https://es.wikipedia.org/wiki/Campos_de_internamiento_en_Francia
Campos de internamiento en Francia
Los campos de internamiento en Francia fueron campos de concentración establecidos por las autoridades francesas, para encerrar a cerca de 550.000 españoles que huyeron de la represión franquista hacia Francia tras la Guerra Civil Española. La mayoría se construyeron a toda prisa cerca de la frontera, en forma de barracones o de zonas vigiladas bajo la intemperie, y no disponían de agua potable ni de las mínimas condiciones higiénicas. A los prisioneros apenas se les daba comida, y nunca se les ofreció agua potable ni ropa de abrigo o para refugiarse del viento. Muchos murieron de desnutrición, enfermedades diversas, durante torturas o asesinados.1
Establecimiento[editar]
La suerte desfavorable para las armas republicanas supuso un grave problema para las autoridades francesas durante la Guerra Civil Española. Aunque la izquierda francesa veía el asunto de los refugiados españoles con simpatía, los conservadores se mostraban temerosos y contrarios a la entrada en el país de dichos refugiados.
El Decreto Ley del 12 de noviembre de 1938 del gobierno francés presidido por Daladier, que preveía el internamiento de "extranjeros indeseables", ampliado por la ley del 18 de noviembre de 1939 que permitía el internamiento "de cualquier individuo, francés o extranjero, considerado peligroso para la defensa nacional o la seguridad pública" y proponía la expulsión de todos ellos. Con la caída de Cataluña en manos franquistas, hasta medio millón de personas se dirige a la frontera en busca de refugio. El primer "centro especial" para acoger a estos refugiados fue instalado por decreto el 21 de enero de 1939 en Rieucros (Lozère), cerca de Mende.
El 5 de febrero de 1939, Daladier permite el paso de la masa de refugiados por la frontera que hasta entonces permanecía oficialmente cerrada, separándose a los hombres (identificados como combatientes) de las mujeres. Las mujeres, ancianos y niños fueron reubicados por distintas zonas del país y pronto comenzó la puesta en funcionamiento de una serie de campos de concentración, ubicados a los pies de los Pirineos y, especialmente, en las playas mediterráneas más próximas a la frontera, en los que serían recluidos unos 270.000 hombres, la mayor parte de ellos excombatientes del ejército republicano. 2
Muy poco después, estos "estacionamientos temporales" se convirtieron en "reclusión administrativa" y en pocos meses se creaban diversos campos de internamiento.34
El gobierno francés tenía la preocupación de que, si se desencadenaba una guerra con Alemania, España mantuviera una actitud neutral y no amenazara las posesiones francesas en el norte de África. El 25 de febrero, con el fin de obtener la neutralidad española, se firmó el Acuerdo Bérard-Jordana por el que Francia reconocía al gobierno franquista e intercambiaba embajadores. En ese momento, el número de refugiados españoles en Francia se estima en 440.000, que suponían un gasto diario para las arcas francesas de 750.000 francos.5 Los campos de internamiento consistían en un terreno de arena cercado por alambradas de púas en el que ni siquiera existía un techo bajo el que cobijarse y rodeado de soldados senegaleses armados de ametralladoras y fusiles. Los refugiados dormían en el suelo.1
Principales campos de internamiento[editar]
Campo de Gurs[editar]
El campo de internamiento más importante fue el de Gurs, construido junto a la ciudad del mismo nombre, en la región de Aquitania del departamento de los Pirineos Atlánticos, 84 kilómetros al este de la costa atlántica y 34 kilómetros al norte de la frontera española.
Campo de Argelès-sur-Mer[editar]
El Campo de Argelès-sur-Mer albergó a unos 100.000 refugiados. Estaba ubicado en una playa de la pequeña localidad de Argelès-sur-Mer, en el departamento de Pirineos Orientales, a 35 km de la frontera de Portbou.
Campos de Saint-Cyprien y Barcarès[editar]
Ante la avalancha de refugiados en el Campo de Argelès, se construyeron dos muy próximos: los de Saint-Cyprien y Le Barcarès, también en el departamento de Pirineos Orientales.
Campo de Septfonds[editar]
En la localidad de Septfonds, en el departamento de Tarn y Garona (Mediodía-Pirineos) se instaló un campo de internamiento, en cuyo cementerio reposan los restos de 81 españoles fallecidos allí.
Campo de Rivesaltes[editar]
El Campo de Rivesaltes fue instalado en terrenos de Rivesaltes y Salses-le-Château como centro de instrucción militar, y albergó desde 1939 a unos 15.000 españoles.
Campo de Vernet d'Ariège[editar]
Entre las comunas de Le Vernet y Saverdun se ubicó el Campo de internamiento de Vernet d'Ariège, donde estuvieron recluidos 15.000 refugiados y combatientes españoles. También fue utilizadado por los nazis como antecampo para los judíos destinados a campos de exterminio.
Véase también[editar]
Referencias[editar]
- ↑ ab Agustín Monzón (17 de febrero de 2019). «Españoles tras la alambrada: los campos de concentración del exilio en Francia». El Independiente.
- ↑ Los campos de internamiento en el Portal del Exilio.
- ↑ «De la exclusión al exterminio», artículo en el número 18 de la revista Nuestra Memoria, de la Fundación Memoria del Holocausto argentina.
- ↑ Los campos, en la web NoPasarán36.
- ↑ «El mariscal Petain, primer embajador de Francia ante el Gobierno de Burgos», de Amparo Candelas de la Fuente, Cuadernos de Historia Moderna y Contemporánea, ISSN 0211-0849, Vol. 8, pp. 235–248, 1987.
Bibliografía[editar]
- Bermejo, Benito y Checa, Sandra (2006). Libro Memorial, Españoles deportados a los campos nazis (1940–1945). Subdirección General de Archivos Estatales. Ministerio de Cultura, Ed. Lunwerg. ISBN 978-84-8181-290-9. Contiene 8.700 registros de presos españoles en campos de concentración e incluye el nombre y apellidos, lugar de nacimiento, fecha de nacimiento, número de prisionero, fecha de la deportación, campo de cautiverio, número de la primera matrícula de ingreso, los traslados con sus correspondientes matrículas y las tres iniciales de su destino (Fallecido, Liberado o Evadido).
- Laharie, Claude (1993). Le camp de Gurs, 1939–1945, un aspect méconnu de l´histoire de Vichy. Biarritz: Société Atlantique d´Ímpression. ISBN 2-84127-000-9.[1]
- Lingner, Max (1982). Gurs. Bericht und Aufruf. Zeichnungen aus einem französischen Internierungslager 1941. Berlin: Dietz Verlag. ISBN 3-87682-757-4.
- Mittag, Gabrielle (1996). Es gibt Verdammte nur in Gurs. Tübingen: Attempto Verlag. ISBN 3-89308-233-6.
- Sánchez Sánchez, Juan, "Un relato de la guerra civil española y de los campos de concentración francéses", in Migraciones & Exilios: Cuadernos de la Asociación para el estudio de los exilios y migraciones ibéricos contemporáneos, N.º 6, 2005, págs. 129-145 (texto accesible gratis en pdf).
Enlaces externos[editar]
- Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Campos de internamiento en Francia.
- Sitio sobre el Campo (en francés)
- Film que muestra la salida de los Republicanos españoles hacia Francia
- Memorial del Holocausto de los Estados Unidos (en inglés)
- Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el franquismo
- Lista de los presos enviados de St Cyprien a Gurs (en francés)
- Memoria del Holocausto (en español)
- Arte sobre el Holocausto — Cuadros con escenas de Gurs
- Guía para la búsqueda de desaparecidos en la Guerra Civil y la posguerra (documento en formato pdf)
- Campos de concentración en Francia
- Francia en la Segunda Guerra Mundial
- Antisemitismo en Francia
- República española en el exilio
- Periodo de entreguerras (Francia)
- Francia en 1938
- Francia en 1945
- Participación extranjera en la guerra civil española
- Francia en el siglo XX
Exilio republicano español
Exilio republicano español | ||
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Exposición «Literaturas del Exilio», diseñada por Mizien arquitectura en el Centro Cultural Palacio La Moneda, Santiago de Chile (junio-julio de 2007). Con el fin de la guerra civil llegaron a Chile miles de españoles perseguidos por la dictadura de Franco. Muchos de ellos llegaron en el Winnipeg, que desembarcó en Valparaíso en el año 1939. | ||
Localización | ||
País | España | |
Datos generales | ||
Tipo | exilio | |
Causa | Persecución y represión por la Dictadura de Francisco Franco | |
Histórico | ||
Fecha de inicio | 1939-1975 | |
El exilio republicano español es el exilio del conjunto de ciudadanos españoles que, durante la guerra civil española de 1936 a 1939 y la inmediata posguerra se vieron forzados a abandonar su tierra natal y desplazarse a otros países, por motivos políticos e ideológicos, o por temor a las represalias por parte del bando vencedor y del régimen político autoritario instaurado en España, permaneciendo en el extranjero hasta que la evolución de las circunstancias internas del país les permitió regresar paulatinamente, aunque fueron muchos los que finalmente se integraron en las sociedades que les dieron refugio, contribuyendo en algunos destacados casos a su desarrollo.
Una gran parte de los primeros refugiados, hasta 440 000 en Francia según un informe oficial de marzo de 1939, tuvieron que afrontar inicialmente duras condiciones de vida, que se agravaron como resultado del estallido de la Segunda Guerra Mundial y aunque muchos de ellos lograron regresar en la década de 1940, el exilio republicano "permanente" quedó constituido por unas 220 000 personas de las cuales muchas eran excombatientes, políticos o funcionarios comprometidos directamente con la causa republicana pero entre las que había también miles de parientes y civiles, junto con un número significativo de niños, intelectuales, personalidades de la cultura y artistas, científicos y docentes, y personas de profesiones cualificadas, lo que supuso un condicionante más en el proceso de reconstrucción del país, a consecuencia del conflicto.
Los principales países de destino fueron, en particular, Francia, México, Argentina y la Unión Soviética, pero también fueron amparados grupos importantes en otros países europeos y americanos como Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela, Cuba, Perú, República Dominicana, Estados Unidos y el Reino Unido.1
En el transcurso de los años, la evolución política interna en España y el progresivo proceso de reconciliación, que culminaron con el periodo de la Transición española y la instauración de la democracia, permitieron paulatinamente el regreso de los exiliados, pero también fueron muchos que por su grado de integración, decidieron permanecer en los países que les dieron refugio y donde se encontraron posteriormente con otros españoles llegados entonces como emigrantes por motivos económicos desde la década de 1950 o por un nuevo exilio, el de los perseguidos por la dictadura hasta 1975.
Desplazamientos de población durante la guerra[editar]
Durante los primeros meses de la guerra y particularmente en el periodo de agosto a diciembre de 1936, marcados por los episodios de violencia sistemática en contra de la población civil, tanto como resultado de la represión por motivos ideológicos, por parte de las fuerzas sublevadas, como por los partidarios de la revolución social, y el avance de las operaciones militares, se produjeron los primeros desplazamientos de refugiados y exiliados principalmente hacia Francia, caracterizados por su carácter todavía provisional, por lo que agrupaba a personas provenientes de las regiones fronterizas de Aragón, Cataluña y el País Vasco, ya fuera por su condición de proximidad al bando sublevado, en el caso de las dos primeras, o de partidarios del Gobierno que huían del avance del frente de Irún, en el último, o simplemente de personas «neutras» que se veían amenazadas por el clima de hostilidad y violencia.2
A medida que se desarrollaba el conflicto, el carácter provisional fue volviéndose más permanente y masivo en el caso de los desplazados próximos al bando republicano, al punto que si bien los episodios de huida en desbandada continuarían produciéndose, se emprendieron acciones desde el gobierno republicano para ordenar de manera planificada algunas de las evacuaciones, particularmente las de menores. La Oficina Central de Evacuación y Asistencia al Refugiado fue constituida en octubre de 1936, en vísperas de la batalla de Madrid, en previsión de realizar operaciones masivas de evacuación hacia la costa mediterránea, mientras que en noviembre fue creada en París el Comité d'accueil aux enfants d'Espagne por parte de la CGT.
Las primeras evacuaciones de niños se produjeron desde Madrid y Valencia, con el envío de 100 menores hacia la URSS en febrero de 1937, y desde el País Vasco, donde se evacuaron a 450 personas hacia la isla francesa de Oleron, en la colonia Casa Dichosa. Más adelante, cerca de 300 de ellos fueron llevados a París y los restantes, albergados en Oostduinkerke, en Bélgica.3 También en 1937, en el mes de junio, llegaron a México 456 menores, que a partir de ese momento recibirían el afectuoso apelativo de los Niños de Morelia. Las gestiones para su traslado fueron posibles gracias al Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español.
Bartolomé Bennassar señala que cerca de 10 000 ciudadanos del País Vasco4 huyeron por carretera hacia Francia. De Cataluña salieron muchos refugiados por vía marítima hacia Marsella y Génova así como a pie por los Pirineos, evitando la vigilancia de milicianos y carabineros. En conjunto, se calcula que entre 30 000 y 35 000 refugiados de Cataluña llegaron a Francia y en Italia entre julio de 1936 y finales de 1938.5
Las operaciones militares en el llamado frente del Norte, que vieron progresar a las unidades franquistas desde Vizcaya hacia Santander en la primavera de 1937 provocaron una nueva oleada de miles de exiliados, con una parte significativa de niños, esta vez exclusivamente republicanos6 hacia Burdeos, La Rochela y Lorient. A raíz del bombardeo indiscriminado sobre Guernica, el Reino Unido aceptó a regañadientes acoger a niños republicanos. De este modo, el 21 de mayo de 1937 partían al exilio desde Santurce con destino al puerto inglés de Southampton cerca de 4000 niños vascos a bordo del buque Habana (con capacidad para 400 pasajeros).7 Meses más tarde Arthur Hinsley, cardenal y arzobispo primado de Westminster, ejemplificaba la actitud profranquista de la jerarquía católica inglesa al mostrarse públicamente partidario de expulsar a España a los niños vascos refugiados en el país.8 En 1938, tras la batalla de la bolsa de Bielsa y la retirada de la 43ª División del Ejército Popular, tuvo lugar un nuevo desplazamiento de personas en Aragón que se refugiaron directamente del otro lado de la frontera.9 Al finales de 1938, se estima que en suelo francés permanecían 40 000 emigrados, aunque se consideraba que mantenían una situación de desplazamiento provisional.1011
La mayor avalancha se produjo con ocasión de la pérdida de Barcelona por la República (febrero de 1939). En esos momentos más de medio millón de personas huyeron a Francia. Sobre todo en los primeros momentos una gran parte fue internada en los campos que el gobierno francés de Daladier habilitó para el caso.12 Las condiciones en tales campos fueron deplorables, como en el caso del Campo de concentración de Gurs. En esos primeros meses se produjo el regreso a la España (ya enteramente dominada por los franquistas) de en torno a la mitad de quienes se refugiaron inicialmente en Francia.
Pocas semanas antes del fin de la guerra, el «informe Valière» realizado a petición del Gobierno francés estimaba a 9 de marzo de 1939 la presencia de unos 440 000 refugiados en Francia, de los cuales 170 000 eran mujeres, niños y ancianos, 220 000 soldados y milicianos, 40 000 inválidos y 10 000 heridos13
El éxodo republicano de 1939 hacia Francia[editar]
La retirada (enero-febrero 1939)[editar]
La emigración hacia Francia se aceleró de manera importante durante el transcurso de la Batalla del Ebro y los meses posteriores, en un movimiento de "retirada". El éxodo de ciudadanos provenientes de Cataluña fue masivo después de la caída de Barcelona el 26 de enero de 1939. El gobierno de Daladier decidió abrir la frontera franco-española el 27 de enero y los refugiados huyeron a través de los Pirineos por la Junquera, Portbou, Le Perthus, Cerbère y Bourg-Madame. En marzo de 1939 el número de refugiados españoles en Francia se estima en 440.000 personas en un informe oficial.14 Los historiadores han estimado en 465.000 exiliados el número de refugiados después de la caída de Cataluña, de los que 170.000 son civiles.15
Acogida de los refugiados[editar]
En la misma Francia, fueron los departamentos del sudoeste, próximos a España, los que acogieron al mayor número de refugiados, con una fuerte inmigración española en las ciudades de Burdeos y Toulouse, donde ya residían anteriormente españoles. Los otros departamentos de la costa atlántica, en mayor medida el del Loira, también acogieron refugiados, así como Macizo Central, Bocas del Ródano y la región parisina.
La acogida de los viajeros fue diferente en un lugar u otro. Unos fueron bien recibidos y objeto de acciones de solidaridad, mientras que otros fueron vistos con desconfianza y hasta hostilidad en una Francia en crisis, con visos de xenofobia.12 Según Bartolomé Bennassar, las oleadas de exiliados fueron peor recibidas después de 1939.16
Los campos de concentración franceses[editar]
Principales campos de internamiento[editar]
Estos campos fueron evolucionando con el tiempo. Delante de la mascarada humana16 de la retirada, las autoridades francesas, desbordadas, reagruparon a los refugiados en centros de "control" o de "clasificación" en la frontera,15 más tarde en campos de concentración (término oficial de la época) o de "internamiento"15 ubicados a los pies de los Pirineos y, especialmente, en las playas mediterráneas más próximas a la frontera, en los que serían recluidos unos 270.000 hombres, la mayor parte de ellos excombatientes del ejército republicano. Consistía en un terreno de arena cercado por alambradas en el que ni siquiera existía un techo bajo el que cobijarse y rodeado de soldados senegaleses armados de ametralladoras y fusiles.17 Fueron situados en principio en el departamento de Pirineos Orientales, como en el caso del campo de Saint-Cyprien, el campo de concentración de Argelès-sur-Mer o el campo de Le Barcarès en la playas. Estos campos de internamiento especializados que reagrupaban especialmente a vascos, antiguos Brigadas internacionales (campo de Gurs), catalanes (Agda, campo de Rivesaltes), ancianos (Bram), y a la división Durruti (Campo de Le Vernet), son creados tierra adentro en febrero de 19391815 en los departamentos vecinos del Rosellón, para paliar el crecimiento de las estructuras del litoral y las condiciones sanitarias deterioradas.1912
Entre los exiliados españoles, la bibliografía omite a menudo a los que desembarcaron en el norte de África. Fueron cerca de 10 000. Anne Charaudeau explica detalladamente la forma en que estos desterrados son tratados después de su llegada.20 Primero detenidos en los campos, a causa de su potencial peligrosidad, los exiliados se vuelven rápidamente una mano de obra indispensable en tiempo de guerra. En Argelia francesa, los exiliados vueltos a capturar son usados en las canteras del Transsaharien desde 1939. En este aspecto, el trabajo forzado de los refugiados no es una invención de la Francia de Vichy, sino que la generaliza. Peter Gaida, doctor en historia por la universidad de Bremen, explica las condiciones de vida de los forzados del Transsahariano después de 1940: "Dans les camps du «Transsaharien», les travailleurs forcés sont exposés à un régime brutal, et de nombreux travailleurs succombent à la faim, aux maladies et à la torture, pour être libérés en mai 1943, après le débarquement des Alliés en Afrique du Nord." (En los campos del Transsahariano, los trabajadores forzados son expuestos a un régimen brutal y numerosos trabajadores sucumben al hambre, las enfermedades y la tortura, para ser liberados en mayo de 1943, después del desembarco de los Aliados en el norte de África).21
Enfrentamientos ideológicos derivados de la guerra civil española se reproducen en los campos entre los prisioneros y son explotados por las autoridades francesas, que utilizan por ejemplo las tensiones entre anarquistas y comunistas para controlar a estos últimos, como en le caso de Vernet d'Ariège22 que se convertirá en un campo disciplinario para prisioneros políticos bajo el régimen de Vichy.
Los refugiados durante la Segunda Guerra Mundial (1940-1945)[editar]
Internamiento y trabajos forzados bajo el Régimen de Vichy[editar]
Los historiadores de los campos del sudoeste observaron un endurecimiento de la política de internamiento bajo el régimen de Vichy y una «lógica de exclusión».23
El régimen de Vichy incorpora además a los republicanos al esfuerzo de guerra sesgadamente, en las Compagnies de Travailleurs Étrangers (CTE) y más tarde en los Groupements de Travailleurs Étranger (GTE) (1940). Entre 1942 y 1943, 26 000 españoles trabajadores de los GTE u otros son enviados, encuadrados en el STO, a las canteras de la Organización Todt en la fachada atlántica.24
Para Lilian Pouységur, el episodio de los campos actuó como «un catalizador de la identidad republicana española».18 Tuvo un fuerte impacto en el imaginario republicano, dejando el recuerdo de un país poco abierto a la lucha contra las fuerzas fascistas.
Compromiso entre el ejército francés y la resistencia[editar]
Entre 1939 y 1940, muchos republicanos, por ejemplo José Bort-Vela y su hermano, pidieron enrolarse en las Compañías de Trabajadores Extranjeros y en los batallones de extranjeros del ejército francés, a pesar de la desconfianza de los oficiales hacia estos «rojos». A finales de 1942 son numerosos los que se unieron a la resistencia, el maquis y las fuerzas francesas libres, e incluso contribuyeron a descifrar el código criptográfico alemán de Enigma (el equipo de Faustino Antonio Camazón). Los exiliados republicanos esperan que después de la caída del nazismo, la liberación de Francia contribuirá a la reconquista de su país.25 Durante la liberación de París el primer destacamento del ejército de Leclerc que entró en la ciudad era una sección española.26
Deportación[editar]
Los trabajadores españoles o los resistentes republicanos detenidos en territorio francés que no tenían el estatus de prisioneros de guerra fueron deportados hacia diversos campos de concentración franceses (en Saint-Cyprien o Argelès, por ejemplo) y más tarde alemanes. Esparcidos en numerosos campos27 (las mujeres republicanas detenidas por actos de resistencia pasan también al campo de concentración de Ravensbrück), constituyen un grupo importante esencialmente en el complejo de Mauthausen, en el cual son registrados más de 7200 españoles: de 7288, 4676 encontraron la muerte.28 En total, 12.000 republicanos españoles2930 serán encaminados hacia los campos de concentración o de trabajo entre el 6 de agosto de 1940, que marca la primera salida hacia Mauthausen, y mayo de 1945.
El exilio republicano hacia Hispanoamérica y los Estados Unidos[editar]
El México posrevolucionario, en persona de su presidente Lázaro Cárdenas, declaró aceptar una parte de la emigración desde febrero de 1939,31 a instancias de Chile, que estaba bien dispuesto en este aspecto hacia la República.32 México fue el único país que recibió los emigrados con los brazos abiertos, y con fondos del estado, gracias a los cuales se estableció la Casa de España en México (1938-1940), cuyo descendiente es el actual Colegio de México, y se establecieron la revista España Peregrina y la Editorial Séneca, dedicadas a autores y temas españoles.
Otros países como Argentina fueron destino de refugiados. El 19 de octubre de 1939, partió de La Rochela, el vapor Massilia, conocido como el barco de los intelectuales republicanos españoles, que llegó a Buenos Aires el 5 de noviembre de 1939 con trescientas ochenta y cuatro personas a bordo, de varias nacionalidades que huían de la guerra europea, de las que más de la mitad eran intelectuales republicanos españoles pertenecientes a diversas profesiones y oficios.33 Francia envió refugiados a Argentina. Venezuela, Colombia y Cuba acogieron cerca de 2000 exiliados.34
Rafael Alberti y Manuel de Falla se exiliaron a Argentina.34 El físico Blas Cabrera acudió a México, los escritores Tomás Segovia, Emilio Prados, Max Aub y José Bergamín también, el médico y biólogo Severo Ochoa, los filólogos Américo Castro y Tomás Navarro Tomás, el escritor Ramón J. Sender, el profesor y político Fernando de los Ríos y la familia de Federico García Lorca (su padre, su hermano Francisco García Lorca, su hermana Isabel García Lorca) a los Estados Unidos, el escritor Manuel Altolaguirre a Cuba. La Generación del 27 fue así dispersada por Europa y América.
El caso mexicano[editar]
Cerca de 50 000 exiliados35 se embarcaron para México, con un nivel cultural más elevado que la media de los demás exiliados. Se trataba en buena parte de intelectuales, científicos y artistas. Esta aportación contribuyó a la dinamización mexicana. Para el historiador y filósofo Juan Marichal «el exilio español fue una suerte para el país».36
La aclimatación es otra diferencia de lo que prevalecía en Francia en el mismo momento. El escritor José Gaos, instalado en México, ha forjado el neologismo de transtierro para calificar esta emigración transformada en integración avanzada en las culturas hispanoamericanas, en reacción al término "destierro", más corrientemente empleado.37
Los exiliados hacia la Unión Soviética[editar]
La cifras de la emigración republicana hacia la Unión Soviética (URSS) son objeto de discusión. La mayoría de los historiadores coincide en calcular su número en varios miles de personas, exclusivamente cuadros del Partido Comunista de España acompañados de sus familias. Se calcula que entre 2900 y 3200 niños fueron enviados a la URSS entre marzo de 1937 y octubre de 1938.38 Olvidados después de la derrota de la República, conocieron destinos diversos, algunos se quedaron en el país, otros -como El Campesino, lograron huir y otros fueron dispersados o murieron combatiendo por su nueva patria (caso del hijo de Dolores Ibárruri) durante la Segunda Guerra Mundial. Este episodio ha suscitado una abundante literatura.39
Exilio hacia la Argelia francesa[editar]
A medida que iban avanzando las tropas franquistas, los republicanos de Castellón y Alicante tuvieron que escapar por mar a bordo de más de cuarenta barcos, como el Stanbrook y el Galatea, que pusieron rumbo al norte de África llevando en condiciones inhumanas a mujeres, hombres y niños. El Stanbrook fue el último barco que zarpó de Alicante el 28 de marzo de 1939 con dos mil seiscientos treinta y ocho refugiados y alcanzó el puerto de Mazalquivir, cercano a Orán.40
Campamentos en la Argelia Francesa[editar]
Estos refugiados eran internados en los llamados campos de acogida, que en realidad eran los campos de trabajos forzados ubicados en Boghar (campo de Morand) y Suzoni. Alrededor de quince mil refugiados españoles en la Francia continental fueron deportados a la Argelia francesa en verano. En total, el número de españoles que pasaron por los campos norteafricanos se estima en unos treinta mil. Entre los cincuenta campos utilizados para internar a españoles, los principales son, además de los ya mencionados los de Relizane, Bouarfa, Settat, Oued-Akrouch, Kenadsa y Tandara. Se crearon campos disciplinarios o de castigo en Hadjerat M'Guil, Ain el-Ourak, Meridja, Djelfa y Berrouaghia.41 Muchos de estos refugiados encontraron la muerte en los campamentos del norte de África.40
Los exiliados de la posguerra (1945 - 1975)[editar]
Aunque el campo vencedor ha sido reconocido por los observadores internacionales después de la caída de Barcelona, las cosas no han sido resueltas para España. La Segunda Guerra Mundial ha marginado la suerte de los españoles, el país no es ni tan siquiera un segundo frente. La policía franquista persigue a la oposición y depura las ciudades, dejando una situación que los historiadores califican de "posguerra", desde 1938 hasta el inicio de los años sesenta, período durante el cual los exiliados siguen huyendo del régimen, que consolida su asentamiento.
Evolución posterior del exilio republicano[editar]
Algunos de los exiliados, principalmente los hombres en edad militar, se vieron inmersos como combatientes en la inminente Segunda Guerra Mundial, principalmente en el territorio de la propia Francia metropolitana, pero también en la URSS, en el Norte de África y en buena parte del resto de los escenarios de dicha guerra, ya sea como combatientes regulares o participando en acciones de la Resistencia. Casi 9000 republicanos españoles se encontraron también entre quienes sufrieron la deportación a los campos de concentración nazis.
Una parte del exilio republicano marchó a Hispanoamérica, que se benefició de un elenco intelectual y artístico formado en su mayor parte por las instituciones derivadas del Krausismo, la Institución Libre de Enseñanza, la Junta para la Ampliación de Estudios, la Residencia de Estudiantes, el Centro de Estudios Históricos, el Instituto Escuela y el Museo Pedagógico Nacional, entre otras. Esta fuga de cerebros empobreció la vida cultural de la posguerra española y enriqueció en cambio la de los países de acogida: México (gracias al apoyo del presidente Lázaro Cárdenas), Argentina y Estados Unidos entre otros. Más de quinientos médicos fueron a parar a México. La generación del 14, la generación del 27 y las Vanguardias históricas emigraron en su mayoría a otras tierras. Algunos llamaron a esto trastierro o destierro. Biólogos como Severo Ochoa o Enrique Rioja Lo Bianco, físicos como Arturo Duperier Vallesa, Blas Cabrera u Onofre Rojo Asenjo,42 químicos como Enrique Moles, matemáticos como Enrique Jiménez González, Ricardo Vinós Santos o Lorenzo Alcaraz, ingenieros como Francisco Rived Revilla, astrónomos como Pedro Carrasco Garrorena o Marcelo Santaló, oceanógrafos como Odón de Buen, escritores como Manuel Azaña, Max Aub, Ramón J. Sender, Arturo Barea, Manuel Andújar, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Luis Cernuda, Emilio Prados, Paulino Massip, cineastas como Luis Buñuel, artistas como Gausachs, Óscar Domínguez o Pablo Ruiz Picasso, historiadores como Claudio Sánchez Albornoz, filólogos como Tomás Navarro Tomás, pedagogos como José Castillejo o Lorenzo Luzuriaga, filósofos como Juan David García Bacca, ensayistas como Anselmo Carretero, entre muchos otros de los que no se puede dar cuenta cierta, no pudieron regresar a su tierra o lo hicieron ya muy ancianos, con la restauración de la democracia, sin que ello impida que se dieran numerosos casos de exiliados que regresaron a España durante la época de Franco, pudiendo citarse, entre otros, el caso del general Vicente Rojo o los escritores Manuel Altolaguirre y José Bergamín. Hubo otros que optaron por quedarse y fueron represaliados, como Antonio Rodríguez Moñino, o vivieron en una especie de exilio interior, como Juan Gil-Albert o Vicente Aleixandre, aunque este último recibiese un Premio Francisco Franco en 1949.
Conmemoraciones oficiales de 80 aniversario (2019)[editar]
España[editar]
En España, tres exposiciones43 marcaron el inicio de las conmemoraciones del 80 aniversario del exlio republicano.44
Francia[editar]
Francia conmemoró oficialmente el 80 aniversario de «la Retirada», particularmente en la ciudad de París,45 en los Pirineos Orientales, y en todo el sur del país, en memoria de los 500.000 republicanos españoles que cruzaron la frontera con Francia a principios de 1939. Por primera vez, un presidente de Gobierno español, Pedro Sánchez, visitó en Montauban la tumba del último presidente de la Segunda República Española, Manuel Azaña; también rindió homenaje en la ciudad de Colliure al poeta Antonio Machado, fallecido y enterrado en dicho pueblo en 1939.46
En la capital francesa, el Consejo de París votó por unanimidad crear un jardín dedicado a la memoria de Federica Montseny47 y una calle Neus Català.48 Se llevaron a cabo ceremonias, en particular frente al Jardin des Combattants de la Nueve, en el Ayuntamiento de París, ante las placas conmemorativas en memoria de Domingo Tejero Pérez,49 José Barón Carreño,50 Conrad Miret i Musté51 (todos declarados oficialmente por el gobierno francés «Muertos por Francia»), ante la placa en memoria de Manuel Pinto Queiroz Ruiz, o en el cementerio del Père-Lachaise, lugar donde se ubica el monumento a los «Españoles Muertos por la Libertad», en honor a la República española, ante las sepulturas de Juan Negrín y Francisco Boix, o en el Mont-Valérien, en el Memorial Nacional de la Resistencia inaugurado por Charles de Gaulle el 18 de junio de 1960, donde se conservan los tanques republicanos «Teruel» y «Guadalajara».
Véase también[editar]
- Barcos del exilio republicano español
- Exilio republicano español en Chile
- Exilio republicano español en México
- Exilio venezolano
- Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL)
- Literatura española del exilio
- Stanbrook, buque mercante británico
- La travesía del Winnipeg
En francés[editar]
- La Retirada (en francés)
Referencias[editar]
- ↑ «Una geografía del exilio republicano español». El País. 31 de marzo de 2019.
- ↑ (Bartolomé Bennassar 2004)
- ↑ (Alted Vigil 2002, 126)
- ↑ (Bartolomé Bennassar (2004), p. 353
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Bibliografía[editar]
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- VVAA, El exilio español en México, Ediciones del Fondo de Cultura Económica, México 1999.
- VVAA, Los refugiados españoles y la cultura mexicana, Residencia de Estudiantes. Colegio de México 2002.
- Natalia Kharitonova. Edificar la cultura, construir la identidad. El exilio republicano español en la Unión Soviética. Ed. Renacimiento, 2014. ISBN 978-84-8472-504-6
Enlaces externos[editar]
- Biblioteca del Exilio, en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
- Red de Estudios y Difusión del Exilio Republicano
- Exposición "Rotspanier"
- Guía del exilio republicano en la biblioteca valenciana
- La emigración de la Guerra Civil 1936-1939
- Asociación de Descendientes del Exilio Español Archivado el 17 de julio de 2009 en Wayback Machine.
- Pedro Carvajal Urquijo (29 de septiembre de 2002). «Exilio». . Episodio 2. Transcripción. Televisión Española. min. 56:26.
La retirada
La retirada | ||
---|---|---|
Localización | ||
País | España | |
Datos generales | ||
Tipo | migración humana, retirada y grupo de humanos | |
Histórico | ||
Fecha | 1939 | |
La retirada es el éxodo a Francia, dentro del exilio republicano español consecuencia de la guerra civil española, que tuvo lugar entre los días 28 de enero y el 13 de febrero de 1939, tras la caída de Barcelona en la Ofensiva de Cataluña y el avance de las tropas nacionalistas del General Franco.12 Con ello, tanto la guerra civil como la Segunda República española, legalmente establecida en 1931, se acercaban a su fin. Pese a que al debate sobre la magnitud del éxodo no está cerrado, se estima en quinientas mil el número de personas que cruzaron la frontera franco-española,3 conformando un grupo heterogéneo de civiles y militares de todos los territorios de España, clases sociales e ideologías (anarquistas, comunistas, socialistas, nacionalistas vascos o catalanes, brigadistas, personas sin ideología e incluso franquistas). El trayecto para cruzar los Pirineos lo realizaron en su mayoría a pie siguiendo las principales rutas que conducían a Francia, a través de los llamados "caminos de la retirada".4 Las autoridades francesas subestimaron la situación y básicamente, su gestión consistió en internar a gran parte de los exiliados en campos de concentración que no reunían las mínimas condiciones de habitabilidad ni salubridad.45
El éxodo[editar]
Si bien las tres primeras olas de refugiados a Francia tras el inicio de la guerra civil (1936 tras las batallas de Irún y San Sebastián; 1937 tras la caída del norte peninsular; 1938 tras la ocupación del Alto Aragón) produjeron un movimiento migratorio de aproximadamente ciento sesenta mil refugiados, de los cuales, a finales de 1938 sólo quedaban algo más de cuarenta mil personas, el éxodo producido por la cuarta ola, tras la caída de Barcelona, conocido como La retirada, fue de unas proporciones jamás vistas en la historia ni de España ni de Francia.3
Las administración francesa infravaloró la gravedad de la situación desestimando la solicitud en enero de 1939 del gobierno republicano español de acoger a ciento cincuenta mil refugiados que se consideraba que cruzarían los Pirineos tras la caída de Barcelona,6 considerando que las necesidades se limitarían a cinco mil personas para la 17.ª región militar de Toulouse y en diez mil para la 16.ª región militar de Montpellier.78 Se previó distribuir a los refugiados entre Matemale, Canet, Argelès-sur-Mer (con capacidad para tres mil personas), Saint-Cyprien (capacidad ilimitada).7 Pero las obras de acondicionamiento no habían comenzado en enero de 1939 cuando la caída del frente catalán y la toma de Barcelona por los falangistas el 26 de enero de 1939 provocaron el hundimiento de las fuerzas republicanas y el inicio del éxodo masivo.9
La magnitud del éxodo, con el mayor flujo de refugiados extranjeros que recibía Francia en su territorio en un contexto de crisis de los años 30 y una creciente xenofobia tanto en Francia como en gran parte de Europa, dividió a la clase política y a la opinión pública francesa que veían mayoritariamente con inquietud a los refugiados como una amenaza para la seguridad del país al tratarse, muchos de ellos, de combatientes con ideología. Este hecho suscitó sentimientos contradictorios en el gobierno del Frente Popular de Édouard Daladier que buscando soluciones para contener fuera del territorio francés a los refugiados, propuso a Franco crear una zona neutra desmilitarizada entre Andorra y Portbou, a lo que el dictador español se negó considerando a los fugitivos prisioneros de guerra.8
El Gobierno francés, ante el problema, y con el fin de permitir escapar de la represión franquista (treinta y cinco mil ejecuciones) a las masas de personas que se agolpaban en la frontera, decidió abrirla el 28 de enero de 1939.7 En un primer momento, esta apertura sólo se concedió a los civiles mujeres, niños, ancianos y heridos. Unos días antes, el poeta Antonio Machado, había cruzado la frontera para refugiarse en Colliure junto con su madre, Ana Ruiz, su hermano José, su cuñada Matea Monedero y el escritor Corpus Barga.101112
La selección de las personas, recopilación de datos y control de la situación en la frontera francesa estaba a cargo de los guardias móviles y el 24º regimiento de tiradores senegaleses.9 Al entrar en Francia, en un primer momento, los refugiados eran despojados de todo, no solo de sus armas, sino también de sus joyas, su dinero en efectivo, etc.98 Estos primeros refugiados, especialmente las mujeres y los niños, fueron enviados a los departamentos del centro de Francia.4
A partir del 5 de febrero, el gobierno francés permitió cruzar la frontera, desarmados, a los que quedaban del ejército republicano y doscientos cincuenta mil combatientes se sumaron a los primeros doscientos cincuenta mil refugiados. Los últimos treinta aviones de la aviación republicana aterrizaron en Carcasona. Los políticos más relevantes de la república Manuel Azaña (presidente de la República), Martínez Barrio (presidente de las Cortes), Lluís Companys (presidente de la Generalidad de Cataluña) y José Aguirre (presidente del Gobierno del País Vasco) entre otros cruzaron la frontera apartada de La Bajol - Maureillas-las-Illas ese día con el tesoro catalán.9 Juan Negrín (Jefe de Gobierno) cruzó unos días más tarde por la frontera de Le Perthus el 9 de febrero poco antes su cierre por los franquistas.7 Los últimos contingentes en cruzar la frontera, incluida la columna Durruti que estaba encerrada en Mont-Louis,13 llegaron también de manera ordenada. Contrariamente a los temores del gobierno francés, el éxodo se desarrolló sin incidentes notables,9 hasta que las tropas franquistas impidieron la continuación de la huida al tomar el control de la mayoría de los pasos fronterizos a partir del 11 de febrero,14 aunque algunos pasos como el de la carretera de Molló permanecieron abiertos hasta el 13 de febrero.9
A principios de 1939, las autoridades francesas estimaron el número de refugiados en unos quinientos mil o más, un tercio de los cuales eran mujeres, niños y ancianos. De ellos, trescientos treinta mil recibieron refugio de emergencia en los Pirineos Orientales y más de ciento treinta mil fueron evacuados a los departamentos de los dos tercios meridionales de Francia.7 La mayoría de estos refugiados procedían del noreste de España: Cataluña (36,5%), Aragón (18%) y el Levante español (14,1%).9
Los campos de internamiento[editar]
Francia estaba completamente desbordada por este drama humanitario. Se desarmó y se clasificó a las personas que llegaban exiliadas y se intentó hacer frente a los problemas sanitarios en medio de un invierno especialmente crudo. Lo principal era mantener el control de los refugiados, por lo que se movilizaron seis regimientos de infantería, cuatro de caballería y elementos orgánicos.9
Para controlar la situación, principal preocupación del gobierno francés, se tomaron medidas legislativas que fueron aplicadas a gran escala y por primera vez, como el decreto del 12 de noviembre de 1938 que preveía el internamiento administrativo de los extranjeros "indeseables" determinando que estos serían dirigidos a "centros especiales" con vigilancia permanente. Mediante este decreto se avalaba, por tanto, la creación de los centros de internamiento, denominados en ese momento en los documentos administrativos, campos de concentración.15 Este documento fue ampliado posteriormente por la Ley de 18 de noviembre de 1939 que permitía el internamiento de cualquier individuo francés o extranjero, considerado peligroso para la defensa nacional o la seguridad pública.3
Ante la falta de previsión, los primeros lugares de internamiento frente a la necesidad de los refugiados fueron las playas del departamento de los Pirineos Orientales, naciendo los campos de concentración de las playas de Argelès, Saint-Cyprien o Le Bacarés. A medida que pasaba el tiempo, estos campos se iban organizando mientras que se trasladaba a los refugiados a nuevos campos situados en otros departamentos. Una vez recluidos los exiliados en los campos, estos pasaron a convertirse en puntos de referencia para la gestión del "problema español". Desde ellos se efectuaban repatriaciones a España o salidas a terceros países, se buscaba el alistamiento de hombres en la Legión Extranjera Francesa o se gestionaba la contratación de trabajadores, siempre contando con la autorización de las oficina departamentales de colocación, a nivel colectivo en las CTE (Compañía de Trabajadores Extranjeros) o directamente a través de particulares. Los internos podían también abandonar el campo en caso de ser reclamados por parientes directos o próximos que residiesen de manera regular en Francia. Como explica Dreyfus-Armand, especialista en el exilio republicano, viendo el manejo deshumanizado de la situación de los refugiados por parte de las autoridades, algunos sectores públicos como la prensa de izquierdas o anarquista, movimientos de solidaridad privada y municipal o asociaciones benéficas, además de algunas personalidades como François Mauriac, George Bernarnos, Henri Bergson, Paul Alery o Léon Jouhaux no sólo pedían la aceptación y dignidad para los refugiados, sino también distribuían víveres o mantas a los necesitados. Estas acciones trataron de controlarse mediante las instrucciones dadas a la policía por el ministro del Interior, de vigilancia y control no sólo a los refugiados sino también los franceses que pudieran mantener relaciones con ellos al considerar que agrupaciones extremistas buscaban establecer relaciones con los republicanos.3
Pirineos Orientales[editar]
Los refugiados que cruzaban la frontera por los puntos más masificados como Cerbère y Le Perthus fueron trasladados directamente a los campos de concentración de las playas de Argelés y Saint-Cyprien y que agruparon en las primeras semanas las dos terceras partes de los internados en el departamento. A los hombres que cruzaban por otros puntos fronterizos más minoritarios se les destinaban a campos menores. Se crearon tres zonas de agrupación:7
- la Cerdaña, con los centros de Bourg-Madame y Torre de Querol. Estos centros fueron los primeros en cerrarse a causa del duro invierno (de ocho a diez grados bajo cero, mortalidad infantil del 20%)9
- el Alto Vallespir donde se crearon tres centros:
- los españoles y los miembros de las Brigadas Internacionales se dirigieron a Arlés-sur-Tech y Amélie-les-Bains-Palalda
- el campo de Saint-Laurent-de-Cerdans albergó a cinco mil españoles en una fábrica de sandalias
- los campamentos más grandes y numerosos se encontraban en la costa
- se crearon campos especializados para el reagrupamiento y reacondicionamiento de equipos en el Campo de Marte de Perpiñán y Villeneuve-la-Rivière.9
Los campos de concentración en las playas, creados en último momento como solución de emergencia y rodeados de alambre de espino, no contaban con ningún tipo de infraestructuras y sin resguardo, agua potable o letrinas, las condiciones de vida, salud, higiene o disciplina fueron muy duras y humillantes. Las primeras construcciones en estos campos fueron realizadas por los propios refugiados siendo muy rudimentarias, hechas de madera, lonas o cualquier material que les pudiese proteger.3 Los prisioneros franquistas, que habían cruzado la frontera el día 8, fueron internados por separado, en Amélie-les-Bains y en el estadio del Elna.9
Debido a la precariedad de las condiciones, las enfermedades (especialmente disentería por falta de agua potable)16 y defunciones en los campos durante los primeros meses fueron altísimas. Si bien, no existe unanimidad y el número de fallecidos sigue siendo uno de los puntos más oscuros del exilio, se considera que pudo llegar hasta catorce mil seiscientos setenta y dos.17
El gobierno estableció gradualmente una organización. El general Ménard fue designado para organizar una red de campamentos.7 Se crearon campos de control o clasificación en Le Boulou y Bourg-Madame, desde donde se dirigía a la gente a campos especializados. En marzo, doscientos sesenta y cuatro mil españoles se hacinaban en los campos del Rosellón, cuando la población del departamento no llegaba a doscientos cuarenta mil habitantes.18 En abril, cuarenta y tres mil refugiados seguían retenidos en Argelès-sur-Mer, setenta mil en Le Barcarès y treinta mil en Saint-Cyprien. Hasta principios de la primavera de 1939, no se crearon campamentos en las afueras de los Pirineos Orientales, sobre todo en Agde y en el Aude, en el "camp de Pigné" o en Bram.
Campos de internamiento en el resto de la Francia continental[editar]
En primer lugar, aunque no eran cuantitativamente las más importantes, las instalaciones de acogida incluían las proporcionadas por el gobierno español y sus agencias, así como por organizaciones españolas. Por ejemplo, la embajada española poseía propiedades que utilizaba para alojar a refugiados desde el comienzo de la guerra civil. Es el caso del Castillo de la Valette en Pressigny-les-Pins (Loiret).19
El gobierno del País Vasco también organizó evacuaciones con motivo de la campaña del norte y la caída de Bilbao. Fue la segunda gran oleada de refugiados de España a Francia, en mayo-junio de 1937, en la que huyeron ciento veinte mil personas. El gobierno movilizó una flotilla que transportó a los refugiados desde el norte de España hasta los puertos del oeste de Francia, Pauillac, Le Verdon, La Pallice, Saint-Nazaire o Nantes. Una vez desembarcados, estos refugiados eran transportados a diversos centros de acogida repartidos por toda Francia. Pero en el momento de La retirada, los hombres en edad de combatir fueron internados en los campos del sur de Francia, en aplicación de los decretos de noviembre de 1938 sobre el internamiento de extranjeros "indeseables",15 mientras que los civiles fueron trasladados a centros de alojamiento. Estos civiles representaban un contingente de aproximadamente ciento treinta mil personas.7
Se crearon campamentos especializados en el sur de Francia:7
- el campo de Bram (Aude) estaba destinado al internamiento de civiles y ancianos.
- el campo de Agde (Hérault) está menos especializado y servía para descongestionar los campos de los Pirineos Orientales.
- el campo de Récébédou, en Portet-sur-Garonne al sur de Toulouse, estaba destinado a internar a judíos y republicanos españoles. La pintora Victoria Pujolar Amat fue una de las víctimas, junto con su madre y su abuela.20
- el campo de Septfonds (Tarn-et-Garonne) acogía a hombres sanos que podían ser reclutados por las empresas de trabajadores extranjeros (CTE).
- el campo de Vernet y la fábrica de ladrillos de Mazères (Ariège) estaban previstos para el internamiento de los anarquistas, en particular los de la columna Durruti (entre 10.000 y 12.000 en total).
- el campo de internamiento construido en Gurs (Pirineos Atlánticos) por el gobierno de Edouard Daladier entre el 15 de marzo y el 25 de abril de 1939, estaba destinado a los republicanos españoles y los combatientes de las Brigadas Internacionales.217
- el campo de Rieucros (Lozère) fue el primer campo de internamiento francés abierto para lo que denominaban extranjeros indeseables en enero de 1939. En octubre de 1939, las autoridades francesas lo utilizaron para internar a mujeres indeseables, en particular refugiadas españolas que habían sido señaladas por las autoridades por su comportamiento indisciplinado o sus opiniones políticas.22
Otros campamentos siguieron abiertos en Montolieu, Le Barcarès, Ogeu, Saint-Vincent-de-Tyrosse, Talence, Moutiers.9
En todos estos alojamientos, la improvisación era la norma. Allí donde se habían preparado plazas, el número de refugiados acogidos era mucho mayor. En todas partes faltaba ropa de cama, calefacción e instalaciones sanitarias. El ejército francés aceptó tardíamente alquilar mantas.15 En el caso de los exiliados desplazados en el centro de Francia, los propios refugiados solían considerar suficiente el suministro de alimentos.9
Los refugiados llegaron exhaustos, tras un periodo más o menos largo de privaciones. Por tanto, ofrecían un caldo de cultivo para las epidemias, incluso en los pequeños grupos dispersos por el interior de Francia. Se estableció una cuarentena estricta y, para hacer frente a las epidemias dentro de los campamentos, se instalaron hospitales de campaña en los principales campos.23 Varias enfermedades epidémicas afectaban a los exiliados, especialmente difteria, tifus, sarampión, paperas y tos ferina. Se vacunaba a los niños, pero a menudo había que esperar a que se curasen las distintas enfermedades y las heridas, así como todas las enfermedades de la piel.15
Hubo muchas separaciones familiares durante el éxodo y luego durante la distribución de los refugiados por toda Francia. Muchos niños se encontraron solos, sin ninguno de sus padres. Muchas parejas y familias se separaron. Para posibilitar los reencuentros, o al menos el intercambio de noticias, muchos periódicos ofrecieron sus servicios.15
- L'Indépendant ofrecía varias páginas para publicar anuncios de familiares perdidos. Un departamento especializado se dedicaba a ello. El periódico enviaba copias a todas las prefecturas, para que estas las transmitieran a los campamentos de su departamento.
- Le Populaire, diario oficial de la Sección Francesa de la Internacional Obrera siguió este ejemplo.
- Por su parte, los españoles exiliados crearon sus propios periódicos del exilio, que publicaban largas listas de avisos de búsqueda. Es el caso de Voz de Madrid (financiado por el gobierno Negrín), España expatriada (publicado por Solidarité internationale antifasciste), Reconquesta (órgano de la Alianza Nacional de Cataluña), Treball y Midi, periódicos del Partido Socialista Unificado de Cataluña.
Mujeres, niños y ancianos[editar]
En un primer momento las mujeres, los niños y los ancianos fueron dispersados y transportados al resto de Francia. Setenta y siete departamentos recibieron cada uno entre mil doscientos y cuatro mil quinientos refugiados.1614 En cada departamento se identificaron espacios considerados habitables tanto públicos (cárceles, cuarteles..) como privados (almacenes, cobertizos, casas deshabitadas o antiguas fábricas que fueron requisados por las autoridades de las prefecturas) para alojar a estos refugiado.1523 Si bien estos espacios tuvieron mejores condiciones de habitabilidad y por ello no fueron recordados tan negativamente, en algunos casos, las condiciones de vida en estos centros eran comparables a las condiciones sanitarias de los campos de concentración. La razón de la separación de las familias según Emile Témime, tenía el objetivo oficial de "limitar las consecuencias desagradables de la promiscuidad, inevitable en los primeros días".24
No obstante, aunque en menor medida, también hubo mujeres y niños internos en los campos, cuya constancia aumentó tras la declaración de la guerra mundial el 2 de septiembre de 1939 en un contexto que exigía evitar los gastos producidos en los centros de acogida de las mujeres y niños cuando los campos de internamiento se estaban vaciando por la utilización de los hombres en los distintos reclutamientos. En octubre de 1939 unas diez mil mujeres y niños fueron trasladados a los campos de Argelès y de Saint Cyprien. En la primavera de 1940, el número de mujeres y niños en los campos ya representaba la mayor parte de los internos.3
Evolución del número de refugiados internos en la red de campos de concentración[editar]
Según Jonay Pérez Rodríguez, en su estudio sobre la gestión de los refugiados en Francia, la evolución del número de refugiados internos es variable en función de la fuente, pero en todos ellos se evidencia una reducción de la población en los campos que se produjo gracias a las opciones dadas por el gobierno francés. Se observa además una fluctuación debida al internamiento de mujeres y niños tras la declaración de la guerra.3
Fecha | Alicia Alted.25 N.º persona | Geneviève Dreyfus-Armand.26 N.º de personas | Diego Gaspar Celaya.27 N.º de personas |
---|---|---|---|
Junio 1939 | 162932 | 173000 | 173000 |
Julio 1939 | 95336 | ||
Agosto 1939 | 84688 | 84688 | |
Noviembre 1939 | 53000 | ||
Diciembre 1939 | Máximo 50000 | Entre 35000 y 80000 | Entre 35000 y 40000 |
Abril 1940 | 30000 | 30000 |
Solución al "problema español" con la declaración de la II Guerra Mundial[editar]
Una vez declarada la guerra, Francia entró en una economía de guerra que exigía no sólo reducir el gasto público destinado a los refugiados y con ello, dar solución a los españoles internos todavía en los campos, sino también buscar mano de obra debido al reclutamiento forzoso de los franceses. Para ello, el estado francés dispuso de nueva legislación para facilitar el uso de extranjeros españoles y que estos se acogiesen a alguna de las nuevas posibilidades:
- Contratación individual o colectiva en las CTE (Compañías de Trabajadores Extranjeros) con base en los datos profesionales que dieron al cruzar la frontera. Según Alicia Alted25, en las CTE estuvieron adscritos unos cincuenta y cinco mil españoles repartidos en todo el territorio nacional, aunque con mayor presencia, en la Línea Maginot.
Puesto | Número de hombres empleados |
---|---|
Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE) 102 unidades | 25500 |
Trabajadores en la Industria (Ministerio de Armamento y de Trabajo) | 5000 |
Trabajadores en la Agricultura (Ministerio de Trabajo) | 13000 |
Tras la firma del armisticio del 22 de junio de 1940, las CTE quedaron bajo regímenes laborales diferentes en función de si se encontraban en la zona ocupada o en la zona libre, que pasaron a denominarse GTE a partir de la Ley de 27 de septiembre de 1940. Estas compañías estaban destinadas a la mejora de las infraestructuras como las comunicaciones, carreteras o puentes y, en general, obras destinadas a la defensa de Francia frente a un posible ataque alemán.
- Integración en la Legión Extranjera y en la Agrupación de Guerrilleros Españoles (AGE), unidades creadas ante el fracaso del alistamiento de los refugiados en la Legión y formadas por personas de las CTE). La participación en su conjunto fue de en torno a 9000 hombres de entre 17 y 55 años. Muchos de ellos entraron a estas filas ocupando roles importantes en las Fuerzas Francesas del Interior (FFI) esperando que la liberación no se detuviese en los Pirineos, sino que continuase en España. Tras los acuerdos de Yalta al finalizar la guerra las FFI fueron desarmadas y estos combatientes impedidos de continuar la lucha por la libertad de España.
- Repatriación a España, en muchos casos fomentada desde la administración con base en la circular del 19 de septiembre de 1939 por la que se indicaba que debido a la nueva situación de guerra y con la intención de aligerar las arcas públicas, todo individuo que no pudiese ser integrado en la economía del país, debía ser devuelto a España. Tras ser repatriados vía Hendaya y vía Le Perthus hubo refugiados que fueron encarcelados o ejecutados.7
Año 1939 | Número de repatriaciones |
---|---|
Mediados de febrero | 40000 |
Principio de marzo | 75000 |
Principio de abril | 85000 |
Mediados de mayo | 105000 |
Principio de agosto | 250000 |
Mediados de diciembre | 360000 |
Desde España, a través de su embajada en París, el general Franco emitió a su vez un llamamiento al inicio de la guerra que fue distribuido a través de los campos por el que se dirigía a "sus hijos residentes en territorio francés, libremente o en campos de concentración" y los invitaba a regresar a la Patria que "está abierta a todos los españoles sobre cuya conciencia no pese el crimen. Volved, pues a esta España, nueva, grande y libre, que os espera (...) en el momento en el que la guerra os deja desamparados lejos de vuestros hogares, vuestra Patria os llama." 3
- Emigración a terceros países, donde Francia acordó la salida tanto a otros países europeos como latinoamericanos. Entre 10.000 y 25.000 españoles abandonaron Francia con destino a otros países. México, en particular, acogió a 15.000 emigrantes (primera salida de Sète el 24 de mayo). Entre diez mil y veinticinco mil españoles abandonaron Francia con destino a otros países.9
La entrada de Francia en la guerra en septiembre de 1939 acentuó la represión de los exiliados, algunos de los cuales fueron deportados a campos de exterminio nazis. Se les concedió el estatuto de refugiados políticos el 15 de marzo de 1945.
Los exiliados después de 1945[editar]
En los Pirineos Orientales[editar]
La retirada fue una aportación humana y cultural a los Pirineos Orientales.29 Una parte importante de esta población española y catalana optó por quedarse o regresar tras salir de los campos. Con el tiempo y el trabajo de generaciones, al peso demográfico se añadió el peso económico y un legado cultural muy concreto. Así se desarrollaron en los Pirineos Orientales la sardana y la corrida de toros, la paella y el flamenco.13
Exiliados famosos en los Pirineos Orientales fueron Pau Casals, Antonio Machado, Antoni Clavé, Manolo Valiente, Balbino Giner García o Antonina Rodrigo.
En Alto Garona[editar]
La ciudad de Toulouse se convirtió en la capital del exilio republicano español. Allí se instalaron grandes personalidades artísticas y políticas, entre ellas Federica Montseny, primera mujer ministra de Europa y Amparo Poch y Gascón, figura destacada del feminismo español.
En el Ródano[editar]
Tras la guerra española, el miliciano y escritor Juan López Carvajal, militante de la CNT que se unió a la columna Ascaso con su amiga Pepita Laguarda Batet, se exilió en Lyon.
Conmemoraciones de la Retirada de 1939[editar]
El tema de La Retirada no es un tema fácil de abordar ni desde España, por las connotaciones políticas, ni desde Francia, por el trato que se dio a los republicanos. No obstante, con el paso de los años, gracias a los descendientes de los exiliados que sufrieron la ley del silencio, está recuperándose la memoria histórica de este episodio dramático.30 En 2015, Manuel Valls, primer ministro de la República, inauguró el memorial del Campo de Rivesaltes reprobando públicamente el maltrato y humillación que se dio a los refugiados españoles.31
Por otra parte, desde el 27 de octubre de 2022, tras la publicación en el Boletín oficial del Estado, los nacidos fuera de España que descienden de exiliados por razones políticas, ideológicas o de creencia pueden solicitar la nacionalidad española fruto de la ley de Memoria Democrática.3233
70 aniversario (2009)[editar]
Con motivo del aniversario de La retirada, se organizaron por primera vez una serie de actos a ambos lados de la frontera, entre la Generalidad de Cataluña, el Consejo General de los Pirineos Orientales y la región de Languedoc-Rosellón.
Este interés movilizó a numerosos municipios de los Pirineos Orientales, asociaciones de hijos de exiliados españoles,34 el Museo Memorial del Exilio (MUME), el museo memorial del exilio de La Jonquera35 e institutos de enseñanza secundaria franceses en torno a un periodo de la historia de Francia relativamente desconocido.
En 2009, el presidente de la región de Languedoc-Rosellón, Georges Frèche, inauguró un monumento conmemorativo en Bram, en el departamento de Aude, frente a la entrada del antiguo campo de Pigné.36
80 aniversario (2019)[editar]
Se intensificaron las conmemoraciones, especialmente en la ciudad de París,37 en los Pirineos Orientales38 y también en Occitania, en memoria de los 500.000 republicanos españoles que cruzaron la frontera con Francia a principios de 1939. Por primera vez, un presidente del Gobierno español en ejercicio, Pedro Sánchez, acudió a Montauban para presentar sus respetos ante la tumba del último presidente de la Segunda República española, Manuel Azaña. También rindió homenaje al poeta Antonio Machado, fallecido en 1939.39
Véase también[editar]
Referencias[editar]
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Bibliografía[editar]
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Enlaces externos[editar]
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- La Retirada en L'histoire moderne en Roussillon del sitio web les-pyrenees-orientales.com
- Rotspanier. Españoles condenados a trabajos forzados durante la Segunda Guerra Mundial. Víctimas olvidadas del nazismo. Exposición trilingüe (francés, alemán, español).
- Artículo en Retronews sobre La Retirada.
- La Retirada.
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