dilluns, 5 de gener del 2015

La cadena de mando borbónica, de matanza en matanza. La Memoria, al servicio de la Justicia: Día 4


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domingo, 4 de enero de 2015


Desde hace 200 años, todas las guerras de las que el Pueblo español ha sido víctima han tenido origen ideológico: las provocadas por la oligarca caverna católica y el absolutismo medieval contra las modernas ideas liberales (como la napoleónica de 1808, las tres carlistas, la de los 100.000 Hijos o las guerras cantonales); las guerras coloniales impulsadas por los intereses de la plutocracia local contra pueblos libres en rebeldía (como las de la Emancipación hispanoameriana, la guerra africana, la de Conchinchina, las cubanas y la filipina, todas del XIX; o las de Melilla, del Rif, o la de Sidi Ifni, del XX); la nunca declarada por Franco contra el pueblo soviético (protagonizada por los filonazis anticomunistas de la División Azul); o las guerras imperialistas contra naciones productoras de petroleo y/o gobiernos no alineados (como las del Golfo contra Irak en el XX y en el XXI, la de Libia contra la Yamahiriya de Gadafi, o la de Afganistán contra los talibanes). Sus cosechas fueron nefastas pues provocaron ingentes hecatombes, domésticas unas y exteriores otras.

Pero la más traumática y cruenta fue la mal llamada guerra civil española, mal porque nunca fue guerra, pues consistió en un salvaje atentado contra civiles, orquestado por funcionarios armados traidores apoyados por escuadrones de la muerte falangistas, cedistas y renovados; porque nunca fue civil, ni cainita, ni contienda fraticida, pero sí una premeditada y alevosamente preparada labor de exterminio, ordenada por el Capital y la Iglesia contra las clases medias y bajas que se habían atrevido a alzar la cabeza exigiendo justicia y redistribución de la riqueza; y porque nunca fue española pues miles de bárbaros (17.000 nazis alemanes, 60.000 fascistas italianos, 15.000 viriatos portugueses, 100.000 mercenarios moros, 2.000 ultras franceses e irlandeses y un largo etcétera de otros invasores) con el apoyo de sublevados patrios, cometieron en nuestras tierras cientos de miles de asesinatos.

Todas estas "guerras" fueron ordenadas, supervisadas, participadas, impulsadas y dirigidas por los Borbones y por sus tutores, substitutos o regentes. Sin ruptura en la cadena de mando, sin remordimiento, sin revisión, sin juicios, sin condenas, los Borbones desde el funesto y mortífero Fernando VII hasta los heredederos del sanguinario dictador Franco, siempre por acción y nunca por omisión han condenado al Pueblo a la opresión, al hambre, a la tortura y a la muerte, lo han usado como una herramienta, como carne de cañon al servicio de su privilegiada clase. Todos ellos desde hace 200 años, sin solución de continuidad. ¿Se comprenderá entonces que la Monarquía felipista actual es la hederera patrimonial del expolio, el latrocinio y el homicidio social practicado por unos pocos, muy pocos, sobre muchos?


Fernando VII el nefasto con su hija Isabel II. Responsable él de la matanza napoleónica, las guerras de Emancipación americanas, la guerra de los 100.000 Hijos y las guerras carlistas.

Isabel II de Borbón con su hijo Alfonso XII de Borbón. Responsable la primera de las guerras carlistas, la campaña de la Conchinchina, la guerra dominicana, la guerra africana de 1860 y las guerras americanas de Perú, Chile, Bolivia y Ecuador de de 1865 a 1868. El segundo, de las Guerras Grande y Chiquita de Cuba y de la tercera guerra carlista.

La viuda regente María Cristina con Alfonso XIII Borbón. El infante, convertido en adolescente y adulto militarista, fue el responsable de guerras y matanzas en Filipinas, Cuba, Melilla, el Rif, el desastre de Annual...

Alfonso XIII de Borbón, el asesino de Annual, con Juan I de Borbón. El Infante, ya de adulto, se ofreció por dos veces a Franco para participar en el Movimiento Salvador de España contra los rojos

Alfonso XIII de Borbón con el golpista Miguel Primo de Rivera. Acuciado por su red clientelar de oligarcas e imbuido del delirio africanista, el inútil 13º de los alfonsos propició el golpe de Estado del disipado generalito padre del fundador del fascismo autóctono español.

El golpista Primo de Rivera con el golpista Francisco Franco, substituto temporal de los borbones. Con la práctica marroquí, el jerezano escribió la teoría del manual de instrucciones del genocida que luego el gallego aplicó con entusiasmo en suelo hispano. 

El Genocida Hitler con el Genocida Franco. Sin palabras. Criminales, asesinos. Convirtieron sus países en inmensas tumbas. Y masacraron a propios y extraños en Rusia, Sidi Ifni, Europa....

El Genocida Franco con su delfín y elegido sucesor Juan Carlos de Borbón. Dicen que el nacido en Roma reinaba, pero que no gobernaba. Pues bien que se vestía de superalmirante de la mar oceana y del ultrauniverso para revistar tropas que marchaban o regresaban de las dos guerras de Irak, de Libia...

Gesto cariñoso del asesino Franco hacia su heredero diferido y protegido Felipe VI de Borbón ante su orgulloso padre Juan Carlos I de Borbón. ¿En qué nuevo lío nos involucrará este Borbón, tan preparado él por el ejemplo de generaciones precedentes?


Felipe VI y Leonor, posible futura reina del Estado español. Sólo si la dejamos. Antes de que llegue la próxima nueva guerra borbónica. O antes de que la traiga para servir a su clase.