Las últimas palabras de Julián Grimau frente al pelotón de fusilamiento fueron “Viva el Partido Comunista de España. Viva la Reconciliación Nacional”. Julián tenía 52 años aquel 20 de abril de 1963 en el que le asesinaron.

60 años después, el 20 de abril de 2023 su Partido le rindió homenaje en el Auditorio Marcelino Camacho de CC.OO en Madrid. Sus camaradas y la dirección del PCE respondían a las últimas palabras de Grimau, puño en alto. “Tu Partido, tu pueblo, España no te olvida. Camarada Julián Guimau, honor y gloria” dijo el Secretario General del PCE Enrique Santiago. “Camarada Grimau, aquí seguimos tu ejemplo militante”, dijo Amanda Meyer, la dirigente del Partido que presentó el evento.

Desde el inicio, el homenaje a Grimau se extendió a todas y todos los que dieron lo mejor de sí mismos para luchar contra la dictadura y devolver las libertades y los derechos a este país. Héroes y heroínas que se jugaron la vida en el intento y algunos y algunas la perdieron; se la robaron en la práctica de exterminio a la oposición que ejerció el franquismo. Por eso, todos, incluida Lola Grimau, la hija de Julián, hicieron que este acto fuera un homenaje para todas y todos.

Lola Grimau ha tenido que esperar demasiados años para ver cómo se hace justicia con el nombre de su padre; muchos años denunciando “la farsa del juicio militar con sentencias decididas de antemano” tribunales compuestos por militares que se mofaban de la familia durante el juicio con frases del tipo “que pase la viuda del acusado”, explicó la hija de Julián. Habló de esos juicios militares contra civiles y del Fiscal que estuvo detrás de casi todos ellos desde 1939, Manuel Fernández Martín, un “impostor” que sólo había aprobado tres asignaturas del primer curso de Derecho y había falsificado su título. Lola aprovechó la ocasión para explicar y agradecer profundamente el empeño y la dedicación de quienes durante décadas ayudaron a la familia a intentar lograr la revisión del proceso y la rehabilitación moral de Grimau, nombres como el abogado defensor que no consiguió salvarle la vida, Alejandro Rebollo, y el también abogado Antonio Masip. Años duros, también en el regreso a España en 1978. “Angelita, no es el momento”, le dijo Santiago Carrillo a su madre.

En 1990 la viuda de Grimau intentó que revisaran la condena, pero topó con el muro de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo. Hace diez años, coincidiendo con el 50 aniversario de su ejecución, Izquierda Unida registró una proposición no de ley en Congreso para que se rehabilitara la figura de Julián. Pero ha habido que esperar hasta el 31 de octubre de 2022 para hacer realidad el primer reconocimiento de un Gobierno de España a las víctimas de la dictadura franquista, incluyendo a Julián Grimau de forma prominente, a propuesta del Partido Comunista de España.

Lola aplaudió la Ley de Memoria Democrática que ha posibilitado, por primera vez, una condena institucional al franquismo, la nulidad de las sentencias de los tribunales de la dictadura, el reconocimiento a las víctimas, el derecho a la verdad y a la reparación, la retirada de la simbología franquista y medidas para combatir la impunidad. Y reconoció el papel desempeñado por Enrique Santiago y Partido, que han conseguido desde el gobierno que esta ley se aprobara en el Parlamento.  

Reconciliación Nacional, ayer y hoy

Frente al paredón antes de morir, Julián lanzó un viva por la Reconciliación Nacional y sobre ella habló Enrique Santiago: “El asesinato de Grimau fue la respuesta de la dictadura a la política de Reconciliación Nacional en la que el PCE trabajaba desde hacía 7 años con  la convicción de que era necesario una amplia unidad para acabar con el régimen”. Julián entendió que “el Partido Comunista de España siempre se ha fortalecido y crecido cuando ha sido capaz de desarrollar una amplia política unitaria. Lo contrario conduce al aislamiento y al sectarismo”

Cuenta el abogado de Grimau, Amandido Rodríguez , que en Carabanchel Julián explicaba a sus compañeros que debían “olvidar aquellas pequeñas rencillas que tienden a desunirnos para abundar en todo aquello que tienden a la unidad, en nombre de nuestro Partido y de nuestro Pueblo”. En los años sesenta, y como resultado de esa política de saber sumar fuerzas de la manera más amplia posible, recordó Enrique Santiago, el Partido se había convertido en el eje vertebrador de la oposición “gracias a su militancia y a las políticas que elaboró durante esos años. Tanto la política de Reconciliación Nacional como las movilizaciones obreras que a través de las huelgas consiguieron doblegar por primera vez al franquismo” y recordó la huelga minera de 1962 de la que nacieron las CCOO. “Fueron miles quienes lucharon. Recordar a Julián Grimau es tener presente el compromiso y el sacrificio de todos y todas ellas”. Y reivindicarles hoy es fundamental, explicó “en este momento político en el que tenemos a la reacción franquista otra vez a las puertas de una democracia que nadie nos regaló, que tantas personas y camaradas, heroínas y héroes como Julián, conquistaron con la cárcel, el exilio, incluso dando su vida. Julián Grimau representa la voluntad de lucha de una generación indomable, que construyó la Segunda República española con la esperanza de hacer posible un nuevo país, una generación que se enfrentó al fascismo consciente del peligro que este suponía para toda la sociedad, para la lucha por el socialismo y la libertad, para la democracia y para la clase trabajadora”.

Con aquel último consejo de guerra quisieron amedrantar a los comunistas y a la resistencia antifranquista, pero no lo consiguieron y la respuesta convirtió la indignación en nuevos y nuevas militantes que se sumaron al trabajo clandestino desde las filas comunistas.

Enrique Santiago se refirió a Grimau como un “ejemplo de las señas de identidad que han hecho del PCE, un partido decisivo en la historia de España: la abnegación y capacidad de sacrificio de su militancia, su disciplina y su espíritu unitario.”

Y el auditorio puño en alto, le despidió cantándole la internacional, el himno de los trabajadores del mundo entero,  el himno de los comunistas.

En el homenaje también pusieron las voces la polifacética actriz Amparo Climent, que dio vida a la carta en la que Dolores Ibárruri, a través de Radio Pirenaica, se dirigió a las autoridades del régimen, y a Pilar Primo de Rivera en particular, en un intento por salvar la vida de Grimau. El camarada Julián al que consideraba “hijo heroico de la clase obrera, un comunista orgulloso de su partido y un ejemplo de abnegación a la causa de su pueblo”.

Dani Llamas, además de la voz puso la guitarra para llevar al homenaje las canciones que Violeta Parra y Sánchez Ferlosio escribieron para Julián Grimau.

Acto de homenaje a Julián Grimau

ENLACES DE INTERÉS

>> [PDF 769 KB] ¡A todos! ¡A todos! ¡Oidme! ¡Escuchadme! Discurso de Dolores Ibárruri Pasionaria en Radio Pirenarica el 17 de abril de 1963, denunciando el crimen de Julián Grimau por la dictadura fascista (FUENTE: ARCHIVO HISTÓRICO PCE)

>>[AUDIO] ¡A todos! ¡A todos! ¡Oidme! ¡Escuchadme! Discurso de Dolores Ibárruri Pasionaria en Radio Pirenarica el 17 de abril

>> [Video] Extracto de la grabación de Amandino Rodríguez sobre los últimos momentos de vida de Julián Grimau