diumenge, 16 de gener del 2022

Entrevista a Luda Merino (2ª parte): “España tiene una deuda con las víctimas, imagínate que alguien mate a tu padre y no sabes ni donde está enterrado.”

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Yo no soy una experta en legislación, ni en política, soy una chica de veinte años, pero siento que es necesario que haya una ley que ponga fin a ciertas cosas. Que los Franco estén todavía con el tema del Pazo de Meirás, no puede ser

Por Angelo Nero

Tus estudios en la U-tad, el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital de Madrid, te han dado las herramientas para desarrollar este proyecto memorialista, pero antes ya te habías trabajado en la realización de modelos 3D de las puertas de algunos campos de concentración, como el de Auschwitz. ¿Qué finalidad tenía este trabajo, y dónde puede verse?

La pregunta tiene gracia, porque todo esto que tu comentas de que hacía modelos en 3D, las puertas de los campos, es que ni siguiera los hice con los conocimientos de la universidad. Yo entré en la UTAD en 2019, y las puertas las hice, prácticamente todas, el año anterior, cuando estaba en el bachillerato de artes, y lo hacía con una herramienta muy simple que se llama Tinkercad, que es como aprender un poco las bases. Es un programa de modelado en 3D muy simple, pero con la que puedes hacer maravillas, y ahí está el resultado. No sé si empecé con la de Saschenhausen o con la de Birkenau, porque de ese campo tengo las dos puertas, luego hice la puerta de Mauthausen, y ahí comencé la cuenta de Twitter. Después me puse con la puerta de Camposancos, que es un campo de concentración que hubo en A Guarda, en Galicia, lo hice pensando en Carlos Hernández, porque a él le había enseñado la de Mauthausen en la Feria del Libro, y la cuenta la abrí para etiquetarlo y que la viera. Y así es como empecé todo, desde mi cuenta personal, la de Luda Mega. No tenía más finalidad.

Si has visto mi foto de perfil de whatsapp es básicamente Auschwitz-Birkenau explotando. Porque a mí me encanta ver estos lugares reventados, porque son sitios terribles y quisiera verlos saltar por los aires. Es un pequeño fetiche que tengo, modelé las puertas en 3D con la esperanza de que algún día aprendiera algún tipo de programa que me permitiera este tipo de simulación. Al final, en la universidad si que aprendí a utilizar el Autodesk Maya, para generar esas imágenes del campo explotando. También tenía una carga ideológica, y una doble finalidad, porque la puerta de Buchenwald ahora la tiene el museo, para usarla en un proyecto de digitalización.

Tengo varias puertas de campos en 3D, Mauthausen, Auschwitz I, Auschwitz II, Buchenwald, Saschenhausen y Camposancos, quise hacer también las del campo de la Magdalena o la de Miranda de Ebro, pero todavía las tengo en proyecto, están todas subidas a sketchfab.com, donde la gente sube modelos 3D. Yo los subí de forma pública, con un tipo de licencia que cualquier persona podía utilizarlos, incluso con propósito comercial, pero tenían que darme crédito. Y, por lo menos en dos casos, descargaron uno de los modelos, una puerta de Auschwitz, los utilizaron y no me dieron crédito alguno. El primer caso fue el grupo sueco de heavy metal Sabaton, que lo utilizaron en su videoclip “The final solution”, que es una canción crítica al Holocausto, y el otro fue Netflix que lo utilizó para un documental “Watch Camp Confidential: America’s Secret Nazis.” No me esperaba que Netflix se fuera a quedar con un modelo mío. Lo que hicieron fue un poco ilegal, pero bueno, están ahí para quien los quiera…

Hablemos ahora de las dificultades técnicas que te encuentras a la hora de reconstruir las imágenes, que, muchas veces, llegan a ti bastante deterioradas, ¿Cuánto tiempo dedicar a recuperarlas y cuáles son las herramientas que utilizas para llegar a resultados tan notables como el de la foto de Aurora Picornell?

Hay fotografías que son muy sencillas y otras realmente difíciles. La de Aurora Picornell, no recuerdo el proceso interno, pero la media de un busto, de una cara, suelen ser cuarenta minutos, unos diez minutos para restaurarla y dejarla limpia, y luego colorearla. El proceso es muy fácil, en realidad, el que controle algo de Photoshop –aquí voy a ponerme un poco técnica- entenderá de lo que estoy hablando. Lo primero que hago es limpiarlas, cuando tienen raspones y cosas así, hay un par de herramientas como el tampón de clonar o el parche, que lo que hace es cogerte sitios de información de referencia de los píxeles, para poder cubrir una grieta de la fotografía con eses píxeles. A veces también difumino ciertas partes porque a veces se ha quedado un poco arrugada la foto, luego lo que hago es que las paso por inteligencia artificial. Tiene que estar muy limpias, por la IA que utilizo te puede hacer destrozos bastante fuertes. Me resalta bastante los ojos y la boca, y eso me ayuda mucho. Después vuelvo a pasarla a Photoshop, vuelvo a limpiarla, por la IA a veces hace algo que no quiere, por ejemplo, si hay una pequeña sombra sobre los labios puede interpretar que es un bigote. Y luego ya puedo colorearlas, que eso es muy fácil, porque, en Photoshop, al trabajar por capas, creo una en blanco y negro con el original, y una capa encima, en modo fusión, que me permite colorear, pongo una base de color piel y encima hago los matices, las mejillas, la nariz, etc… Tienes que tener una foto de referencia. Con Pablo Iglesias, como era una foto de un familiar suyo, cogí una de Pablo. En otros casos busco un retrato de hombre, en buena calidad, y lo uso de referencia. A veces me ayudan los familiares, me dicen si tenía el pelo castaño, si era rubio.

Ángel Santamaría Torremocha, tío-abuelo de Pablo Iglesias

Después también está el fondo. Con Pablo, para colorear la foto de su abuelo, también fue fácil, porque me dio referencias de todo, incluso me pasó una foto de dónde se había realizado la original. Para la de foto de la niña del campo, busqué referencia de la película “El fotógrafo de Mauthausen”, que tenía ese ambiente, y eses colores, acabé cogiendo hasta el tono de piel de Mario Casas. Es pintar, realmente no lleva tanto tiempo si sabes cómo hacerlo. Luego hay veces que los paso por Adobe Lightroom, que es una aplicación para el móvil, para hacer pequeños retoques, y con esto les doy un último contraste o un toque a la temperatura de color.

Al final uso cuatro herramientas, cosas que convierten el proceso en algo mecánica, y muy sencillo, pero requiere un tiempo, que es el valor que yo le doy.

Francesc Boix, el fotógrafo de Mauthausen

Restaurando su Dignidad es un proyecto totalmente altruista, dirigido a las familias de los represaliados, pero que cuenta con el respaldo de Miércoles Republicano, que te ayuda a que tu proyecto tenga una difusión más amplia. ¿Qué es Miércoles Republicano, y qué importancia tiene en dar a conocer tu trabajo?

Se lo agradezco mucho, aún ahora que tengo apoyos muy grandes, de cuentas con muchísimos miles de seguidores, porque ellos fueron los primeros en animar a que la gente me siguiera. Luego hay una cantidad de cuentas que me apoyan, los de Stolpersteine ​​en España, los Militares Antifascistas, Historia en Meme, Roberto Sotomayor… pero cuando empecé solo estaban ellos. Imagínate, empezar de cero. Aunque me animo lo que me dijo alguien: “tu mayor apoyo tiene que ser tu trabajo.” La gente me sigue por lo que hago, pero en Twitter, si no tienes un grupo detrás que, al principio, te eche una mano, no te sigue nadie. Yo estuve dos años con una cuenta con 200 seguidores, y con esta, en una semana, gracias a esta gente, ya tenía mil. Ahora habló menos con ellos, por falta de tiempo, pero me siguen dando ideas, como la de hacer un pequeño libro, en formato PDF, con recopilaciones de las fotos, o la idea de abrir un blog en Wodpress.

Aurora Picornell

También has tenido en los últimos meses una gran resonancia gracias a entrevistas como la publicada en InfoLibre, o a apoyos en la red como el de la periodista Olga Rodríguez, o el de Pablo Iglesias que escribió el siguiente tweet: “Tras esta cuenta hay una joven que le echa muchas horas a una tarea militante que devuelve un poco de dignidad y felicidad a los familiares de las víctimas del fascismo en España. Síganla. Su trabajo lo merece y es un ejemplo de compromiso democrático”. Esto, sin duda, ha animado a que, en unos pocos meses, tu cuenta en twitter alcance los 10.000 seguidores. ¿Crees que a través de las memorias familiares se puede seguir avanzando para que la Verdad, la Justicia y la Reparación se materialicen en leyes que las hagan efectivas? Y a tenor de esto, ¿Qué opinión tienes sobre el anteproyecto de ley de memoria democrática?

Olga Rodríguez fue la primera persona que, con un número increíble de seguidores, animó a la gente a seguirme, y le tengo mucho aprecio. También a Pedro Vallín, porque retwittea todas mis fotos, que es lo que más necesito para que lleguen a las familias. Fue a través de él que llegó a mi cuenta Pablo Iglesias, para pedirme que le restaurase unas cuantas fotografías.

Esto va a colación de la Ley de Memoria Democrática. Algo es algo, porque yo creo que es un gran avance, porque el hecho de que ya estés ilegalizando a organizaciones fascistas, como la Fundación Francisco Franco, o que vayas a quitar los nombres franquistas del callejero, o que haya un mayor reconocimiento de las víctimas, es algo que hacía falta en este país. Tengo ganas de ver el debate en el Congreso. También es verdad que la ley que teníamos del 2007 ya reconocía cosas, como lo de la simbología franquista, pero había un montón de municipios que lo incumplían, así que ahora espero que se cumplan ese tipo de medidas.

Se trata de que España tiene una deuda con las víctimas, y que no se trata de venganza, y yo que hablo con los familiares sé que lo único que buscan es que se reconozcan y que puedan enterrar dignamente sus restos, no buscan nada más. Yo el discurso de la ultraderecha de que vienen a abrir heridas es que se les viene abajo, no tiene ningún sentido. Hay algunos que tienen a su hermano, o a su madre, en una cuneta, imagínate, se lo digo a la gente, imagínate que alguien mate a tu padre y no sabes ni donde está enterrado.

Yo no soy una experta en legislación, ni en política, soy una chica de veinte años, pero siento que es necesario que haya una ley que ponga fin a ciertas cosas. Que los Franco estén todavía con el tema del Pazo de Meirás, no puede ser… este es el único país donde puedes robar todo lo que quieras y dices: esto lo consiguió mi abuelo. Ya, pero ¿Cómo lo consiguió tu abuelo? Asesinando y expoliando a la gente, robándoselo a las familias que reprimía. Entonces, este tipo de cosas necesitan ser legisladas, para poner justicia. Porque tu abuelo dio un golpe de estado, fusiló, expolió, mando gente al exilio, abrió 300 campos de concentración en toda España. Hay que hacer justicia y recordar todo esto.

Un poco de reconocimiento, un poco de memoria, de saber lo que pasó en este país, de estudiarlo, de meterlo en el currículum escolar. Yo, cuando estaba en bachillerato, nos dijeron: la parte de la represión en el franquismo no hace falta que la contéis en la EBAU, pero, ojo, en la guerra civil si tenéis que contar la represión en los dos bandos. Se trata de reconocimiento, de que las familias dejen de tener miedo, algunos aún tienen miedo de que cuelgues una foto de su abuelo. Eso no es normal.

Declararte “Estudiante republicana, demócrata y defensora de los DDHH” te ha causado más de un ataque en las redes, desde esa caverna de la ultraderecha que sigue pensando que es mejor olvidar a las víctimas, o por lo menos, a las víctimas del franquismo y de la transición, porque bien que recuperan la memoria para reivindicar a las que sienten como suyas. ¿Estos ataques no te desaniman en tu empeño por restaurar la dignidad de tantos hombres y mujeres que perdieron su vida combatiendo el fascismo?

Hay gente que se cree que, como soy antifascista, soy comunista, a pesar de que he hecho hilos sobre los gulag, he contado cosas sobre el tema, he critica los errores de la segunda república, a pesar de que yo soy republicana, he criticado los campos del Che Guevara, y de Mao Zedong, pero para la gente, si eres antifascista, eres comunista. Yo siempre suelo llevar el triángulo antifascista, y me dicen: comunista, roja… y yo hasta me rio, ni siquiera les respondo, porque hay insultos que hasta me hacen gracia, como el otro día uno que me dice: “vosotros quemasteis la iglesia de mi pueblo”… y es que ya son insultos de mierda, es que no sabes ni lo que estás diciendo. O cuando me llaman chekista, como si yo tuviera una cheka en mi casa. Luego están los que me piden que restaure fotos de víctimas de ETA, de estos hay un montón. Y siempre les digo lo mismo, la lucha antifascista y a lucha antiterrorista no tienen por qué ser contradictorias. Y les digo: también puedo restaurar fotos de víctimas de Al-Qaeda, como vivo en Atocha y aquí hubo los atentados del 11-M. Pero no entienden que mi proyecto es el de restaurar fotos de víctimas del fascismo y nada más. Es mi proyecto personal, aquí detrás no hay nadie más, luego tengo mis apoyos, pero detrás solo estoy yo, Luda Merino. Lo hago porque me da la gana, lo hago gratis, poniendo mi tiempo, mi esfuerzo, y nadie me puede exigir que haga otra cosa distinta. Me parece muy ridículo.

El otro día, me hizo mucha gracia, que en los comentarios que le hicieron a Pablo Iglesias, en este mensaje que comentas, uno le dijo: “que pasa, que os molesta lo que hace esta chica porque vosotros no tenéis a nadie que restaure vuestra fotos gratis.” Y en el fondo es un poco eso, que les molesta hasta que yo exista como persona y que me dedique a esto. Pero no me desanima este tipo de comentarios, hasta me rio. Son mucho más los comentarios bonitos que me dejan.


Entrevista a Luda Merino (1ª parte): “Fueron 10.000 los republicanos internados en los campos nazis, y la mitad de ellos murieron allí, porque Franco había dicho que ya no eran españoles”