diumenge, 4 de gener del 2015

3. NERUDA Y EL APOYO DE CHILE


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Neruda había regresado a Chile, en 1937 y se había aislado en el hermoso país austral, donde continuó escribiendo sus poemas.
Puerto Varas y Volcán Osorno - Sur de Chile
Sin embargo, las trágicas noticias de la emigración española, hacinada en los campos de concentración franceses, llegaron hasta Neruda, quien abandona su obra literaria decidido a hacer algo que permita ayudar a los refugiados españoles.
Por otra parte, en esos años ya estaba clara la inminencia del estallido de la segunda guerra mundial, dado el comportamiento de la Alemania hitleriana cuyo poder amenazaba a Europa en forma directa. De caer en manos de los nazis, el destino de los refugiados españoles prisioneros en los campos de concentración franceses hubiera sido siniestro.
En 1939, Neruda, apoyado por sus amigos, plantea al Presidente de Chile, Pedro Aguirre Cerda, la idea de traer a Chile la mayor cantidad posible de refugiados españoles junto a sus familias.
No era tarea fácil lo que planteaba Neruda, ya que incluso él mismo estaba casi inválido, con una pierna enyesada.
Sin embargo, Neruda logra convencer al Presidente de Chile quien decidió enviarlo a Francia a fin de organizar la emigración a Chile de los refugiados españoles. A Neruda se le otorgó el título diplomático de Cónsul Especial para la Inmigración Española con sede en París.
Neruda se organiza rápidamente y parte enseguida para Francia, semi inválido, aun con el yeso en su pierna lesionada. Ante la amenaza que acechaba a los refugiados españoles no había tiempo que perder.
Cabe destacar que este esfuerzo que hacía Chile para albergar a los refugiados españoles que tenían sus vidas en peligro era doblemente meritorio ya que, en Enero de 1939, un gran terremoto asoló la zona central de Chile, la más poblada, provocando una gran destrucción de viviendas y matando a decenas de miles de chilenos. Y en medio de tanta tragedia, Chile ofrece el asilo generoso a varios miles de españoles.

Neruda trabajaba con prisa en laselección de los inmigrantes españoles que solicitaban viajar a Chile. Personalmente revisaba la nutrida correspondencia con solicitudes que, en forma creciente, comenzaba a llegar a su oficina de la Embajada de Chile en París. Colaboraba con Neruda en esta tarea, su esposa, Delia del Carril.

Delia del Carril.
Neruda actúa también frente al Gobierno Republicano en el exilio a fin de que ayudaran a seleccionar a los potenciales inmigrantes españoles. Se crea el S.E.R.E., Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles.
Se contrató un buque, el “Winnipeg“, a la Compañía France – Navigation para el traslado a Chile de más de 2.000 refugiados, hombres mujeres y niños.
El buque era un viejo carguero francés que hacía el trayecto entre Marsella y las costas de Africa, habitualmente no llevaba más de 20 personas.

El "Winnipeg"

Sus bodegas se transformaron para dar cabida a más de 2000 literas, en seis pisos.
Los trabajos se realizaron aceleradamente en el puerto francés de Trompeloup - Pauillac, en el estuario de la Gironda , cerca de Burdeos.
En París, Picasso también colabora en las labores de Pablo Neruda, da una entrevista en la cual resalta el esfuerzo que ha realizado Neruda para que los países latinoamericanos acojan a los inmigrantes españoles y agradece también el asilo ofrecido por Chile.
La labor de selección de los inmigrantes efectuada por Neruda con el apoyo del S.E.R.E. fue extraordinariamente eficaz y nada de fácil.
En la mayoría de los casos las familias de los inmigrantes estaban desperdigadas en distintos campos de concentración y se trabajaba con prisa, dado que España presionaba a Francia sobre el tema de los refugiados españoles.
Por otra parte, se cernía sobre Francia la amenaza creciente de Alemania.

Picasso
En estas condiciones, Neruda con la ayuda del S.E.R.E. se dieron a la titánica tarea de reunificar a las familias y embarcarlas en el viejo barco, el “Winnipeg“ con destino a Chile.
Este milagro se logra para la mayoría de las familias sólo horas antes del embarque. Los refugiados llegaban al puerto en trenes provenientes de distintos campos de concentración y de pueblos de Francia.

Neruda describe en su obra “Para Nacer He Nacido” ese momento culminante del embarque:
“Los trenes llegaban de continuo hasta el embarcadero. Las mujeres reconocían a sus maridos por las ventanillas de los vagones. Habían estado separados desde el fin de la guerra civil. Y allí se veían por primera vez frente al barco que los esperaba. Nunca me tocó presenciar abrazos, sollozos, besos, apretones, carcajadas, de dramatismo tan delirantes.”
Se efectuaron en el muelle los trámites burocráticos para la inmigración, identificación, documentación, etc, en que participaron los colaboradores de Neruda, diplomáticos, secretarios, amigos.
La organización en la selección de los refugiados fue muy eficaz y muy rápida dada las circunstancias que vivían los refugiados en Francia. El S.E.R.E. – Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles – organismo creado por el último Gobierno Republicano Español y reconocido por las autoridades francesas, enviaba, a la Embajada de Chile en París, las fichas de los potenciales inmigrantes. De estas fichas, la Embajada de Chile seleccionaba los postulantes que consideraba más idóneos, y el S.E.R.E. procedía a convocar a las familias de los aprobados con la colaboración de las autoridades francesas para reunirlos en el puerto de Trompeloup-Pauillac, donde ya se encontraba el viejo buque “Winnipeg” preparando su viaje hacia el lejano Chile.
En el puerto de embarque se procedió a realizar un examen médico y vacunar a los refugiados. Se les entregó documentación pertinente y se realizó un examen personal a los refugiados por parte de los funcionarios chilenos dirigidos por Neruda.

Puerto de Trompeloup - Pauillac.
El trámite del embarque se inició en la madrugada del Viernes 4 de Agosto de 1939. Terminó al anochecer. El Cónsul General de Chile en Francia, General Marín asistió al zarpe del “Winnipeg” acompañado por Neruda y otros funcionarios de la Embajada de Chile en París. También estuvieron presentes en el momento del zarpe, representantes del S.E.R.E.; del último Gobierno Republicano Español, y autoridades francesas presididas por el Prefecto de la Gironda.
En tierra quedó Pablo Neruda. Vestido enteramente de blanco destacaba en la oscuridad de la noche. Se despedía de los refugiados agitando su sombrero, del mismo color, en el muelle del pueblo de Pauillac, cerca de Burdeos, sobre el estuario de la Gironda.
El “Winnipeg” levó anclas con su pasaje completo y comenzó a alejarse lentamente, entre los cánticos de algunos refugiados. El barco se despedía con pitazos. La mayoría guardó silencio, con gran emoción. Muchos lloraban.
Esa noche Pablo Neruda escribió estas líneas, que recuerda en sus Memorias :

" Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece. "

" Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie."
"Trompeloup, 4 de Agosto de 1939"