dijous, 24 de desembre del 2020

El franquismo criminal ensangrentó las navidades de 1937 en Cáceres.

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EL ENSAÑAMIENTO CONTRA EL DIRIGENTE DEL PCE MÁXIMO CALVO

RAFA GONZÁLEZ  23/12/2020


Son los días más duros de la historia reciente de Cáceres. Empezaron el mismo día de Navidad, el 25 de diciembre de 1937. Ese día, el criminal régimen franquista empezaba un baño de sangre con el fusilamiento de 34 personas. La bestia fascista estaba sedienta de venganza y preparó un montaje para justificar el fusilamiento de 196 personas. Fueron 182 hombres y 14 mujeres. Los asesinaron en menos de un mes (del 25 de diciembre de 1937 al 21 de enero de 1938), convirtiendo esas Navidades en una orgía de miedo y horror.

Jornaleros, ferroviarios, maestros, sindicalistas, militantes de partidos que apoyaron al Frente Popular... fueron sus víctimas. En Cáceres había triunfado la sublevación fascista y por lo tanto no hubo guerra. Esta circunstancia les impedía de cara a la galería que los jerarcas militares y falangistas pudieran llevar a cabo las matanzas sistemáticas a las que estaban acostumbrados y con las que habían arrasado la provincia hermana de Badajoz. Decidieron saciar su sed de sangre inventando un complot para justificar la tremenda represión.



El documento de balance que realizó el ejercito tenia por título "Consejos de Guerra y relación nominal de personas fusiladas con motivo del abortado complot del 23 de diciembre en Cáceres dirigido por el cabezilla rojo Máximo Calvo" y en el constaba una “suma total”: 34+12+1+6+11+27+9+16+16+54+7+3=196. En el frío listado aparecen apellidos repetidos que indican la ejecución de padres e hijos o de hermanos. “Esta gran masacre empezó en una fecha muy simbólica, la Navidad, y la Iglesia no hizo absolutamente nada para evitarlo -recuerda el historiador Pepe Hinojosa- y eso que entre las víctimas había personas como el propio alcalde de Cáceres que habían tenido buenas relaciones con el estamento eclesiástico durante su mandato. La Iglesia se limitó a intentar que los reos aceptaran la extremaunción antes de ser fusilados”.

COMPLOT COMUNISTA

La provincia se encontraba bajo el yugo del gobernador militar Ricardo de Rada, un general africanista que se sumó desde el primer momento al golpe de Estado contra la República liderado por Mola y Franco. De Rada, que había sido destinado a Cáceres en julio de 1937, en contacto con sus superiores y especialmente con el general Saliquet, denunció en diciembre la existencia de un supuesto complot comunista para recuperar el control de la provincia. Todo comenzó como represalia por esa supuesta amenaza.

Las detenciones empezaron el 24 de diciembre y afectaron a decenas de personas bajo la acusación de estar implicadas en el supuesto complot. Se puso en marcha uno de los Tribunales de Urgencia en la provincia con el fin de juzgar a un buen número de las personas detenidas. La documentación oficial franquista, según explica la doctora en historia Candela Chávez en ‘Las trágicas Navidades de 1937: detenciones, consejos de guerra y muerte’, recoge que las fuerzas nacionales habían puesto en marcha un operativo para detener a Máximo Calvo, dirigente del PCE, y “en paralelo a la versión oficial, llevar a cabo una de las mayores acciones represivas en la provincia durante la guerra”.

Según Pepe Hinojosa, estudioso del movimiento obrero en la región y vicepresidente de la Asociación Memorial del Cementerio de Cáceres (AMECECA), este supuesto complot, que “no existió porque no aparece en ningún documento”, permitió a Ricardo de Rada, un militar “duro”, máxima autoridad militar franquista, “desatar la represión en la ciudad de Cáceres y en los pueblos cercanos”. Andrés Saliquet, general jefe del Ejército del Centro franquista, participó activamente en el asesinato de 196 personas en menos de un mes. “Una excusa para atemorizar a una provincia que está en la retaguardia porque sí se está colaborando con los comandos guerrilleros”, asegura Hinojosa.

MÁXIMO CALVO CANO

Acusaron de dirigir la supuesta conspiración comunista a Máximo Calvo, dirigente obrero y campesino que había nacido en 1901 en la localidad de Cadalso. Fue jornalero, comerciante y destacado militante del Partido Comunista de España. Llegó a ser alcalde de su localidad natal durante la II República y el máximo dirigente de los y las comunistas en la provincia de Cáceres.

Como tantos extremeños y extremeñas, emigró buscando una vida mejor de la que le ofrecía su tierra. A la vuelta fue llamado a filas, adquiriendo el grado de sargento de Regulares. Resultó herido por lo que causó baja en el ejercito y se incorporó al cuerpo de Carabineros hasta principio de los años treinta cuando regresa a su pueblo donde abre una taberna y realiza trabajos de transportista con una pequeña camioneta.

Llegada la II República adquiere un papel destacado en la política. Es elegido alcalde de su pueblo, obteniendo 108 de los 128 votos. Esto genera las primeras tensiones pues el caciquismo es algo muy impregnado en la sociedad extremeña de la época. Como recuerda el historiador Pepe Hinojosa, en un informe de la Guardia Civil del puesto de Gata realizado en agosto de 1933 ya se indicaba que Máximo Calvo "profesaba ideas comunistas". Su carisma le lleva a ser candidato a Cortes en la provincia de Cáceres por el PCE en las elecciones del 19 de noviembre de ese año.

Fruto de su significación a favor de la clase obrera, una noche un grupo de jóvenes derechistas atacan e intentan asaltar su casa. Con la intención de defender a su familia, responde a la agresión fascista efectuando varios disparos que hieren de muerte a uno de los asaltantes. Al día siguiente se entregó, siendo detenido y trasladado a la prisión provincial de Cáceres. En la cárcel no interrumpió su actuación política. Intentó extender el ideal comunista entre los reclusos, protagonizó protestas contra la situación carcelaria de los presos y se enfrentó a los oficiales que dirigían el penal.

DIRIGENTE DEL PCE EN CÁCERES

Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, una de las primeras medidas fue conceder la amnistía a los presos políticos y de esta iniciativa se benefició Máximo Calvo que abandonaría la cárcel a finales de ese mes. Ya en libertad, vuelve a ser nombrado alcalde de Cadalso. Además es elegido Secretario General del Comité Político del PCE en la provincia de Cáceres. Al triunfar el golpe militar en su provincia, optó por marcharse a Badajoz donde el levantamiento militar había fracasado.

En la provincia pacense fue uno de los organizadores de las primeras milicias republicanas, participando en la batalla de Medellín, donde por primera vez fueron derrotados los fascistas en tierras extremeñas. La labor principal de Máximo Calvo desde la primavera de 1937 fue la de dirigir acciones guerrilleras en la retaguardia franquista, especialmente en la provincia de Cáceres. Tejió una red de enlaces y resistentes en la zona sublevada cacereña para obtener información de los movimientos de tropas y fuerzas para el XIV Cuerpo del Ejército Guerrillero.

Era el objetivo número uno de los fascistas en la provincia de Cáceres. Para intentar doblegarlo encarcelan a su mujer e internan a sus hijas en una institución religiosa y a su hijo en un hospicio. Máximo no acepta el chantaje y continua organizando grupos de apoyo logístico que hagan frente al franquismo. Finalmente es descubierto el 27 de diciembre en Almoharín, donde es asesinado por los enemigos del pueblo.

Extremadura Roja, órgano del Comité Regional del PCE, recogía la siguiente despedida en su número extraordinario del 1 de mayo de 1938: "Un héroe muerto por la causa del pueblo, el comandante Máximo Calvo, luchador probado a lo largo de muchos años de lucha cruenta contra la burguesía reaccionaria y los terratenientes semifeudales de Cáceres. Fue encarcelado y apaleado decenas de veces por la Guardia Civil, los esbirros de la burguesía, por destacarse al frente de los obreros y campesinos de Cáceres en defensa de sus intereses. Tu conducta, como la de tantos héroes caídos en la zona facciosa, será espejo donde se miren todos los antifascistas, todos los españoles honrados que ven ultrajada su patria por los crímenes del fascismo invasor".