en el momento de su ejecución, contaba con 44 años. Ejerció de guarda municipal de La Orotava durante los años de la Segunda República. Frente a la alta vinculación de los otros tres represaliados con las organizaciones políticas de aquella época, Balbino, sin embargo, no militó ni tenía por costumbre participar en movilizaciones de protesta. Sí parece que fue simpatizante de la Agrupación Socialista local, pero no tuvo una implicación destacada en esta organización. Detenido en los primeros días tras el golpe militar del 18 de julio, al margen de su deportación a Villa Cisneros también estuvo como prisionero en el Penal Costa Sur (Fyffes).
La Matanza: la tradición que sobrevivió a Franco
Un cuento ilustrado para hacer comprender a los jóvenes de La Matanza de Acentejo las peculiaridades patrimoniales del municipio que lograron sobrevivir a la etapa de la dictadura franquista. Es el principal objetivo de La tradición que sobrevivió a Franco, la propuesta de La Matanza de Acentejo que recibirá 8.200 euros del Cabildo. Algunas de estas peculiaridades patrimoniales pertenecen al mundo del folklore, como El Baile del Niño o el papel de las mujeres en el baile tradicional canario como forma de adhesión a la Falange local. Otras, sin embargo, pertenecen al mundo del deporte, como la lucha canaria. La represión y pervivencia de las santiguadoras más allá de la dictadura será otra de las cuestiones que aborde el cuento. La banda de música y la tradición festiva de los carnavales, que pervivieron a la dictadura, cierran los epígrafes a incluir en las temáticas de esta publicación.
Destaca en las manifestaciones que incluirá el cuento la Sociedad Musical El Salvador, creada en 1850. Es un ejemplo de trabajo y pervivencia contra las contrariedades. Una treintena de componentes integran en la actualidad la gran familia de esta sociedad musical matancera, el colectivo vecinal de índole cultural de mayor antigüedad y proyección al exterior de toda la historia del municipio. Desde el año 1980, la agrupación la rige un patronato, que pasó a denominarse en 1993 Sociedad Musical El Salvador, de la que su actual presidente es Antonio Afonso Hernández. Su director es Ismael Jesús Brajín González. Amenizó la inauguración de la primera estación telefónica del municipio en diciembre de 1922.
También sobresale El Baile del Niño, de origen pastoril, interpretado exclusivamente por hombres, quienes de este modo rinden pleitesía al niño Jesús. Diversas fuentes demuestran la existencia de esta tradición en la iglesia parroquial de La Matanza de Acentejo desde principios del siglo XVII. La danza es una de las manifestaciones de las fiestas de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, que se instauró al erigirse en parroquia El Salvador en el año 1615. Se representa el 24 de diciembre durante los actos litúrgicos de la Nochebuena, en la conocida como Misa del Gallo, a las 12 de la noche.
Tegueste o la batalla contra el olvido
Tegueste tratará de cubrir los enormes huecos que ha dejado el olvido en la memoria histórica con su proyecto, aprobado con una partida del Cabildo de Tenerife de 9.630 euros. El trasunto del alzamiento y la represión en el municipio teguestero no se ha estudiado con profundidad. Se desconoce cómo fue el alcance de esta traumática transición de la democracia a la dictadura. Este proyecto se propone indagar en la calidad de las fuentes, en las versiones de los sucesos y en el alcance de las versiones oficiales y las vivencias de los silenciados.
Uno de los objetivos primordiales es averiguar el estado de las fuentes e informadores, por un lado, y de los sucesos y versiones oficiales o alternativas, por otro. En definitiva, de aquellos hechos que tuvieron que ver con el alzamiento y la represión entre 1936 y 1941. También se pretende dimensionar los resultados considerando que la memoria recuperada debe ser divulgada y difundida.
Fasnia: la causa 249
La idea del Ayuntamiento de Fasnia es ofrecer un libro y una obra audiovisual con los que la ciudadanía del municipio conozca los detalles de represión franquista. Los 10.000 euros que recibirá del Cabildo de Tenerife se dividirán en actuaciones como el estudio sobre la evolución histórica y política de Fasnia con anterioridad a las elecciones democráticas municipales del 12 de abril de 1931 o una investigación de las consecuencias de las elecciones generales del 16 de febrero de 1936, que ganó el Frente Popular, resultados que no fueron aceptados por los sectores conservadores y los vinculados a la Iglesia.
Pero sobre todo se centrará en la incidencia que tuvo en los vecinos, los partidos políticos y las organizaciones obreras la sublevación militar y la represión desplegada a partir del 18 de julio de 1936. En la rebelión organizada en la carretera entre Fasnia y Güímar fueron detenidos y procesados diez ciudadanos de Fasnia, a los que se sometió a un consejo de guerra, la causa 249. Fueron condenados a entre 12 y 20 años de cárcel.
Santa Cruz, un documental realizado por los vecinos de San Andrés
El proyecto presentado por el Ayuntamiento de Santa Cruz (10.000 euros de subvención) consistirá en un taller de cine documental en el pueblo pesquero de San Andrés y que tendrá como sede la Asociación de Vecinos El Pescador. Durante el taller, que impartirá el cineasta tinerfeño Raúl Jiménez, se preparará un guión cinematográfico y se formará un equipo de filmación con el fin de confeccionar una obra audiovisual sobre la recuperación de la memoria histórica.
Con esta propuesta, Jiménez quiere implicar a los vecinos de San Andrés en el proyecto y que sean ellos mismos los que muestren y cuenten lo ocurrido durante el franquismo en este barrio de la capital tinerfeña.
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