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LA INICIATIVA "LA FORÇA DEL RECORD ÉS LA CAPACITAT D’ESTIMAR" ES OBRA DEL ARTISTA RAFAEL TORMO
VALÈNCIA. Dicen que nadie muere del todo mientras su recuerdo permanezca en la memoria de alguien. Por eso, con el fin de mantener viva la historia de todas aquellas personas asesinadas durante la Guerra Civil y la represión franquista, Llíria ha inaugurado una nueva ruta por el municipio y un memorial en el cementerio.
Esta localidad, capital de la comarca de Camp de Túria, esconde en el subsuelo fosas comunes en las que se han encontrado cuerpos de personas fusiladas hace 80 años. Hay quienes han podido encontrar a sus familiares desaparecidos tras las excavaciones, pero otros todavía descansan sin conocer el paradero de sus seres queridos con la esperanza de que un día aparezcan y cerrar el duelo. Unos hechos que reflejan la tragedia y el horror de lo acontecido en nuestro país y que no pueden ser olvidados.
La iniciativa, que nace bajo el nombre IP31. La força del record és la capacitat d’estimar, es obra del artista Rafael Tormo y se ha impulsado desde la Concejalía de Memoria Democrática que dirige Consuelo Morató. "La idea es convertir lo que sucedió, la violencia, en un espacio que nos permita reflexionar. La llegada de la transición no implica que se haya resuelto, tenemos que tener conciencia", explica Tormo. De esta manera, se mantendrán de forma permanente para que el homenaje perdure de generación en generación.
Por un lado, la ruta comienza en el consistorio y finaliza el cementerio, ya que este era el recorrido desde la prisión hasta el lugar del fusilamiento. En el circuito, se pueden encontrar 12 tótems con un código QR vinculados a conceptos como el de memoria, duelo o revictimización. Cada uno de los códigos está vinculado a una pieza audiovisual en la que se aborda el concepto desde una vertiente poética.
Respecto al memorial, en su construcción ha participado el alumnado del IES Camp de Túria y está conformado por 160 piezas de cerámica. "Los estudiantes recogieron las malas hierbas que estaban en el trayecto que las víctimas recorrían para ser fusiladas. La idea es que reflexionasen sobre ese paisaje, porque tal vez fue el último que vieron antes de morir", afirma el artista. También hicieron agujeros en las piezas que ahora albergan pequeñas campanas. En total, 150 campanas producen una leve melodía al compás del movimiento producido por el aire.
Los investigadores Joan Josep Adrià, Paco Rozalén, Miquel Sánchez, Miquel Fernández y Manolo Sánchez, el IES Camp de Túria, la Asociación de Familiares y Víctimas del Franquismo del Cementerio de Llíria, la ceramista Eugenia Boscà y el realizador audiovisual Marc Martínez han colaborado en el proyecto.
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